Joaquín Mª Aguirre (UCM)
En esta Sociedad de la (Des)información en la que vivimos, cualquier noticia se puede convertir en bulo, puede ser manipulada, tergiversada, reinterpretada, etc. Antes era el silencio el mayor enemigo de la información; ahora, en cambio, es la manipulación en cualquier sentido el gran problema.
Toda información puede ser dada la vuelta con unos simples retoques, quitándoles o poniéndole un matiz. Esto podría ser un juego de personas aburridas o que no entienden lo que lee. Sin restarle importancia a esos dos factores, hay mucho de premeditado en la distorsión. ¿Por qué llegan más lejos las noticias manipuladas que sus originales? ¿Por qué mucha gente acepta lo que no es sino una manipulación antes que lo que llega de la fuente original?
Son muchas las respuestas ante este problema. Casi todas llegan de una combinación entre los intereses manipuladores de unos y las ganas de otros, las que los reciben. Esas "ganas" se producen en gran medida por la desconfianza hacia la información institucional, construida a base de teorías de la conspiración y la capacidad selectiva de hacer llegar mensajes a las personas que están deseando escucharlos para así reforzar sus propios prejuicios. La manipulación informativa surge de una combinación bien equilibrada entre las teorías de la comunicación y las del procesamiento psicológico de la información, del estudio de las reacciones y de los efectos de los mensajes. Los mensajes son construidos, manipulados con detalle y hechos llegar a las personas adecuadas, es decir, las que suelen informarse por canales alternativos. Lo que era antes un interés por informar, se convierte ahora en una meticulosa reconstrucción con objetivos subyacentes.
En RTVE.es se nos habla de un ejemplo ocurrido en estos días. Se trata de la noticia sobre algo aparentemente simple, el uso de determinados aditivos químicos para lograr "sabores" artificiales, en este caso el de "ahumados". Cada cierto tiempo, nuestros avances en la investigación de los efectos de determinadas sustancias nos permiten eliminar esos productos. No hay nada anormal en ello. Sin embargo, que la desinformación utilice esas noticias puede tener algunas intenciones por encima del malentendido o la ignorancia.
La noticia se ha transformado en "otra cosa", generando desinformación y circulando como la pólvora, reproducida una y otra vez en su versión manipulada. En VerificaRTVE han tratado de explicar lo que han dicho realmente:
La Representación de la Comisión Europea en España aclara a VerificaRTVE que estas medidas "no se aplican a los productos alimenticios que se ahúman" sino que "solo se refieren a los aromas de humo". En este sentido, explica que cualquier solicitud de nuevos aromas será evaluada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y "en caso de opiniones positivas podrán autorizarse su uso". Por lo tanto, esta normativa no hace referencia a alimentos específicos sino a estos aditivos (aromas de humo) que algunas empresas incorporan en sus productos en alguna de sus fases de producción.*
La distinción es clara. No es lo mismo algo "ahumado" que algo con "sabor artificial a ahumado". Lo que se ha señalado es sobre el uso de esos aditivos que crean un sabor artificial. No incluye a los que tiene sabor a ahumados porque han sido ahumados. Parece una tontería, pero es un ejemplo de lo fácil que es dejarse arrastrar por estos "pequeños" matices.
Es fácil crear "alarmismo" con este tipo de manipulación en la que en vez de sentirnos protegidos parece que nos están cercando con las prohibiciones, que estamos rodeados de peligros.
El texto de RTVE.es añade algo importante:
La Unión Europea, sus instituciones y líderes son un objetivo recurrente de los desinformadores. En VerificaRTVE hemos desmontado bulos como el que asegura que la Comisión Europea prevé eliminar el dinero físico o los mensajes falsos que afirman que la Unión Europea ha pedido dejar el desayuno como medida para preservar el medio ambiente.*
Puede que le parezcan absurdas las noticias, pero nos acabamos acostumbrando a ellas sin entender su lógica o falta de lógica. Solo así es posible entender que la noticia desinformante haya sido reproducida por muchos medios serios. Pero solo se explica si se bebe en las fuentes inmediatas y no en las originales. Y esto es un pecado informativo cada vez más peligroso e imperdonable.
La desinformación llama a la desinformación. Ante esta situación, recurrimos a los lugares inadecuados de donde surgen, no a aquellos que los corrigen o desmienten o simplemente a las fuentes originales. Solo así es posible comprender que los medios "serios" se conviertan en cómplices (como vemos en los dos ejemplos anteriores) de la desinformación. Serán utilizados, sin duda, como evidencias de su "autenticidad". A veces lo simplemente "llamativo" o "escandaloso" es demasiado tentador y se utiliza sin demasiada precaución.
Casi nunca la desinformación acaba en sí misma, casi siempre, por contra, nos remite a nuevos lugares en los que crece la confusión. En un sistema que recoge nuestros datos en cada movimiento, nuestras entradas quedan registradas como posible víctima crédula para la próxima. Ya saben nuestros límites, aquellos aspectos ante lo que somos sensibles y reaccionamos.
Como hemos señalado, el gran enemigo de la desinformación es el silencio. Necesita difundirse, expandirse para crear el campo abonado para nuevas líneas en las que crezca la red desinformativa. De esta forma, se van cambiando las perspectivas y las acciones y decisiones. Se influye, se crea corriente.
* "La Unión Europea no ha prohibido las patatas fritas con sabor jamón" RTVE.es VerificaRTVE 1/08/2024 https://www.rtve.es/noticias/20240801/union-europea-no-prohibido-patatas-fritas-con-sabor-jamon/16205740.shtml
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