Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
No sé
lo que opinarán en Francia primero y en el resto de Europa después de lo dicho
por Marine Le Pen en su entrevista publicada por El País sobre lo ocurrido en Grecia y con Grecia ("el pueblo se ha levantado contra los
tecnócratas"*). Evidentemente, Le Pen está allí donde más daño se le pueda
hacer a Europa, algo que sus amigos y enemigos saben.
Ya
hemos señalado anteriormente el buen aprovechamiento que los antieuropeístas
iban a sacar de la situación griega, de las que lo que menos les interesa es una
salida que beneficie a todos, la menos traumática. Si Europa fracasa, la
responsabilizarán de la ruina de Grecia. Si, por el contrario, se sigue
sosteniendo a Grecia, el argumento será que se hace con dinero de todos los
europeos cuando hace tanta falta en países como Francia. Y, por supuesto,
Grecia habrá perdido, como Francia, su soberanía nacional, algo que Le Pen le
parece fundamental en sus emocionales discursos.
Le han llenado Francia de indeseables que vienen de todas partes del mundo a
robarles, a aprovecharse de la grandeza y la riqueza.
Marine
Le Pen es el reverso europeo, lo contrario de todo lo que Europa busca o hace.
Basta con leer la entrevista para darse cuenta de que sus objetivos son muy
distintos a los del resto de Europa:
R. Hay que apoyar a los países que pueden
contribuir a la estabilización de Libia, como Egipto, que es esencial. Tenemos
que revisar nuestras alianzas. Como la de Qatar, que ayuda a fundamentalistas a
la vez que dice combatirlos. Hemos de recuperar lazos con Siria. Y con Rusia.
P. Usted y el FN tienen una buena relación
con Rusia. Y con Putin en particular.
R. Sí. Siempre hemos dicho que alimentar la
guerra fría con Rusia es una estupidez para Francia y para toda Europa. Rusia
es un aliado estratégico natural.
P. En Ucrania hay muchas acusaciones con base
contra Moscú.
R. En Ucrania ha sido Europa la responsable
de la situación, la que echó gasolina al fuego, la que creó la división en el
país.
P. Así que en ese conflicto usted se siente
más cerca de Rusia.
R. Tampoco. Quiero que Francia tenga una
posición equilibrada. No estoy aquí para defender los intereses de Rusia ni los
de EE UU, sino los de Francia.
P. Algo habrá influido esa buena relación con
Rusia para que hayan sido bancos rusos los que han prestado dinero a su
partido. Nueve millones de euros.
R. Pedimos dinero a los bancos franceses y
nos lo negaron.
P. Quizás porque consideran que son de
extrema derecha.*
A esto
le sigue una explicación en la que ella niega —faltaría más— ser o tener algo
que ver con la extrema derecha, a
pesar de que se le recuerden sus alianzas extremistas europeas, a las que
define como "patriotas".
El
interés en estrechar alianzas con Libia (¿con cuál?), Siria (¿con quién?) o con
Egipto ya lo ha manifestado anteriormente. Marine Le Pen realiza la contrapolítica internacional: todo
aquello que Francia asuma con el resto de Europa, le lleva a definir sus
aliados a la contra. Si la Unión Europea le reprocha a Egipto, por ejemplo, la
cuestión de los Derechos Humanos, Le Pen se va a Egipto y abraza efusivamente a
sus autoridades, hasta donde el del decoro permite, claro.
Pero
más clara es su posición con la Rusia de Vladimir Putin, a la que define como
un "aliado estratégico natural" de Europa. No es una novedad que Le Pen
apoye y se apoye en Rusia. Putin sabe abrir fisuras, como acabamos de ver en el
caso de Grecia, lanzando cabos a Tsipras y ofreciéndose a prestar dinero para aliviar
la deuda griega. Tsipras, como sabemos, lo primero que hizo al llegar al
gobierno fue ir a hacerse unas cuantas fotografías con aquel con quien Europa
tiene el mayor contencioso, traducido en sanciones económicas por la guerra no
declarada que tiene abierta en el centro del continente con un país que deseaba
salir de su esfera. ¿Aliando estratégico
natural? Que se lo pregunten a los Países Bálticos o Polonia. Solo el patriota Orban en Hungría es su aliado
desde un gobierno. El patriota Orban olvida que Hungría fue la primera, en 1956,
en levantarse contra el gobierno títere de la Unión Soviética. Entonces le tocó
condenarla a los comunistas franceses; hoy, paradojas de la vida, a la
ultraderecha de Marine Le Pen le toca condenar a Ucrania y darle la razón a
Rusia.
Vladimir
Putin es la fuente de financiación y ánimo de todos aquellos que se muestren
contra Europa. Es un hecho. Desde que el amigo Obama calificara a Rusia de
"potencia local", Putin se ha dedicado a demostrar que es más listo
que ellos. Y lo hace con golpes de efecto, financiación o armas, según se
tercie. La jugada con Tsipras ya la hizo con Egipto. Se fue a ofrecerles lo que
los Estados Unidos o cualquier otro aliado les negara como presión por el tema
de los derechos humanos.
¿Qué
son nueve millones de euros por tocarles las narices a Francia y a Europa con
Le Pen? Una minucia. Con una Le Pen fuerte, Francia se preocupa y con ella
Europa. Con un/a "lepen" de derechas o de izquierdas por país la
confusión está garantizada. Si se les coloca después en el Parlamento Europeo,
¡genial!
En el
final de la entrevista, realizada en su despacho en Estrasburgo, Marine Le Pen lanza un canto triunfal a su obra
política:
P. Al FN le votan ahora muchos franceses que
hasta hace poco votaban al Partido Comunista.
R. Se han sentido traicionados por el PC.
Antes defendía a los obreros, a las clases populares. Ahora defiende a los
migrantes, a las minorías de todo tipo...
P. ¿Y usted sí defiende realmente a los
obreros?
R. Somos el primer partido de los obreros. El
primero entre los asalariados, entre los jóvenes... Somos el primer partido de
Francia.*
Uno
recuerda que esta fue una de las características más acusadas del nacimiento de
los movimientos fascistas que llevaron a Europa al desastre.
* "Marine Le Pen: “La UE es nula, no ha
aportado nada y nos impide protegernos”" El País 12/07/2015
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/07/11/actualidad/1436623981_334433.html
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