miércoles, 10 de mayo de 2023

Un Trump menos poderoso

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Cada vez que alguien elegido democráticamente comete un delito de algún tipo, el sistema en su conjunto se resiente. Lo hace porque elegimos un delincuente de algún tipo y eso hace descender la confianza en nosotros mismos como electores y en las instituciones, que han sido manejadas por alguien indigno de ellas en su beneficio y no en el de todos.

Donald Trump, expresidente de los Estados Unidos, acaba de ser condenado por asalto sexual y por difamación hacia la persona de E. Jean Carroll. La noticia está en la primera plana de todos los medios mundiales por lo que representa en un país en donde piensa presentarse de nuevo a la elección presidencial. La cuestión que se plantea, de nuevo, son sus posibilidades de acceder a la presidencia con un historial negativo único.

En RTVE.es nos cuentan las circunstancias de la condena: 

Un jurado de Manhattan ha declarado al expresidente estadounidense Donald Trump culpable de abuso sexual y difamación a la escritora E. Jean Carroll, aunque no considera que hubiera violación en el encuentro. Como el caso se inició por la vía civil, no hay penas de cárcel asociadas y el exmandatario solo tendrá que pagar una indemnización, que asciende a cinco millones de dólares.

El jurado, compuesto por seis hombres y tres mujeres, ha deliberado poco menos de tres horas a puerta cerrada antes de llegar a un veredicto y fallar en contra de Trump. Es la primera vez que un exmandatario estadounidense es declarado culpable de un delito sexual.

Trump, que rechazó acudir al juicio, estaba acusado de agredir sexualmente a la columnista a mediados de la década de los 90 en unos grandes almacenes de Manhattan, así como de difamarla después afirmando que Carroll se había inventado la historia.* 

Trump ha calificado esto como "la mayor caza de brujas de la historia". Como siempre no se conforma con poco. En su línea habitual, todo esto no es más que una conjura para evitar que él, el "mejor presidente en la historia de los Estados Unidos, según su propia valoración, "haga grande a América de nuevo" (MAGA), su eslogan.

Donald Trump ha hecho correr ríos de tinta digital. No ha dejado de estar en el foco de los medios antes, durante y después de accederla presidencia. Es la combinación perfecta del narcisismo personal con el narcisismo social provocado por la creación de un mundo que busca salir de su intrascendencia a través de las pantallas y las cámaras. Los medios serios descubrieron pronto que no podían dejar de criticar a Trump, que conseguía siempre estar en el centro mediático, que era él quien jugaba con blancas, quien llevaba la iniciativa. Los vientos de la historia soplaban a su favor. El mundo es un gran plató y Trump era la diva desafinada y desafiante situada en el centro del escenario.

Su defensa ha consistido en repetir una y otra vez que E. Jean Carroll, la víctima de la agresión, "no era su tipo", unas palabras que definen a Trump y su egocentrismo. Es él quien decide según su tipo, pero lo importante es todo lo que lleva implícito la afirmación.

The Washington Post

Todo gira sobre su teoría personalizada del poder. Una de las frases que se han usado en su contra son las de aquella grabación en la que indicaba que cuando se es "poderoso" se puede agarrar a las mujeres por sus partes íntimas. Es un privilegio del poderoso. En estos días se han reproducido las grabaciones en el juicio. En otra frase de una entrevista de hace muchos años —que comentamos aquí en su momentoؙ— se preguntaba "de qué sirve ser poderoso si no puedes hacer lo que quieres". La frase la dijo en su comentario al gran clásico de Orson Welles, Ciudadano Kane. Alguien hizo un gran favor al futuro para llegar a entender quién es ese personaje que llegó a la casa Blanca y se resistía a salir de ella creyéndose sus propias fantasías sobre su destino. El poder es el poder; significa que nadie se te opone y que si lo hacen, los puedes destruir. Todo lo demás en Trump es secundario. Todo lo que le rodea es su exhibición de poder, incluyendo a sus esposas.

En el diario El Mundo, el corresponsal Pablo Pardo escribe sobre lo ocurrido:

El ex presidente no mejoró las cosas, al declarar que Carroll "no es mi tipo", confundirla con su segunda esposa, Marla Maples, y afirmar en su testimonio que "históricamente, las estrellas pueden" agarrar a las mujeres por los genitales, una frase suya que salió a la luz en la campaña de 2016 y que causó una tremenda controversia. "Si observas el último millón de años, ha sido en general -no siempre, pero sí en general- verdad, por fortuna o por desgracia", dijo. Cuando la abogada de Carroll le preguntó si "usted se considera a sí mismo una estrella", replicó: "Creo que se puede decir que sí".**

El poder en Trump viene del dinero, no de otra cosa. Es un poder ciento por ciento norteamericano, como él mismo ha vendido. Es, nos dice, el ejemplo del triunfo. Muchos de los éxitos que expone han sido cuestionados. La condena ahora por el asalto a la escritora es la historia de otro fracaso en el haber de Trump. Él le dará la vuelta y recaudará más dinero y ganas de presentarse a la presidencia, que presentará como la decisión de un "jurado", de todos los votantes. 

La causa abierta por el intento de silenciar a la actriz porno Stormy Daniels para ocultar su relación con ella (no es la única en este sentido) nos revela también lo que hace años se llamaba la "erótica del poder", solo que esta vez no hay metáfora. Trump usa el ataque sexual como forma de manifestar que puede comprarlo todo si es necesario. Si falla el sexo, siempre queda el dinero.

El asalto al Capitolio es una forma de desviar sus pulsiones hacia la violencia. Si la democracia es una forma avanzada y racional de gobierno, con Trump se convierte en primitiva, en tribal. Por ello, las sutilezas de la democracia le aburren y se las salta. ¿Para qué está el dinero? ¿"De qué sirve el poder, si no puedes conseguir lo que quieres"?, nos dijo. Y el poder sirve para cualquier cosa, del acoso al silencio, del asalto a la agresión sexual. Si eres poderoso, no hay barreras. Trump juega con la asociación de su poder con el de los Estados Unidos. ¿De qué sirve ser la potencia más poderosa del planeta si no lo demuestras con actos de poder, de fuerza? Por eso la política norteamericana durante Trump consistió en la retirada de los foros internacionales en los que se "doblegaba" mediante acuerdos el poder de los Estados Unidos. Hacer "grande a América" era utilizar el poder e imponer sus condiciones.

¿Servirá de algo su condena o conseguirá convencer a millones de norteamericanos de que él es el destino, el único capaz de satisfacer los sueños y deseos? Hoy tenemos un Trump menos poderoso, limitado por la ley. Pero habrá que comprobar si esto sirve para corregir los problemas o si ya es tarde. la perspectiva de un Trump revanchista y vengativo en la Casa Blanca espanta.

Independent en español

* "El jurado declara a Trump culpable de abusar sexualmente de la escritora E. Jean Carroll, pero no de violarla" RTVE.es 9/05/2023 https://www.rtve.es/noticias/20230509/donald-trump-culpable-abuso-sexual-jean-carroll/2445007.shtml

** Pablo Pardo "El jurado condena a Trump por abuso sexual y difamación, pero no por violación" El Mundo 9/05/2023 https://www.elmundo.es/internacional/2023/05/09/645aa03bfc6c83d9498b45b7.html

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