Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Si ayer
escribíamos sobre el unánime rechazo internacional a las condenas en Egipto de los
periodistas de la cadena Al-Jazeera, la llegada de la tarde nos trae una novedad que ya no lo es tanto. Casi
podríamos hablar irónicamente de "novedades en serie", es decir,
cosas inesperadas que todos acabamos esperando. Me refiero, en este caso, al
titular de Ahram Online anunciando el
cese de la columna semanal del escritor egipcio Alaa Al-Aswany —el
internacionalmente conocido autor de "El edificio Yacobián"— en el
periódico Al-Masry Al-Youm.
La causa
no puede ser más clara: ¿qué sentido tiene escribir si solo se pueden realizar
halagos? Ahram Online recoge los
tuits del escritor explicando su silencio:
Prominent Egyptian columnist and author Alaa
El-Aswany said late on Monday he would be refraining from publishing his weekly
column since "only one particular opinion is allowed nowadays."
"Dear readers, I have stopped writing in
Al-Masry Al-Youm newspaper. Thank you
for having read my weekly articles and, God willing, we will meet
elsewhere," El-Aswany declared on his official Twitter account.
"Criticism and difference of opinion are
no longer allowed," he added in another tweet, "Only praise, at the
expense of the truth."
El-Aswany's decision perpetuates a discernible
trend witnessing a number of dissenting voices falling into silence.*
El compromiso de Al-Aswany con la causa de la democracia es
incuestionable y se enfrentó a todos los gobiernos, incluido el de Morsi en
nombre de esa democracia que hoy no percibe o que entiende que no es posible
entre los múltiples halagos con los que muchos compiten en baboso concurso.
Alaa Al-Aswany, además, ha sido de los intelectuales
egipcios que ha salido al extranjero a defender la masiva protesta del pueblo
egipcio contra la ocupación del Estado por los Hermanos Musulmanes. Al-Aswany
tuvo la gallardía de defender la credibilidad de un "coup" —todavía
se debate esto— dando la cara y explicando que Morsi se había resistido a
aceptar las demandas mayoritarias de la calle, explicando que se había blindado
con poderes superiores a los de Hosni Mubarak y que tenía en contra a todos los
egipcios que aspiraban a cumplir los ideales de la Revolución de enero de 2011.
Al-Aswany, como tantos otros, creyó en las palabras de los que decían que
deseaban un futuro más libre para Egipto, sacudir la corrupción existente y
devolver las instituciones al pueblo. Hoy, el escritor anuncia su ingreso en el
silencio, preferible al halago que, como señala, se hace a expensas de la
verdad.
El diario Ahram Online
cita, junto al caso del humorista Bassem Youssef —ampliamente comentado aquí,
que también escogió el silencio cerrando su programa ante las presiones— el
caso del escritor Belal Fadl:
In February, established critical
writer and novelist Belal Fadl discontinued his regular column in Al-Shorouk, accusing the newspaper of
having censored his article.
Fadl wrote on Twitter at the time
that no article of his had ever been banned under the rule of ousted long-time
autocrat Hosni Mubarak, former military chief Hussein Tantawi or deposed
Islamist president Mohamed Morsi.
Al-Shorouk's editor-in-chief, Emad
El-Din Hussein, denied however that any censorship had been exercised on Fadl
or any other writer, claiming the article had been withdrawn from print for
containing a factual error.*
Pero lo señalado en Ahram
Online no es más que una pequeña parte. El Daily News Egypt nos trae más casos, esta vez del mundo de la
televisión, vinculados también con el escritor Belal Fadl, guionista de una de las
series que iban a ser estrellas en el Ramadán. Y se encuentra involucrado uno
de los puntales de la defensa exterior del cambio del régimen islamista: el
actor Amr Waked, uno de los más renombrados dentro y fuera de Egipto. El actor,
conocido por su participación en la película Syriana (2005), del director Stephen Gaghan, con George Clooney, y
en la más reciente La pesca del salmón en
Yemen (2011). He visto a Waked en canales internacionales debatiendo, como
hizo Alaa Al-Aswany, a brazo partido con periodistas hostiles, defendiendo al
conjunto del pueblo egipcio frente a la Hermandad y señalando cómo se fue
realizando el cerco islamista a las instituciones.
Amr Waked es uno de los protagonistas de la serie televisiva
cancelada, escrita por Fadl. Daily News Egypt nos cuenta:
The TV series Ahl
Iskendereya (The people of Alexandria), might be excluded from the race.
Al-Haya and Al-Mehwar, two
private TV channels, banned the series Sunday, even after they aired
promotions. The series, which portrays the story of a corrupt state security
police officer before the 25 January Revolution, was previously rejected from
being aired on public TV channels.
The decision “practically
prevents the series from being shown this year”, wrote Belal Fadl, the series’
screenwriter, in a statement issued Sunday. The censorship situation is worse
than “what happened even during the time of Hosni Mubarak”, he said. The series was banned though a
private entity instead of government censorship institutions, a move he
labelled a “persuasive ban”.**
Mostrar la brutalidad policial —casi un subgénero del cine egipcio de todas las épocas— se está convirtiendo
en una actividad peligrosa y sometida a constante acoso y censura. Un ejemplo claro
en el cine egipcio lo tenemos en una de las últimas películas del gran director
egipcio Youssef Chahine, con un título premonitorio, "El caos" (Heya fawda 2007), la historia precisamente
de un policía corrupto y matón, que les controla el barrio y acosa a Nour, una
joven con la que está obsesionado.
El día 19 de junio, Ahram
Online daba noticia de otro caso de censura. Este vez fue con el público
sentado en la sala, durante un festival de cine, esperando ver el cortometraje
de Aida El-Kashef 'Hadouta Men Safeeh' (A
Tin Tale, 2011).
However, in the beginning of the
evening, and to the audience’s surprise, Alia Ayman, the programme’s curator
and one of the forces behind Zawya, announced that the film would not be
screened. “We know 'A Tin Tale' was the first title on tonight’s programme and
that many of you were looking forward to see it,” she said. “However, we regret
to inform you that the film has not been passed by censorship authorities, and
therefore we cannot screen it.”
The
news was met by an animated murmur from the crowd.
“We
cannot break the law, but we are totally against censorship and believe in your
right to watch the film,” Ayman continued. “This is why we will be posting a
(Vimeo) link to A Tin Tale on our Facebook page tonight, and it can be accessed
by everyone.”
Ayman
then handed the microphone to El-Kashef, who had been standing next to her as
she made the announcement. El-Kashef assured the audience that the reasons the
film had not been passed were not political.
“There’s
just one curse word or two,” she said. “I think the state felt the need to
protect your morals and delicate sensibilities,” she joked. ***
El cortometraje, la historia de una muchacha a la que lanzan
a la prostitución los abusadores que la rodean, familia y vecinos, tiene al igual
que la serie cancelada para Ramadán, otro policía, que interroga a la joven
demostrando poca sensibilidad, por a
decir así.
El tradicional sentido del humor egipcio les permite
ironizar sobre los motivos, como hace la directora del corto, la estupenda Aida
El-Kashef. Lo singular del caso, como refiere la propia publicación, es que la
película ya se ha exhibido sin problemas en 2012 en el Festival de Cortos y Documentales
de Ismailía, con patrocinio del gobierno incluso. ¿Qué ha cambiado, entonces?
¿Molestan los juramentos?
Evidentemente, no. Molesta que se muestre la imagen insensible y brutal de la
Policía; molesta que después de tantos años de represiones y abusos, se
cuestione ahora este tipo de personajes que Chahine, Fadl o Aida El-Kashef han
retratado en sus filmes, o Al-Aswany en su obra literaria, que tampoco se
olvida de la imagen de la represión policial en la vida egipcia, una constante
en su historia reciente.
La retirada periodística de Alaa Al-Aswany es una muestra
más del mismo problema: la adhesión intensa y excluyente, devota. Al-Aswany
terminaba sus artículos periodísticos con una frase, siempre la misma: "¡La
democracia es la solución!". Era su señal de identidad frente a los dos
frases características de la historia de Egipto: "¡El islam es la solución!",
característica de la Hermandad Musulmana desde sus orígenes, y "¡El
Ejército es la solución!", invocada de forma práctica. Entre toques de
oración y toques de queda, Egipto intenta avanzar entre tormentas periódicas de
arena en las que lo único que cambia es la dirección del viento. No se nota
mucha diferencia, porque ni los islamistas supieron gestionar la confianza del
pueblo, ni los nuevos ocupantes —la democracia incomprendida— tampoco ha sido mucho
más hábiles en la gestión de esa confianza, que hoy debe hacerse pública como
alabanza.
Las voces más cualificadas se van acallando ante la
vergüenza de la adulación y la tristeza que les da el silencio. Con cada voz
que elige callar —con la de Bassem Youssef, Alaa Al-Aswany, Belal Fadl, Aida
El-Kashef...— se muere un poco Egipto, que va quedando momificado.
Alaa Al-Aswany decide callarse porque no le merece la pena
perder el tiempo con cánticos gozosos. "Criticism and difference of opinion are no longer allowed," [...]
"Only praise, at the expense of the truth." Egipto
sigue perdiendo en el silencio a sus mejores mentes, a las que necesita para
salir de su propio estigma histórico.
En una entrevista con The
New York Times, el escritor y guionista Belal Fadl señalaba el sentimiento
que le embargaba después de haber caído en desgracia en su propio medio por criticar
al poder: "Dancing over the corpses of adversaries does not build an
advanced homeland"****. Y tenía toda la razón. No es el camino.
*
"Egypt's Alaa El-Aswany to discontinue writing weekly column" Ahram
Online 23/06/2014
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/104617/Egypt/Politics-/Egypts-Alaa-ElAswany-to-discontinue-writing-weekly.aspx
**
"Ramadan TV series: Political power and control" Daily News Egypt
24/06/2014
http://www.dailynewsegypt.com/2014/06/24/ramadan-tv-series-political-power-control/
*** "A
Tin Tale: Aida El-Kashef and Zawya challenge stereotypes and censorship"
Ahram Online 19/06/2014
http://www.dailynewsegypt.com/2014/06/24/ramadan-tv-series-political-power-control/
****
"A Voice of Dissent in Egypt Is Muffled, but Not Silent" The New York
Times 2/05/2014
http://www.nytimes.com/2014/05/03/world/middleeast/an-egyptian-voice-of-dissent-is-muffled-but-not-silenced.html?_r=0
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