Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El diario Ahram Online nos trae hoy el siguiente
titular: "Rights groups must recognise Egypt's sacrifices in fight against
terrorism: PM". Las palabras del primer ministro Ibrahim Mahlab son
una muestra más de la incapacidad del gobierno egipcio para entender que esto
no es una cuestión de "sacrificios", algo que se deba poner en una
balanza.
Los grupos defensores de los "derechos humanos" no
tienen nada que "reconocer", sino simplemente defenderlos y denunciar
su violación, que es su misión. Nadie va a dar la razón al gobierno egipcio en
esta cuestión. Lo que diferencia a un gobierno democrático del terrorismo es la
defensa de los derechos humanos, no los hipotéticos sacrificios que haya que hacer. A Shaimaa Al-Sabbagh le dio igual
que el tiro se lo diera un terrorista o un policía. Pero a los demás no, no
puede dar igual. Cargar con fuego real contra una manifestación de personas que
van a poner flores en una Plaza no es un "sacrificio" es una violación
de los derechos humanos. Nadie puede llamar a eso "sacrificio".
Por algún extraño motivo, el ministerio del Interior egipcio
es inalterable, incombustible y ajeno a cualquier evolución hacia unas formas
democráticas. Unas fuerzas de seguridad que aplican las mismas medidas al
desarmado que al armado, no pueden ser un peldaño en la construcción de un
estado democrático, por más que lo pregonen.
Cuando se produce la transición de una dictadura a una
democracia, lo primero que se desmantela y se vigila son los pilares sobre los
que se ha sostenido esa dictadura. Es ahí donde radica la esencia del problema.
No ha habido cambios, sino racionalizaciones,
es decir, justificaciones posteriores de los mismos actos represivos para
acomodarlas a los nuevos tipos de discursos. El argumento de la
"seguridad" le sirvió a Hosni Mubarak para mantener durante treinta
años la Ley de Excepción, herramienta útil para la represión. Hoy ese papel lo
cumple la Ley Anti Protesta: manda a la cárcel a todo el que discrepa.
Todas las instituciones internacionales están condenando el
estado de los derechos humanos en Egipto. Sin distinción, condenan los actos
desproporcionados y las campañas excesivas y colaterales a lo que es el
terrorismo en sí. Bajo el concepto de "amenaza" se envuelven
demasiadas cosas. Y eso forma parte también de la queja internacional y de los
afectados dentro del país, que son quienes lo padecen. La crítica se convierte
en traición; la denuncia en acto arriesgado. La llamada a la "unidad"
se hace ante el peligro que el terrorismo supone no solo para Egipto.
Ahram Online señala:
Mahlab, in a statement released
on Friday, said Egypt's sacrifices aim to defend the entire world from
terrorism.
He
added that Egypt has already warned that terrorism has become an "advanced
industry and a global trade" and said that international cooperation is
needed to face the problem.
The
prime minister's message addressing human rights organisations comes a day
after Human Rights Watch released a statement saying that rights conditions in
Egypt are "in sharp decline" and there is “no light at the end of the
tunnel."
Exact figures for casualties in
Thursday's attack have yet to be announced by officials, although media reports
suggest that at least thirty have been killed.*
La retórica grandilocuente del gobierno hace ver que la
cuestión del terrorismo en Egipto es un servicio que se hace "al
mundo", una lucha épica, colosal, en la que el universo se juega allí su salvación. Con esos golpes retóricos, se
agigantan los hechos y la gloria de quienes los realizan. Es una forma anticuada
de discurso que ya no funciona. Los hechos son los hechos.
Los más de treinta muertos del otro día en el ataque en el
Sinaí han puesto en entredicho la eficacia de un gobierno y, sobre todo, de un
hombre, el presidente Al-Sisi sobre el que se ha construido un rápido mito salvador
para aprovechar la vocación caudillista de una parte importante del pueblo
egipcio. Al-Sisi es el hombre que toma el poder con la excusa de evitar una
guerra civil en Egipto, que promete no tener aspiraciones de poder y no
presentarse a las elecciones futuras, pero que hoy es quien gobierna Egipto,
decreto tras decreto, después de haber ganado unas con el 97% de los votos. La
llamada de la Historia y un sueño premonitorio le convencieron de acceder a la
presidencia.
El dedo en la herida lo ha puesto el periodista Amr Khalifa
en el diario Daily News Egypt, con su
artículo titulado "Sisi: Sinking Sinai". Khalifa comienza de forma
clara y contundente: «If
Sinai sinks so will Al-Sisi.»**
La opinión pública egipcia se pregunta por lo que está sucediendo en el Sinaí y
cómo es posible que el Ejército sea masacrado por "terroristas",
dudando de la eficacia de los responsables. El secretismo oficial sobre lo que
está ocurriendo allí no ayuda demasiado.
Los
mitos se erosionan cuando no se cumplen las desorbitadas expectativas. Si el
gobierno de Al-Sisi fracasa en la rápida erradicación del terrorismo, es presionado
por el poco respeto a los derechos humanos y crecen las críticas dentro y
fuera, será difícil resistir al creciente descontento. Tendrán que aumentar el tono de los discursos, ampliar el círculo de enemigos y reprimir con más
fuerza las críticas. Es una salida hacia adelante que no hará sino agravar su
situación.
Escribe
Amr Khalifa:
“So long as Egypt is one heart then there is no
other problem,” said Al-Sisi in an angry, emotional speech devoid of any
structural solutions to problems that persist in Sinai and elsewhere. As news
of the Al-Sisi speech hit the wires, the macabre reality of Egypt today was on
full display: three more security forces injured – this time in Fayoum by an
explosive device. Scene is not pristine: Egypt is ruled, autocratically, by a
man who believes he came to rule the land via divine intervention as foretold
in a dream. But life in Egypt is anything but a dream and in Sinai it is
positively nightmarish.**
La referencia al sueño premonitorio del liderazgo es esta
vez tomada con ironía. "Un corazón", una cabeza y una mano firme. El
corazón egipcio se debe alimentar además de con discursos emocionales, con
realidades tangibles y, especialmente, con la distinción clara del camino a la
democracia.
Pensar que solo el terrorismo es el enemigo de la democracia
es un error que se pagará caro. Las democracias resisten al terrorismo precisamente porque son democracias, les
guían los deseos de mantener las libertades de todos.
La represión del
terrorismo islamista no puede servir de justificación para la represión de la
disidencia política interior, la que somete a crítica la deriva del régimen
instaurado y considera que no se han cumplido los objetivos de la revolución.
La revolución sigue siendo hoy una forma idealista de ver Egipto, algo que no
han respetado los que han dicho actuar en su nombre.
El "corazón" único que se pide significa
interpretar la realidad en los términos que se le proponen, sin discusión,
aceptando acríticamente los supuestos, en los que se entrelazan todos los
demonios del Estado formando una unidad: el terrorismo yihadista, la Hermandad
Musulmana, el Estado Islámico, el Estado del Sinaí, Hamás, etc. A estas
amenazas se suman otras que no lo son, pero que sirven para canalizar el
conservadurismo de parte de la sociedad egipcia.
En los discursos oficiales se han
contrapuesto "ateos" y "terroristas" como dos amenazas
contra la seguridad nacional. Este
despropósito, destinado a mantener al lado del ejército y la presidencia a las
fuerzas más conservadoras y tradicionalistas de la sociedad, refleja bien la
mentalidad oficial y la construcción de sus discursos. Pero así no se puede
construir una democracia que pueda ser llamada así y seguirán las denuncias por
violaciones de los Derechos Humanos.
La unidad de las fuerzas tras el 30 de junio se va
resquebrajando porque no se ve que se avance hacia una democracia real, sino
hacia una unanimidad que jalee los logros
gubernamentales. El problema es si esos logros no llegan ni en la economía, ni
en la democratización ni en la lucha contra el terrorismo, en donde se siguen
acumulando víctimas, tal como veo en la pantalla de los informativos ahora
mismo.
La entrada del viejo régimen recuperando posiciones, si es
que alguna vez las perdió, implica que los enemigos vuelven a ser aquellos que
ya se enfrentaron a Hosni Mubarak y que salieron a las calles a reclamar su
salida del poder hace cuatro años. Hacerlos callar no es un sacrificio sino un objetivo. Por eso las fuerzas de la oposición se están planteando
el boicot de las elecciones legislativas, lo que sería un golpe importante al
gobierno de Al-Sisi y la anunciada hoja de ruta hacia la democracia.
La distancia entre las dos posturas que hemos querido reflejar son casi insalvables. Las dos evalúan de forma diferente, aunque establecen como hecho capital lo que ocurra en el Sinaí y en las calles de Egipto.
Cuando estoy cerrando este escrito, Ahram Online nos muestra la última locura egipcia: la detención de un dirigente socialista acusado del asesinato de su compañera de partido Shaimaa al-Sabbagh:
A leading Socialist Popular Alliance Party
member was detained pending investigation Saturday on suspicion of killing
Shaimaa El-Sabagh, another leading party member who had been shot during a
peaceful march in Cairo a week ago.
Zohdi El-Shamy was considered a witness until
the prosecution charged him with involvement in the killing El-Sabagh after
questioning him and watching videos of the incident, Al-Ahram Arabic site
reported.
El-Shamy will be detained until investigations
into these charges are complete on Sunday. Prosecutors will then decide whether
to release him or keep him in detention.
In a press conference right after her death,
the Socialist Popular Alliance Party accused the police of shooting dead
El-Sabagh, describing the incident as a "premeditated murder."***
Me imagino que las declaraciones de la persona que sostuvo en brazos a Shaimaa El-Sabbagh diciendo que vio cómo le disparaba un policía, tal como recoge la crónica del corresponsal de El Mundo, Francisco Carrión, no les servirá de mucho. Ya no es suficiente culpar a los islamistas o a los matones del régimen anterior; los socialistas entran a formar parte de los enemigos del pueblo y se matan entre ellos para acusar a la policía egipcia, cuerpo con un historial impoluto. El diario Ahram Online contaba las dificultades que tuvieron sus compañeros para encontrar una sala funeraria en una mezquita. Dicen que al escuchar el nombre de la fallecida, todo eran excusas.
Supongo que es uno más de los sacrificios que se le pide al pueblo egipcio.
* "Prosecution detains Socialist Alliance leader on suspicion of killing El-Sabagh" Ahram Online 1/02/2015 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/121866/Egypt/Politics-/Prosecution-detains-Socialist-Alliance-leader-on-s.aspx
* "Rights groups must recognise Egypt's
sacrifices in fight against terrorism: PM" Ahram Online 30/01/2015
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/121755/Egypt/Politics-/Rights-groups-must-recognise-Egypts-sacrifices-in-.aspx
** "Sisi: Sinking Sinai" Daily News
Egypt 1/02/2015 http://www.dailynewsegypt.com/2015/02/01/sisi-sinking-sinai/
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