Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Lo
mejor para hundir a Donald Trump es dejarle hablar a su aire. Hará las delicias
de sus fans, pero espantará a un número mayor de personas que saldrán de
cualquier duda que puedan tener sobre el voto. A Trump hay que darle cancha, dejarle
que siga su propio hilo. Como no retrocederá, llevara hasta el final cualquier
cosa que se le pase por la cabeza.
Para
combatir las acusaciones de racista, a alguien se le ocurrió enviarle al centro
de las polémicas. Esto sucede tras un hecho importante por lo revelador y por
sus posibles consecuencias: señalar que Kamala Harris "ahora quiere ser
negra". Antes "era india" y "ahora quiere ser negra"
ha repetido con la simpleza del que ha encontrado una vía para la destrucción
de su contrario.
En
Independent en Español se nos explica la línea del candidato republicano a la
presidencia:
Trump ya había sido criticado en Internet por su frase “empleos de negros”, pero volvió a utilizarla durante su desastrosa participación en la NABJ esta semana.
Hablando en el escenario, el expresidente exclamó a una sala llena de periodistas negros que los inmigrantes están tomando los “empleos de negros”.
Cuando se le pidió que definiera lo que constituye un empleo de negro, afirmó: “Un empleo de negro es cualquiera que tenga un empleo. Eso es lo que es”.
También hizo comentarios mordaces sobre Harris, la primera vicepresidenta negra y asiática-estadounidense, con el terrible y falso argumento de que “casualmente se hizo negra” hace poco.
“No sabía que era negra hasta hace
unos años, cuando se volvió negra por casualidad y ahora quiere ser reconocida
como negra”, largó, antes de preguntar: “Así que no sé: ¿es india? ¿O es
negra?”.
Trump se ha enfrentado a una avalancha de reacciones de demócratas, expertos y el público en general por sus comentarios racistas.
Tras su participación en el acto, el hashtag #WhenIturnedBlack (que en español sería #CuandoMeVolvíNegro) comenzó a ser tendencia en X, y los usuarios de las redes sociales se unieron para burlarse de sus desquiciados comentarios.*
El que recomendó que fuera a la Asamblea Nacional de Periodistas Negros (NABJ) no pensaba lo que un Trump suelto, a su aire, podía armar. Y lo cierto es que la armó. Está a la altura de aquello de "inyectarse lejía" para acabar con el virus COVID-19.
La propia personalidad de Trump le impide la compresión de cuándo está metiéndose solo en la boca del lobo. Es lo que tiene la combinación de narcisismo e ignorancia que le caracteriza. De lo que no puede huir Trump es de sí mismo. Y se crece cuando cree que saldrá victorioso, es decir, siempre.
Hablar de "empleos de negros" es parte de su visión racista de los Estados Unidos, algo que Trump lleva metido en su cabeza desde niño. El padre ya navegaba por esos mares y Donald no le desoyó. El intentar convencer a un nutrido grupo de periodistas negros que los inmigrantes van a quitarles sus "empleos de negros" solo se le puede haber ocurrido a Trump. Es una ofensa en toda regla, una ofensa racista. Es decirles que los inmigrantes vienen a quitaros vuestros empleos porque son los más bajos y los puede ejercer cualquiera, no tienen valor.
Trump, como suele ocurrir con él, da las líneas de ataque con cada una de sus intervenciones. La multiplicación de los hashtags, como se nos dice en el texto, es imparable.
El artículo de Independent en Español está dedicado a los éxitos en los Juegos Olímpicos de la gimnasta Simone Biles, y lleva por título "Con sexta medalla de oro olímpica, Simone Biles se burla de Trump: “Me encanta mi trabajo de negra”", se señala:
Simone Biles se burló de Donald Trump declarando que le encanta su “trabajo de negra” después de arrasar esta semana en los Juegos Olímpicos de París.
La estrella de 27 años ya se había ganado el título de gimnasta más condecorada de todos los tiempos del equipo de Estados Unidos antes de aterrizar en Francia. Y esta semana, pasó a la historia al ganar su sexta medalla de oro olímpica y la segunda en los Juegos de este año.
Tras colgarse la medalla de oro en la
competición por equipos el jueves, se convirtió en la tercera mujer de más edad
en conseguir dos veces la medalla más alta. Entonces, Biles se burló de Trump
en las redes sociales, después de los escandalosos comentarios del expresidente
sobre la ascendencia racial de Kamala Harris en la conferencia de la Asociación
Nacional de Periodistas Negros (NABJ).
La gimnasta compartió una publicación con dos fotos de sí misma mostrando su brillante medalla de oro sonriente y mandando un beso con su chamarra de equipo llena de diamantes después de anotar un impresionante 59,131, con el que superó a la brasileña Rebeca Andrad por más de un punto.
“Me encanta mi trabajo de negra”, publicó junto a un corazón negro en la madrugada del viernes.*
Van a ser este tipo de reacciones, ante los excesos trumpistas, los que llevarán a Kamala Harris a la Casa Blanca. Una parte importante de la población norteamericana no puede menos que horrorizarse ante lo que sale por la boca de Trump.
Dada la notoriedad de las personas y la conjunción de la campaña electoral y los JJ.OO., la prensa de todo el mundo se ha hecho eco de la respuesta de Biles.
Lo reconozca Trump o no, el cambio de Harris ha modificado también su posición. Con Biden lo tenía todo a su favor, no tenía más que dejar que el presidente se equivocara, que se le viera débil. Ante esa situación, Trump solo tenía que esperar que sus seguidores siguieran fieles y los de Biden su fueran hacia la abstención.
Ahora todo ha cambiado y queda poco tiempo para crear una estrategia factible, por lo que estas afirmaciones trumpistas salen del fondo de reserva, de la necesidad de ganar protagonismo ante la figura emergente de Harris. A Trump solo le han quedado los ataques personales a la candidata demócrata, cada vez más segura. Le queda esperar un debate decisivo en septiembre en que Harris solo tiene que esperar a que Trump sea lo más auténtico posible.
Es difícil que Trump consiga nuevos votos con estas tácticas que solo refirman a los extremistas que ya tiene. Sí, en cambio, es más fácil para Kamala Harris ofrecer lo que está haciendo, mostrar las debilidades del expresidente, que se encuentra teniendo que usar este tipo de recursos porque no tiene otros.
Las palabras de burla de Simone Biles son las que hacen suyas muchos millones de afroamericanos que se han visto ofendidos por Trump y que ahora le restriegan sus palabras insultantes por la cara. No está mal tener a Simone Biles, la gran estrella norteamericana de las JJ.OO., a tu lado, dando una bofetada en pleno rostro a tu contrincate. Si no logran contener a Trump (algo un poco complicado) es capaz de atacar a Biles, lo que sería un error grave.
Con todo, el verdadero drama es el deterioro de la democracia norteamericana, ya no dividida entre dos opciones democráticas, sino entre una autoritaria, racista y xenófoba, populista, y otra que sigue defendiendo un sistema de igualdad y libertades. El triunfo de Harris es absolutamente necesario. La duda es saber si el "trumpismo" sobrevive a Trump. Donald Trump es la cima visible de un iceberg social que esconde las tendencias autoritarias norteamericanas, las fundamentalistas, que esperaban la llegada de un "mesías" para salir a la superficie tras dos mandatos de Barack Obama, algo que no podían soportar. La reacción fue llevar a la Casa Blanca a un personaje como Donald Trump, que se presentaba como el freno a una Norteamérica que proponía entonces una candidata a la presidencia, a Hillary Clinton.
¿Podrá ahora una candidata como Kamala Harris vencer a ese amasijo de estereotipos y prejuicios e intereses que es Donald Trump? Esperemos que sí, porque lo que ocurre en Estados Unidos nos afecta a todos.
* James Liddell "Con sexta medalla de oro olímpica, Simone Biles se burla de Trump: “Me encanta mi trabajo de negra”" Independent en español, 2/08/2024 https://www.independentespanol.com/politica/ee-uu/simone-biles-olimpiadas-donald-trump-trabajos-negros-b2590367.html
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