Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Ahram
Online nos trae hoy otra noticia de esas que sirven para tomar el pulso a un
país. Es interesante incluso por la forma en que está titulada: "Imposing
dress code on female singers in Egypt a 'ridiculous idea', art critic says".
Podían haber dicho directamente que la idea era ridícula, pero citar a un crítico de arte como autor de la
valoración es usar una vía indirecta, como descargar en él la responsabilidad y
lavarse las manos. La noticia deja de ser que hay un idiota que dice idioteces y pasa a ser que hay alguien que cree que otro ha dicho una
tontería. Puede parecer una sutileza, pero el mundo está hecho de
sutilezas, medias tintas y distancias.
La noticia
es esta:
Music critic Tarek El-Shennawy stated that the
latest decision by Hany Shaker, the singer who was recently elected head of the
Musicians Syndicate, mandating female singers adhere to a dress code, is an
"amateurish act."
“Instead of focusing on the dress code of
singers, Shaker should be focusing on developing art and refining it during
these difficult times,” Shennawy said in an interview with MENA.
“For the time being, art is suffering from
stagnation, especially with the spread of piracy that has led many producers to
be reluctant with projects and hindered large art and music events,” he added.
Some commentators have previously expressed
displeasure at some singers’ outfits, claiming that the female artists dress
immodestly.
Shennawy pointed out that even if Shaker were
to impose a dress code on local singers such as Bardis, Shakira, and others, he
would be unable to impose much on big stars such as Haifaa Wehbe, Nancy Ajram,
and Elissa.
“Honestly, I don’t know how Shaker will be able
to specify the type of attire appropriate for each singer or who will even
determine this,” Shennawy said.
He added that with this statement, Shaker, whom
Shennawy said he respects as an artist with a long history in the music scene,
is asking for a fight with a large number of people who work in the scene.
Shennawy said he believes that the decision
will be deemed ridiculous by everyone since Shaker has himself previously acted
in films featuring belly-dancers.*
Que en un país donde todos los estamentos intelectuales prácticamente
están denunciando cada día restricciones a las libertades de expresión, que
critican las censuras de libros y periódicos, etc., lo primero que hace el
cantante elegido como presidente del sindicato de los cantantes (le llaman el
"capitán de los cantantes", resaltando la mentalidad marcial en la
que vive inmerso Egipto, otra sutileza), no deja de ser un despropósito en dos
niveles, el censor general y el censor específico de las mujeres, que son las
únicas a las que hay que vigilar y proteger de sí mismas para que no ofendan ni
a la vista ni a la patria. El romántico Hany Shaker tiene claro cómo deben
vestir las mujeres que pertenezcan al Sindicato cantor.
¿Quién es Shaker, cantante y sastre de vocación? Para
hacerse una idea de quién es este exitoso cantante, condecorado hasta por
Marruecos, leemos el efecto que causa en algunos en la página Hot Arabic Music,
que incluye uno de sus videoclips:
The song you will find below has moved me as a
kid, and now I got a live performance for this hit by the romance legend Hany
Shaker. This is the song of how every decent man sees himself when he falls in
love and goes all in, but does not get reciprocated.
The song tells a love tale....it's so poetic.
The song kicks of with the lady asking her lover, what she is to him? Even
though he thinks the answer is obvious, he still goes and answers it with sweet
and beautiful words. He tells her "I got the answer"....and the magic
rains.**
Pues ya nos hacemos una idea: Shaker es un hombre decente
que tiene una respuesta para ellas.
Que los artistas egipcios hayan elegido a un censor, a otro
autócrata más para que les diga cómo tienen que vestir las mujeres no deja de
ser otra broma pesada de eso que llaman el "camino egipcio hacia la
democracia". Los hombres decentes quieren mujeres decentes. Las mujeres
decentes saben que la respuesta está en esperan a hombres como los que cantan canciones
como las de Hany Shaker, los hombres decentes que se sienten conmovidos ante la
propia enormidad de la pureza de sus sentimientos. Como niños, decía el emocionado crítico de Hot Arabic Music.
Ha dado la casualidad de que hoy mismo aparezca un
interesante artículo escrito por Dalia Gebrial cuyo vínculo entenderán
inmediatamente: "Why Is Egypt Obsessed With Women’s Clothes?" En él
describe su visión lejana —desde Londres; "¿y qué hace allí?", se
preguntarán los hombres decentes que escuchan emocionados a Hany Shaker— de la
preocupación continua que los hombres egipcios manifiestan por el vestido de
las mujeres, incluidas las libanesas en las manifestaciones.
Señala Dalia Gebrial en su artículo:
In recent months, there have been a plethora of
stories emerging from Egypt, in which women’s clothing and bodies have been
policed.
Women have been arrested, barred and publicly
condemned for either being too skimpily or too conservatively dressed – and
contrary to popular assumptions, these attacks have largely not come from
religious bodies, but rather from the so-called secular state and private
businesses.
Slut-Shaming and the
Egyptian Judiciary
As recently as earlier this week, the Egyptian
Syndicate of Musical Professions announced a ban on “revealing outfits” worn by
singers on stage in the name of “recommitting to Egyptian values and
tradition”, according to syndicate chief Ahmed Ramadan.
Under the new regulation, performers who are
members of the syndicate – or who have a permit – will be banned from performing
in Egypt if they are seen on stage in “inappropriate” clothing.
Typically, the legislation appears specifically
to focus on women, with once again the burden of “Egyptian values” and national
morality being unfairly borne exclusively by women’s bodies.
The decision by the Syndicate follows a series
of incidents in which women have been arrested and convicted for immorality
following clothing controversies. One of Egypt’s most well-known belly dancers,
Safinaz, was sentenced to six months imprisonment and ordered to pay a fine of
EGP 15,000 by the Cairo Misdemeanour Court, for dancing in a dress designed
like the Egyptian flag.***
Recordarán los lectores habituales de este blog que hemos
dado cuenta de todos estos casos cuando se fueron produciendo porque entendía que
eran algo más que incidentes aislados o anecdóticos. Por el contrario, me parece
que revelan sobremanera una actitud y una tendencia clara y nítida desde que se
produjo el golpe de estado (el "no-coup") que desalojó del poder a
los islamistas. Hace bien Gebrial en señalar que la mayoría de los casos, como
el de ahora del sindicato de artistas —el que creó Umm Kalthoum en 1942—,
tienen una fuente civil antes que
religiosa. Pero los efectos son los mismos. Antes los islamistas iban a poner
las denuncias contra los artistas; ahora son otros los que van. Ahora son patriotas.
Está creciendo la intransigencia y han aprendido a
establecer mecanismos de "justificación" casi automáticos. Mientras
dicen haber echado a los islamistas, están imponiendo la misma agenda moral
retrógrada disfrazada de virtudes
nacionales, las amadas mujeres,
etc. que solo esconden el machismo y la misoginia que han llevado a Egipto a
ser uno de los países con mayor acoso sexual y el cuarto con mayor porcentaje
de mutilación genital femenina, es decir, un 91 % de ablaciones, según el
informe de UNICEF. Para llorar no hacen falta las canciones de Hany Shaker.
Dalia Gebrial nos cuenta otro caso interesante, también una
historia controvertida:
In a similar vein, earlier this year, Egyptian
performer Salma El-Fouly was arrested after dancing seductively and wearing
revealing clothing in the “Seib Eidy” (Let Go Of My Hand) music video – a story
which reached international headlines. Much like Safinaz, she was accused of
“inciting debauchery and immorality” and “harming public morals.”
The song, which accompanies the video, narrates
the story of a woman – El Fouly – being sexually harassed by a man – El Sedeki
– whilst riding in the mixed carriage of Cairo’s metro. After being angrily
told off by El Fouly’s character, El Sedeki insults her, calling her a “whore.”
El Fouly is then shown to secretly love and enjoy the abusive attention that
she is receiving (a sentiment that is decisively not shared by women in Egypt
and worldwide who suffer sexual harassment in public spaces and on public
transport.)
It is highly telling that, in a video rife with
a misogynistic, dangerous message, that apologises for sexual assault and is
therefore genuinely harmful to the public (women specifically), it is a woman’s
low neckline that drew the state’s attention for “harming public morals.” The
message here is that whilst there is a – what one can only consider obsessive –
focus on women’s clothes, there is little concern regarding the safety and
wellbeing of women’s bodies, be it in public or private spaces.***
Es tan
patético el mensaje, la forma y su
respuesta que sobra casi cualquier comentario. En ese macho que insulta a la mujer y la mujer a la que le gusta ser acosada y por eso se viste
así, se encierra esa pobreza manifiesta que se muestra como virtuosa y
ejemplar. Aquí ya no sale el niño decente
que surge al ritmo romántico de Hany Shaker, sino el brutal acosador que se
acerca más a la realidad de las estadísticas diarias. Son la cara idealizada e
inexistente y la fea caricatura de la realidad, también fea.
Mada Masr también recoge, con el titular "Musicians
Syndicate head announces ban on 'revealing clothes'"***, el caso añadiendo
algunas quejas más a la mostrada por Ahram
Online. Esta especie de tartufismo musical en el que pretenden sorprender
al mundo con su integridad y sentido del honor patrio —recuerden el caso de la
bailarina condenada por bailar la danza del vientre con un traje con los
colores de la bandera egipcia— traspasa los límites del ridículo.
Ayer
terminábamos el blog mencionando la esperanza de que haya más mujeres en el
futuro parlamento egipcio ("parlaMENt" y "parLAMENT",
decían jugando irónicamente con la tipografía en la elecciones de 2012). No hay
muchas esperanzas. Por la atención prestada a las mujeres y a su comportamiento
y vestimenta parece que todos los males de Egipto procedieran de ellas. No, no
es así. ¿Pero qué importa si así todo el mundo se siente más decente?
Después
de citar y analizar algunos otros ejemplo en sentido contrario —la prohibición
de que entren mujeres "veladas" en algunos bares en El Cairo—, la
conclusión final de Dalia Gebrial es la siguiente:
Whether a woman is being criticised for
dressing too scantily, or too conservatively, and whether it is in the name of
“public morality”, “national honour” or “secularism,” there is one consistent
message being delivered: that it is not a woman’s place to make a decision as
simple as what to put on her body. Indeed, it is clear that women’s bodies are
not for them to own, but are treated as canvases on which patriarchal nations
and states can define themselves. Such tropes deny women their agency despite
often claiming to be protecting them – be it from “indecency” or from their own
religion.***
Me parece
bien la perspectiva de género para
analizar estos casos. Sin embargo creo que se puede ir más allá en lo que
revela esa actitud hacia las mujeres. Existe un autoritarismo que tiene las
mismas raíces, que se extiende al orden total y que se vierte contra todo aquel
que desafía al poder.
Existe
la intolerancia religiosa, la intolerancia política y la intolerancia a secas. Existe
el fanatismo religioso, el fanatismo político y el fanatismo a secas. Da igual
uno que otro: todos ellos se basan en imponer al otro las formas de ver el
mundo, de pensar o de vestir, de comer, bailar, cantar, jugar o amar. Los
miembros del Sindicato que no se ajusten al "código" de vestimenta,
que se preparen. Es puro macartismo;
la caza de brujas bailonas.
El gran
error político y estratégico es que por este camino, el de sembrar la
intransigencia disfrazada de virtud, solo traerán radicalismo disfrazado de
piedad. Por este camino —hay que decirlo— no acaban con el radicalismo sino que
lo están cuidando primorosamente para el futuro. En el fondo no es una lucha
por las ideas, sino por el poder por el control social. Es lo que
ha sido siempre, por eso no ha cambiado nada. Morsi se disfrazó de demócrata
para hacer que mucha gente le votara; Al-Sisi está haciendo lo mismo: es el demócrata nominal, aquel cuyos hechos no
acompañan a sus palabras.
En
2003, Egipto prohibió el ejercicio de la danza del vientre a las bailarinas
extranjeras. Hacían competencia —especialmente las rusas— a las bailarinas
locales, que se sacaban un buen sueldo. Hoy las cosas han cambiado mucho y
tienen que importar de la zona, como la sancionada por lucir la bandera
nacional, ¡un insulto a la patria!,
viniendo de una rusa-armenia como es Safinaz.
No hace
mucho, el presidente pidió públicamente a los actores series televisivas
decentes y patrióticas. Y los actores le respondieron, poniéndose en pie,
"¡Sí, mi general!". Ahora los cantantes decentes se suman al plan
tapando las indecencias.
*
"Imposing dress code on female singers in Egypt a 'ridiculous idea', art
critic says" Ahram Online 1/09/2015
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/5/159/139417/Arts--Culture/Entertainment/Imposing-dress-code-on-female-singers-in-Egypt-a-r.aspx
** WATCH:
The Ultimate Romantic Song From Hany Shaker لسه بتسألى - حفلة-هانى شاكر Hot
Arabic Music 09/2014 http://hotarabicmusic.blogspot.com.es/2014/09/watch-ultimate-romantic-song-from-hany.html
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