Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
El
abuso del término "terrorismo" es uno de los males que aquejan a las
sociedades autoritarias. La extensión llega hasta los que simplemente son
opositores, pero a los que se les aplica, una vez etiquetados como "terroristas"
la dureza de una legislación bajo estados de excepción, que a su vez recorta
los derechos y libertades. El abuso terminológico contiene, además, un elemento
de estigmatización social de aquellas personas a las que se les aplica injusta
e indebidamente, que son metidas en las mismas categorías que los responsable
de atentados y muertes violentos.
Categorizando
a los opositores democráticos como "terroristas", los gobiernos
buscan encubrir su propio uso de la fuerza, que cuando deja de ser guiado por
la justicia, pasa a ser una forma de violencia institucional. Este tipo de
represión disfrazada de defensa del terrorismo es denunciada por las
instituciones y grupos de derechos humanos.
La
prensa egipcia nos trae, desgraciadamente, otro nuevo caso de aplicación de la
categoría de terrorismo a aquello que no es más que la protesta contra el
gobierno por la cuestionable entrega a Arabia Saudí de las islas de Tiran y
Sanafir. El sorprendente anuncio de la entrega ha provocado una reacción
popular que el gobierno se ha encargado de controlar mediante la represión
callejera, el encarcelamiento de periodistas —la invasión del Sindicato de
Prensa, como se recordará— y de activistas que se han manifestado en contra.
Egypt
Independent nos informa:
Egyptian activist Islam Marei was sentenced to
three years in prison Wednesday on charges of terrorism, according to lawyer
Ziad Al-Eleimi, despite the presiding judge announcing he would receive a
one-year sentence a day earlier.
The Zagazig Criminal Court had announced a
one-year prison sentence for Marei on charges of promoting ideas that criticize
the state on Tuesday, over his opposition to the government’s decision to
transfer control over two Red Sea islands to Saudi Arabia.
However, later on Wednesday, Al-Eleimi posted
on Facebook that the court secretariat had informed him that Marei received an
additional two years on charges of funding terrorist operations because LE
18,000 was found at his house.
Marei, from the Egyptian Social Democratic
Party, was arrested from his home at Zagazig in June amid a security crackdown
that targeted political activists who were opposing the demarcation agreement
between Saudi Arabia and Egypt to transfer the two Red Sea Islands Tiran and
Sanafir for Saudi sovereignty.*
Cuando el gobierno de Egipto entona sus lamentos por ser
incomprendido en su lucha contra el terrorismo se olvida de todos estos casos,
que son los que convierten en blanco de las denuncias. El gobierno ha elevado
al nivel de "atentado" las "críticas". Cualquier comentario
es considerado una atentado contra el estado llegando hasta el delirio, como el
comentario de la cantante Sherine sobre no beber las aguas del Nilo, que le ha
valido las acusaciones de ir contra los intereses de Egipto por crear un
"pánico turístico" y expandir "falsas noticias", el caso
más increíble de los últimos años y que haría sonrojarse a cualquier tribunal
de cualquier país.
El Estado egipcio está envuelto en dos guerras, la que le
tiene declarada al terrorismo, una guerra abierta en los diversos rincones, y
otra guerra a cualquier tipo de oposición, que trata de enmascarar con dos
argumentos, el del "terrorismo" y el de la independencia judicial,
tras la que se esconde cuando son los jueces los que les encierran a los
opositores. La apariencia del estado de derecho es solo apariencia. De ahí los
grandes enfados que los gobernantes tienen cuando ven que les fallan las
estrategias hacia el exterior. Nadie se puede tomar en serio los motivos de la
condena a Sherine, por ejemplo. Y eso el gobierno egipcio, siempre revestido de
solemnidad milenaria y verdad profética, no lo entiende.
La sorpresa de quien se creía condenado a un año por
protestar pero después condenado a dos más porque dicen que había dinero en su
casa y eso le convierte en financiador del terrorismo es lógica. A la endeblez
de los argumentos del año se le añade lo inesperado del añadido por otro delito
que se construye sobre el absurdo del primero.
En Mada Masr se nos explica:
The Egyptian Social Democratic Party member was
arrested from his home in Zagazig on June 15 amid a security crackdown that
targeted dozens of political activists connected with opposition to the Tiran
and Sanafir island agreement. The controversial maritime border deal, which
ceded sovereignty over the Red Sea islands to Saudi Arabia, was passed by
Parliament on June 14.
He was among a number of people from opposition
groups and parties, including the Karama Party, the Socialist Popular Alliance
Party and the April 6 Youth Movement, to call for protests against the treaty
the day after it was approved.
Marei’s defense team told Mada Masr that the
police investigation report used in the case should have been inadmissible, as
the only witness testimonies came from police personnel. They added that his
arrest and the searching of his house also breached Egypt’s Penal Code. Marei
will appeal the verdict at the Court of Cassation on these grounds, according
to Dabea.**
La publicación estos días del informe internacional del
Comité para la Protección de los Periodistas situando a Egipto como el tercer
peor país para los profesionales de la prensa forma parte de este modelo de
represión continua de la crítica o simplemente de la presentación de la
realidad de una forma distinta de la gubernamental.
La obsesión —no puede calificarse de otra forma— manifestada
desde el comienzo de su aparición pública por el presidente Sisi sobre el
imperio de la verdad oficial, la negación de cualquier otra visión está
llevando al país a una situación muy delicada pues la capacidad de aguante
tiene un límite. Se crea un círculo vicioso de deterioro, crítica y represión
que trata de imponer esa verdad oficial que, de cara a las próximas elecciones,
debe atribuirse como éxito.
Analistas de todo el mundo se preguntan por el sentido de
las cuantiosas inversiones egipcias en cosas no relevantes para solucionar los
gravísimos problemas del país. Se trata, una vez más, de satisfacer el ego
egipcio con proyectos faraónicos como satélites, centrales nucleares, nuevas
capitales, ampliaciones del canal, etc. que nadie necesita ante la desatención
de aspectos como la sanidad, la
educación o la economía. Los egipcios deben sentirse felices con noticias como
que la inflación ha caído hasta ¡el 26%!
Los que critican estas situaciones son acusados de
desestabilizar al estado y, por ello, pueden ser considerados
"terroristas". El gobierno está poseído por la obsesión de la
"imagen" a la que responsabiliza del estado del país. Las acusaciones
contra Sherine o cualquier otro personaje al que se le acusa de esparcir
"falsas noticias" que perjudican al turismo son una muestra, de ahí
que sea hipersensible a cualquier crítica en el exterior. Lo que internamente
se traduce en el encierro del periodista o en el bloqueo del medio en el
exterior se traduce en furibundos y absurdos enfados del ministro de asuntos
exteriores y del portavoz del ministerio que acusan a los medios de formar
parte de conspiraciones contra el país. Su empeño en la "verdad oficial",
la que los egipcios deben aceptar, es ignorada sistemáticamente por todos los
países.
Probablemente no haya caso de "verdad oficial" que
haya hecho más daño a la credibilidad oficial que el del avión ruso de turistas,
víctima de un atentado en Sharm al-Sheikh que Egipto negó y sigue sin aceptar
oficialmente, aunque todos estén absolutamente convencidos de ellos por la
cantidad de evidencias que lo demuestran desde todos los organismos internacionales,
incluidas las autoridades rusas. Es un ejemplo —podrían añadirse muchos otros—
de este empeño que es el que desacredita al gobierno egipcio ante las atónitas
miradas internacionales. Como resultados, pasado el tiempo los aviones rusos
siguen sin llegar a Egipto y otros países, como Reino Unido, siguen teniendo la
seguridad en su objetivo. No solo no ayudó nada a su imagen, sino que la
deterioró profundamente.
Los nuevos casos se acumulan y la responsabilidad es de
quien quiere mantener su propia imagen, el gobierno, no la de Egipto. La
incapacidad de resolver problemas necesita ocultarse tras conspiraciones. Egipto
tiene enemigos, evidentemente, pero no son los que hacen la crítica que son tan
egipcios como los demás y no enemigos, como se les presenta.
Una parte importante del pueblo egipcio está en contra de la
entrega de las islas. El gobierno, en cambio, ha preferido eliminar a los
discrepantes. Elimina estorbos electorales a la vez, silenciando voces
críticas. Pero, por el contrario, lo consigue es que haya más voces críticas.
El gobierno ha conseguido que desaparezcan de la prensa muchos
de los problemas que agobian a los egipcios, sobre todo en la economía.
Desparecer de las páginas periodísticas o de los canales de TV no significa que
desaparezcan de la realidad, donde siguen causando problemas. Los periódicos se
han llenado de vivistas de celebridades, de momias y sepulcros descubiertos y
de futuros proyectos que harán de Egipto la cabeza del mundo. Es lo que al
egipcio le gusta escuchar. Mientras tanto, el crecimiento incontrolado, el
problema de la educación, etc. hacen prever un futuro más oscuro.
El gobierno egipcio es un ejemplo claro de la "voluntad
de verdad", la imposición de lo que es verdadero
o no mediante la fuerza de las instituciones. Todo está ya al servicio de esa
verdad oficial cuya función, entre otras, es la definición del bien y el mal
creando mecanismos de exclusión social.
La sentencia de tres años de cárcel a un opositor
democrático, Islam Marei, es otra mala noticia para Egipto. No es un terrorista.
El caso, por el contrario, contribuye a oscurecer la imagen del gobierno
egipcio. Es lo que trae el abuso de la palabra "terrorista".
*
"Egyptian activist sentenced to 3 years prison on terrorism charges,
criticizing state" Egypt Independent 14/12/2017
http://www.egyptindependent.com/egyptian-activist-sentenced-3-years-prison-terrorism-charges-criticizing-state/
** "Egyptian Social Democratic Party member
sentenced to 3 years on charges of terrorism, criticizing the statewas"
Mada Masr 13/12/2017
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