Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
querencia francesa por la filosofía hacía preguntarse en el mes de abril al
diario Le Monde "Y a-t-il une «
question rom »?"* y no simplemente "¿hay una 'cuestión francesa'?", que sería más
apropiado.
Pasados un par de meses y en plena euforia postelectoral de la
ultraderecha racista y xenófoba de la familia Le Pen, el secuestro, tortura y
linchamiento de un joven gitano, acusado de un robo, por un grupo de
encapuchados que le dejaron abandonado en estado comatoso en el carrito de supermercado en la Ciudad de los Poetas, barrio situado en Pierrefitte-sur-Seine (en
Seine-Saint-Denis), plantea esta "cuestión gitana" realmente como una
"cuestión francesa". Abandonemos la especulación y vayamos a los
datos inmediatos de la conciencia: ¿está
el futuro europeo en la capucha, en los encapuchados? Lo que hay que
debatir no es cómo "tratar a los gitanos" sino "cómo nos debemos
comportar los europeos", en este caso, "franceses". Como europeos, todo lo que hacemos afecta a Europa; y como europeos también, todo lo que se hace en el resto de Europa nos afecta igualmente.
Preguntarse por una "cuestión gitana" es un ejercicio de cinismo notable, de intentar justificar, llevando al extremo de la segregación a un pueblo para encubrir el racismo propio bajo la culpabilidad innata del otro. Es sencillamente un ejemplo de reduccionismo político. ¿Hay también una "cuestión judía", como pensaba Hitler? Demasiado eufemismo.
La
perspectiva de una Francia siniestra en un Europa siniestra es sobrecogedora.
Francia siempre ha marcado tendencia. El comportamiento xenófobo se quitó su
máscara inicialmente en la cuna de la Filosofía y el pensamiento racional que
nos enorgullece, en la Grecia de la crisis económica. Allí comenzaron, con la
crisis, la justificación política de los asaltos a inmigrantes, culpables ontológicos
del "no ser", que es la base del racismo, el odio y la exclusión. Los
gimnastas griegos de Amanecer Dorado
comenzaron la celebración dionisiaca de la política con apaleamientos y demás
formas de violencia que llevaron al encarcelamiento de algunos de sus líderes. Encontraron
en la cárcel su ágora ideal.
Y ahora
Francia. Ya no son los periféricos,
sino los motores. France
Info nos resume así el acontecimiento siguiendo las palabras de la Fiscalía:
Selon la procureure, Sylvie Moisson, il y a
bien eu un cambriolage Cité des Poètes, à Pierrefitte-sur-Seine, le vendredi 13
juin, vers 20h-20h15. L’auteur du vol dans un appartement est alors mis en
fuite par un très jeune témoin. Il en fait une description, pouvant
correspondre à "un jeune qui est aussitôt pourchassé, enlevé, séquestré,
battu et laissé pour mort, non loin du lieu de son enlèvement".
Il n’est pas précisé auprès de qui ce témoin,
que l’on suppose un enfant, a fait cette description.
Entre l’enlèvement de l’adolescent prénommé
Darius et sa découverte, il y a eu une demande de rançon explique sylvie
Moisson, uen demande qui a été effectuée auprès de sa famille, de 20h30 à
21h47. Si l’horaire est aussi précis, c'est que le propre téléphone portable de
la victime a été utilisé par ses ravisseurs pour communiquer avec sa famille.
Selon la procureure, ce drame est "un
acte de barbarie, un lynchage par un groupuscule d’individus". Le mobile
est à chercher dans la vengeance privée, des représailles fondées sur "la
rumeur", à propos de l’auteur. Les faits, dit-elle relève "du
lynchage, de l’acte de barbarie."**
Los
partidos políticos franceses han comenzado su ronda de lamentaciones. Las
condenas, como país filosófico, se dividen al buscar el origen del acto. Como siempre,
la cadena causal se ramifica en función del principio general del que se
pretende que el crimen sea ejemplo. Nos dicen en Le Monde que "le FN et le PCF de Seine-Saint-Denis dénoncent
le climat « délétère » qui s'est créé en France. Pour des raisons différentes."*
Sí, sin duda el clima está envenenado,
aunque las explicaciones sean diferentes.
Mientras
que el Partido Comunista Francés lo ve como una manifestación de la xenofobia destapada
tras las últimas elecciones europeas, el Frente Nacional de los Le Pen lo ven
como una consecuencia lógica (¡oh, la
lógica!) de la laxitud judicial y la violencia que se permite en las calles de la insegura
Francia. Ya lo decían los viejo carteles de Le Pen, "La seguridad el
primero de los derechos". Hoy y siempre se insistirá en ello:
De l'autre côté de l'échiquier politique, le
député européen du FN Louis Alliot a expliqué l'usage de la force par les
citoyens à cause du laxisme judiciaire. « Vous ne pouvez que condamner l'acte,
ce n'est pas le problème. En même temps, vous apprenez qu'à Stains, quelqu'un a
été tué par arme à feu. Qu'à Dunkerque, quelqu'un s'est fait poignarder dans la
rue, etc. On vit dans une société de violence. Il est évident que le laxisme
judiciaire, que la mauvaise politique répressive en France y est pour beaucoup.
Les citoyens ont l'impression aujourd'hui de ne pas être défendus. Eh bien – et
je le dis, c'est malheureux pour la démocratie et un danger pour la République
– ils se défendent eux-mêmes », a développé le vice-président du Front national
sur RMC.***
Terrible
mezcla la de esta racionalidad exterminadora combinada con un nacionalismo de
la sangre que siempre será inapelable juez sesgado y verdugo gozoso: el
extranjero es el mal, los jueces laxos son el mal. Solo en la mano del que ama
a Francia reside la verdadera justicia. Ya lo dijo Rousseau, quien sigue a su corazón no se engaña. Y
el corazón tiene pasaporte y canta La Marsellesa con brío y emoción. Preocupante
esta Francia sentimental.
El diputado
Louis Alliot tendrá ocasión de repetir estas ideas desde su asiento del
Parlamento europeo al que ha llegado gracias a los votos de los franceses
amantes de su patria atacada y malgastada por los parásitos que vienen de fuera.
Alliot se encudra entre los "moderados" del frente y su discurso
asume el pasado colonial de Francia, por lo que considera que puede haber
antiguos franceses, siempre y cuando se comporten como deben y sean
minoritarios. Por eso su discurso es indirecto, al echar sobre los jueces la
responsabilidad de la violencia, que implícitamente se asigna al extranjero aprovechando
la corriente general.
Le
Monde incluye también otras declaraciones:
Interrogé par Le Monde, le porte parole du
collectif Romeurope, Laurent El-Ghozi, souhaite que cette affaire soit traitée
comme les autres et non pas différemment puisque la victime est Rom : « Le
communiqué de presse de l'Elysée participe de cette sur-stigmatisation. C'est
en quelque sorte une discrimination positive, mais elle contribue à cette
sur-stigmatisation. L'essentiel n'est pas que l'agressé soit Rom. Il ne faut
pas traiter les choses différemment parce que c'est un Rom. S'il avait été
Malien ou Breton, ça aurait été pareil. Il faut traiter ces affaires comme on traite
l'ensemble des problèmes liés aux bidonvilles. »***
Es
indudable, aunque le pese a Laurent El-Ghozi, que no se trata de un caso que
pueda ser tratado como cualquier otro
caso porque solo se le ha aplicado a un gitano. Y se ha hecho mediante la
fórmula del linchamiento, que tampoco es una forma de violencia como otra
cualquiera, sino como una pretendida forma de "justicia". También es
indudable que se utilizará en los discursos de los políticos porque tiene un
componente político. Tratar de asignarle un valor neutral no tiene sentido. No hay neutralidad posible; es un acto impregnado
de valores, como lo era el linchamiento
de un esclavo fugado en Alabama a manos de los encapuchados del Ku-Klux-Klan.
El día en que cualquier ciudadano francés tenga el derecho a ser linchado por
sus vecinos, entonces podrá reivindicarse la normalidad de la acción. Hasta entonces no podrá considerarse normal que te arranquen de tu casa
delante de tu familia unos encapuchados, te torturen y te dejen abandonado en
un carrito en estado crítico. La petición de una cantidad de dinero a la familia
revela la verdadera catadura patriótica de los justicieros encapuchados.
La
pregunta por el "ser de Europa" no debe excluir todas estas
cuestiones, estas tensiones entre elementos que están en su raíz y afloran.
Europa, como cada país, es un poder ser.
El racismo es también Europa, pero
una Europa de la que sería mejor prevenirse. ¿Es esta la versión de lo europeo que queremos ser? Europa ni está hecha ni se hace sola. Es y será siempre un
esfuerzo constante que exigirá de nuestra voluntad manifiesta y activa.
El
linchamiento del joven gitano rumano no es solo un crimen violento en una Francia violenta,
como señalaba el vicepresidente frentista.
Es un crimen racista en una Francia
que ha votado en el paquete antieuropeísta del FN nacionalismo y xenofobia,
aunque sea como voto de protesta
contra otros partidos de los que se encuentra desengañada. Pero en política los
votos no van con explicación ni matices. Votas al que votas y asumes el cien
por cien de lo que dice, lo que ha hecho antes y todo lo que hará después en tu
nombre e invocando tu deseo. Es así. Si Marine Le Pen hablaba en nombre de una
Francia mítica, ahora lo hace desde
la Francia de hoy, en su nombre, en el de sus votantes. Les guste o no. El
Frente Nacional presume ya de ser el
primer partido de Francia. Lo es.
A
diferencia de otros crímenes violentos producidos en Francia en ese día en que
se linchó al joven gitano, este fue cometido presumiblemente por personas que
se consideran buenos franceses,
ciudadanos que realizan el sacrificio honroso de corregir lo que anda mal en su
amado país. Son los que se llaman a sí mismos "patriotas", como se
llaman en Grecia, en Holanda, Finlandia, Reino Unido, España..., como se
llamaron los nazis, también ciudadanos
ejemplares. Ningún país está excluido del racismo, la xenofobia o cualquier otra forma de rechazo o discriminación. Francia está en el punto de mira, pero no cometamos el error de pensar que estamos libres de responsabilidad y sobre todo pensar que somos inmunes. El pecado de Francia es haber convertido al Frente Nacional en el partido mayoritario, no el de haber inventado el racismo, hijo de padre de diversos colores.
El virus de la xenofobia se agarra fácilmente si se relaja el mensaje. Son necesarias actitudes claras, mensajes directos para evitar encontrarse con el problema de frente, como Francia, Gracia u Holanda, que dan voces amplias a partidos xenófobos. El caso del joven gitano se puede agrupar con los insultos constantes recibidos por la ministra Taubira por el color de su piel o los insultos antisemitas que han proliferado en el último año. Todo forma parte del mismo estado anímico, del mismo clima social. Por eso hacen falta gestos claros y una parte de la sociedad francesa lleva tiempo advirtiéndolo, pero el racismo crece y la xenofobia se alimentan de energías variadas.
La
Policía investiga. Nadie ha sido detenido todavía. La Ciudad de los Poetas
sigue su vida. Malos tiempos para la lírica.
*
"Y a-t-il une « question rom » ?" Le Monde 9/04/2014
http://www.lemonde.fr/culture/article/2014/04/09/y-a-t-il-une-question-rom_4398574_3246.html
**
"Lynchage d’un jeune Rom : "Un acte de barbarie"" France
Info 17/06/2014
http://www.franceinfo.fr/actu/faits-divers/article/lynchage-d-un-jeune-rom-un-acte-de-barbarie-504619
***
"Lynchage d'un jeune Rom : appel à cesser la « stigmatisation »" Le
Monde 17/06/2014 http://www.lemonde.fr/societe/article/2014/06/17/le-monde-politique-et-associatif-indigne-par-le-lynchage-du-jeune-rom_4440064_3224.html
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