Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Las diferencias
entre los dos titulares de una misma noticia entre la prensa del mismo país
permiten percibir algunas inesperadas diferencias. Me refiero a la forma en que
dos medios egipcios han tratado las declaraciones del presidente de Egipto,
Abdel Fattah al-Sisi, respecto a la renovación de la religión en el islam, un
tema de fondo esencial en todo lo que está ocurriendo en la zona, por encima de
muchas otras consideraciones que son invocadas más a menudo. Las declaraciones se
han hecho con motivo del día 27 de Ramadán, celebración del Laylat
Al-Qadr, la llamada "Noche del Destino", una importante festividad, y
frente a las autoridades ministeriales y religiosas. En esa noche se
escribieron, según la tradición, los primeros versos del Corán, y se decide el
año siguiente, por lo que se destina al rezo. No es pues un día cualquiera, sino uno cuidadosa y simbólicamente elegido
para el discurso del presidente.
El
titular de la noticia en Ahram Online es el siguiente "El-Sisi says
Al-Azhar has failed to renew Islamic discourse"*, mientras que el ofrecido
por Egypt Independent lo expresa de esta forma "Sisi reiterates need for
better understanding of Islam"**. Desde un sencillo primer análisis, el
primer titular señala un culpable, la universidad de Al-Azhar, mientras que el
segundo se limita a constatar una necesidad, la de la "mejor
comprensión" del islam sin apuntar a nadie. Una tercera opción, una
postura intermedia, es la reflejada en el titular de Daily News Egypt "Al-Sisi
calls on preachers to correct ‘flawed image’ of Islam"***. Esta vez se
pide a los "predicadores", sin especificar quiénes, que corrijan una
imagen distorsionada del islam. Son tres formas distintas de plantear un mismo
problema real.
Hasta
el momento, el presidente egipcio ha usado la religión, un resorte esencial
para el control social en Egipto, apuntando a un freno al extremismo, que se ha
identificado en un sentido con el terrorismo y a este, en un extraño giro, como
un fenómeno criminal y no religioso. El documento, del que dimos cuenta aquí, sacado
a la luz por los corresponsales extranjeros en el que se les trasmitía cómo
debían separar el fenómeno religioso del terrorismo por el razonamiento de que
el islam es una religión de paz y tolerancia,
es una muestra de ese intento de salvaguardar la religión de los crímenes que
se comenten en su nombre. Pero, como dijo Yeats en uno de sus poemas, no se
puede separar al bailarín de la danza, especialmente si los crímenes se cometen
por personas que están convencidos de que siguen la voluntad de Dios y actúan
en su nombre. Lo que pide al-Sisi es un absurdo en más de un sentido. Y lo es
porque la realidad es la que es.
Una cosa es decir que la gran mayoría de los
musulmanes consideran una aberración el fenómeno y las acciones del
"Estado Islámico" y otra decir que el fenómeno no tiene nada que ver
con la religión. El extremismo, en su condición de "extremo", forma
parte del cuerpo total, que admite muchas manifestaciones. Podemos decir que en
todas las religiones existe este fenómeno del extremismo, si bien, en el islam
—es la tesis de Amin Maalouf, por ejemplo— la carencia de un centro real que
permitiera controlar el conjunto ha hecho que puedan proliferar todos estos
extremismos que hoy vemos y que desangran los países y a las comunidades con
sus divisiones.
Ese
papel central es el que se quiere que ejerza la Universidad de Al-Azhar, si
bien no es fácil que ocurra tal como se desea por parte del gobierno egipcio,
porque estos pueden mantener un discurso más moderado, pero eso no significa
que renuncien al poder o, para ser más precisos, que no tengan sus propias
aspiraciones de poder y control sobre las poblaciones.
Nasser
burocratizó la Universidad de Al-Azhar para ponerla al servicio del Estado. No
renunció a controlar la religión y con ella a la población. Eso significó el
ascenso paralelo de los grupos islamistas, especialmente los Hermanos Musulmanes,
que se acercaron a la población criticando lo mal musulmanes que eran los
impíos gobernantes. Sadat tenía otro enfoque y murió bajo las balas de los
islamistas, pese a favorecer su presencia para liberarse de los nasseristas, a
los que mandó a la cárcel. Se produce una reislamización de Egipto, con los
islamistas financiados desde el Golfo y copando poder y presencia social.
Mubarak jugó con ellos según entendía que sacaban los pies del plato, pero ya
entraron en el parlamento.
El
intento de Al-Sisi, tras derrocar a Morsi, de recuperar Al-Azhar, limpiándola
de islamistas afines a los Hermanos, para controlar la prédica de las
mezquitas, de la que se ha excluido a los predicadores no oficiales, los no
autorizados por la Universidad, parece que no está teniendo los resultados que
se pretendía.
Los
liberales y demócratas laicos están negando el respaldo al camino emprendido
por el gobierno, en el que se encuentran ministros salido de Al-Azhar, profesores
de la Universidad. Esta pérdida de muchos apoyos y las críticas que van
aumentando deja a al-Sisi en una postura complicada porque se tiene que apoyar
en el Ejército, que es el respaldo real del gobierno y una Universidad de
Al-Azhar que cuanto más poder tiene, más lo emplea en la constitución de un
islam que se dice "tolerante", pero cuya realidad es que equipara "ateos"
con "terroristas". Este hecho es importante porque considera que todo
nacido "musulmán" no tiene otra opción que seguir las pautas marcadas
desde Al-Azhar, constituida en faro de la comunidad.
Aquí
hemos dado cuenta de episodios recientes en los que las discrepancias sobre
temas religiosos o de costumbres se han resuelto en ataque furiosos ataques
contra los discrepantes alentados desde Al-Azhar. La idea de moderación es
relativa porque se refiere a lo considerado ortodoxia frente a las
interpretaciones de los extremistas, no en cuanto a la libertad que se deje a
las personas para vivir su propia vida, algo que sigue sujeto a obligación y
cuya supervisión se hace desde instancias religiosas, ya sea directamente o
mediante la supervisión "inspiradora" de las leyes del estado.
Es en
este contexto en el que las declaraciones e interpretaciones periodísticas de
lo dicho por el presidente de Egipto adquieren relevancia. ¿Ha criticado
directamente a Al-Azhar responsabilizándola del fracaso en la renovación del
discurso religioso? La pregunta es pertinente por la trascendencia que tiene
para el análisis de la situación y tensiones entre las instituciones. Veamos lo expresado por Ahram
Online:
President Abdel-Fattah El-Sisi has accused
Al-Azhar's Grand Imam Ahmed El-Tayeb and other clerics of failing to develop
Egypt's religious discourse.
"You are the one responsible for religious
discourse, and God will ask me whether I am satisfied [with your performance]
or not," El-Sisi said of El-Tayeb on Tuesday.
"The role of clerics is not to give
speeches in mosques, but to spread peace among humanity," El-Sisi added.
"At last year's ceremony, when I tackled
the idea of a religious revolution, I didn't mean imposing [change through]
violent actions, rather I meant to revolutionise our thoughts in order to make
them to fit the time and also to improve the image of Islam."
"The main problem is that we don't
understand our religion ," he said. "And we cannot accept those
people who misuse Islam to promote violence and extremism."*
Según el texto, las acusaciones de Al-Sisi son directas e
inequívocas. Hay unos responsables que tanto la institución como los clérigos
predicadores. La acusación, que se sigue, es no haber entendido la idea de
"revolución religiosa", tal como él la ve y expresó. Esta cuestión es
relevante porque es uno de los puntos clave en la modernización islámica. Hay
dos concepciones sobre la mesa: para al-Sisi se trata de cambiar las mentes
hacia otro islam que rechace el extremismo y la intolerancia; para Al-Azhar,
parece, de lo que se trata es de controlarlas.
La diferencia la podemos apreciar en los ataques desde Al-Azhar contra el predicador Islam Beheiry, que se permitió dudar de la historicidad de algunos hadices. Al-Azhar autorizó a los salafistas a atacar al hereje, que no lo es tanto, desde luego, ya que su interés es precisamente encontrar un islam más abierto y dialogante, en especial, internamente. Pero la reacción fulminante de los clérigos revela que su deseo es convertir sus discursos en hegemónicos. Tratan de invertir lo que hizo Nasser con ellos. La entrada de ministros de la Universidad en el gobierno es una muestra de ello. ¿Quién refuerza a quién? Ahora parece que el presidente, según la versión de Ahram Online, se ha dado cuenta de que ese no es el camino.
La diferencia la podemos apreciar en los ataques desde Al-Azhar contra el predicador Islam Beheiry, que se permitió dudar de la historicidad de algunos hadices. Al-Azhar autorizó a los salafistas a atacar al hereje, que no lo es tanto, desde luego, ya que su interés es precisamente encontrar un islam más abierto y dialogante, en especial, internamente. Pero la reacción fulminante de los clérigos revela que su deseo es convertir sus discursos en hegemónicos. Tratan de invertir lo que hizo Nasser con ellos. La entrada de ministros de la Universidad en el gobierno es una muestra de ello. ¿Quién refuerza a quién? Ahora parece que el presidente, según la versión de Ahram Online, se ha dado cuenta de que ese no es el camino.
Pero cuando vamos a leer la noticia en Egypt Independent,
con texto de la agencia oficial MENA, lo que leemos es muy distinto:
President Abdel Fattah al-Sisi has renewed his
call for revolutionizing the understanding of Islam to counter terrorist and
extremist thought, urging scholars, specifically al-Azhar, to work to that end.
“The scale of counter-terrorism efforts is not
sufficient, there is a big problem represented in understanding religion by
taking verses out of their tolerant context,” the president stated during a
ceremony hosted by the Endowments Ministry.
“Islam is a religion of peace and tolerance,
and no one can accept those who call for murder and destruction under the guise
of Islam,” said the president.
Sisi referred to his call for a “religious
revolution” last year, but explained that his call was not meant for “violent
measures” but rather to "induce a revolution in thought that copes with
the present time and corrects the image of Islam.”**
Aquí no se responsabiliza a Al-Azhar, sino que, al contrario,
al-Sisi les ha dicho que son ellos los
que deben trabajar para evitarlo. En el texto de Ahram Online, la
Universidad es responsable, es la acusada; en el texto de MENA, la solución. El final coincide, pero
los primeros párrafos dibujan una situación muy distinta en la interpretación
de lo dicho por el presidente.
En el tercer texto, de Adham Youssef para Daily News Egypt,
la información se encuentra más próxima a la dada por Egypt Independent:
President Abdel Fattah Al-Sisi called Tuesday
on religious preachers to increase efforts to defend Islam and correct the
“flawed image” of the religion due to violence and terrorism.
He also praised the role of Al-Azhar’s moderate
clerics in spreading tolerant Islamic discourse, asserting its role to defend
Islam from “the image presented abroad”.
The speech was given in the celebration of
Laylat Al-Qadr, which is considered the holiest night of the year for Muslims,
and is traditionally celebrated on the 27th day of Ramadan.
He also stressed the importance of spreading
the teaching of peace and acceptance. He added that, when he previously
mentioned the term “renewing religious discourse”, he aimed to revolutionise
performance of the religious institutions and the understating of texts. He
told the preachers that they are not defending a religion but rather defending
the divine.
Al-Sisi also discussed the phenomenon of
atheism among young people, who “didn’t stand the amount of disputes, insults,
and oppression on earth…I know that this will end soon”.***
Creo que este texto se encuentra más próximo a la versión
dada por Egypt Independent con información de MENA. La pregunta relevante
entonces es ¿por qué Ahram Online, un periódico prácticamente oficial, se
decanta por una interpretación que responsabiliza a Al-Azhar del fallo en la
comprensión del "verdadero islam"? ¿Por qué?
Las explicaciones van desde el error interpretativo a la distancia
que se está produciendo en muchos sectores políticos e intelectuales frente a
la importancia adquirida por el doble frente, el militar-policial y el
ideológico-religioso. Un "ataque" desde Ahram Online a Al-Azhar
responsabilizándola del discurso religioso fallido puesto en boca del presidente es un
asunto suficientemente importante como para considerarlo casual o un error.
Parece más bien el reflejo de los diferentes pulsos que se están produciendo
para intentar que la nave egipcia llegue a algún puerto resguardado antes las
diferentes tormentas actuales y futuras. La política egipcia nunca es demasiado
clara y los medios forman parte de la batalla con sus mensajes.
No podemos cerrar esto sin señalar el artículo publicado en
Mada Masr por el periodista español, Ricard González, corresponsal del diario
El País en El Cairo, que con el título "Why I felt forced to leave Egypt"
explica cómo fue advertido por el gobierno español de que debía abandonar
Egipto ante el riesgo de una inminente detención. González dice no ser más
crítico que otros corresponsales extranjeros y lo achaca a la publicación de su
libro sobre el período de los Hermanos Musulmanes hasta la salida de Morsi, que
piensa que no habrá gustado nada al gobierno egipcio. Al no haber sido arrestado,
al gobierno le es fácil negar que tuviera intención de hacerlo y no creo que
González esté dispuesto a correr el riesgo de regresar a comprobarlo.
Como todas estas cosas entran dentro de lo que se considera "normalidad",
es decir, poder encerrar a alguien porque no estás de acuerdo con lo que dice
en un libro o artículo, acusándolo de faltar a la verdad o querer perjudicar a
Egipto, no queda muy claro en qué consisten los sueños revolucionarios de
moderación del presidente Al-Sisi. No sé a qué tipo de intolerancia —civil o
religiosa— pertenece o si, por el contrario, es una demostración de moderación
avisar que vas a detener a alguien para así ahorrarte el escándalo engorroso después.
Los egipcios, en cambio, no tienen tanta suerte.
* "El-Sisi says Al-Azhar has failed to renew Islamic
discourse" Ahram Online 14/07/2015
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/135369/Egypt/Politics-/ElSisi-says-AlAzhar-has-failed-to-renew-Islamic-di.aspx
**
"Sisi reiterates need for better understanding of Islam" Egypt Independent 14/07/2015
http://www.egyptindependent.com//news/sisi-reiterates-need-better-understanding-islam
***
"Al-Sisi calls on preachers to correct ‘flawed image’ of Islam" Daily
News Egypt 14/07/2015 http://www.dailynewsegypt.com/2015/07/14/al-sisi-calls-on-preachers-to-correct-flawed-image-of-islam/
***
"Why I felt forced to leave Egypt" Mada Masr 05/07/2015
http://www.madamasr.com/opinion/politics/why-i-felt-forced-leave-egypt
.
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