miércoles, 1 de marzo de 2023

La lengua de Putin

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Pierre Bourdieu nos explicó en "¿Qué significa hablar?", que la "lengua" era del "rey" de turno y que las Academias se fundaron para proteger la lengua del rey del deterioro que el pueblo inculto podía ejercer sobre las palabras. El pueblo es inculto y las élites son las que dominan la lengua. Incluso las lenguas, pueden tener su propio prestigio y ser elegidas como propias de las élites y rechazar la propia, que puede no considerarse vehículo de cultura y sí de barbarie. Así ocurrió con el uso del latín, por ejemplo, que los intelectuales consideraban de prestigio y tradición frente a las lenguas vernáculas. Es el desarrollo de cierto sentido nacional el que hace que las lenguas propias se consideren vehículo artístico, cultural. Por eso el romanticismo fue una explosión nacionalista empezando por crear esa lengua del pueblo que se lanzaron a recolectar e imitar. Una de las lenguas más tardías fue precisamente el ruso, cuyos nobles preferían expresarse en francés o alemán, antes que en el feo idioma del inculto pueblo. Se considera a Pushkin el padre del ruso, el autor moderno que sirve de referencia para hablar de un idioma ruso literario. Lo demás es arqueología, rastreo de esa lengua despreciada anteriormente y que fue necesario dignificar acogiéndola en sus propias instituciones, las mismas que la habían despreciado.

En el artículo titulado "¿Por qué los nobles rusos hablaban francés?"*, firmado por Oleg Yegórov, publicado en Russia Beyond, se nos explica en su inicio:

Guerra y paz de Lev Tolstói es uno de los libros más difíciles que tienen que leer los estudiantes rusos. No nos referimos aquí a su tamaño sino a las partes que están escritas en francés.

La mitad del diálogo con el comienza la novela, en un salón de la alta sociedad petersburguesa, está escrito en francés y no es una invención del autor sino un reflejo de los modales de principios del siglo XIX (el primer volumen de Guerra y paz trata sobre eventos que tienen lugar en 1805). Tal y como dice el narrador sobre uno de los personales: “Hablaba en ese refinado francés con el que nuestros abuelos no solo hablaban sino también pensaban”. Y es que en el siglo XVIII el francés “conquistó” Rusia y se convirtió en la lengua no oficial de la aristocracia. ¿Cómo ocurrió?* 

Rusia siempre ha ido con otro ritmo, con otra historia paralela a la occidental. Sin un "renacimiento", sin una etapa "racionalista", sin un pensamiento de libertad individual, Rusia es Rusia. No fue hasta la década de 1860 cuando se suprimió la servidumbre de la gleba, una institución esclavista y medieval. Podemos leer lo que supuso el cambio en la magnífica Padres e hijos, la novela de Iván Turgéniev: "...Decidí que en casa no tendría a más siervos liberados, antiguos miembros de la servidumbre; o que, por lo menos, no les confiaría cargos de responsabilidad. —Arkadi señaló a Piotr con la mirada—. Il est libre, en effet —observó Nikolái Petróvich a media voz—, pero es que él es ayuda de cámara. " (Padres e hijos, cap. VIII).

El hecho de que la nobleza hablara —y pensara, como señala Tolstói y vemos en el fragmento anterior de Turgéniev— nos dice mucho de lo que es Rusia y de lo que ha sido su propia evolución en paralelo a Europa y muchas veces más cercano al totalitarismo asiático, cuyos emperadores estaban bastante cerca de lo que representaban los zares, con el apoyo de la iglesia rusa, contraria a cualquier modernización porque suponía perder el control sobre la ignorancia, como todavía vemos hoy con la actitud de Kirill I, el patriarca de Moscú, valedor de Putin en las invasiones y en sus cruzadas morales y religiosas.

La romantización rusa supuso la dignificación del lenguaje y del pueblo. De esta forma, a la obediencia absoluta se le añadió la voluntad popular, la del pueblo, ahora adulado, mitificado e igualmente explotado por los que dijeron actuar en su nombre. No se libra uno fácilmente del culto a la autoridad.

Ahora se busca el romanticismo nacionalista de los eslavos, ya que se trata de distinguirse de Occidente. En esta línea, Rusia ha estado dividida entre eslavófilos visionarios y occidentalistas liberales. Pero no es fácil hacer consciente a la gente de su libertad y muchos prefieren las ventajas del populismo nacionalista que les libra de pensar y les ofrece dejarse llevar por esas corrientes místicas, mezcla de sangre y tierra.

La lengua rusa se reviste actualmente de nacionalismo. Pensemos que la prueba de verificación para invadir, al igual que hizo la Alemania nazi, es la lengua. Allí donde se habla la misma lengua es que existe el mismo pueblo. Rusia te enseña ruso y luego te anexiona para liberarte, como ha ocurrido en Ucrania. Los rusófonos son la vía de entrada, la excusa para la invasión. Se empieza hablando ruso y se acaba con el pasaporte en la boca.

RTVE.es nos da una noticia interesante por lo que representa en el contexto de lo señalado anteriormente: 

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha declarado la guerra a los extranjerismos con el fin de proteger la lengua rusa de la excesiva influencia de otros idiomas, especialmente el inglés. 

Putin ha promulgado este martes la correspondiente ley que le remitió la Duma y que fue aprobada en primera lectura en diciembre pasado. Con esta norma se prohibirá a los funcionarios del gobierno ruso la mayoría de las palabras extranjeras en el ejercicio de sus funciones.

"A la hora de utilizar el ruso como lengua estatal de la Federación Rusa no se permite el uso de palabras y expresiones que no se correspondan con las normas del idioma literario ruso moderno", señala la nueva ley. La excepción, añade, "son las palabras extranjeras que no tienen análogos en el idioma ruso y cuya lista está recogida por diccionarios normativos".

La ley, que sigue la senda de otras lenguas como el francés, pretende proteger el idioma del "uso excesivo" de palabras extranjeras. Ahora, el Gobierno ruso debe determinar el mecanismo de elaboración de gramáticas, diccionarios y otros manuales que incluyan las normas lingüísticas de obligada aplicación. El objetivo es promover el correcto uso del idioma en todos los niveles de la administración pública.

También se publicará una lista de palabras que pueden utilizarse. Por el momento, no existen penas para quienes no respeten las medidas.**


 

Creo que con lo expresado anteriormente se entiende con más claridad el sentido "romantizador", es decir, populista y nacionalista, de la medida tomada por el gobierno ruso.

Pero la lengua es también una forma de control. El que manda es quien decide qué significan las palabras. Por ello, decidir qué se puede decir y qué no es una de las bases totalitarias más eficaces del control social.

Con esta medida, Putin convierte el aparato del estado, la maquinaria funcionarial, en agente activo en el modelado del pueblo ruso, al que se le fijan las fronteras mentales, que son las de la lengua. La lengua vuelve a ser de Rey, en este caso del Zar de todas las Rusias, Vladimir Putin. Excluyendo las palabras que vienen de fuera, Putin crea un modelo de aislamiento que define lo otro como maldad, como contaminación. Si el uso de la palabra "guerra" aplicado a la "operación especial" en Ucrania ya marcaba un control del lenguaje traducido en control de la realidad, las nuevas medidas convertirán la comunicación en un espacio de vigilancia y sanciones separando el buen hablar de unos frente a los que usen otros términos o con otros sentidos.

Rusia es cada vez más el espacio de Putin, cada vez más separado del mundo. El ruso es cada vez más un arma que se vuelve contra los propios rusos, que son quienes lo usarán con miedo a que se deslice entre sus palabras un término indebido, una palabra peligrosa. Por el momento, dicen, no habrá sanciones, quizá porque las estén calibrando, poniendo a punto. Quizás porque sea un arma de identificación de aquellos que manejan otras fuentes, más allá de las estrictamente rusas.

De los salones que describía Tolstói hablando en francés, a los despachos, calles, escuelas, medios en las que deslizar cualquier término que no se ajuste a lo prescrito sea un acto punible. 

* Oleg Yegórov "¿Por qué los nobles rusos hablaban francés?" Russia Beyond 6/06/2022 https://es.rbth.com/cultura/2017/06/19/por-que-los-nobles-rusos-hablaban-frances_785542

** "Rusia aprueba una ley que prohíbe el uso de extranjerismos a los funcionarios públicos" RTVE.es  28/02/2023 https://www.rtve.es/noticias/20230228/putin-declara-guerra-extranjerismos-ley-busca-proteger-lengua-rusa/2428507.shtml

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