miércoles, 18 de febrero de 2015

La guerra de las mentes o el mundo es pequeño, manipulable y ruidoso

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El antiterrorismo empieza a parecerse a la Economía: explica los desastres después de que ocurran. Con el retórico título "Dinamarca se pregunta si falló la vigilancia del yihadista que mató a dos personas el fin de semana", Euronews nos cuenta el ya recurrente proceso de descubrimiento de la inutilidad. Ayer hablábamos una vez más del "terrorista imprevisto" señalando que no se mira donde se debe en la vigilancia, lo que hace que sean inútiles las medidas de prevención, de detección y hasta de comprensión del fenómeno al que se enfrentan las sociedades (todas) con sus propias especificidades, pero con sus errores de percepción comunes.
Nos dicen en Euronews:

Dinamarca busca explicaciones, tras conocerse que el autor del atentado, un yihadista de 22 años que actuaba en solitario, pudo haberse radicalizado en la cárcel. Mató a dos personas, una en un coloquio y otra en una sinagoga, antes de ser abatido por la policía. Los servicios secretos han reconocido este martes que la policía les había alertado del riesgo que representaba.
Omar Abdel Hamid El Hussein había pasado dos años en prisión por apuñalar a un hombre en el muslo. Acababa de salir hacía dos semanas.
“En prisión se crean grupos, en los que los reclusos encuentran apoyo. Ahí es donde se radicalizan”, opina el experto antiterrorista Lars Erslev Anders.
Conocidos del terrorista aseguran que volvió de la cárcel convertido en un fanático. Hasta ahora Dinamarca ha adoptado una estrategia de reinserción de los yihadistas que han combatido en el extranjero, una política ahora en tela de juicio.
El Hussein no había combatido en Siria, pero sí había manifestado a sus amistades su deseo de hacerlo.*


Creo que la escueta noticia tiene suficientes elementos de preocupación. No es preocupación por las acciones que vendrán, sino por la muestra de la ineptitud que se muestra. Se siguen ignorando las raíces del fenómeno, la configuración del escenario y, por tanto, es difícil que se puedan aportar demasiadas soluciones. Como decíamos ayer, se detecta al terrorista "imprevisible" cuando ya ha cometido el atentado, es decir, cuando ha salido cruentamente a la luz y se dedica a realizar el mayor número de atentados posibles antes de ser cazado. El terrorista es la bomba.
Se sigue pensando en términos de "secta" o de "delincuencia" y hablando de la "reinserción", etc. Y se siguen preguntando por cómo pueden hacer cosas así personas que han pasado por las escuelas, tienen pasaporte de los países en donde atentan, cómo salen los hijos tan malos si sus padres no daban problemas, etc., etc.
Hablamos mucho de la "globalización", pero seguimos pensando en términos económicos y no culturales. Lo que ha traído es también una serie de efectos secundarios en dos sentidos: el aumento de los nacionalismos y el crecimiento de los conflictos religiosos por la expansión del islamismo. Hay casos en los que ambos se unen en una mezcla explosiva.


Europa padece el crecimiento de los nacionalismos beligerantes como respuesta a la idea misma de Europa. La Unión Europea se inventó para tratar de evitarlos, pero llegados a un punto crítico, la idea de Europa provoca "antieuropeísmo". Quizá sería más adecuado decir "convoca" que "provoca" porque no es que sea la Unión Europea la causante real, sino que pasa a ser el perfecto enemigo imaginario. Nada une más que estos enemigos hacia los que es posible dirigir el odio y las frustraciones si logras hacer que pase a representar todos tus males, reales e imaginados.
Las fuerzas islamistas han reaccionado a la presión global, que perciben como la desaparición de su mundo, como una amenaza, redirigiendo hacia el exterior los efectos negativos que la propia globalización crea por los desequilibrios existentes. El contacto de la globalización no se convierte en confianza sino en recelo, es una interacción que provoca distanciamiento y tensiones que se resuelven violentamente en muchos casos.
Es históricamente relevante que en el momento en el que se logra la máxima expansión comunicativa se produzcan las mayores reacciones integristas, que aprovechan esa misma tecnología para luchar en su contra. No es una paradoja que así ocurra. Siempre han sido las religiones las que aprovecharon las tecnologías de la comunicación, desde el púlpito a la imprenta para extender sus doctrinas y control y atacar a sus enemigos. La Biblia es lo primero que sale de la imprenta de Gutenberg y el mundo de la escritura medieval estuvo controlado por los monasterios. En escuelas surgen para transmitir la doctrina y la pedagogía es escenario de guerras desde su origen.


Las guerras que no son por territorios y recursos lo son por las mentes de aquellos que los ocupan; son guerras para reescribir la Historia o la Ciencia, es decir, por apoderarse de la "grandes narraciones" que dan sentido al mundo. No es casual que el enemigo de los integristas de diferentes confesiones, cristianos y musulmanes, sea Charles Darwin, sobre quien han focalizado sus iras y tratan de convertir sus ideas en una "teoría" más. Eso es objetivo común de los fundamentalistas cristianos, musulmanes o de cualquier otra base creacionista. Por eso se controla la educación. Hace dos días hablábamos de Erdogan y Turquía, que hace lo mismo que Boko Haram, es decir, decretar lo perverso de la educación "occidental" pero con otras maneras menos escandalosas. Pero el objetivo final es acabar con la amenaza de las ideas que les llegan por todos los múltiples canales que se han abierto. Esas ideas son peligrosas para su fundamentación, legitimación y perpetuación de su control social.
La cárcel danesa donde iba a reciclarse el asaltante de con arma blanca era una escuela en donde le explicaron el sentido de la vida, el origen de sus males y cuál era la finalidad que debería darle al salir. No necesitaban acceso a Internet; les bastó con el boca a boca carcelario y sentirse parte de un proyecto personal y cósmico, un proyecto revelado que necesitaba de su mano para cumplirse.
Esta guerra abierta es sobre todo informativa; es una guerra por las mentes y su forma de ver el mundo, de percibirlo e interpretarlo. Es la voluntad de poder, la voluntad de verdad, de imponer a otros el sentido. Es una guerra de ideas en la que nosotros usamos nuestro lenguaje, pero somos incapaces de entender el del otro. Donde la guerra es más real es en los escenarios por los que se lucha realmente por controlar.


Los atentados entre nosotros tienen varios objetivos además del obvio de causar dolor. Sirven para establecer barreras entre un "ellos" y un "nosotros" que les ayuda a aislar a sus propias poblaciones, que son las que realmente temen que se les escapen a través de la modernización de sus espacios. Nos olvidamos que el término "modernismo" describía un fenómeno cultural que fue objeto de condena de la Iglesia católica porque consideraba que era el camino abierto hacia el mayor de todos los males, el "ateísmo". Se empieza por la Ciencia y se acaba haciendo desaparecer a Dios del mapa.

"Modernización" no es cuestión de coches y televisores 3D. La verdadera y temida "modernización" es la de las mentes. Muchos de los islamistas cultivados son ingenieros o médicos. No necesitan desde sus estudios cuestionarse los principios del universo o de la vida, se limitan a conocer sin buscar explicaciones porque esas ya les han sido dadas. El islamista Mohamed Morsi, presidente derrocado de Egipto, había estudiado (como la mayoría de los dirigentes de sus partidos) ingeniería en los Estados Unidos. No es casual que sea allí, pero no por cuestiones conspiratorias —como muchos imaginan—, sino porque es el único país en el que se puede sostener el "creacionismo" sin caer en el ridículo por parte de un presidente. Tierra de contrastes, los Estados Unidos albergan el germen de liberalismo y la Ciencia y el del integrismo religioso y la creencia en "destinos manifiestos" o teorías más descabelladas, como las mormonas, que pueden llevar a la Casa Blanca a un Mitt Romney, por ejemplo. Si causan estupor las creencias de Erdogan señalando que había mezquitas en Cuba cuando Colón llegó a América, las teorías mormonas que hubo una evangelización de América precolombina y que los habitantes de América desciende de una tribu de Israel que se fue por aquellos lares. Así se traslada la "promesa" a América y no solo a Israel. América puede mandar a un hombre a la Luna, pero también mandarlo a la estupidez en nombre de la libertad de creencias, que al igual que la de mercado, depende del atractivo de los mercados.
En un mundo progresivamente sistémico debido a las comunicaciones y el aumento de las interacciones, los intercambios producen efectos en el interior de los subsistemas. Las sociedades necesitan del control férreo de sus miembros si aumenta las posibilidades de que se alejen de los centros ideológicos por efectos de las ampliaciones comunicativas. Por eso se recrudecen las formas de censura y los intentos de aislar a los que se encuentran en el interior y aumenta la presión sobre los miembros exteriores.


Es curioso que Occidente que se encuentra tan preocupado por el "regreso" de los yihadistas occidentales no haya comprendido que la preocupación de los integristas era el regreso de los educados fuera, es decir, el retorno a sus países de aquellos que habían trabajado durante décadas fuera y, en especial, de sus hijos. Aquellos que se habían formado o estaban alejados, fuera del control, eran sospechosos. Por esto se han producido los casos de radicalización fuera de sus fronteras. Han sido objeto de especial atención los que estaban alejados, objeto de vigilancia y control. Tenemos testimonios de diversos países y en ocasiones he comentado aquí casos concretos que conozco. Nuestra especial miopía para esto ha hecho que en ocasiones entregáramos a estos comisarios políticos integristas el grado de representante de sus comunidades cortando sus posibilidades de acceso a la administración. Quien no lo conoce no puede llegar a experimentar el grado de persecución y observación que puede llegar a padecer alguien que está fuera desde el exterior o desde los "vigilantes" que intentan detectar posibles disidentes futuros.

La cómoda cárcel danesa se había convertido en un centro de reclutamiento y formación de personas proclives a dejarse seducir en esas circunstancias, personas que no están especialmente interesadas en defender al sistema que les encarcela y sí, en cambio, a aceptar interpretaciones que le den sentido a su vida y llenen el vacío en el que se encuentran.
Como sociedades que valoramos la individualidad y los derechos individuales, hemos perdido la capacidad para entender lo que es la presión del grupo y el control social. Nuestra sociedad abierta no es capaz de pensar en estos términos. Educamos sobre la individualidad y nos sorprende que la gente la confunda con el adoctrinamiento, que se pueda desterrar la Ciencia y eliminar sus principios de los textos escolares, como está haciendo Erdogan, que se dispare contra las escuelas como en Pakistán o se secuestre y esclavice a las niñas que asisten a ellas por parte de criminales como Boko Haram o el Estado Islámico. Nos horrorizamos pero no lo entendemos. No entendemos que haya gente que aplauda tras los camiones que llevan a los terroristas de ciudad o que hagan fotografías cortando cabezas. Es un universo en el que se usan los mismos televisores, los mismos coches, las mismas zapatillas deportivas, etc., pero que funciona mentalmente de forma muy distinta, incomprensible desde el otro lado.


El gran reto es entenderlo porque si no se hace difícilmente se podrán producir las adecuadas respuestas en los diferentes niveles del problema. El terrorismo yihadista no es más que la punta del iceberg del problema, como lo son las caricaturas o cualquier otro hecho más o menos anecdótico. No es que no sean importantes, sino que no son el origen sino parte de los efectos.
Creer que hoy las relaciones entres los países las controlan los ministros de Asuntos Exteriores y los diplomáticos es un error de una ingenuidad pasmosa. Hoy la "diplomacia" se hace con el cine, los videojuegos, los deportes, la moda y todos aquellos elementos que se intercambian simbólicamente y que son muchos de ellos incontrolables en un planeta global y con torrenciales flujos de información constantes. Incidentes como las caricaturas de Mahoma, con películas como "Exodus", "Noé" o "The Interwiev", por poner ejemplos recientes, son los que determinan una diplomacia de base, es decir, la que establecen los ciudadanos (manipulados y manipulables) de los países. Nos muestran que el mundo ya no es el de Marco Polo. que va y vuelve a contarlo, sin más interferencias. Por su complejidad informativa, el mundo ya es incontrolable. Se trata de intentar, al menos, comprenderlo para controlar sus peores efectos y de tratar de actuar en él de otra manera, no desde la ingenuidad sino desde la sensatez.

Escribió Hannah Arendt: «La legitimidad, cuando se ve desafiada, se basa en una apelación al pasado mientras que la justificación se refiere a un fin que se encuentra en el futuro» (Sobre la violencia). Lo que se debate es la "legitimidad", la base sobre la que esas sociedades han mantenido sus lazos y el derecho de los individuos a poder ser al margen del grupo, que es quien ha sostenido la legitimidad amparada en argumentos que han ido quedando ligados al pasado. La regresión medieval a la que asistimos no es más que eso, un intento de recuperar o no perder la "legitimidad" que se ve afectada por el avance de la "modernidad". Por eso las primeras y principales víctimas son todos aquellos que desde dentro han tratado de emancipar a sus pueblos llevándoles a la independencia material y sobre todo mental, personas que sufrieron las iras y violencia de los integristas y a los que se trata de silenciar, de borrar del mapa cultural y de los libros de texto excluyéndolos como alternativa al medievalismo. Eran incómodos para los que controlaban el poder y para los que aspiraban a él. Han sido humanistas enfrentados a integrismos y lo han pagado en exilios, atentados y cárceles.
Hoy ese mundo se encuentra despojado de los "traidores" y "herejes" que podían haber ayudado a extender una "ilustración" que entre militares e integristas, corruptos y demagogos clericales, se les ha negado, con la complicidad exterior de aquellos a los que esos gobiernos de ignorancia y desidia beneficiaban para sus fines.
Pero el mundo se ha hecho pequeño, manipulable y ruidoso. La voz de la razón apenas encuentra eco entre tanta exaltación sentimental del nacionalismo y el integrismo religioso. Los sensatos y críticos son desplazados para que sus palabras y ejemplos no entren en liza en esta guerra de las mentes, en este campo de batalla constituido por titulares y pantallas desde las que gritones telepredicadores nos llaman a la guerra santa, la nacional o las dos.



* "Dinamarca se pregunta si falló la vigilancia del yihadista que mató a dos personas el fin de semana" Euronews 17/02/2015 http://es.euronews.com/2015/02/17/dinamarca-se-pregunta-si-fallo-la-vigilancia-del-yihadista-que-mato-a-dos-/





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