lunes, 20 de marzo de 2023

La gran familia se amplía

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Cada uno tenemos nuestra familia, pero hay una que compartimos todos, la gran familia mediática. Más allá de hermanos, padres abuelos, tíos, primos, etc. con los que tenemos lazos, todos tenemos es gran familia mediática construida expresamente para nosotros, para todos.

Es una familia muy selecta, aunque esté llena de impresentables. Lo importante no es eso, sino precisamente lo contrario: nos son presentados de continuo hasta llegar a formar con ellos esos lazos de sangre artificial necesarios para que no les quitemos la vista de encima.

Ellos viven por, para y de nosotros. Lo que hacen es pensando en nosotros, en nuestra mirada y sentimientos provocados para hacernos sentir, que tiembles las manos al teclear en el teléfono móvil sus nombres, al pulsar los enlaces que nos llevan directamente a sus vicisitudes, a sus penas, aparentemente reales, ficticias la mayor parte de las ocasiones.

La gran familia mediática es un selecto grupo de personas al que muchos tratan de incorporarse, pero al que solo algunos lo logran. Que quede claro: solo algunos lo logran. Han de tener los suficientes méritos empáticos como para que muchos millones de personas puedan sufrir por ellos, por su suerte, por su triste o alegre destino. Después deben tener lazos con otros miembros acreditados, que actúan como introductores. Los lazos empiezan con los hijos, que tendrán novios y novias; con ex que introducirán a sus nuevas parejas, con las que todos establecerán comparaciones.

Antes de ocupaban de estas cosas las revistas del corazón; ahora somos todo corazón. Pueden ocupar minutos en nuestros noticiarios tras una invasión o la cura contra una grave enfermedad, tras unas elecciones nacionales o junto a una final de copa. Su rango atencional ha subido como la espuma y, como decía aquella canción, no podemos apartar los ojos de ellos. Hasta sus mascotas son objeto de nuestra atención.

La gran familia son el efecto de vivir en esta sociedad del aburrimiento sostenible, una sociedad tan civilizada que arroja los libros a los contendores de papel en su afán reciclador. Todavía me estoy recuperando de la visión del "Ubu Rey", de Alfred Jarry, sobre el contenedor de papel, hace unos días. ¿Algún republicano mal informado? ¡Quién sabe! Es esa mezcla de civilizado reciclado e ignorancia supina lo que hace temer por el futuro; se empieza tirando un libro al contenedor y se acaba arrojando a los que los escriben por el mismo camino. ¿Un nuevo contendor?

La falta de papel cuché (como se decía antes) para salvar los bosques (una excusa para la ignorancia) ha hecho que cierren los quioscos y que toda nuestra vida se concentre en pantallas, ya sean de televisores, ordenadores y teléfonos. Veo cómo se deslizan por el transporte público pendientes de los teléfonos, podrías quemarte a lo bonzo ante ellos y te pasarían por encima. Lo raro es un libro, pero ¿para qué? ¿Qué tienen que decirnos esos raros objetos cuyo destino en las dictaduras es la hoguera y el contendor en las democracias?

La vida de nuestra gran familia mediática rellena ese hueco, de hecho, rellena todos los huecos menos el mental, que se agranda hasta dimensiones cósmicas. Son los "famosos", una categoría distante y próxima; realista y teatral, falsa y verdadera por el valor que les otorgamos. ¿Qué haríamos sin ellos? ¿Pensar?

Las relaciones en esta gran familias pueden llegar a la cutrez más absoluta, como nos promete este titular de 20 minutos: "Secuestran a la abuela del novio de Gloria Camila y le obligan a sacar 5.000 euros"* La retórica no logra llegar a la épica y no consigo empatizar con esa abuela del novio de una persona que desconozco absolutamente.

Esta es otra: unos meses de inactividad, una noticia que te pierdas, un simple despiste pueden dar al traste con tu vida familiar. Puede que pierdas el hilo, que haya una separación, un conflicto, algo inesperado y... ¡quedas fuera, desorientado, con sentimiento de pérdida!

Pero la curiosidad me puede y me adentro en el territorio de lo desconocido. Sorprendido me encuentro con esto:

"Debo contaros una cosa. Estoy indignada con la vida, con la sociedad, con las malas personas, y llena de impotencia", comenzó, muy seria, la hija de Ortega Cano. "Me hallo en el hospital y viene a consecuencia de una historia muy heavy que creo que debo contarla y hacerla viral. No es nada mío, pero sí de alguien de los míos", relató. 

Me siento solidario con ese malestar con la Humanidad al completo debido, claro está, a ese secuestro exprés de la abuela del novio y el robo de los 5.000 euros. Son cosas que no deberían pasar (coincido con ella), pero pasan.

Tras contar el incidente, señala: 

"Entiendo que haya necesidades, que la vida esté jodida, pero no entiendo que no haya humanidad ni sensibilidad, que no haya una capacidad de entender lo que está bien o está mal", continuó relatando en sus stories la influencer. 

Las conexiones familiares nos ligan a todos y Gloria Camila (no es fácil llegar  a prescindir de los apellidos en este mundo familiar y que sepan quién eres, tu árbol genealógico) extiende su indignación convirtiéndola en "viral", tal como manifiesta. Esperemos que sirva de algo, por el bien de todos.

Frente a lo que ocurre en Irak, en Irán, en Perú, en Venezuela, en México, en fronteras y mares, con muertos, desparecidos, etc. todo esto nos podría parecer irrelevante. Pero da igual lo que nos parezca, lo importante es que los medios hacen sus huecos para todo esto gracias a la elasticidad de lo digital. Cuando había que sacar unas cosas para meter otras, no todo era tan fácil. Así, la gran familia mediática es familia numerosa por desbordamiento, por absorción de las relaciones posibles, porque no quede fuera nadie que atraiga la curiosidad de un solo lector. La red se extiende más allá de los seis grados famosos, hasta el infinito.

Los medios ya no dan noticias; las crean, que inexplicablemente, sale más barato. La reducción de corresponsalías, por ejemplo, nos muestra esta forma más barata. Para compensarlo, la introducción de material de redes sociales y cosas que la gente sube a YouTube o similares. Es el ciclo del reciclado eterno; toda va y vuelve. Así, podemos abrir un noticiario del mediodía con unas imágenes de un coche caído por un barranco en Perú o un traspiés al recoger un premio. Todo el trabajo de un año de cine, por ejemplo, eclipsado por una bofetada.

Las noticias ya no son lo que pasa y tiene transcendencia; ahora es aquello de lo que disponemos de imágenes en un mundo lleno de dispositivos de captación, de cámaras y móviles con cámara.


No hemos evaluado todavía cómo nos ha cambiado el mundo el hecho de que los teléfonos lleven una cámara y que se puedan "subir" sus imágenes para compartirlas. Es esa posibilidad de compartir la que nos lleva a la necesidad de crear marcos, como los familiares, que ordenen la experiencia visual, en los que vemos el día a día de personas cuya única trascendencia es la amplificación interesada que sufren sus historias. Son seleccionados para satisfacer nuestra curiosidad, para que nos metamos en sus vidas sin ser acusados de nada, sin sentirnos culpables. Ellos la ofrecen para nuestras morbosa curiosidad, la queman en el suculento altar de la trivialidad, para el que solo se necesita ser mirado, estar conectado con alguien, aunque sea al final de una red que dé la vuelta al mundo.

En este mundo de la falsa horizontalidad (no te engañes, la han diseñado los de arriba, los de siempre), huimos de lo que nos rodea para adentrarnos en lo que nos envuelve, un ligero matiz que afecta a lo diseñado para seducirnos y a lo que se nos viene encima sin preguntar. Fuera de él está la soledad, dentro el vacío compartido.

Alguien se pregunta cómo no hay un "ministerio del amor". Una buena pregunta en este mundo familiar en la que los grados llegan hasta el infinito, donde nos emocionamos con las cosas que ocurren a los que están ahí para emocionarnos.

 

* "Secuestran a la abuela del novio de Gloria Camila y le obligan a sacar 5.000 euros" 20 minutos 19/03/2023  https://www.20minutos.es/noticia/5111116/0/secuestran-a-la-abuela-del-novio-de-gloria-camila-y-le-obligan-a-sacar-5-000-euros-del-banco/

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