sábado, 20 de mayo de 2023

Otro suicidio infantil, salud mental y agresividad social

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

De nuevo, un trágico suceso se repite: el salto al vacío de dos mellizas, de doce años, esta vez en Oviedo. Un nuevo caso de suicidio y un fondo que se repite: el acoso escolar, el llamado bullying.

El caso lo recoge parte de la prensa de hoy y las especulaciones, comparaciones, etc. se vuelven a repetir, tal como ocurrió con el caso de las gemelas de Barcelona, de las cuales sobrevivió una de ellas al impacto tras la caída.

Si en Barcelona eran dos niñas de origen argentino, esta vez son de origen ruso. El caso se repite con sus propias variantes. Determinar lo esencial del caso frente a lo accesorio es importante.

Y lo esencial es que nadie dijo nada hasta que se producen las muertes. Entonces todo son explicaciones y detalles. Tiene que ocurrir la muerte para que el suceso se nos muestre a la luz. Lo que es silencio e indiferencia, tras las muertes se convierte en circo mediático y político. El siguiente caso asegura el olvido.

El caso que se recoge hoy, el de Oviedo, tiene un mismo detonante: el acoso escolar. El mal sigue mostrando su cara, pero preferimos desviar la mirada hacia sus efectos, las muertes, y no hacia sus causas, la violencia en los colegios.

Los dos problemas están conectados, sin duda, pero hacemos un flaco servicio cuando consideramos la salud mental el problema en estos casos. La salud mental es un problema, pero un problema que crece porque se niega su causa, el acoso y la ansiedad que produce.

En 20minutos se explica:

[...] la vecina del bloque entrevistada en el programa de Cuatro, también confirmó a la reportera que su nieto era compañero del colegio de las niñas, y que este había asegurado que sufrían bullying. También añadió que "habían dejado una nota" confirmando que sufrían acoso escolar. Esta información podría abrir una nueva hipótesis a la investigación dando lugar a una nueva pista sobre las causas del suceso. * 

Y se cierra el texto del artículo de esta forma: 

Lamentablemente, tres meses después del suceso en Barcelona, Oviedo revive la pesadilla. En aquel caos, dos hermanas gemelas, de la localidad de Sallent, también se arrojaron al vacío desde un tercer piso. Esta vez, una de ellas, Alana, falleció, mientras que Leila, su gemela, resultó herida grave, aunque finalmente sobrevivió

Como consecuencia de estos hechos, se señala cada vez más al aspecto de la salud mental, sobre todo a la de los más jóvenes. Por ello, la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha tildado este suceso como "escalofriante". Así pues, también ha añadido que, a pesar de las herramientas que ya están en marcha para hacer frente a casos como este, "claramente, la sanidad pública ha de abordar el problema de salud mental, especialmente en las etapas más jóvenes".

En la misma línea, el presidente del Principado, Adrián Barbón, ha dicho sentirse "consternado" y, aunque ha advertido de que aún hay que esperar a que la investigación aclare las circunstancias que rodean este trágico suceso, ha reconocido que debe mejorarse aún más todo lo relacionado con la salud mental de los jóvenes y niños. * 

¿Cómo es posible señalar que el "problema" es la "salud mental"? Hacerlo así es mirar para otro lado, a la causa real, que no es "mental" sino "social". ¿Son este tipo de suicidios causados por enfermedades mentales o más bien por la situación creada por los compañeros acosadores, por la ceguera intencionada de los responsables escolares que evitan enfrentarse de continuo con las familias de los compañeros acosadores?

No son los suicidas los enfermos, que es una forma de esconder las causas. Es el acoso continuo que reciben, el maltrato directo y la indiferencia. Pero la responsabilidad parece que se evita mirando hacia otro lado primero y considerando que la responsabilidad es la salud mental de los suicidas. ¿No están enfermos los acosadores y maltratadores? Mientras no cambien las etiquetas que sirven de refugio a los responsables, no se va a intervenir de forma útil y correcta.

Lo sorprendente es que se da por bueno que es la sanidad la responsable, que los suicidas se habrían salvado de asistir a terapias. ¿Para cuándo las terapias para los maltratadores? Mientras se hable de "acoso" y no de "mal trato" los que practican conductas criminales (y el maltrato lo es) seguirán pensando que sus actos son juegos, cosas de niños que seres especialmente sensibles no entienden y se suicidan. Así, el problema está en ellos y no en una sociedad en la que la violencia se ha normalizado en diferentes niveles.

La violencia nos preside desde los representantes políticos hasta los colegios; es un flujo continuo. La agresividad se extiende como forma de relacionarse unos con otros. El diálogo es inexistente y muestra la carencia de recursos y voluntades de convivir armónicamente. La violencia es un camino más fácil, pero tiene trágicos efectos al ser difícil de controlar. La agresividad y la violencia empobrecen el discurso, por lo que es más fácil agredir que conversar.

Los populismos hacen de la agresividad una estrategia de captación. Señalan enemigos y peligros en su estrategia victimista. No es extraño que se estas víctimas sean de orígenes distintos, rusas y argentinas. Los acosadores señalan a los que se diferencian en algo, lo que sea, como las víctimas que les permiten diferenciarse y anular los derechos del otro. ¡Son de fuera, son otros, son diferentes! 

Son tiempos de violencia colectiva, de manadas, de violaciones en grupo. La brutalidad no es ya individual o vergonzosa. Se ha hecho pública a través de la promoción viral de vídeos y fotos mostrando a todos el poder que ejercen, la debilidad de otros. No investigamos suficiente sobre lo que esto realmente representan. El delito, del exceso de velocidad a la violación o la paliza, se ha convertido en mediático, en una forma de exhibicionismo narcisista del que se puede presumir ante los otros. Es poder.

Lo hemos dicho en ocasiones anteriores: en los colegios se recoge lo que se siembra socialmente. Es lo que les llega por el propio estrés familiar. Allí acaban los efectos del maltrato familiar, pero también el estrés laboral, que se acaba depositando allí donde puede liberarse. El discurso violento se acaba transformando en acción violenta. Las escuelas se han convertido en el espacio perfecto para darle salida. Es una especie de Fuenteovejuna, donde el fuerte se hace con el control de los débiles y los lanza contra los que no tienen salida. Mirar les hace cómplices; denunciar es un acto de traición que hará volverse la ira de los denunciados contra ti en cuanto que haya ocasión, que será muy pronto. Saben que es difícil que sean castigados. La ley del silencio impera. Solo el trágico resultado final anima a algunos a hablar. No, no es problema de salud mental. Puede ayudar la atención, pero solo si sirve para cambiar las situaciones; si todo se repite, si todo sigue igual, ¿para qué?

No, las dos niñas que se han suicidado no tenían problemas de salud mental; eran víctimas de los verdaderamente enfermos —de agresividad, de odio—, lo que les rodean. Hay que dejar de idealizar a los menores, hay que dejar de idealizar a las familiar, dejar de idealizar las escuelas. No son los entornos inocentes que nos gustan. Los llantos de los niños que no quieren ir cada mañana  nos avisan de que algo malo ocurre. La indiferencia del profesorado, harto probablemente de tener que enfrentarse a los padres que lo niegan todo y a los que exigen una explicación debe ser resuelta. No se trata de tener un psicólogo en los centros, que es la repuesta fácil de la administración y que vuelve a creer en una "enfermedad" de la víctima real. Mientras los psicólogos no atiendan a los verdaderos enfermos mentales, mientras se sigan mostrando como normales las relaciones agresivas en todos los niveles, difícil será que se resuelva algo y que no siga este rosario de víctimas.

Ahora se insiste en que no intervinieron "terceras personas", lo que no deja de ser una ironía y una cortina de humo para eludir la responsabilidad colectiva. ¿No son terceras personas las que hacen llegar al suicida a esa situación? Igualmente se preguntan sobre si una influyó sobre la otra. Es el mismo despropósito con intención de eludir la situación cada vez más grave. 

No es que empeore la "salud mental" por algún extraño mal. Esa es solo la segunda fase del problema. El primero son las causas, el origen. Y ese está claro en casi todos los casos: es el acoso. Si una mujer se suicida por el maltrato machista en su hogar no se nos ocurrirá decir que lo ha hecho por un problema de salud mental. Apuntaremos directamente a la causa, el maltrato recibido, la violencia contra ella.  Para que esto se produzca es esencial informar bien, no servir de distracción, de circo mediático, y sensibilizar realmente a la opinión pública sobre las causas, que las autoridades tengan que enfrentarse al problema real.

Hay que dar el salto a llamar a las cosas por su nombre, "desidealizar", como hemos señalado antes, el espacio escolar; hay que problematizarlo adecuadamente para poder cambiar esta situación trágica.


 

 * Alejandro Sánchez de la Blanca "Un sexto piso, una nota, una familia "muy normal"... Qué se sabe del dramático caso de las dos mellizas de Oviedo" 20minutos 20/05/2023 https://www.20minutos.es/noticia/5129738/0/sexto-piso-nota-mellizas-muerto-oviedo/

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