Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Puigdemont
no ganaría en Bélgica, opción del dos por uno que quizá alguien habría
barajado. Si decide no volver, pensarán, alguna probabilidad tendría.
Puigdemont ha hecho más kilómetros por las calles de Bruselas y alrededores que
ningún candidato a alcalde o a diputado. Sin embargo, lo belgas no parecen
excesivamente motivados hacia una persona que se les ha colado en sus vidas y
convoca en sus calles manifestaciones en algo que no se acaba de entender. En
el fondo, los belgas, ya acostumbrados a recibir en Bruselas a todos los que
tienen alguna reclamación por toda Europa, dan un tiempo a la curiosidad y
después se dedican a lo suyo.
El
diario El Mundo titula "Los belgas 'pasan' de Puigdemont" y recoge
los resultados de las encuestas en las que Carlos Puigdemont, el expresidente,
no sale muy favorecido. Su cierre es este:
La conclusión principal sin embargo es que a
los belgas ni les va ni les viene la cuestión. Son muchos los que no apoyan ni
al uno ni al otro (27, 18 y 19% respectivamente) y sobre todo son mayoría lo
que no saben o no contestan: 27, 41 y 41%.
Flandes es la región más poblada. El diario
no ofrece resultados globales de opinión, sólo desglosados, pero incluso una
ponderación en función de la densidad muestra que la causa de Puigdemont no es
la preferida. A pesar de que en los medios, durante las últimas 10 semanas, ha
habido muchas más críticas al Gobierno español (por su gestión y las cargas de
1 de octubre) que al revés. Y a pesar de la cobertura en los medios, de todos
los idiomas, y el seguimiento de la aventura del ex president y su equipo, que
casi provocó una crisis de Gobierno a principios de noviembre.
El diario ha incluido la pregunta dentro de
un barómetro mucho más amplio en el que se indaga sobre transporte público
(siete de cada diez piden que mejore en Bruselas y casi la misma cantidad cree
que la capital no está bien gestionada). Pero también hay asuntos relacionados
con los valores, como el apoyo (claro) a la eutanasia, en porcentajes que
rondan el 70% también en todo el país.*
Que el
ex presidente tenga su propia pregunta dentro de la encuesta para saber el
estado actual de los belgas ya es todo un éxito para su candidatura virtual y a
distancia. Convertido en una imagen en una pantalla a la que se rodea, aplaude
y jalea, Puigdemont se crece y habla de su "restitución", un montaje
mental con el que no ha logrado arrastrar a sus compañeros residentes en
España.
Una
cosa es la lucha por el desenchufe y otra quién va a ocupar el despacho del
poder. Pero mucho me temo que los principales interesados en que Puigdemont no
regrese son sus compañeros de aventura que han descubierto varias cosas sobre
su personalidad escurridiza.
Puigdemont
tenía una estrategia doble. La primera parte era obvia: poner tierra por medio.
La segunda: hacer ver que su escapada era para mantener la "dignidad"
de las instituciones desde el exilio. Cree el sedicioso que son todos de su
condición.
Su
insistencia en que debe ser el único presidente posible está empezando a ser
molesta y cansina, especialmente entre sus compañeros que no lo ven así para
nada. Les molesta, además, lo que tiene de reproche hacia lo que están
haciendo, que es meterse en campaña a luchar con uñas y dientes mientras Carlos
el Virtual lanza sonrisas desde una pantalla reivindicándose y dispuesto a
decir "¡Ya estoy aquí!" a su regreso a la patria.
La baza
del guardián de la llama es un cuento
como otro cualquiera, como otro de los muchos que el mistificador Puigdemont
elabora en su mundo personal. La insistencia de su grupo, que es ya otro de los
perdedores en las encuestas, en que Puigdemont debe ser el presidente propuesto
y aceptado si se da la circunstancia está empezando a enfadar en este tramo
final de la campaña.
El
Mundo nos trae otra visión desde el exterior, la del ex primer ministro francés
Manuel Valls, que ha participado en un acto del Círculo de Empresarios. Ha
estado en un acto de Ciudadanos y, si se lo hubieran pedido —dice— también lo
habría hecho en uno de Iceta. Pero no se lo han pedido.
Valls
pone el énfasis en algo que no ha sido tocado en la campaña: los actos
terroristas previos. Fueron los secesionistas los que aprovecharon las muertes
para seguir atacando a España y a las autoridades que fueron a solidarizarse
con el dolor creado. Valls habla de los enclaves salafistas en Cataluña y de la
preocupación francesa y europea sobre esos nichos creados durante años como
resultado de una política migratoria específica. Valls explica:
R- [...] Hay un tema en Cataluña del que no
se habla que no se trata en la campaña que son los atentados de este verano.
Tengo la impresión de que se han olvidado los atentados, como si hubiera sido
sólo un mal momento, algo puntual. Murieron muchos en Barcelona y Cambrils,
pero el plan era matar a muchos más, a centenares de personas. Si los
terroristas no llegan a explotar en ese chalé, no sé dónde habrían ido los
artefactos, si a la Sagrada Familia o adónde. Además, los autores de los
atentados eran gente integrada, eran catalanes marroquíes. Los políticos
catalanes deben reflexionar y entender que hay grupos terroristas que han
decidido apostar por Cataluña. El salafismo busca sociedades que pueda dividir.
P-¿Qué información tuvo usted del salafismo
en Cataluña?
R-Preocupante. Nuestros especialistas en
Francia en terrorismo islamista están muy preocupados por los grupos salafistas
en Cataluña. Todas las fuerzas de seguridad deben trabajar juntas, porque puede
haber más atentados. Me dolió mucho, por cierto, que en la manifestación de
Barcelona se silbara al Rey. La lucha contra el terrorismo debe anteponerse a
problemas internos. En Francia no se silbó al jefe del Estado.**
Efectivamente,
no se habla, pero está ahí como historia dolorosa. Hay demasiados despropósitos en esa historia cantada. Valls ha sido ministro del
Interior en Francia y sabe de lo que habla. Hay nichos salafistas en Cataluña,
como los hay en barrios de Bélgica o en Francia. La política de atraer no
hispano hablantes para mantener el catalán a salvo de los que ya vienen con el castellano acaba siendo un
riesgo. En la idílica república a la que hizo referencia la portavoz de la CUP
se mencionaba expresamente a "catalanes musulmanes" y "catalanes
chinos", no "andaluces", "castellanos" o
"hispanoamericanos", inmigración más molesta para los planes
lingüísticos. La estrategia diseñada hace décadas asentaba las bases de la
consolidación en frenar la inmigración de habla española. Eso ha aumentado el
riesgo, pues allí donde se producen concentraciones, aparecen rápidamente
personajes como el tristemente célebre imán de Ripoll, que fue capaz de hacerse
sin demasiados problemas con los jóvenes educados en las escuelas de la zona.
El
terrorismo no debe usar en campañas políticas, pero fue el secesionismo quien
lo hizo convirtiendo los atentados en una ocasión para atacar a España y a las
autoridades que asistieron.
Pero
Valls ha dejado claras unas cuantas cosas más. El giro anti europeísta dado por
Carlos Puigdemont como rabieta ante el no reconocimiento, es más, la condena
generalizada de gobiernos e instituciones de la Unión debería hacer pensar a
muchos.
Pero
Manuel Valls va más allá:
P-¿Es imaginable en Francia un proceso
independentista como el que tiene lugar en Cataluña?
R-No creo que el modelo francés pueda dar
lecciones o imponerse en Cataluña y España. Tengo claro que España es un Estado
nación de los más viejos de Europa, como Francia. La Constitución de 1978 es
muy moderna y muy progresista. Para los franceses es un disparate que una
región que es un 20% de la riqueza española pueda decidir marcharse y tienen
razón. No es sólo un problema de España, es un problema de Europa. Somos una
federación de Estados naciones y si España se destroza a sí misma es una señal
terrible para el resto de Europa en un momento de tensiones con el Brexit, con
los populismos, con Rusia... El independentismo catalán podría tener
seguimiento en el País Vasco, después en el País Vasco francés o en el norte de
Italia. Su visión es muy egoísta, la de regiones ricas que se van. España nos
importa a todos.
P-¿Puede haber algún Gobierno de Francia que
reconozca alguna vez en el futuro una república catalana independiente?
R-No. Ningún Gobierno de Francia la
reconocerá jamás. Francia necesita a una España reforzada para construir juntos
los retos de la Unión Europea.**
Evidentemente
es la opinión de Manuel Valls, pero es opinión fundada y coherente con todos
los mensajes europeos emitidos hasta el momento: una Cataluña independiente no es viable en la Europa de los estados-nación.
Es el argumento europeo, pero no es el principal. Para muchos es mejor usar un
argumento ajeno que uno propio y entrar en conflicto directo. Pero ignorar el
problema durante mucho tiempo tiene sus consecuencias.
Es poco
probable que la estrategia de Puigdemont de reivindicarse como "presidente"
y no como ex presidente triunfe. El ex perdió gran parte de sus bazas políticas
y ahora solo le queda su propia reivindicación,
*
"Los belgas 'pasan' de Puigdemont" El Mundo 12/12/2017
http://www.elmundo.es/espana/2017/12/12/5a2fdf83ca47417f298b463f.html?cid=MOTB23701
**
"Manuel Valls: "Los salafistas han apostado por Cataluña y no se
habla de ello ahora"" El Mundo 13/12/2017
http://www.elmundo.es/espana/2017/12/13/5a303511268e3e915f8b45fe.html?cid=MOTB23701
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