martes, 31 de diciembre de 2019

La alegría de aprender

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La transformación de la Educación en estas décadas ha sido un desastre y tiene sus paralelismos con la sociedad que la usa y donde quedan definidas sus aspiraciones y la falta de ellas. Creo que no hay mayor termómetro social que la educación. Es la que define aquello que necesitamos y nuestros ideales de ser. La educación siempre es un juego con el futuro, con el cómo queremos ser.
Pero se ha convertido la educación en una rutina que debe ser reconocida mediante una serie de items en los que puntuar. Lo ocurrido con el Informe PISA es una buena muestra de nuestra forma actual de entender la educación, resuelta en subir o bajar de unas listas determinadas. No importa más.
No tenemos un ideal de educación porque nos tenemos un ideal de persona que lo encarne. Las diferencias sociales, por el contrario, se han convertido en nuestra seña de identidad. La educación no es más que otro factor diferencial en el camino hacia algo que cada día es más vacío y oscuro.

A algunos les parecerá que está muy bien eso de carecer de "ideales" o "modelos". Cada uno los suyos. Quizá habría que decir a cada cual los que se puede permitir. La apatía que muchos constatan en los jóvenes no es más que una reacción de protección contra las frustraciones. Hace años que no escucho la palabra "vocación". ¿Para qué querer ser algo si solo vas a poder hacer lo que te dejen o te digan que hagas? ¿Para qué añadir la frustración? Es ir por la vida a lo que salga.
Me afectó que el otro día la cajera que me atendió en el hipermercado dejara caer con pena que ella había estudiado Educación Infantil. No lo dijo con gran tristeza, sino con cierta ironía. A pocos metros por encima de ella, los niños jugaban en un recinto de bolas y trampolines. Era lo más cerca que estaría de su vocación, a la que había dedicado años, esfuerzos y seguramente muchas ilusiones. Pero las probabilidades de trabajar en lo que deseaba se reducen cada día. Ya sabemos que no es cuestión de una "crisis", como se nos ha ido diciendo, sino de un modelo que llegó para quedarse y que está fabricando insatisfacción por todo el mundo, algo que se manifiesta en la ira constante.
Quisiera dedicar este último post del año a mis doctorandos. Tienen una vida dura por delante. La mayor parte son extranjeros, pero eso lo hemos dejado ya aparte construyendo nuestro país imaginario en el que convivimos y compartimos aquello que nos gusta aprender, conocer, compartir... "¡Profe, la vida es dura!", fue el mensaje que me enviaron desde fuera. Sí, sin duda lo es. Pero trata tú de no hacérsela más difícil a los demás. Es lo que nos queda,lo que podemos hacer cada uno. Repetir lo que vemos es suicida.

Para mí ha sido un imperativo que encuentren placer en lo que hacen, en el estudio que han emprendido porque es un camino de satisfacción y no de sufrimientos, como se empeñan cada día en convertirlo las cabezas pensantes. Para ellos, aprender debe ser una carrera de obstáculos, un campo de batalla en el que sobrevivan solo los más fuertes, sea esto lo que sea. 
Aquí, en su visión bélica del mundo, no se recogen heridos; los muertos se amontonan en su visión apocalíptica de la enseñanza. Lo llaman "motivación", "competencia", etc. No es más que una forma de reafirmar el poder dentro del sistema más jerárquico y burocrático ideado nunca. ¡Sí, la vida es dura!
A todos vosotros: que no nos hagan perder la alegría de aprender, de amar lo que hacemos y de darle un sentido para todos. Definamos como definamos la ciencia, el conocimiento, etc. se debe hacer desde la perspectiva de la mejora de todos y no de los privilegios de nadie. Si no debemos perder el sentido personal, tampoco se debe perder el social. De muy poco sirve mejorar uno mismo si no lo hacen los demás. Es condenarse a la soledad.
Para los que han terminado este año, mucha suerte. Para los que siguen trabajando, mucha fe. ¡Feliz año a todos!


lunes, 30 de diciembre de 2019

Memoria de casi una década

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La llegada de una nueva década, los años 20 del siglo XXI, hacen que las tradicionales reflexiones y repasos sobre lo ocurrido, típicas de final de año, se extiendan, con una perspectiva más amplia de los hechos y de sus consecuencias.
Este blog nació en 2011 como consecuencia de lo que después se llamaría la Primavera Árabe. Empezó para dar cuenta y visibilidad a lo que le pasaba a unos compañeros y amigos egipcios con los que entonces compartía trabajo, ideas y alumnos. A algunos la revuelta del 25 de enero de 2011 les pilló por tierras españolas; a otros allí, con un corte de comunicaciones que les aislaba del mundo.
En la CNN, Tamara Qiblawi, hace un ejercicio de memoria con el artículo titulado "A decade of protests has reshaped the Arab world -- and more change is on the way" y recoge testimonios e interpretaciones:

"It (the 2011 protest movement) was a combination of a rejection of stasis ... and unemployment challenges, especially youth unemployment," said Timothy Kaldas, a Cairo-based political analyst and non-resident fellow at the Tahrir Institute for Middle East Policy (TIMEP).
"That cocktail is toxic and infuriating. And once Tunisians broke that barrier of fear and demonstrated that popular uprisings can actually effect change, you saw that have a domino effect," he told CNN.
For a while after the 2011 uprisings, it seemed that Arab countries might share a unified fate. But after toppling their leaders, Libya, Yemen, Egypt and Tunisia went down vastly different political paths.
Libya and Yemen have descended into civil war. Failed uprisings in Bahrain and eastern Saudi Arabia were followed by years-long crackdowns. In Syria, President Bashar al-Assad laid waste to huge swathes of the country as he fought an armed opposition and has managed to hold on to power. And in Egypt, the popular movements that deposed former President Hosni Mubarak have had to reckon with another equally repressive regime, led by President Abdel Fattah el-Sisi.*



Es una sencilla descripción de los inicios, pero hay muchas más cosas. Quedarse en lo que se ha dicho hasta el momento en cuanto a la frustración por el desempleo, los jóvenes, etc. es quedarse muy corto. Si no se da sentido a todo esto, se queda en tópicos, como suele ocurrir a menudo.
La idea de que la sublevación se produjo por el desempleo y factores económicos es uno de los enormes malentendidos que se han buscado. Eso significa que todo irá bien sin la economía va bien, un principio pragmático que no siempre funciona, sobre todo si se combina con la fuerza represiva. Ese parece ser el modelo: autoritarismo y mejora económica. Pero la triste realidad es que el autoritarismo no logra controlar la corrupción endémica , por lo que la pobreza se mantiene. Y lo hace básicamente por dos aspectos: apenas se combate y no hay interés en recortarla pues es la mejor perspectiva de mantener el sistema de dependencia de un pueblo empobrecido que mira a los poderosos para una salida de sus situación. Esa salida es tener acceso a la subsistencia y a una porción del pastel que se reparte desde el poder.


Es cierto que fue una revolución iniciada por los "jóvenes", pero también es cierto que esos jóvenes lo que rechazaban era un paternalismo que les obligaba a la obediencia bajo un supuesto claramente patriarcal: el pueblo es una gran familia que se pone bajo la batuta de aquel que está ahí por voluntad divina y busca lo mejor para ellos. Hasta los más laicos de los dictadores, han usado a Dios o su voluntad como forma de vencer la resistencia. Eso ha llevado siempre la lucha a la deslegitimación, a la erosión y distorsión de las figuras del poder y, como contrapartida, al ejercicio abusivo de la propaganda de los estados.

¿"Guerra civil"? No sé si el término es adecuado desde dentro. Pensemos en Siria, en lo que ha ocurrido y sigue ocurriendo. En unos casos se ha planteado como una "guerra religiosa" entre creyentes y radicales, donde el radical es el otro. Hay otra variante: entre creyentes y ateos, donde tampoco se plantea como una "guerra civil", sino como una amenaza exterior. A veces se combinan las dos.
Esta dimensión religiosa, fuentes de conflictos, se suele ignorar por los medios de información, que tienden a etiquetar de forma sencilla a los contendientes. Pero se trata de un mundo increíblemente complejo, en donde una cosa es lo que se es, otra lo que se dice ser y una tercera cómo los otros quieren que seas percibido. Adentrarse en Oriente Medio es moverse en un mundo de discursos grandilocuentes en entornos miserables y discursos miserables en entornos de lujo sonrojante; un mundo de medios controlados, donde la independencia se paga con la vida y las mentiras a precio de oro.
Esto afecta incluso a la percepción del propio Occidente. Un mismo gobierno puede estar alentando a su pueblo acusando a Occidente (un término confuso, pero eficaz y siempre negativo) para firmar contratos o recibir ayudas pocas horas después. Se puede jugar al antioccidentalismo callejero y al pro occidentalismo gubernamental simultáneamente dentro de unas formas políticas que solo sienten que tienen una obligación: conservar el poder a todo trance.


Lo hemos visto en todos los dictadores. La triste realidad es que en casi todos los lugares a los que miremos nos encontramos con un tipo de dictadura u otro. No hay, ni se dejará, una experiencia democrática verdadera. Túnez es lo más aproximado que se tiene y está en constante equilibrio inestable. Han sido las mujeres las más fervientes activistas, las que han entendido qué es dejarse llevar, ceder ante los grupos islamistas a los que controlan en el poder.
El de las mujeres es el único discurso real, con un sentido liberador propio ya que desafía la cuestión primera que toda democracia debe responder, la igualdad entre hombres y mujeres. Para muchos es una ofensa intolerable.
Sin experiencia democrática es difícil que esta prospere en ningún espacio. Lo ocurrido con Jamal Khashoggi, su asesinato por orden de las autoridades de Arabia Saudí, es solo un escándalo relativo. Es un episodio más de cómo los que mantienen el poder no admiten que se les cuestione en modo alguno, recurriendo a las prácticas más infames para hacerlo. Nadie renuncia a tener a Dios detrás o delante, pero siempre a su lado. El conflicto, de cara a un pueblo al que se ha manipulado por siglos, es mostrarse más piadoso que los demás. Eso garantiza años por delante de más conflictos y terrores. Nadie puede pactar, todo lo más fingir que lo hace y esperar un nuevo asalto.


A diferencia del anterior "club de los dictadores", la situación hoy se ha modificado con alianzas alrededor de Arabia Saudí y de Qatar, cabeza del grupo de las simpatías islamistas, con intervenciones de Rusia, Irán y Turquía en la zona. Hoy es más que nunca un polvorín, con una Libia recalentada. La política suicida norteamericana de la administración Trump anticipa nuevos conflictos, cuando Rusia especialmente se haga con el control de una parte significativa de la zona.
Tras casi diez años, los que se mantienen en el poder siguen haciendo lo mismo o peor, como se decía en la CNN. Ellos sí han aprendido a estar prevenidos. Es muy difícil que pueda haber democracia en la zona por dos aspectos, porque no haya suficiente gente que la quiera (no es fácil cuando se identifica con el caos y la pérdida de seguridad y, en segundo lugar, se necesita un "modelo" democrático en la zona, un modelo que permita la libertad en todos los planos (especialmente la religiosa) y que funciones como tolerancia y eficacia. Mientras no se cumplan estos dos importantes condicionantes, la inestabilidad estará garantizada por mucho tiempo.
¿Ha sido una década perdida? No lo creo, pese a todo. Al menos ha permitido ver las dimensiones de los problemas reales y a manifestarse a los agentes que forman parte de un conflicto múltiple. Ya se sabe hasta dónde llegarán algunos y de dónde no pasarán otros, quiénes son los comprometidos y quienes desaparecen.

  
* Tamara Qiblawi "A decade of protests has reshaped the Arab world -- and more change is on the way" CNN 30/12/2019 https://edition.cnn.com/2019/12/30/middleeast/middle-east-decade-in-review-intl/index.html







domingo, 29 de diciembre de 2019

Trump y los buenos viejos tiempos

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
He leído o escuchado en la televisión la expresión "los viejos tiempos" en boca del presidente Trump. La primera creo que fue una manifestación de corte racista ante un auditorio electoral hablando de cómo se solucionaban aquellos "conflictos" en los "viejos tiempos". Se me quedó grabado el juego de insinuaciones porque es una forma cobarde e indecente, indigna de un presidente de los Estados Unidos (en realidad de cualquier sitio).
La expresión "los viejos tiempos" implica una forma diferente de resolver los asuntos. Es una forma de decir: tienes suerte de vivir en estos tiempos porque en los "viejos" te hubiéramos colgado de un árbol. Es una forma de intimidación, complicidad y condescendencia. Creo que la fórmula refleja la forma de proceder y pensar de Trump. Los "viejos tiempos" son un espacio mítico, perdido en el tiempo, pero del que se está siempre en el umbral. Te viene a decir que en cualquier momento se perderá la legalidad actual, débil, y volverán los tiempos sanos, los buenos viejos tiempos en los que solo se necesitaba un árbol  y una cuerda, quizá un caballo, aunque esto último no es esencial. Los buenos viejos tiempos eran aquellos en los que acababas en el fondo de un río con zapatos de cemento. Robert De Niro dijo que Trump ni siquiera era un buen gángster, que estos tenían algún código de honor; que estaba deseando verlo en la cárcel. De Niro sabe de mafiosos y sabe quién es Trump, su falta de categoría en todos los sentidos.


La expresión ha vuelto a aparecer, tal como nos señala Colby Itkowitz en su artículo titulado " Trump retweets a post naming the alleged whistleblower", en The Washington Post. Esta vez lo hace de forma igualmente preocupante, no como una amenaza indefinida, general, sino despreciando su propio cargo y obligaciones para dejar al descubierto al "informador" que denunció la llamada de Trump al presidente ucraniano. La ley le protege, pero Trump está empeñado en dejarlo al descubierto como forma de intimidación. Leemos en el artículo de The Post:

The president has repeatedly disparaged the whistleblower, though never by name, in tweets, interviews and rally speeches. In late September, Trump accused the whistleblower’s sources of being “close to a spy,” adding, “you know what we used to do in the old days when we were smart? Right? With spies and treason, right? We used to handle them a little differently than we do now.”*


La frase es una más de las infamias de Trump, una irresponsabilidad absoluta. Intenta repetir lo que ha hecho con las personas que han ido a declarar y cuyo resultado no le ha gustado. Automáticamente sus tuits han sido insultantes intentando por todos los medios descalificar a la persona. Los que han pasado por el Congreso han recibido amenazas, insultos, al igual que sus familias, como ellos mismos han denunciado.
Si las acusaciones contra Trump son el abuso de poder y la obstrucción a la investigación, cada una de sus palabras lo confirma. Pero hay algo más: cada de sus palabras, de sus actos, le sitúan en el límite exterior de la indignidad presidencial, por no hablar de la humana. Trump está pisoteando todo lo que juró respetar con su cargo. Creo que jamás se ha visto una presidencia tan llena de mentiras, infamias y desprecios a todos los órdenes, legales, internacionales, etc.
Leemos en el diario sobre los peligros en los que el denunciante se ve inmerso por la persecución presidencial y los círculos próximos:

“I am writing out of deep concern that your client, the President of the United States, is engaging in rhetoric and activity that places my client, the Intelligence Community Whistleblower, and their family in physical danger,” wrote attorney Andrew P. Bakaj. “I am writing to respectfully request that you counsel your client on the legal and ethical peril in which he is placing himself should anyone be physically harmed as a result of his, or his surrogates’, behavior.”
The whistleblower, who is reportedly still at his job, is driven to and from work by armed security officers when threats are elevated. Threats against him seem to spike whenever Trump tweets about him, The Post has previously reported.
The Twitter feed for @surfermom77, who identifies herself as “Sophia” on the social media site, is a daily stream of pro-Trump and anti-Democrat memes and propaganda. In 2016, the account shared the false conspiracy theory that President Barack Obama was a Muslim.
In the days after Christmas, Trump retweeted more than a dozen posts from users affiliated with QAnon, the conspiracy theory that there is a “deep state” secretly plotting to take down Trump. The FBI has identified QAnon as a potential domestic terrorism threat.*

Los "viejos tiempos" es una fórmula ambigua pero con una finalidad clara. Si a Trump se le preguntara frente a un juez qué quiere decir con eso, seguramente tendría una fórmula ingeniosa para salir del paso. Diría que él no tiene la culpa de que la gente entienda cosas que él "no ha querido decir" o alguna fórmula similar.
Pero todo el mundo entiende lo que quiere decir.
El hombre que justifica el uso de ayuda militar a un país en guerra en que se le suministre o se invente si es necesario información sobre su rival en la carrera hacia la Casa Blanca no tiene un fondo moral claro. Como puede negar sus acciones, que están registradas, juega con las ambigüedades que ha sido toda su vida su comportamiento mafioso en el mundo de los negocios, el de las palabras justas y la imaginación rica. La excusa que era su "obligación" perseguir la "corrupción" fuera de su propio país es solo la desvergüenza elevada al cubo.
Como presidente, Trump tiene la obligación de mantener la ley que protege a los testigos. Sin embargo, ha hecho lo contrario. Lo ha expuesto y ha animado a otros a difundirlo. Este tipo de prácticas son claramente fascistas, de terror callejero, como tantas otras fuentes de Trump en política. La mezcla de la mentalidad del mundo de los negocios y  la ausencia de respeto a las normas de la convivencia política, a la democracia misma, ha dado lugar a esa mentalidad que le hace admirar los viejos tiempos. La forma intimidatoria en lo que lo dice no requieren de mucha imaginación para saber cómo se percibe a sí mismo y a los demás. Él tiene la fuerza para aplastar a cualquiera. Los nuevos tiempos son débiles, blandos y no son capaces de reconocer su genio. Esa es su versión del mundo.


Los buenos viejos tiempos son los de los linchamientos, los del macartismo, los de los arreglos en la sombra, los del chantaje, etc. (es lo ocurrido en Ucrania). Es lo que a Trump le parece bueno y sin tantas pérdidas de tiempo. Lo hace en el plano internacional cada día amenazando con hundir países o aplicando su "ley" arancelaria como sanción a los que le plantan cara o son competencia directa en cualquier campo. Los Estados Unidos deberían darse cuenta que por mucho que pueda beneficiarles algunas de estas acciones en el plano económico, se está construyendo sobre una base mafiosa que hunde la cooperación y el orden y legalidad internacional. Ahora están viendo sus efectos en casa. 
Deberían sacar consecuencias.

2016
* "Trump retweets a post naming the alleged whistleblower" The Eashington Post 29/12/2019 https://www.washingtonpost.com/politics/trump-retweets--then-deletes--a-post-naming-the-alleged-whistleblower/2019/12/28/aa518350-2989-11ea-9c21-2c2a4d2c2166_story.html





sábado, 28 de diciembre de 2019

La realidad escénica o cuando el medio es parte

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Las cosas pasan, señala el dicho. ¿Pero que ocurre si no pasan simplemente, sino que pasan para ser percibidas? Cuando Donald Trump llegó a la presidencia, algunos periodistas empezaron a plantearse si escribir sobre él no era contraproducente o, si se prefiere, si no actuaba buscando precisamente la respuesta de los medios. Se produce entonces una paradoja: los medios no cuentan lo que ocurre, sino que las cosas "ocurren" para que los medios las cuenten con fines muy distintos. Hoy tenemos una realidad escénica, una coreografía realizada ante los medios para que estos, necesitados de materia prima noticiosa, la recojan.
Por primera vez podemos hablar realmente del "gran teatro del mundo", pero el puesto que nos toca no está sobre el escenario, como nos hacen creer, sino en el patio de butacas. Es como si nos contaran la metáfora platónica de las sombra de la caverna y nos dijeran que había estado "creada" por un manipulador de sombras chinescas.

Hoy es difícil pensar en lo que el mundo nos ofrece sin la mediación. Las "fake news" no son más que una parte del problema más amplio de la "fake reality", la realidad construida frente a nosotros.
La raíz de la crisis mediática no es tecnológica o económica sino que está producida por la desaparición de lo real en beneficio de lo escenificado en muchas ocasiones. No significa —entendámoslo bien— que lo que se nos cuenta carece en su totalidad de existencia. Desgraciadamente muchas cosas de las que se nos habla so terriblemente reales. Pero se trata de saber cómo nos llegan, con qué grado de realidad construida.
Hay actos que suceden y quedan en el silencio; es la realidad escamoteada. Hay actos que suceden y de los que se nos da una visión parcial; es la realidad manipulada en mayor o menor grado. Y hay  realidad hecha para circular por los medios; es la realidad de consumo o fabricada. Esta última no significa que no "exista", sino que debe ser más real que las otras puesto que su base es ser aceptada y causar un efecto específico.
Son tres formas diferentes de realidad que nos hacen perder nuestra inocencia perceptiva y de consumidores de información. Ante lo que se nos ofrece, la primera pregunta que debe surgir es qué se nos escamotea u oculta. Ante la segunda, cómo ha sido distorsionada. Finalmente, cuál es su finalidad.
La multiplicación de las fuentes informativas, el peso creciente que tiene en un nuevo universo plagado de medios y mediadores, nos convierte en productores de información en busca de huecos con los que llegar a los otros a través de acciones programadas para este fin, atraer la atención.
El ejemplo más claro lo tenemos dentro de lo que es el movimiento separatista catalán, necesitado de construir su imagen exterior, bien distinta a la que tienen dentro. Los constantes espectáculos (así pueden calificarse sin temor) creados para atraer la tención sobre cualquier acontecimiento que cuente ya con un atractivo de interés previo es la forma elegida para desviar la atención a su propio interés. Lo hemos visto en el espectáculo creado por el partido de fútbol entre en Barcelona y el Real Madrid, lo hemos podido ver igualmente estos días pasados en el teatro. Para ello se cuenta con los equipos de activistas-diseñadores, que son quienes evalúan el potencial del acto y establecen la estrategia del rapto de la atención.


No hace mucho, los faltos de miras periodistas de RTVE conectaban en directo con los cortes de carreteras catalanas. Hacían lo que se esperaba de ellos y los incidentes se producen precisamente porque ellos están allí. No están informando, como su no sé cómo llamarlo (¿inocencia, estupidez, complicidad?), ellos son los que están haciendo que la acción se produzca. Estos grupos tienen sus propios regidores, los que dirigen la acción sabiendo que en ese momento están en el aire, que hay conexión. De la misma forma, mucho más evidente, están los que rodean a los periodistas destacados al incidente o que se ponen detrás con pancartas para aprovechar la conexión y lucirlas.
Toda una serie de prácticas de este tipo ha hecho que la presencia de los medios se busque, que se cree una representación con un grado mayor o menor de realismo.
Las imágenes de manifestaciones, conflictos callejeros, asaltos, etc. nos muestran un sinfín de "reporteros" paralelos. Son los encargados de registrar los acontecimientos para descargar después esas imágenes estudiadas y filtradas según su intención a los medios o a las redes sociales para hacerlas circular.
Es la batalla constante por la opinión pública. Gran parte de la crisis del Periodismo obedece a esta superabundancia de información que se canaliza hacia el medio para evitar su distorsión final. El sistema es controlar la difusión de las noticias, algo que hoy hacen los sitios, muchos de ellos automáticos, de reenvío de las noticias ya empaquetadas adecuadamente para su consumo. Los estudios y análisis hablan de miles de máquinas dedicadas a redifundir a través de las redes los mensajes que llegar a sus destinatarios en segundos, en
 un bombardeo servido por el propio mecanismo de las redes sociales.


La guerra de la información es un hecho. No puede ser soslayada en los análisis ni puede ser ignorada la manipulación constante que supone. Muchos dirán que siempre ha sido así y puede que tengan razón. Pero nunca ha tenido esta intensidad y nunca había amenazado la supervivencia de la propia realidad, que es sustituida en grandes porciones, fabricada para conseguir los fines perseguidos.
La fase nueva es la que nos abre la propia Inteligencia Artificial en la elaboración de noticias. No se trata de que se las invente (aunque es fácil hacerlo), sino en las posibilidades del retoque de textos para hacerlos más fácilmente aceptables o rechazables o en la selección controlada de los destinatarios.
Es la guerra de la opinión. El objetivo ya no está localizado como en otras guerras, sino que es un espacio ampliable construido con nuestras ideas y opiniones, que son las que se busca modificar para que sean aceptadas situaciones o ideas.
El ejemplo de lo que ocurre con el independentismo catalán nos muestra un caso nítido de guerra que se desarrolla en las calles para ser retransmitida, empaquetada por los medios. Como siempre surge la paradoja: qué hacer, cuál es la estrategia más adecuada ante estas situaciones con visiones enfrentadas de una realidad múltiple.
La peor, en cualquier caso, es siempre la duda o la inoperancia. No deja de ser sorprendente que en un momento de preocupación por las fake news y las realidades paralelas, la prensa española decida convertir su información en de pago, cerrando su voces, dejando la gratuidad y el camino libre a los que están deseando convertirse en fuente única de la realidad.  Las cosas a veces tienen poco sentido.
La "realidad" siempre ha sido un constructo basado en la confianza y en la aceptabilidad por parte de quien lo recibe. Es mucho más frágil de lo que pensamos. Pero la pérdida de la inocencia lleva a la guerra por la realidad o a la indiferencia ante lo que se nos presenta. El consenso social es algo necesario para mantenerse unidos. Eso es lo que se ha roto y lo que nos distancia cada día más. Llevado al extremo impide compartir lo que nos rodea porque todo tiene origen y función diferente. Esto es lo que se ha perdido en años y ahora se paga con creces.



viernes, 27 de diciembre de 2019

Putin y Cataluña o fum-fum-fum

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
No acabo de entender muy bien la información del diario El País sobre la presencia de espías rusos en Cataluña. Tras leer sus idas y venidas, sus llegada a Barcelona y salidas por Italia, etc. me quedo un poco como estaba. ¿De verdad tenemos que echarle la culpa a los rusos del desastre catalán? No digo que no hayan echado una mano allí donde hay tendencia al caos, pero todo el mundo sabe que los rusos están allí donde sea necesario para molestar todo lo que puedan, liarla si es posible y tirar la cerilla final si hace falta. Hace mucho que la estrategia de algunos países es ayudar en los incendios a que no se apague el fuego.
Vamos a tener de presunto ministro o vicepresidente incluso a un señor que se hizo famoso en una emisora iraní y ¿le vamos a poner peros a los rusos? Vamos a tener el gobierno a personas financiadas por el chavismo y ¿nos vamos a quejar? No lo entiendo muy bien.
Tras contarnos muchas idas y venidas por España de horas o días, el diario El País cierra su información yendo al punto central:

Fuentes de La Moncloa y del Ministerio del Interior declinaron ayer comentar los nuevos datos sobre la presunta presencia de tres agentes de la Unidad 29155 en Barcelona. El Gobierno en funciones de Pedro Sánchez ha mantenido un estricto hermetismo sobre las supuestas actividades de este grupo en España desde que el pasado 22 de noviembre EL PAÍS desvelase que el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón había abierto una investigación que aún mantiene secreta. De las pesquisas se había hecho cargo la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, responsable de la lucha antiterrorista.
Fuentes diplomáticas españolas admitieron ayer que las sospechas del Gobierno español sobre la existencia de interferencias rusas vienen de lejos. “A partir de la primavera de 2018, y con posterioridad al caso Skripal, los servicios de inteligencia británicos y estadounidenses facilitaron información sobre diversas acciones de desestabilización de los rusos en suelo occidental, que en el caso de España se focalizaban en Cataluña”, señalan.
El Kremlin y el Ministerio de Exteriores ruso han negado rotundamente cualquier tipo de interferencia en Cataluña y en los asuntos internos de España. A finales del mes pasado el Gobierno ruso cargó contra lo que definió como un “interés enfermizo” de algunos medios españoles en “resucitar” un “tema medio olvidado”. Moscú habló entonces de una “campaña anti-rusa”.*



Después de darnos constancia de entradas y salidas, no deja de ser fascinante que tanto detalle se resuelva sin un solo dato de lo que hicieron, si se tomaron un bocata de butifarra, por ejemplo, nada. Las "nada" en estas noticias siempre son más sospechosas que los "algo".
No sé tampoco a que llaman el Kremlin y el Ministerio de Exteriores ruso un "tema medio olvidado", que es una expresión interesante para un tango, pero que aquí no sirve de mucho. La noticia quiere llegar a ser, pero se queda en una insinuación de algo que todo el mundo sabe que es más que una insinuación: la participación rusa en todos los movimientos europeos desestabilizadores y, especialmente, los que contribuyen al desmembramiento de la Unión Europea, algo en lo que coincide con Donald Trump (Mr Brexit, quiere que le llamen).

Sorprende tanta insinuación en la noticia catalana cuando se han dado muchos más detalles de los contactos con los grupos populistas europeos, de Marine LePen a Nigel Farage, las maniobras rusas en Ucrania antes del derrocamiento del infame Víktor Yanukovich y con las posterior intervención. Tampoco hay que dejar las sonrisas rusas a países como Hungría, con otro destrozador de Europa, Víktor Orbán, o las visitas interesadas y circunstanciales de Turquía cuando se le aprietan los tornillos (aunque Turquía ya no sabe a qué jugar ya). Tampoco hay duda del papel que está jugando actualmente en países como Venezuela, ya directamente, sin necesidad de Cuba.
En fin, parece que el único sitio donde se actúa con sigilo es en Cataluña, una pieza de libros de la desestabilización desde que se persiguiera a los políticos catalanes en 2011 por las calles y alrededores del "parlament" y estos decidieran ponerse detrás en las persecuciones y no delante.


Desde que Rusia fue sancionada por la Unión Europea por lo ocurrido en Crimea y la frontera con Ucrania anexionándose territorio y levantando a los "prorrusos", vistiendo a los soldados de "civiles" (las madres rusas protestaron porque no sabían nada oficialmente de sus hijos, que según el ministerio estaban de "vacaciones", y querían pensiones por los muertos en esa guerra tan rarita).
Los intereses de los Estados Unidos de Trump han coincidido con la visión del mundo de Putin, reducción de Europa y China, con estrategias diferentes. A China le interesa un mundo en paz porque su fuerza es el gobierno; a los Estados Unidos, un mundo en guerra porque su negocio ha pasado a ser la protección y la venta de armamento, como bien saben los saudíes, egipcios, etc., principales compradores de armas. La OTAN ha pasado a ser un negocio norteamericano que no quieren que se les escape por exceso de "paz".


Los intereses rusos están muy claros en el debilitamiento de Europa, como lo están los de los Estados Unidos. Ya nadie habla del cerebro de la ultraderecha y del supremacismo blanco norteamericano, que se vino para Europa de "sembrar", el ex asesor de la Casa Blanca y cerebro estratégico, mente del sitio de noticia difusor de mentiras y conspiraciones Breitbart, Steve Bannon. De ese se habla poco, aunque no se sepa nada de los rusos, en cambio, de habla mucho si decir nada, porque nada dice El País en su artículo navideño.
Rusia está por toda Europa de forma presencial y virtual, suministrando informaciones y difundiéndolas, financiando y propagando noticias, a ser posible falsas, que son más baratas. Hoy eso es un hecho contra el que todos los países europeos han levantado defensas logísticas, digitales y legales, en especial durante las épocas electorales.


Ponerse a hablar de espías, divisiones especiales, etc. no es más que marear un poco la perdiz, hablar de dado por hecho y de lo que interesa es saber los detalles, como han salido a la luz en algunos países con detalles claros de financiación, viajes de políticos al Kremlin, etc.
Puede que se sepa tanto y tan suculento que no se pueda decir, pero no es la impresión que da. Traería mucha más cuenta dejar en claro las cosas que sabemos que imaginarnos las que podríamos saber.
El problema catalán puede tener salsa rusa como la puede tener barbacoa. Lo que se está construyendo estos días es un castillo de naipes en el que un estornudo (no sé si ruso o de otra nacionalidad) dará con todo al traste desde el momento en que alguien diga ¡basta! o las líneas rojas lo sea de vergüenza. Quizá estamos tan pendientes del detalle (la investidura) que no estamos viendo el aspecto del salón en el que pretendidamente se va a realizar la ceremonia de la confusión.
No, no hacen falta muchos rusos para este disparate propio. Estas cosas vienen ya de antes del zar Nicolás. No creo que haya unidad de inteligencia rusa que lo entienda y al que se lo cuenten después no se lo cree. Si no lo entendemos nosotros, ¡ya me contará los rusos! A lo mejor hay que pedirle sus notas a los espías rusos para acabar de aclararnos. ¡Quién sabe!
Si los rusos están invirtiendo en desestabilizarnos, se lo pueden ahorrar.


* "Tres espías de la unidad rusa investigada viajaron a Barcelona en 2016 y 2017" El País 27%12/2019 https://elpais.com/politica/2019/12/26/actualidad/1577390796_094918.html





jueves, 26 de diciembre de 2019

A vueltas con el antisemitismo

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Que el sistema político norteamericano está afectado por determinados virus no se le escapa a nadie. El mayor o menor efecto de estos virus está en función del estado general del sistema, de la salud global norteamericana, que está bastante resentida. Probablemente existan varios niveles de explicación, una profundidad variable para encontrar los motivos, aunque en estas cosas de la vida social, lo cierto es que no hay puntos nítidos, sino situaciones oscuras, borrosas en las que se entremezclan muchas cosas.  Y unas llevan a otras mediante perversas asociaciones.
Esta vez, la paranoia instalada en el poder ha sacado uno de sus fantasmas favoritos, el antisemitismo. A Algunos les parecerá extraño que en un momento en el Trump ha apoyado las políticas de Netanyahu, que ha bendecido la ampliación de tierras para los colonos y ha cambiado la embajada de Tel Aviv hasta Jerusalén, se pueda hablar de "antisemitismo". Sin embargo, así es. Una de las características psíquicas de la vida política es precisamente la incongruencia. No hay racionalidad u objetividad en el pensamiento que se deja llevar por el deseo de poder y de oposición a otros a través del odio. El antisemitismo es una forma de odio de larga tradición y puede convivir perfectamente con las políticas de Trump, sin problema.


Una de las preocupaciones durante el mandato de Trump ha sido el aumento del racismo (desde el primer día) y del antisemitismo, con diversos atentados realizados contra grupos o en sinagogas. No le pidamos coherencia a su electorado. Ha sabido canalizar múltiples frustraciones y odios convirtiéndose en su paladín insinuante. Frases dudosas, guiños descarados, palabras alusivas, etc. han sabido calentar a su electorado haciéndoles creer que contaban con su pleno apoyo, que él era como ellos.
En pleno maremoto del impeachment, una de las piezas claves del pastel político, su abogado Rudy Giuliani ha realizado unas manifestaciones para calentar las teorías conspiracionistas contra Trump. Lo ha hecho atacando al multimillonario George Soros:

President Donald Trump's personal lawyer Rudy Giuliani claimed in a new interview that he's "more of a Jew" than billionaire philanthropist George Soros, who is a Holocaust survivor.
"Don't tell me I'm anti-Semitic if I oppose him," Giuliani, who was raised Roman Catholic, said in an interview with New York magazine published Monday. "Soros is hardly a Jew. I'm more of a Jew than Soros is. I probably know more about — he doesn't go to church, he doesn't go to religion — synagogue."
The former New York mayor also accused Soros of being "an enemy of Israel" and called him a "horrible human being."
Giuliani's remarks "are contemptible - and reflect his toxic campaign of misinformation and falsehoods - aimed at distracting from the gravity of the charges facing the President," Laura Silber, the chief communications officer for Soros' nonprofit, Open Society Foundations, tweeted in response.
Born in Hungary, Soros, then a young teenager, and his family survived the Nazi occupation by falsifying their identity papers and concealing their faith as Jews.
Soros later emigrated to the US in the 1950s, started his own hedge fund in 1970, and has since poured billions into liberal and Democratic causes through his Open Society foundations.
Conspiracy theorists have seized on his immense wealth, patronage of liberal causes and his Jewish heritage, making him a frequent target of the far right in the US.
Jonathan Greenblatt, the CEO of the Anti-Defamation League, wrote on Twitter that Giuliani's attacks against Soros were anti Semitic.*


Soros ha sido el objetivo en muchos momentos de los seguidores de Trump. En él han visto todo aquello que podía desatar el odio. Han tomado el antisemitismo de parte de su electorado y lo han canalizado hacia una figura que se les oponía y financiaba causas liberales.
La maniobra es una más dentro de la búsqueda de una política emocional y divisiva, una cultura del conflicto permanente, que necesita de otros como excusa para mantener el nivel de agresividad y su desahogo posterior en un sistema regulado que se va de las manos en muchas ocasiones.
Giuliani les ha dado a los seguidores "una explicación" a la situación actual, de la que él es uno de los primeros agentes y responsables, como mano oculta de Trump para liberarse de los compromisos y las lealtades, incluso de los testimonios, de los funcionarios o personal de la Casa Blanca. Una "explicación" es una narración que dé sentido al conjunto, algo que explique lo que está ocurriendo ante ellos  y que es necesario modular adecuadamente.


En el artículo de la CNN firmado por Lev Golinkin, un articulista especializado en el antisemitismo, se señala sobre las palabras polémicas de Giuliani:

Monday evening, as American Jews gathered to celebrate the second night of Hanukkah, news broke of Rudy Giuliani's anti-Semitic tirade against billionaire philanthropist George Soros.
The remarks, which came during an alcohol-laden interview with New York Magazine, cap off a long, alarming year for anti-Semitism both in the United States and abroad.
Indeed, the most dangerous thing about living at a time of constant stories about anti-Semitism is how quickly the hatred is normalized. Two and a half years ago, chants of "Jews will not replace us" in Charlottesville, Virginia, stunned America; today, anti-Semitism is just a part of the news cycle.
And so, as we take stock after this latest news, it's time to face three uncomfortable truths. First, despite his claims, Giuliani's comments are unmistakably anti-Semitic. Second, this anti-Semitism is not merely vile but dangerous: The anti-Soros tropes like those evoked by Giuliani may tacitly encourage those prone to violence, resulting in Jewish bodies on the streets. Most disturbingly, we can't write this off as the inebriated ravings of a single man. Everything Giuliani said had been repeated, over and over, by President Donald Trump, by Republican lawmakers and by Fox News hosts.**


En efecto, las palabras del abogado personal de Donald Trump son solo la punta del iceberg del antisemitismo, con el que se juega peligrosamente. La última vez que se habló en contra de los mejicanos, un descerebrado bajo hasta El Paso, bien armado, dispuesto a "combatir el peligro" que los inmigrantes suponían para la "América blanca". Hay muchos otros tarados de este tipo esperando que las palabras adecuadas los "activen", vayan a su arsenal y salgan pertrechados a la siguiente matanza. A Soros, según el artículo, también se le acusa de llevar inmigración a los Estados Unidos, de tratar de destruir el paraíso.
Lo preocupante es el modelo. Muchos países se están empeñando en trabajar sobre este tipo de motivaciones, en fabricar su populismo basándose en las imitaciones del triunfal Trump. Es muy preocupante.
The Washington Post traía ayer la noticia de una mujer detenida en Des Moines, Iowa, por el intento de asesinato mediante atropello, con apenas un par de horas de diferencia, de una niña mejicana y de un niño afroamericano de 12 años. Simplemente estaban en su camino.
Cuando el bosque está demasiado seco, no se deben tirar collillas. Y es eso lo que ha estado haciendo Rudy Giuliani. Da igaulk lo que él piensa, lo importante es lo que quiere hacer pensar. Se llama manipulación. 



* "Giuliani claims he's 'more of a Jew' than Holocaust survivor George Soros" CNN 25/12/2019 https://edition.cnn.com/2019/12/24/politics/rudy-giuliani-george-soros-jewish/index.html
** "Rudy Giuliani's anti-Soros tirade exposes three uncomfortable truths" CNN 25/12/2019 https://edition.cnn.com/2019/12/24/opinions/rudy-giuliani-george-soros-anti-semitism-golinkin/index.html
*** "Woman who drove into a girl for being ‘a Mexican’ hit a black child the same day, police say" The Washington Post  25/12/2019 https://www.washingtonpost.com/nation/2019/12/24/woman-who-drove-into-girl-being-mexican-hit-black-child-same-day-police-say/

miércoles, 25 de diciembre de 2019

La mejor mentira del año

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
En estas fechas navideñas y de final de año es frecuente que los medios saquen a la luz los ganadores de los diferentes concursos o similares del año. Se conceden los títulos diversos con los que nos gusta realizar distinciones y reconocer méritos. A cada uno lo suyo.
Como hay de todo, no es de extrañar que en los Estados Unidos exista una competición para reconocer la "Mentira del Año", en la que busca el embuste con más estilo, alcance y consecuencias. Nunca se ha hablado tanto de las mentiras porque probablemente la sociedad veía a sus líderes como portadores de valores como la verdad. El "¡creedme!" ha sido el comienzo de muchas frases en las que se prometía de todo, se explicaba todo para las personas que escuchaban o leían ilusionadas.
Si algo han dejado claro estos años intensos de mentiras es que cada uno ama su propia mentira, la que le apetece cree. Vivimos en un estado de semificción que hace que las mentiras sean importantes en nuestras vidas. Puede que antes estuviéramos más preocupados porque nos engañara, pero ahora la cuestión es bastante distinta y se acerca al refrán de "sarna con gusto no pica". "¡A mí solo me engañan los míos!" proclaman millones de personas cada vez más adictas al diseño de mentiras pensadas para su disfrute intenso y gratificante. La cuestión es que uno puede vivir engañado y feliz, pero no todos podemos hacerlo porque alguien tiene que mantener el volante y la vista en la carretera, por decirlo así.


El premio a la Mentira del Año se lo ha llevado —¿había dudas?— Donald Trump, según confirman la entidad PolitiFact, que como su nombre indica, se ha especializado en el campo menos riguroso, la Política. Esto implica un montón de trabajo y un extra desde que está Trump en la Casa Blanca. El seguimiento, verificación y contabilidad de las mentiras presidenciales se ha convertido casi en una especialidad con Trump.
La de este año puede tener serias consecuencias ya que se trata de la mentira que le ha llevado directamente al "impeachment", la de la ya célebre conversación con su homónimo ucraniano. Nos explica Chris Cillizza en su sección The Point, en la CNN:

Every year, the fact-checking service PolitiFact picks the biggest whopper told by a politician. This isn't the standard-issue deception or misleading statement; this is a lie that has implications well beyond just the lack of truth. This is a lie for the ages. As PolitiFact puts it:
"The distinction is awarded to a statement that is more than ridiculous and wrong. The Lie of the Year — the only time PolitiFact uses the word 'lie' — speaks to a falsehood that proves to be of real consequence and gets repeated in a virtual campaign to undermine an accurate narrative."
Past winners for lie of the year include 2018's online efforts to discredit the gun control activism of students of Parkland, Florida and Barack Obama's false pledge in 2013 that "if you like your health care plan, you can keep it."
This year's biggest lie? President Donald Trump's repeated assertions that the Ukraine whistleblower got the story about his July 25 phone call with Ukrainian President Volodymyr Zelensky all wrong.
"Since the Sept. 26 release of the whistleblower complaint about his call with Ukraine President Volodymyr Zelensky, Trump has insisted more than 80 times that the whistleblower's account is fake, fraudulent, incorrect, 'total fiction,' 'made up,' and 'sooo wrong,'" reads the PolitiFact piece, later adding: "Despite what Trump claims, the whistleblower got the call 'almost completely' right."*



¡Ochenta u ochenta mil! Si Trump sale de la Casa Blanca, algo dudoso, seguirá sosteniendo su versión, que solo pedía información (más bien compraba) para poder "combatir la corrupción", que es una de sus tareas como súper héroe americano.
Lo hemos dicho ya en ocasiones: la gran pregunta no es si miente (algo probado), sino si se lo cree él mismo. Las dudas sobre la estabilidad presidencial no son de ahora. No se trata de si está enfermo, sino si está bien cuando está normal, algo más profundo y preocupante. Trump no ha dado signos de empeoramiento, sino más bien de cargar sus pilas con los enfrentamientos. Carente de objetivos claros, que tenga que explicar, le es más fácil un estado a la defensiva en el que queda enfrentado a sus opositores.
La misma CNN sitúa en lugar preferente el titular "Ex-GOP congressman says Trump 'unfit for office'", lo que está en el pensamiento de muchos:

A former GOP congressman who retired earlier this year says President Donald Trump is "psychologically, morally, intellectually, and emotionally unfit for office" and that he will consider voting for a Democrat in 2020.
Dave Trott, who represented suburban Detroit for two terms until he declined to seek reelection last year, made the comments in a letter to The Atlantic and went on to say Congress should remove Trump from office.
"High unemployment, a stagnating economy, and massive debt for a few years are better than alienating the rest of our allies, getting into a nuclear war with Iran, or allowing 10,000 Islamist soldiers to be set free in Syria," Trott wrote. He was responding to an article published in The Atlantic in September quoting military officers who were critical of Trump.**


La "política" de Trump es la conversión de su pobre sentido de las empresas al país. Lo que le recuerda Dave Trott es que un país es más que su "economía". El coste de las acciones de Trump para los Estados Unidos es incalculable. Lo que representa no es posible ponerlo en cifras; es más profundo. Si bien los representantes republicanos no se han separado de la disciplina en el voto del impeachment, sí es cierto que hay una serie de congresistas que han dicho que no volverán a hacer campaña, que se retiran. Es una forma de expresar el malestar que Trump les está causando. A veces, la disciplina de partido es demasiado para personas con un mínimo de vergüenza.


Decía un estudio reciente que en los mentirosos hay una alta conexión entre el lenguaje y la memoria, necesitan recordar y dar consistencia a sus fabulaciones. Explicaban en el diario Público (en 2016) recogiendo otros trabajos de investigación que " [...] las personas que mienten frecuentemente parecen acostumbrarse a ello, según otro estudio que refleja que su actividad cerebral indica que las emociones se implican cada vez menos en la decisión de seguir mintiendo."*** La descripción del cuadro es muy interesante. Por eso decíamos que probablemente irá a más y si sale de la Casa Blanca se dedicará a hacer giras contando todo tipo de conjuras contra él, el mejor presidente del planeta de todos tiempos.
Hay republicanos, colaboradores incluso, que ya se están desmarcando de los desastres de Trump. En estos días el es asesor John Bolton ha criticado fuertemente su política sobre Corea del Norte. Otros lo hacen sobre Oriente Medio o aspectos parciales. Hemso visto cómo David Trott no se callaba nada.
Surge una pregunta: ¿hasta dónde se dejarán arrastrar los republicanos por Trump? Que él se crea sus mentiras no significa que los demás deben hacerlo. La situación se habrá hecho insostenible para algunos, como hemos visto en las declaraciones del impeachment en el Congreso. Pero hay muchos otros, ¿cómo explicar a los demás que se dejaron llevar, sin oponerse a alguien que está destruyendo, pieza a pieza, el orden internacional existente, de clima al comercio, solo por quedarnos en la "c", además de la credibilidad de los Estados Unidos?



* Chris Cillizza "Donald Trump told the 'lie of the year'" The Point CNN 18/12/2019 https://edition.cnn.com/2019/12/17/politics/donald-trump-politifact-lie-of-the-year/index.html?iid=ob_article_footer_expansion
** "Ex-GOP congressman says Trump 'unfit for office'" CNN 24/12/2019 https://edition.cnn.com/2019/12/24/politics/dave-trott-donald-trump/index.html
*** "El escáner cerebral es el mejor detector de mentiras" Periódico 14/11/2016 https://www.publico.es/ciencias/escaner-cerebral-mejor-detector-mentiras.html