jueves, 7 de abril de 2022

Racha de pelotazos

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


De nuevo nos vemos asediados por otra racha de "pelotazos", un término que en España elevamos en su momento al nivel de la "cultura" gracias al etiquetado de los medios. Pasar del "pelotazo" a la "cultura del pelotazo" es pasar del hecho al contexto en el que se produce, la motivación que los genera y hasta la opinión que los justifica y hasta envidia.

Los pelotazos son una vía rápida y poco clara para conseguir beneficios con el mínimo esfuerzo. El pelotazo es jugar con ventaja y pagar con dinero ajeno que se cobrará de otra forma en algún oscuro lugar, en algún remoto banco o a través de algún pariente lejano.

En el pelotazo se concentran las pocas ganas de trabajar y muchas ganas de disfrutar de lo ganado. El pelotazo es una forma de vida y de relación social, necesita de "contactos", un concepto clave en este mundo-red de los comisionistas, forma antigua y con la que se quiere dar cierta entidad.

De la cultura del trabajo a esta indecente manera de vivir de las comisiones, versión de aparente del antiguo "vivir de las rentas", hoy mal visto. El comisionista parece que trabaja, que se ajusta a la ley y muchas veces lo hace, pero compite por debajo y con preferencia, se mueve entre amigos y amigos de amigos, entre conocidos que facilitan teléfonos o te dan el e-mail correcto y un "di que vas de mi parte" o "me dirijo a ustedes porque el/la sr./a. XXXX me ha dado su dirección de correo", todas ellas fórmulas protocolarias de alto rendimiento, por lo que se ve.

El alcalde Almeida dice que su primo se limitó a facilitar el correo al que todo el mundo acudía. ¡Estupendo! Pero habrá que ver porqué llamaron al primo y no miraron en Google o en la página web del ayuntamiento de Madrid, como todo el mundo, un concepto que a ellos, en su singularidad relacional, les parece demasiado plebeyo. Aquí, el que no tiene un primo tiene un hermano. En Sicilia pasa lo mismo y no se protesta tanto.

Sacarse seis millones de euros en comisiones son muchos millones y una enorme explicación requerida. Los medios han empezado la casa por el tejado, es decir, por saber en qué se han gastado los millones estos comisionistas. En ABC leemos:

El nombre de Luis Medina (41 años), personaje omnipresente en la crónica de sociedad, casi desde la cuna, y en publicaciones de referencia de estilo y aristocracia ('Point de Vue', biblia del Gotha europeo, en su día le consagró como 'el soltero más atractivo del mundo', mientras que 'Vanity Fair' le añadía a su lista de elegantes entre los elegantes), ahora se suma a la nómina de investigados por la Fiscalía Anticorrupción.

En su caso, por las comisiones millonarias que, en compañía del empresario Javier Luceño, habría cobrado en una operación de venta de material sanitario de primera necesidad al Ayuntamiento de Madrid y en plena pandemia. Según el escrito de la Fiscalía, Luceño y Medina inflaron el precio de los productos (mascarillas, guantes y tests) un 148% simulando que eran representantes exclusivos de una empresa malaya con fábricas en China.* 

El pelotazo sanitario tiene algo más que investigación por si hay delito: hay desvergüenza e inmoralidad, agravante con la materia en sí. ¿Cuántas más mascarillas se habría podido comprar con ese dinero público, cuántos test? ¿Cuántas vidas se podrían haber salvado de poder tener un bien tan escaso como llegaron a ser las mascarillas? Tan es así que el propio diario se pregunta cómo alguien tan elegante por fuera puede estar en algo tan sucio y feo por dentro. 

Pero, ¿qué hace un chico como él en un proceso judicial de tan grueso calado como este? Marqués de Villalba, hijo de Naty Abascal y el fallecido Rafael Medina (el título de duque de Feria lo ostenta en la actualidad su hermano Rafael) y criado en el seno de una de las familias con mayor número de distinciones y grandezas de España, la Casa de Medinaceli, su vida profesional siempre ha estado vinculada al negocio textil, al igual que la de su hermano mayor.

Rafael Medina, casado con bilbaína Laura Vecino, inició su andadura profesional en 2007, cuando creó la exitosa marca de moda masculina Scalpers en 2007 junto a dos amigos y varios inversores, entre los que se encontraban Meby Inversiones y Nimbus Capital. Siete años más tarde, se desvinculaba de Scalpers para unirse al grupo Inditex.

Luis, por su parte, no ha disfrutado de una vida empresarial tan rutilante como la de su hermano, aunque, como él, sí aprovechó una nutrida red de contactos (muchos de los cuales pasan por Asia) para poner en marcha varios proyectos con los que, además, se asentó como referente de estilo a la manera de siempre: no le interesa pasar por 'influencer'. No lo necesita. Al cabo, ser hijo de Naty Abascal siempre le ha dado el pedigrí de una elegancia que no necesita exhibir más allá de los 'photocalls' o los salones de la alta sociedad.* 


¿Qué país de idiotas hemos hecho en el que se puede ir por la vida de "hijo de Naty Abascal", vivir de ser elegante por parte de madre y lucir palmito en alfombras y salones? ¿A dónde vamos con esta fauna artificial, creada para ocupar minutos de emisión en las televisiones, dar trabajo a los fotógrafos y rellenar páginas de medios que ahorran en puestos de trabajo? ¿Qué engendro hemos creado con toda esta sarta de figurines oportunistas transformados en comisionistas presuntamente delictivos que conecta la "alta ridiculez" con la clase política, extendida cada vez más de padres a hijos, de hermanos a hermanas, con primos, tíos, toda conexión familiar relevante?

Los comisionistas tienen su segundo escándalo seguido en Madrid, sitio especialmente conflictivo en estas cosas. Pero los casos abundan repartidos por diferentes espacios políticos.

Recordamos cómo algunos cruzaban las fronteras españolas en busca de mascarillas más baratas. ¿Por qué hay que salir a otros países a buscar lo que allí es mucho más barato, se vende en los supermercados, etc.? Puede que una parte de la clave de este país encarecido artificialmente esté en los intermediarios y comisionistas que parasitan la vida económica nacional.

El largo titular del diario El País nos aclara el noble destino del dinero conseguido con estas artes relacionales: "Así se gastaron los seis millones los empresarios comisionistas de mascarillas en Madrid: ‘ferraris’, ‘rolex’ y hoteles a 6.000 euros la noche". ¡Hay que ver qué buen provecho se le saca a un e-mail!

El gasto realizado acaba por definir a los personajes de esta historia inmoral, retrato infame de un país en donde los eslóganes nos dice que de esta "vamos a salir más fuertes", mientras que la realidad nos demuestra que "de esta algunos van a salir más ricos", asquerosamente ricos y despilfarradores. No vamos a pedir la virtud del ahorro a los que no tienen la virtud de los escrúpulos, sería pedir demasiado.

Pero sí que hay que exigir a los familiares que están del lado activo que alejen a sus parientes del lado pasivo, del de las ganancias tontas, pero siempre legales, como dice la presidenta regional.

De los múltiples pelotazos que sacuden la vida nacional de forma continuada, estos relacionados con la pandemia son especialmente asquerosos por lo que revelan de inmoralidad, codicia y aprovechamiento de la necesidad.

Hay toda una parte parasitaria en la vida española. Está siempre dispuesta a ponerse por medio para sacar tajada de esas maniobras en la oscuridad a través de estas redes de contactos. No hay camino que no intervenga si esto le produce ganancias fáciles y escandalosas, como es el caso.

A ver si hay suerte y si pilla bien a alguno de estos familiares que pasaban por allí, hijos de la alfombra roja o de la discreta trastienda familiar. Necesitamos escritores y azconas y berlangas que nos den nuevas imágenes tomadas de la vida real, una serie..., lo que sea que lo retrate. Siguiendo el modelo de Berlanga, podría titularse "La mascarilla nacional", dejando al descubierto esta fauna ibérica de la que no conseguimos desprendernos en este país de chiringuitos en todos los niveles, de los playeros a los empresariales. Nobles, elegantes y políticos son su base, pero seguro que escarbando un poco salen más ferraris.

Como madrileño, lamento que mis impuestos acaben donde acaban, en los bolsillos de algunos. Como español, lamento que esto se utilice para luchar entre partidos y no se intente acabar con ello mediante pactos anticorrupción efectivos. Esto nos ofende a todos, por encima de cualquier distinción. Está enquistado y hay que combatir esta clase parasitaria en cualquiera de sus colores, ya que las ideas son las mismas.

elDiario.es 6/04/2022

* I.G. Rico "Luis Medina: de la lista de los más elegantes a la nómina de investigados por Anticorrupción" ABC 7/04/2022 https://www.abc.es/espana/madrid/abci-luis-medina-lista-mas-elegantes-nomina-investigados-anticorrupcion-202204070109_noticia.html

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