Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
entrada de Syriza en el gobierno griego tiene más repercusiones hasta el
momento en Europa que en la propia Grecia. Es dudoso que las promesas
realizadas para conseguir el poder en las elecciones se pueda traducir en realidades
sin medios con los que llevarlas a cabo, pero puede tener efectos sobre Europa
que estuvieran previstos.
Syriza
está sirviendo para que los gobiernos europeos planteen sus propias
problemáticas. La gira realizada desplegándose por las capitales europeas y las
principales instituciones era previsible, dada la situación de Grecia. También
lo eran las respuestas de algunos, en un sentido y en otro. Esas cosas que se
suelen llamar "guiños" de unos contrastaban con la cara de palo de
otros, que apenas cambiaban el gesto para recibir a los representantes griegos.
El "test
Syriza" ha consistido en hacer ver las cartas de los distintos gobiernos.
Gracias a él, hemos podido saber las actitudes de Reino Unido y Alemania, por
ejemplo, pero también las de Francia e Italia, que intentan ganar un
protagonismo en la política europea que han ido perdiendo. Tanto uno como el
otro tenían pretensiones de hacer moverse la política europea hacia sus
posiciones, pero no lo han logrado. La foto con los griegos en la puerta de sus
residencias intentaba mostrar una imagen expresiva en diferentes direcciones, a
sus electorados y hacia Alemania y los que mantienen sus tesis.
Ni
Hollande ni Renzi han podido hacer grandes cosas desde su llegada al poder. El
presidente francés no ha logrado nada positivo, pero sí alejar al electorado que le
llevó ilusionadamente al Palacio del Elíseo y aglutinar el descontento en la
ultraderecha antieuropea del Frente Nacional de Marine Le Pen. A Hollande solo
le quedan frente a la Historia las fotos que se pueda hacer presidiendo
manifestaciones. Una de ellas era la foto griega.
A Mateo
Renzi, la foto le llevó a la entrega de una corbata a Alexis Tsipras, que es lo
que probablemente hubiera hecho Berlusconi en su lugar, con lo que se demuestra
que no todo lo de Berlusconi era achacable a su personalidad.
La foto
griega ha tenido sus réplicas en distintas puertas europeas. Ahora llega la
baza más arriesgada que son las salidas internacionales. La primera no ha sido
precisamente una buena elección, tal como está el asunto: Rusia. El diario El País
nos da cuenta del viaje a Moscú y de sus resultados:
El ministro de Exteriores de Grecia, Nikos
Kotziás, realizó una sorpresiva visita a Rusia —la primera que hace a un país
que no pertenece a la Unión Europea—, donde se entrevistó con su homólogo
Serguéi Lavrov, y en la que quedaron claras las nuevas relaciones que se han
creado entre ambos países tras la llegada al poder de Alexis Tsipras.
En la rueda de prensa que dio junto con
Lavrov, el ministro griego se refirió al conflicto en el este de Ucrania y
aseguró que Atenas está convencida de que este puede ser resuelto
exclusivamente por la vía diplomática. “Hay que buscar otros instrumentos,
otras soluciones que nos satisfagan”, declaró Kotziás refiriéndose a las
sanciones económicas contra Moscú.
Lavrov, por su parte, agradeció la “posición
constructiva” de Grecia, país partidario de desarrollar la cooperación
estratégica entre la UE y Rusia, “sin intentar politizarla o sacrificarla en
aras de ciertas ambiciones geopolíticas de terceros países”. El ministro
aseguró que Moscú estudiará debidamente cualquier petición de ayuda financiera
que el Gobierno griego le haga, pero advirtió de que la situación de Rusia
“tampoco es muy sencilla debido a la política” occidental, que calificó,
aludiendo a las sanciones aplicadas contra el país, de “unilateral e
ilegítima”.*
Putin
lleva tiempo intentando resquebrajar la política de Europa. Ya señalamos hace
algún tiempo de la aparición rusa tras la victoria de Tsipras. Que la foto
griega pase a ser la foto rusa, no es buena señal para Europa ni para la propia
Grecia, que demostraría unas malas maneras excesivas para unos recién llegados
a la política. Pero los recién llegados a la política últimamente saben latín, según la expresión popular
española, y tienen más concha que un
galápago, por seguir haciendo populismo.
Si la
comunidad europea empieza a considerar que Grecia, además de jugar la baza
antieuropea que le ha llevado a las urnas, dentro de la retórica habitual en su
situación, deja de ser retórica y empieza a ser hechos frente a las
pretensiones Rusas, el mapa puede cambiar y no precisamente para bien en el
caso griego.
Las
insinuaciones de que Rusia puede financiar rescates en Europa es una de las
maniobras con las que el gobierno de Moscú prolonga sus "no-guerras"
con otros medios. La estrategia de Putin es ir separando "amigos" y
"aliados" ofreciendo ventajas, descuentos y abrazos. Lo hizo ayer
mismo en El Cairo, separando más de Occidente a Egipto, con la propuesta de
financiación militar, nuclear y turística. De esa manera, aumenta su clientela
y debilita la de los demás.
La
información de El País termina señalando mensajes de futuro:
El jefe de la diplomacia rusa manifestó que
ambas naciones han reafirmado su propósito de impulsar la “creación de un
espacio económico y humanitario común desde el Atlántico al Pacífico, basado en
una seguridad regional indivisible y en pie de igualdad”. También subrayó la
importancia de la cooperación militar. “Tenemos relaciones en todos los campos
desde hace tiempo, incluida la esfera técnico-militar, y confiamos en que se
mantengan, para lo cual estamos preparando acuerdos suplementarios, llamados a
reforzar la base jurídica”, dijo*
Que el
ministro griego de exteriores se haga la foto con Lavrov es un éxito para Rusia
y un problema para Grecia, que no ha quedado precisamente bien ante aquellos
ante aquellos con los que tiene sus compromisos, en todos los sentidos. No es el camino. Esta foto le puede resultar cara a Grecia.
Rusia
hace la guerra por muchos medios. Pero el más eficaz sigue siendo el de la
propaganda. Ver las calles y puentes de El Cairo cubiertos de carteles con el
rostro sonriente de Vladimir Putin es hoy una imagen que Rusia manda al mundo. Allí
donde ya no puede ir Obama porque se le acusa de todo, allí aparece Putin. La
diplomacia rusa juega con blancas y te lleva varios movimientos de ventaja. John
Kerry va a apagar fuegos; Lavrov a encenderlos.Grecia no debería jugar con fuego.
¿Veremos
las calles de Atenas cubiertas con retratos de Putin? Quién sabe.
*
"Moscú se ofrece a ayudar a Atenas pese a las sanciones" El País
11/02/2014
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/02/11/actualidad/1423686019_888302.html
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