Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Las
noticias se suceden rápidas cuando se trata de Egipto. Cuando terminábamos
nuestro escrito de ayer, la noticia de la detención de un responsable
socialista del partido de Shaimaa El-Sabbagh, la activista muerta al tratar de
llevar una corona de flores en recuerdo de los muertos de Tahrir, nos ofrecía
otra muestra del descontrol absoluto de las fuerzas de seguridad egipcias.
La
noticia de la detención marcaba un límite que parecía que había sido alcanzado
con la muerte a sangre fría, disparada a ocho metros de metros de distancia. Solo
en un muy selecto club de dictaduras se admite este tipo de argumento, que los
manifestantes se maten entre ellos o la gente se suicide en las celdas solo por
el placer de fastidiar al régimen.
El
mismo periódico que daba cuenta de la detención del líder socialista, da cuenta
de su liberación sin cargos de ningún tipo:
A leading Socialist Popular Alliance Party (SPAP)
member was released on Sunday after being detained one day earlier on
"suspicion" of killing Shaimaa El-Sabagh, another leading party
member who had been shot during a peaceful march in Cairo a week ago.
Zohdi El-Shamy, the vice president of the
party, was released from custody after investigations carried out by the
National Security found him innocent, Ahram's Arabic news website said.
El-Shamy came forward as a witness to the
events that occurred during the "SPAP" 's march on 24 January to
commemorate the fourth anniversary of the 25 January revolution in Talaat Harb
square in Downtown Cairo.
The march, which was not authorised, was
forcefully dispersed by the police who fired teargas and birdshot. Shaimaa
El-Sabagh, the 32-year-old activist, was shot three times during the dispersal
by birdshot, according to the forensic authority's official autopsy.*
Da igual la existencia de testigos, de grabaciones de vídeo
que muestran cómo ocurrieron los acontecimientos. Da igual. La maquinaria es
imparable. Hace dos días recogíamos aquí la noticia de la muerte de un popular
rapero DJ, Ahmed "Zo'la" Mohsen, mientras observaban una
manifestación al salir de las compras con unos amigos y a uno de ellos se le
ocurrió grabarla con su teléfono. Los médicos intentaron convencer a la familia
de que aceptaran un diagnóstico de suicidio; la familia se negó a hacerlo.
La trascendencia de la muerte de la activista ha superado lo
ocurrido con otras muertes anónimas, Esta vez tenía cara; no se podía confundir
entre los fríos números globales. Tenía rostro y tenía historia. No se la podía
acusar de terrorismo o de ninguna otra actividad más que la de defender
derechos, escribir poemas e intentar educar a su hijo en los derechos que nadie
le puede quitar.
La detención de uno de los compañeros de la marcha como
sospechoso del asesinato de Shaimaa El-Sabbagh es una burda manipulación y una
infamia, es un insulto a los muertos y a los vivos, a los compañeros de Shaimaa
El-Sabbagh y a la inteligencia del pueblo egipcio en su conjunto. Demuestra,
sobre todo, la actitud que es posible esperar. Es el lógico resultado de la
política de impunidad que se ha seguido hasta el momento en la que nadie es el
responsable de las muertes ocurridas desde el 25 de enero de 2011. Nadie es
responsable de las muertes en las calles. Si una tanqueta arrollaba a decenas
de personas pasándoles por encima, era un problema de frenos; si eran muertos
por disparos en las calles, eran asesinos islamistas camuflados. Pero la muerte
de Shaimaa El-Sabbagh ha marcado una línea.
Ayer el diario Ahram Online, no cualquier otro, publicaba un
duro artículo del presidente de Al Ahram, Ahmed El-Sayed El-Naggar, con el
título " Shaimaa’s blood: The jeopardised dream between state and
revolution In Egypt", reclamando la necesidad de reconducir el proceso
egipcio para recuperar sus inicios revolucionarios:
Peaceful Shaimaa only dreamt of a free country
where justice and development are found; she was not given any repeated
warnings before teargas and murderous bullets ripped through the air. The
martyr Shaimaa El-Sabagh was part of a delegation, not a march, asserts the
leader of the Socialist Popular Alliance (SPA) Party, Abdel-Ghaffar Shokr. The
delegation was walking in pairs on the pavement, and she was carrying a wreath
to place in Tahrir Square in honour of the memory of the revolution’s martyrs.
Bullets were not her method, but she was killed
in cold blood by the same person who killed the martyrs she was going to
honour, who sparked a great fire in the heart, and sowed the winds of violence.
Before the teargas and bullets, SPA Secretary
General Talaat Fahmy went to the commander of the police force to inform him
they were merely a delegation that will place a wreath in a symbolic and
peaceful manner in Tahrir Square to honour the revolution’s martyrs. The
response was Fahmy’s arrest, and teargas and bullets targeting the small
symbolic delegation. Fahmy is still detained because he refuses to be released
unless all his SPA colleagues who were also detained at the time are also
freed.
We are all responsible for avenging Shaimaa’s
death, and in the lead is the elected president who is in charge of protecting
the lives of the people of this country against, at minimum, the abuse of
power.**
Que estas cosas se escriban en Al Ahram, el diario tradicionalmente
oficial del Estado, muestran que los límites se han sobrepasado y que Egipto no
puede seguir negando la situación y los hechos. El artículo de Ahmed El-Sayed
El-Naggar no es un desahogo en un blog perdido, sino un aviso de que se están
violentando todas las formas y los discursos oficiales han entrado en una fase
de esquizofrenia respecto a los hechos.
El Estado egipcio no olvida sus formas ni sus métodos. Son
demasiados años de impunidad y la costumbre es una herencia pesada. Nadie ha
entrado en los servicios de seguridad nacionales con el afán de reformarlos. Es
la brutalidad policial, las masacres realizadas contra unos y otros, la que
determina el camino egipcio. La sociedad se limita a ir a remolque de los
acontecimientos.
En Egypt Independent, Mostafa Al-Nagar publica un breve y
directo artículo:
Do you think he who shot Shaima al-Sabagh while
she was holding roses to honor the martyrs is the only person responsible for
her death?
There are many other murderers living among us.
Those who justify the bloodshed they see with their own eyes, depending on
their political inclinations, killed Shaima. The media that fabricates pictures
and stories killed Shaima. Those who stupidly ask why she protested on that
street in the first place killed Shaima. Those who discard the actual killer
and search for hidden elements behind the act killed Shaima. Every official who
talked about the blood of Shaima and did not talk about the blood of Sundus
Reda, the 17-year-old girl who was killed in cold blood just hours before
Shaima, killed Shaima.
He who dares pull a trigger does so because
there are those who make him believe he is doing a great thing. They think
killing will build the nation. They consider others who renounce killing as
unpatriotic.
Delusional is he who thinks an unjust state can
prevail. Delusional is he who thinks stability walks on the skulls and blood of
the innocent. What is happening is destroying the nation, instilling discord in
the hearts of the people and inflaming revenge beyond forgiveness. What is
happening makes killers get away with their crimes.
Shaima and Sundus were not terrorists to end up
dead. The soil will not tolerate more blood. The curse of the blood will hit us
all.***
Probablemente es difícil encontrar una radiografía más clara
y concisa de muchos de los males que se han ido acumulando en este tiempo en el
que la Revolución y sus ideales han intentado lo imposible: la convivencia
entre el Estado con el que se levantaron y los que se sublevaron contra él.
Egipto ha tratado de vivir una falacia política: la de que el problema se
acababa con la salida de Mubarak del poder. No fue la revolución la que tomó el
poder; fue el poder el que dejó que se terminara la revolución convenciendo a
la gente de que había triunfado. Desde entonces, la estrategia ha sido la
misma: salid a celebrad, pero se retiene el control del país por los mismos que
lo tenían, el Ejército y las fuerzas de seguridad. El mito del Ejército egipcio
tenía demasiado peso tras años de construirlo. La gente estaba deseando abrazarlos
en cuanto dieran síntomas de estar del lado del pueblo. Pero, entonces ¿quién
había sostenido a Mubarak, de dónde había salido?
El lento retorno de las figuras de la dictadura, incluyendo
a Mubarak y a su familia, sus ministros, sus hombres de negocios, tras el paso
por los tribunales hace ver que allí no pasó nada y que el pueblo debería
pedirles perdón por las molestias.
Pero el pequeño artículo de Mostafa Al-Nagar pone el dedo en
la yaga. No se han escuchado las advertencias constantes, los avisos permanentes.
Una mayoría del pueblo egipcio ha mirado para otro lado y ha justificado lo
ocurrido ahora, como justificó mucho de lo ocurrido antes. El nacionalismo
egipcio les juega malas pasadas; nace de arriba abajo y no de abajo arriba. Es
un nacionalismo que necesita encarnarse en el Estado. Los egipcios inventaron
el estado y lo llevan en la sangre. Solo así es posible entender las dicotomías
que se utilizan para explicar la situación. Los párrafos finales del artículo
del Presidente de Al Ahram, Ahmed El-Sayed El-Naggar, concluyen:
The vast majority of youth also said they felt
bitter and angry about criticisms of the 25 January revolution and those who
participated in it, which is unconstitutional and contradicts the facts and
even the president’s positive attitude towards the revolution. However, the
state has not taken any position on these attacks and inherent lies. The youth
asserted that there is a systematic and organised campaign to incite against
the revolution and malign those who participated in it, especially the youth.
They demanded a clear position by the state and its institutions linking the
two revolutions (25 January 2011 and 30 June 2013), and that the state’s
continuous ambiguous position regarding attacks on the youth in the media
belonging to the remnants of Mubarak’s regime and symbols of corruption, will
further widen the gap between the state and youth.
This vision by the youth once again takes us
back to the relationship between the state and genuine revolutionary forces
that must come together as the foundation for building, instead of widening the
gap. Otherwise, it would only lead to more tensions and turmoil that we hope
Egypt can avoid by taking this only road by repairing relations between state
and revolution, and distancing itself from the figures and policies of unjust,
despotic and oppressive regimes.**
La existencia como categorías diferenciadas de "jóvenes",
"el Estado", "la revolución", "El Presidente",
etc., revelan que sigue existiendo una interpretación viciada de la realidad y
de lo que la constituye. Parece que la "revolución" fue cosa de unos
"jóvenes" que reclamaron al "estado" ciertas acciones. La
separación de las categorías da a entender que son realidades separadas. La
llamada de Ahmed El-Sayed El-Naggar al "encuentro" entre el
"Estado", su "presidente" y la "juventud"
alrededor de los ideales de las dos "revoluciones" no hace sino
confirmar que son realidades separadas. Si el "estado" puede actuar
de forma diferente a como le reclama la sociedad, ¿ante qué tipo de democracia
estamos? Y esa es la raíz del problema: el estado no se transforma porque es un
"aparato" controlado desde hace más de sesenta años por la misma
institución, el Ejército. Ni Morsi lo intentó y aceptó que el Ministerio del
Ejército y el Interior le fueran impuestos.
La muerte de Shaimaa El-Sabbagh ha causado un gran impacto
dentro y fuera de Egipto. El carácter simbólico del acto por el que murió, depositar
unas flores en homenaje a la "revolución", cuyas celebraciones han
sido absorbidas por el mismo estado, rodea su muerte de un halo. Su
personalidad y función, su juventud y decisión de denunciar la situación, la convierten
en un símbolo.
Tiene razón Ahmed El-Sayed El-Naggar: la han matado los
mismos que mataron a los que iban a homenajear. Lo han hecho sin problemas,
porque podían. Tiene razón
Mostafa al-Naggar también cuando escribe: «What is happening is destroying the
nation, instilling discord in the hearts of the people and inflaming revenge
beyond forgiveness.» Egipto
entiende mal su nacionalismo, disfrazado como caudillaje. Hace mal en
perseguir, acosar e insultar a los que denuncian lo que ven, negándoles el
derecho a ser egipcios. Esa terrible unanimidad que reclaman solo se puede
hacer mediante brutales mecanismos de represión y de negación de la realidad.
Ese vociferante presentador televisivo que reclamaba el uso de munición real
para reprimir manifestaciones, que pedía llenar las cárceles, acabar con
todos..., lo hace porque encuentra ecos en aquellos que creen tener el
patrimonio de ser egipcios. Hay que barrer fuera a todos los que no siguen la
senda oficial, que es la del Estado, institución monolítica y teocrática. La
alternativa al "caos" no es el "estado" represor, sino la
democracia, la convivencia, la tolerancia.
Mada Masr nos trae otra noticia, otro incidente en una comisaría:
Clashes erupted Sunday evening between security
and residents in Rod al-Farag district after a detainee died in police custody.
According to news reports, dozens of residents
gathered in front of the police station and security forces responded with tear
gas.
Detainee Sayed Eid al-Tohamy (known as Sayed
Zeleikha), who according to Al-Watan was arrested for the possession of
narcotics, died while in police custody. Eyewitnesses allege he was beaten to
death.
Cairo Director of Security Khaled Youssef was
notified of the incident and the general prosecution is currently investigating
the cause of death, according to privately owned Al-Tahrir newspaper.
The head of Rod al-Farag police station told
privately owned Al-Watan newspaper that the death occurred this morning and the
detainee was diabetic and went into a coma.****
Los familiares del muerto manifestaron su indignación
comenzando las protestas. A ellos, nos cuentan en Mada Masr, se les sumaron los familiares de otros detenidos que
querían comprobar el estado en que se encontraban. Nadie se fía ya de lo que ocurra en una comisaría o cárcel. No son conspiraciones; son hechos.
La noticia se cierra señalando que en 2014, han muerto cien detenidos:
In a report issued earlier this month, the
Nadeem Center for the Rehabilitation of Victims of Violence and Torture
documented 100 deaths in Egyptian Prisons during 2014.
Human Rights Watch Middle East and North Africa
director Sarah Leah Whitson said in a report issued in January, “The Egyptian
authorities have appeared shockingly complacent in the face of so many detainee
deaths ... They need to ensure that all such deaths, as well as abuse
allegations, are independently investigated, and rapidly put in place and
enforce effective safeguards to protect everyone in state custody."****
Sin embargo, para muchos todo forma parte de una gran
conspiración de enemigos para hundir a Egipto. Son difamadores que merecen que
les sea retirada la nacionalidad, como se propuso el otro día y dimos cuenta
aquí. El preciado y único orgullo de ser "egipcio" está reservado,
según parece, a los que consienten estas cosas en nombre de no se sabe muy bien
qué.
La revolución de 2011 comenzó cuando la policía egipcia
detuvo al joven Khaled Said y lo mató de una paliza. La versión oficial que se
dio entonces fue que había muerto al tragarse el hachís que intentaba ocultar y
se había ahogado. Las terribles imágenes de su rostro destrozado por los golpes
causaron la indignación que hizo rebasar el vaso de la paciencia. Ya entonces,
los defensores del "estado"
acusaron a los revolucionarios, a los "jóvenes", de ser agentes
extranjeros. Cuando pidieron cambios más allá de la cosmética, fueron acusados
de nuevo de alborotadores, de peligro público, de traidores. El resultado se traduce en hechos como la muerte de Shaimaa El-Sabbagh. Como muchos señalan ya, este camino no lleva a ninguna parte.
El Estado no cambia y es allí donde está la raíz
del problema, no su solución.
* " Socialist Alliance leader released
after questioning over El-Sabagh killing" Ahram Online 28/01/2015
http://english.ahram.org.eg/NewsContentP/4/121499/Opinion/Shaimaa%E2%80%99s-blood-The-jeopardised-dream-between-stat.aspx
** "Shaimaa’s blood: The jeopardised dream
between state and revolution In Egypt" Ahram Online 28/01/2015
http://english.ahram.org.eg/NewsContentP/4/121499/Opinion/Shaimaa%E2%80%99s-blood-The-jeopardised-dream-between-stat.aspx
*** "All those killed Shaima
al-Sabagh" Egypt Independent 27/01/2015
http://www.egyptindependent.com//opinion/all-those-killed-shaima-al-sabagh
**** "Clashes erupt after detainee dies in
Rod al-Farag police station" Mada Masr 1/02/2015
http://www.madamasr.com/news/clashes-erupt-after-detainee-dies-rod-al-farag-police-station
¿El caos? (Youssef Chahine 2007) |
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