miércoles, 15 de marzo de 2023

Más sobre el caos del transporte madrileño

Joaquín Mª Aguirre (UCM)

El caos que anticipamos ya está aquí. Los problemas causados en la red ferroviaria de Cercanías en Madrid ya no es una posibilidad, sino una realidad que está en los titulares y, como también era previsible, nadie quiere cargar con las responsabilidades. La culpa es algo que siempre está en otro lugar. En 20 minutos se refleja ya en el titular: "Ayuso denuncia el "caos" de Cercanías en Madrid: "La red depende de Pedro Sánchez""*.

La presidenta echa balones fuera por lo que puede ser una fuente de desgaste ante los ciudadanos. La idea de señalar a los otros es una forma de evitar responsabilidades, reales o aparentes. Uno no vota con la verdad, sino con lo que cree, por lo que el juego de la erosión está siempre presente. Díaz Ayuso, rápida siempre, apuntala sus posturas:

Ante el nuevo episodio de retenciones y retrasos, de más de cinco horas, que se han producido este martes en varias líneas de Cercanías de Madrid, tras el choque de dos trenes, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha vuelto a denunciar el "caos" que se produce a diario en esta red de transporte y ha recordado que este servicio "depende del Gobierno de Pedro Sánchez".

Así lo ha señalado durante una visita al IES Luis Vives de Leganés, donde ha indicado que Cercanías ha vuelto a sufrir una nueva jornada de "retrasos" y "averías" en la red, y ha reiterado que esta es competencia exclusiva del Ejecutivo de Sánchez. "Me gustaría que lo sepa todo el mundo", ha añadido.

La líder regional ha sostenido que el presidente del Gobierno ha tomado la decisión de "crear el caos completo en esta región". Además, ha criticado que el servicio es "totalmente deficitario", que "perjudica a Metro y multiplica los atascos" en la ciudad de Madrid.*

 



La maniobra de Díaz Ayuso es doble. Primero se desmarca del caos responsabilizando al gobierno central, que personaliza en Pedro Sánchez. Pero la segunda maniobra es la que convierte al Metro de Madrid, que sí es responsabilidad suya, en una "víctima" al señalar que lo que ocurre en Cercanías "perjudica a Metro y multiplica los atascos".

La conexión existe y aquí la explicamos hace tiempo describiendo estos previsibles efectos en cadena. Sin embargo, el verdadero causante u origen de todo este caos que ya ha causado diversos incidentes son los efectos de las obras que se realizan en Chamartín, vinculadas a una serie cambios destinados a la creación de un nuevo espacio. En el diario económico 5 Días se notificaba el comienzo de las obras y se explicaba a principios de noviembre:

 

El Gobierno da por iniciada la conocida popularmente como Operación Chamartín. Casi 30 años después de diseñarse este desarrollo urbanístico, Raquel Sánchez, ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, inauguró este lunes las obras de cubrimiento de las vías de la Estación de Chamartín, que será la base del futuro parque central del nuevo barrio oficialmente denominado Madrid Nuevo Norte.

Esas obras, dependientes de Adif y de la promotora Crea MNN (Crea Madrid Nuevo Norte, antigua empresa Distrito Castellana Norte), prevén el cubrimiento de la playa de vías de la estación, para lo que serán necesarios 1.132 pilares sobre el que se construirá una superficie que soporte la futura zona verde.

Esta infraestructura "cerrará una gran brecha urbana en el norte de Madrid", afirmó Sánchez, ya que actualmente las vías son una barrera entre la zona este y oeste.

Sin embargo, las obras de inicio de la urbanización del futuro barrio todavía no han comenzado mientras continúan los trámites urbanísticos y, a la vez, hasta que Adif no traspase los terrenos a la promotora Crea MNN. El administrador ferroviario público es el principal propietario de los terrenos de la operación, pero todavía no se los ha traspasado a la empresa privada (controlada por BBVA), que tiene una opción de compra histórica. La idea inicial es que antes de final de año, Adif pueda finalmente vender esos terrenos por 1.245 millones de euros, en desembolsos durante 20 años.**

 

Se añade también en el artículo, firmado por Alfonso Simón Ruiz: 

Está previsto que Madrid Nuevo Norte sea fundamentalmente el nuevo distrito financiero de la capital. Esta actuación comprende 2.357.443 m2 de suelo con una edificabilidad de 1.048.535 m2 residenciales (para 10.500 viviendas), 1.608.778 m2 terciarios (en gran parte edificios de oficinas) y de usos mixtos.** 

Los 30 años pasados desde que se aprobó hacer esto tienen explicación en su complejidad técnica, económica y obviamente en el desgaste político que esto pueda traer ya que se trata de una obra con consecuencias, como estamos viendo, en el día a día de una capital.

La creación de ese Madrid Nuevo Norte tiene una serie de efectos en cadena que no solo afectarán al transporte, sino que producirán unas recalificaciones al alza de todo lo que hay al norte de Chamartín, afectando a las poblaciones, donde se producirá un alza de la vivienda, algo que se puede ver con los proyectos de construcción de vivienda ya en marcha en la zona. A la zona afectada le seguirán otras zonas en dirección norte, produciendo nuevas maniobras especulativas en un terreno que no necesita mucho para dispararse.

Los problemas que se están dando en Cercanías afectan, como señalamos, a todo Madrid. Las modificaciones crean cambios en cadena que hacen que surjan problemas. Lo que estaba controlado se desborda y el sistema no puede absorberlo.

Nada hay más sensible que lo que afecta al transporte en una Comunidad construida sobre el crecimiento especulativo del terreno, lo que obliga a desplazarse del centro a la periferia, donde se encuentran las llamadas "ciudades dormitorio". Esta es una solución que permite un rápido acceso al centro, a los lugares de trabajo dentro de la ciudad, o desplazarse hacia el exterior allí donde se han emplazado las zonas fabriles. Ese juego de idas y venidas depende del transporte público, diseñado precisamente para evitar el tráfico particular en el interior de la ciudad, algo que siempre ha sido un problema en Madrid por su propia y rápida configuración urbanística, de desarrollos rápidos en determinados momentos. La última decisión es transformar los espacios amplios no urbanizados y crear allí centros de oficinas, empresas y viviendas. Lo que produce claramente cambios y motivará nuevas especulaciones que tendrán efectos en cadena, alejando a los ciudadanos de la ciudad, como ya se hizo en décadas anteriores con el centro de Madrid.

Todo eso tiene un coste en caos, más en un momento en el que se están produciendo dos fenómenos: las reducciones de personal en las empresas públicas y privadas y recortes de inversión. Esto significa que hay menos personas para atender situaciones en las que el deterioro y la obsolescencia se manifiestan con mayor rotundidad. No se invierte y menos personas deben solventar más y mayores problemas. Para un usuario del transporte público es muy fácil de medir: cuántas veces se estropea una escalera mecánica y cuánto tiempo pasa antes de que la arreglen. Hay un tercer indicador, el número de personas que la están reparando. Si se fija, verán que se estropean más a menudo (no se renuevan, envejecen), que se tarda más en reparar y que hay menos personas cuando la están reparando. Son los efectos de los recortes.

Todo esto se agrava por los cortes en el servicio debido a accidentes, retrasos tal como nos señalaba la información del inicio de la que se quejaba Díaz Ayuso responsabilizando al gobierno central.

Lo peligroso de esto es que se producen incidentes allí donde se dan aglomeraciones de gente. No es lo mismo un retraso con un andén medio vacío que con uno abarrotado; no se comporta de la misma manera un tren lleno de gente que ve cómo llegará tarde a su trabajo porque el tren no arranca al aumentar los tiempos de salida, que hacerlo con un tren vacío. Las obras producen retrasos en un terreno en donde la velocidad y la frecuencia son sus virtudes. A la gente le basta con mirar sus relojes para sentirse bien o mal.

Es penoso ver cómo la gente corre de un lugar a otro por zonas de Chamartín, cargando con bicicletas, coches de niños, patinetes, cargados con maletas porque van o vienen del aeropuerto o corren a coger los trenes de larga distancia. Esto produce accidentes. Lo he podido comprobar en personas con las piernas heridas por caídas al correr a coger un tren. Algún día ocurrirá un accidente más grave y los incidentes actuales darán lugar a momentos de mayor tensión, de pérdidas de nervios y de ataques (como ya ha ocurrido) al personal. Al reducirse las vías por los cortes, cada accidente, parada, etc. tiene unos efectos mayores sobre el resto.

Los políticos pueden echarse las culpas unos a otros, algo a lo que estamos acostumbrados. No son solo las obras las causantes. Esto viene de lejos y es fruto de recortes y de falta de renovación de muchas cosas. Con esta situación quedan en evidencia múltiples errores, como por ejemplo la vieja y mal colocada señalización, incapaz de ser orientativa en esta situación de caos en la que es necesaria más y mejor información. Sin embargo, no es así. Los casos de personas que se suben a trenes equivocados, que necesitan estar preguntando dónde está el que deben tomar, etc. se multiplica. El personal puesto en las estaciones es insuficiente para saber dónde está ahora lo que antes estaba en otro lugar y Chamartín no está diseñado precisamente para hacer carreras de un lugar a otro.

Con la proximidad de las elecciones municipales y autonómicas, los asuntos locales pasan a tener una gran importancia. Por ello, es previsible que el caos del transporte y la responsabilidad sobre su origen y causas tome un mayor protagonismo en el debate político. Escucharemos todo tipo de reproches y acusaciones de intentar hundir Madrid, de agravios comparativos con otras capitales, etc. Pero lo que ocurre en Madrid tiene mucho que ver con lo que se permite en la ciudad, la incapacidad (o desinterés) en anticipar los efectos de las acciones en un espacio sensible a los cambios, especialmente si estos afectan a la forma de moverse en él. No serán los únicos efectos y cuando esto siga su camino podrán verse muchos más que padecerán los ciudadanos, que tendrán que alejarse de la capital, incluso de la Comunidad, con lo que el transporte será cada vez más importante... y más olvidado. 


* Christian Morata "Ayuso denuncia el "caos" de Cercanías en Madrid: "La red depende de Pedro Sánchez"" 14/03/2023 https://www.20minutos.es/noticia/5109595/0/ayuso-denuncia-el-caos-de-cercanias-la-red-de-la-comunidad-depende-de-sanchez/

** Alfonso Simón Ruiz "El Gobierno da por arrancada la Operación Chamartín" 7/11/2022 https://cincodias.elpais.com/cincodias/2022/11/07/companias/1667824762_461819.html

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