Joaquín Mª Aguirre (UCM)
A veces
los informadores no acaban de entender ciertas cosas o no quieren hacerlo. Ocurrió ayer en RTVE. El
embajador de Ucrania se encontraba en el estudio, en directo, contestando a las
preguntas que se le hacían. En un momento el conductor del programa lo detuvo.
"Hoy ha intervenido Vladimir Putin durante un acto en Bielorrusia y vamos
a escuchar lo que ha dicho", explicó. El embajador, visiblemente incómodo,
le respondió: "No tengo muchas ganas de escuchar a Putin
porque, repito, no vale, su palabra no vale nada". Lejos de entenderlo, el
conductor del programa señaló: "Pero los españoles tienen que verlo. Además a
veces es bueno escuchar con el que estás enfrentado porque se le desnuda. Cuando
alguien con el que estás enfrentado dice algo que está... evidentemente que no es
verdad incluso consigue un efecto contrario al que a veces se propone. Vamos a
escuchar al presidente ruso". Las frases le salieron confusas, la voz un
tanto perdida al presentador. Mientras, el embajador S. Pohoreltsev mostraba un evidente y creciente malestar. Ya era malo escuchar al
presidente ruso, pero escuchar las explicaciones del presentador del programa era
peor todavía.
El gesto con la mano sobre la mesa del embajador no dejaba dudas sobre lo contrariado que estaba. El "vamos a escuchar a Putin" fue como un jarro de agua fría. Para mayor indiferencia, el presentador le resume todos los puntos de Putin, para que quede claro que espera su respuesta. ¡Qué error!
Tras
escuchar las explicaciones del presentador sobre lo dicho por Putin se vuelve a
la situación anterior. El embajador es contundente: quien incumple es Rusia.
"No sé si vale la pena escuchar...", señala con una media sonrisa
irónica. El presentador vuelve a la carga: "Yo creo que vale la pena
escuchar, incluso cuando alguien queda retratado... o por lo menos para que la audiencia
saque sus propias conclusiones".
La
cuestión se zanja finalmente con una pregunta que cambia la orientación del debate hacia
aspectos menos pedagógicos por parte del presentador. Este acabará dando
entrada a los participantes en el debate. La pregunta del primero de ellos no
arregla nada. Comienza aludiendo a un vídeo en el que "soldados
ucranianos parecían estar rematando a soldados rusos que estaban heridos".
Insiste en el derecho de Ucrania a defenderse, para pasa a la pregunta: "¿Eso se está investigando y qué medidas se van a tomar para que, en esa
defensa legítima, no se cometan abusos por parte de algunos miembros del
ejército de Ucrania?". El embajador dice lo único que puede decir: que no ha visto las imágenes, que lo ha
leído en los periódicos, que se está investigando y que cuando tenga información,
gustoso la compartirá. ¿Qué esperaban, una primicia?
¿Han entendido lo que es una "guerra", lo que es ser
miembro de un país masacrado y lo que supone ser embajador en otro país? Me
temo que no, que la guerra es el "tema" de la noticia y poco más. De
tener un conocimiento más sensible sobre la guerra y sobre la situación habrían entendido que no se puede pedir al embajador de un país invadido que se
mantenga impertérrito ante la imagen del invasor y tener que escuchar la sarta
de falsedades con las que se tapan miles de muertos, la destrucción provocada,
la miseria por décadas, el dolor causado cada día. Sí, ¿qué tiene que aprender
el embajador ucraniano en España de lo que pueda decir Vladimir Putin? Como
representante oficial, se limita a decir lo que se le autoriza a decir. Las
preguntas absurdas solo pueden tener respuestas diplomáticas.
No, el
papel de un embajador no es escuchar qué tiene que decir Putin, aunque sí es
cierto que los españoles deben escucharlo. ¿No se podía haber organizado de
otra manera que no significará que el embajador ucraniano estaba "escuchando"
las palabras del presidente que ha ordenado la invasión de su país? ¿No podían
haberlo hecho de otra manera? ¿Es lo "periodístico" hacer que lo
aguante mientras se ilustra la entrevista con fosas comunes, destrucción,
cadáveres en las calles? Los españoles, en cualquier caso, ya habían escuchado a Putin momentos antes, en el noticiario. Es lo mismo que se aprovechó para el programa.
RTVE ha realizado un gran trabajo sobre el terreno en Ucrania y en sus fronteras. Los periodistas que han trabajado y lo siguen haciendo dan una información in situ evaluando los daños, los efectos de la guerra sobre la población, hablando sobre su dureza insoportable. Pero la forma de plantearlo desde la "retaguardia", desde unas preguntas preparadas mirando teletipos o repitiendo los tópicos que se han escuchado en el día, evidentemente no es la misma. Son los toros desde la barrera, otra clase de periodismo.
¿Se
puede entender que, tras ver decenas de imágenes de destrucción y muerte, de
casas y barrios borrados del mapa, la pregunta sea qué está haciendo Ucrania para asegurar que no se cometan excesos en la
guerra? Yo, al menos, no entiendo esta clase de ingenio, de pregunta diferente,
de súper pregunta, prácticamente una acusación que se esconde tras una falsa
"neutralidad" de la información. Sí, los espectadores españoles
tienen derecho a saber, pero la pregunta es una forma clara de proponer una falsa
balanza y taparse los dos ojos.
La
entrevista al embajador ucraniano se caracterizó por una falta de sensibilidad
y algo llamado paternalismo, algo que hace que se puedan dar lecciones sobre lo que se debe escuchar o no, por mucho que se diga que Putin se retrata al escucharle.
Se
corrió el riesgo de que el embajador se levantara y dijera que ya regresaría
cuando terminara Putin de hablar, que efectivamente no tenía ganas personales ni diplomáticas de escuchar al que ha sembrado la muerte en su país.
Estamos manifestando solidaridad con Ucrania cada día. La frialdad, por llamarlo de alguna manera, mostrada ayer no se corresponde con lo que ahora sentimos y decimos. Obviamente no se trata de hacer propaganda, sino de preguntar lo que es posible responder y nadie más limitado en sus respuestas que un embajador, alguien que representa oficialmente a un país en el nuestro.
Me sentí incómodo con la entrevista, no me gustó el planteamiento ni el desarrollo por, creo, una mala decisión estratégica. También por una cuestión de "tono", de actitud. Poner a la defensiva a un invitado no es el mejor método para hacer entrevistas; darle lecciones sobre lo que debe ver o no tampoco. Menos en las circunstancias actuales.
Supongo que ante este clima, el embajador ruso estará deseando participar en algún debate.
* La
noche en 24 horas "El embajador de Ucrania en Madrid: "Defenderemos
cada metro de nuestro territorio, la integridad territorial es crucial""
RTVE 12/04/2022 https://www.rtve.es/play/videos/la-noche-en-24-horas/entrevista-embajador-ucrania-guerra/6487703/
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