domingo, 14 de mayo de 2023

La piel de Cleopatra

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Releía ayer para nuestro seminario doctoral la introducción al clásico de Walter Lippmann, "La opinión pública", un libro que sigue siendo de enorme interés. La idea central de Lippmann es que: "Supondremos que lo que hace cada hombre no se basa en el conocimiento directo y seguro, sino en las imágenes hechas por él mismo o que le han sido dadas." Es decir, entre nosotros y la realidad se interponen todas nuestras ficciones, lo que Lippmann llama en "pseudo ambiente". Vivimos en un ambiente (lo que nos rodea físicamente, pero también en pseudo ambiente, lo que nos rodea simbólicamente y lo que llevamos dentro, la cultura de la que nos alimentamos.

Me acordé cuando, repasando la prensa egipcia, me enteré de una polémica suscitada hace una semanas y que todavía dura, algo que había creado una enorme controversia desde una "provocación" televisiva, un capítulo de una serie de Netflix en la que aparece "Cleopatra". Cuando "Cleopatra" era Elizabeth Taylor, con todo la parafernalia hollywoodense, su lujoso cartón piedra y glorioso Technicolor, no había problema. Pero esta vez han tenido una osadía imperdonable: Cleopatra es "negra". No sé si a los de Netflix se les ocurrió pensar en el Egipto de hoy; se supone que lo hicieron en el de ayer, al menos, para sacer adelante su serie. No sé si pensaron en la "Opinión Pública" (Lippman diferencia con las mayúsculas la general de la particular).

He recogido dos textos interesantes en este debate (sé si es la palabra que mejor lo define, dados los efectos). Uno de ellos aparece en el Ahram Online, un periódico estatal, en donde se recogen las versiones oficiales, las protestas indignadas de las distintas instituciones públicas al respecto.  Así podemos leer sobre la indignación causada: 

Ahram Online spoke to a number of prominent Egyptian archeologists and historians about the ongoing controversy surrounding Queen Cleopatra’s ethnicity and race that erupted following the release of a trailer for the upcoming Netflix docuseries.

The trailer released on 12 April features claims that Cleopatra had black skin with curly hair, with one historian saying “I remember my grandmother saying to me ‘I don't care what they tell you in school, Cleopatra was black.’”

In response, many Egyptians slammed the trailer, claiming that the historical records show that Cleopatra, who was born in 69 BC, was Macedonian-Greek. An Egyptian lawyer has even filed a case with Egypt’s Prosecutor-General demanding they block Netflix in Egypt.

Meanwhile, former Minister of Antiquities Zahi Hawass condemned the appearance of Queen Cleopatra in the documentary and described it as “completely fake.”

According to Hawass, Cleopatra was Greek, meaning that she was light-skinned, not black. 

“Statues of Queen Cleopatra uncovered in Taposiris Magna in west Alexandria are the best evidence of her true features and her Macedonian origins,” he added.

“The ancient Egyptian civilization is not a black civilization. Scenes engraved on ancient Egyptian temples and tombs depict the pharaoh striking the enemies and in front of him are people from Africa, Libya and Asia, and we will not find any similarities between the pharaoh and the neighbouring people,” Hawass said.

“Netflix is trying to provoke confusion by spreading false and deceptive facts that the origin of the Egyptian civilization is black,” he added.

“I am not against black people at all, but I found it my duty as an archaeologist to clarify the facts and declare that Cleopatra was not black,” Hawass asserted.* 

Recordemos —solo un ejemplo— que el gobierno egipcio la emprendió hace algunos años contra un centro turístico chino en la provincia de Hebei porque reproducían la esfinge (junto con otras reproducciones de monumentos mundiales, como la torre Eiffel o el coliseo romano). Ocurrió en 2014. Es una muestra de lo celoso que es el gobierno egipcio ante cualquier reproducción que pudiera quitarles algo de turismo. Pero ahora la cuestión va por otros caminos. La cuestión es el color de la piel, el origen de esa Cleopatra de un color inesperado y... sujeto a ciertos conflictos dentro del propio Egipto, que cuenta con una población nubia al sur no siempre tratada como debe.

2014

En el texto se pasa de la "piel negra" a la "civilización negra", como se desprende de las palabras de Hawass. ¿Son diferencias reales de su tiempo o son fruto de nuestra percepción (la percepción egipcia)? En términos de Lippmann, ¿nos permite el bosque del pseudo ambiente ver alguna realidad compartible? "Raza", "cultura", "civilización", términos que utilizamos, son realmente recientes y puede que no se tenga en mente lo mismo.

Las alegaciones a las estatuas y demás no son necesariamente concluyentes. Representan también una forma de ver el mundo y de dejarlo plasmado, como también lo era la monumental película de Joseph L. Mankiewicz con Elizabeth Taylor al frente. 

Pero es curioso que una película como esa, considerada entonces la más cara de la historia, contara con otras opciones de reparto, es decir, de ponerle la cara de actrices tan diferentes como Joan Collins, Joanne Woodward, Suzy Parker, Susan Hayward, Audrey Hepburn, Sophia Loren y Gina Lollobrigida. Pero me llama la atención, a la vista de lo ocurrido, que fuera tanteada para el papel Doroty Dandridge, a la magnífica actriz y cantante afroamericana que interpretaría "Carmen Jones" (1954) o "Porgy and Bess" (1959), la segunda afronorteamericana en ser propuesta al Oscar. La respuesta de Dandridge cuando se lo dijeron fue "You won't have the guts to go through with this... They are going to talk you out of it." (Wikipedia) (Robinson, Louie (March 1966). "Dorothy Dandridge: Hollywood's Tragic Enigma". Ebony. p. 76. ISSN 0012-9011. Retrieved January 11, 2022 – via Google Books.)

¿Qué hubiera ocurrido entonces si Dorothy Dandridge hubiera asentado en el "pseudo ambiente", el mundo de las ficciones que se interponen entre nosotros y la realidad (conocida o desconocida)? ¿Qué hubiera pensado el Egipto institucional, la calle egipcia si una actriz afronorteamericana hubiera interpretado "su" Cleopatra? El cine (en concreto, el de Hollywood) es la gran maquinaria de establecer "ficciones" manejables, de crear ilusiones de realidad.

Egipto es un país repleto de imágenes, propias y ajenas; un país con una alta definición de sí mismo, con muchos elementos en conflicto: están las definiciones panárabes, las definiciones nacionalistas y las religiosas. 

La recopilación de imágenes de todo tipo no garantiza mucho. ¿Tenemos un sentido fotográfico de las imágenes antiguas? ¿Pensamos que son "realistas", que reflejan realmente a las personas? ¿Vieron realmente a  Cleopatra todos los que hicieron imágenes de ellas? ¿Posó para todos? Al final, son unos pocos rasgos los que indican ese "identidad", entre ellos, evidentemente, el color de la piel. Sobre eso se debate.

En Egyptian Streets, en cambio, el tono es muy otro y pone el acento en la cultura más que en la cuestión de la raza. Su titular nos va directamente al centro del problema identitario: 

Adele James, a black actress portraying Cleopatra, the last active queen of ancient Egypt whose father was Ptolemaic, in the Queen Cleopatra episode of Netflix’s new docu-series, African Queens, sparked a worldwide debate. The issue naturally hit Egyptian society closer to home than others, which led to James’ portrayal of Cleopatra to be formally addressed on the official level and informally on social media and in everyday conversations.

Egypt’s Response

There were several responses from the Egyptian side, which garnered widespread support, to what is largely considered historical inaccuracy. The Egyptian Supreme Council of Antiquities issued a statement clarifying that historians described Cleopatra as light skinned with Hellenistic traits and stated that portraying her otherwise is a “forgery of history”. In addition, the newly-launched channel, Al-Watha’eqeya, has announced the production of its own documentary on Cleopatra.

Another method of pushing back, this time on social media, garnered mass engagement. The ‘Egypt for Egyptians’ campaign – expressed through the hashtag in English and Arabic – has Egyptians taking pictures of themselves and placing them next to busts of ancient Egyptians. It is intended to show the similarities in appearance between some Egyptians and their ancient counterparts.

The social media campaign has succeeded in raising awareness of the issue. However, it must be treated with nuance and care, so as to not make segments of the population feel excluded or erased from the idea of what makes an Egyptian. There are problematic aspects of ‘Egypt for Egyptians’ in its current iteration that must be addressed.** 

La petición de que se prohíba Netflix en Egipto nos da cuenta de la dimensión del problema y de la extrema preocupación de los egipcios por la exactitud de la Historia, lo que no deja de ser una ironía en un país donde se han cerrado medios y solo el oficialismo dice qué es verdad y qué no lo es. La idea de que los egipcios pongan sus fotos actuales junto a las imágenes antiguas como "prueba" de los antiguos eran como ellos y viceversa no deja de ser una broma histórica, pero también una prueba de lo fácil que es jugar con la "Opinión Pública" y con los sentimientos de pertenencia a una unidad creada desde el pensamiento nacionalista. La campaña "Egipto para los egipcios" es un sinsentido ya que, como bien señala el articulista, en la superficie solo aparecen los rasgos físicos, no la cultura en sí. Esto es especialmente relevante en un mundo, como el antiguo, de mezclas de todo tipo cuyas huellas otros periodos más preocupados por la identidad se encargaron de borrar. Lo que se reproduce no es tan lo que había, como la imagen que se quería preservar. Si solo son egipcios los que se parecen a las viejas imágenes, ¿qué ocurre con los que no se parecen a nadie?

Más allá de la certeza de la piel de la reina Cleopatra, lo que tenemos es un debate subyacente sobre los límites de lo que aceptamos y permitimos, sobre lo que nos pueda representar y definir. Es una forma de crear barreras y exclusiones, las que surgen automáticamente al crear la identidad. Es un proceso que une y separa; me une con los iguales, me separa de los que no son como yo.

Foreign Policy 14/05/2023

¿Qué hubiera ocurrido si hubieran tenido "la agallas" para que la actriz afroamericana Dorothy Dandridge hubiera interpretado a Cleopatra? Pero los mediadores, los constructores de la opinión pública de la época no habrían dejado probablemente pasar una Cleopatra, como el estereotipo de la belleza, con piel oscura.

La construcción de una identidad "árabe" egipcia elimina a otros, creando problemas por la piel, la religión o cualquier otro factor que tomemos como relevante. El artículo de Egyptian Streets se cierra con dos párrafos que me parecen relevantes sobre qué significa ser egipcio:

Some Nubians or other people from the south of Egypt may post a picture of the black actress who played Cleopatra which sparked outrage and point out that they have more resemblance to her than to historical Cleopatra. Such a person would not do so because it is historically inaccurate, but are Nubians not Egyptians, too? What about Bedouins from Sinai? Or the children of immigrants that came from Sudan, for example, decades ago and mixed with Egyptians? Too soon? What about their great grandchildren?

This is why it is important to recognize that Egypt is for all Egyptians, and as we protect the accuracy of Cleopatra’s depiction, we should also depict the accuracy of Egypt’s diverse racial landscape.** 

Vivimos épocas de exaltación de la opinión pública mediante mecanismo populista, uno de los señalados es precisamente esta forma de nacionalismo excluyente. "Ser" egipcio o de cualquier otro lado es ya más una cuestión do convivencia por encima de colores que otra cosa. Es más compartir ideas y sentimientos que compartir colores epidérmicos y rasgos. Pero siempre hay intereses que tratan de establecer viejas barreras que les benefician es sus manipulaciones.

Que haya un documental en el que se muestre a una Cleopatra negra no debería suscitar este tipo de reacciones. ¿Se equivocan? De acuerdo. Pero los efectos de la reafirmación de la identidad pueden ser contraproducentes por excluyente.

13/11/2012
Me vienen a la memoria las actuaciones de ciertos fundamentalistas radicales egipcios que pedían la destrucción de los monumentos faraónicos, de las pirámides a la esfinge, por ser de otra cultura o religión. ¿Eran poco o nada egipcios los monumentos, si ser egipcio implica ser de una sola religión? Para ellos lo que definía lo egipcio no era la piel, sino la fe. Por eso, lo mejor era destruir el pasado visible, los monumentos. Una forma radical de entenderlo. 

La controversia creada, los intentos de prohibir Netflix en Egipto, la elaboración de nuevos documentales para "reafirmar" el color blanco de la piel de Cleopatra, la campaña de comparación fotográfica, etc. parecen demasiadas polémicas en un país donde no escasean precisamente los problemas de todo tipo, donde los egipcios se ven con muchas dificultades.  

Por todo el mundo, los egipcios han llenado los medios con sus ideas sobre lo que representa ser egipcio y, a la vez, sobre cómo lo egipcio debe ser representado. No es tanto una lucha por una verdad difícil de encontrar, sino por una forma de construir ese pseudo entorno, la cultura, del que hablaba Walter Lippmann. Lo malo es hasta dónde somos capaces de llegar para hacerlo.


* Nevine El-Aref "Egyptian experts weigh in on controversy over Cleopatra’s race ignited by upcoming Netflix docuseries" Ahram Online /04/2023 https://english.ahram.org.eg/NewsContent/9/41/498583/Antiquities/GrecoRoman/Egyptian-experts-weigh-in-on-controversy-over-Cleo.aspx

** Omar Auf "‘Egypt for Egyptians’ Raised Awareness, Now it Must Encourage Inclusion" 4/05/2023 https://egyptianstreets.com/2023/05/04/egypt-for-egyptians-raised-awareness-now-it-must-encourage-inclusion/


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