Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Lo reconozco. Después de leer cuatro artículos sobre las
desavenencias en el PSOE andaluz, sobre las luchas entre oficialistas y críticos,
sigo sin saber por qué son críticos
los críticos y oficialistas los oficialistas.
Esperaba encontrar algún tipo de debate sobre algo que no fuera
el orden de las listas, alguna disidencia ideológica, algo —¡yo que sé!— que justificara la palabra “crítica” en un sentido político, como respuesta a una idea. Voy al
diccionario de la Academia y solo las dos últimas acepciones, las undécima y
duodécima, me parece que se aproximen al extraño fenómeno político: “murmuración”
y “censura”. Las diez anteriores me parecen improcedentes en este caso. Son críticos porque murmuran unos de otros y
se llevan la contraria entre ellos. No hay más. En realidad, todos son “posicionistas”,
neologismo que trata de describir su preocupación constante por la posición que ocupan o les niegan. Por si
tienen alguna duda, pueden leer lo siguiente:
Viera también ha criticado la
"cambio de posición" del portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de
Sevilla, Juan Espadas, que este jueves ha expresado públicamente su apoyo a
Chacón. "Le he oído decir a Espadas en los últimos días que tenía
claramente una posición de su candidato, que entendía que Rubalcaba reunía las
condiciones que el país necesitaba. Si ha cambiado su posición en las últimas
horas él sabrá los motivos, pero no se corresponden en modo alguno con lo que
he percibido en los últimos días", ha subrayado.*
De donde se deduce que la “posición” (lugar) en las listas
debe estar en función de tu “posición” (apoyo a alguien). Primero te “posicionas”
y luego te “posicionan”. Si consideras que no te han posicionado conforme a tus méritos y apoyos, y consideras que
deberías estar unas posiciones más
arriba, mejor situado, entonces te
vuelves crítico.
José Antonio Viera |
El posicionamiento
es una sencilla maniobra intelectual mediante la cual se acepta la totalidad de
alguien. En el ejemplo anterior “entendía que Rubalcaba reunía las condiciones
que el país necesitaba” es una forma simple de posicionamiento. No hace falta que entres en detalles ni grandes
análisis o explicaciones, con eso basta. El posicionamiento es una especie de
GPS, se trata de saber dónde estás, que
te localicen, que se sepa al lado de
quien te pones, si eres de confianza.
Los partidos políticos acaban siendo cadenas de
posicionamientos —y tú, niño, ¿de quién
eres?— en las que unos se colocan al lado de otros, se posicionan, creando complejas redes. Hay redes entrecruzadas,
verticales y horizontales, que tratan de reflejar la estructura de
posicionamientos o fidelidades de unos con otros para sobrevivir y prosperar.
Es una elección delicada saber a quién atas tu futuro en el partido. El
escudero ha de escoger bien su paladín y viceversa.
La otra gran palabra es “integración”, que también se usa
con profusión en todos los artículos. Por ejemplo, se dice:
La dirección del PSOE de Cádiz,
crítica con Griñán y alineada con las tesis de Rubalcaba, ha aprobado unas
listas en la que no ha habido integración del sector crítico. Lo mismo ha
ocurrido en otras provincias pero al revés: los afines a Griñán no han integrado
a los críticos en las listas de Málaga,
Córdoba y Almería.**
Como puede apreciarse, un auténtico lío, en el que lo único
que queda claro es que todos quieren estar en una lista, que les coloquen. El
hecho de que estés o no estés en la lista determina si eres crítico u oficialista, que son las posiciones finales. O te integran —te meten en la lista si estás alineado con alguien— o te desintegran, como en las películas de ciencia-ficción,
es decir, te mandan a tu casa o a otra
dimensión del partido y te quedas por ahí, vagando, en esa tierra de nadie
que se llama periodo entre elecciones.
Entonces ya no hay posicionamiento sino desplazamiento.
Y coges el petate y te toca carretera. Entonces o te vas o te quedas criticando en su undécima acepción, es
decir, murmurando hasta que, hartos,
te echen o te den algo de consolación.
Como si de una dura batalla se tratara —en realidad lo es—,
los contendientes luchan por tomar las posiciones
y plantar la banderita que dé cuenta de lo victorioso del asalto a la lista. El
Secretario General del PSOE sevillano, José Antonio Viera, hizo unas proféticas declaraciones
durante las pugnas del congreso que llevó a Pérez Rubalcaba hasta la máxima posición en el partido:
Viera no ha ocultado que habrá
las "lógicas tensiones" en el proceso de elaboración de listas para
las autonómicas porque "hay muchos que quieren ir y pocos huecos para
estar" […]*
No se puede ser más claro. La noticia de hoy sobre este
asunto es su dimisión:
El conflicto ha estallado en el
instituto en el que se ha celebrado la ejecutiva provincial. Cargos afines a la
dirección regional pretenden constituir el comité provincial y aprobar las
listas, pero el otro sector advierte de que los Estatutos del partido obligan a
que tras la dimisión de Viera se cree una gestora y se posponga la probación de
las candidaturas.**
Aquí se habla de "afines" y de"otro sector", pero es que trrs la dimisión de Viera tienen ahora dudas sobre quiénes son los oficialistas y quiénes los críticos, pero se resolverá pronto, no se preocupen. A tomar posiciones todos.
* “El PSOE de Sevilla denuncia "presiones ilícitas,
ilegales e inmorales"”. El País
2/02/2012 http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/02/02/andalucia/1328196164_913272.html
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