Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Con la
convocatoria de las elecciones parlamentarias, calificadas por Ahram Online
como "maratón electoral"*, me imagino que por lo que ha costado
llegar al final y por la cantidad de gente que corre (run). La atomización de los partidos políticos en Egipto hace que
el símil sea muy ajustado a la realidad. Pero los partidos son solo una pequeña
parte del parlamento. Los que de verdad se llevan la mayor parte son los que se
presentan como "independientes". El parlamento estará compuesto por
electos por los partidos, electos como independientes y propuestos por el
presidente, lo que dará un resultado cuanto menos peculiar. Olvídense del
bipartidismo o similares.
El nuevo
parlamento, después de las controvertidas reformas, tendrá 596 escaños, con 448
elegidos individualmente, 120 de los partidos presentados y 28 elección
personal del presidente. Con el triple de escaños individuales frente a los de
los partidos, lo que saldrá es una jaula de grillos rivalizando en el canto a
la presidencia con algunos que actuarán de oposición
para darle algo de contraste, como ocurrió en la época de Mubarak con los
islamistas "independientes".
El
primer requisito que deben pasar los candidatos son las pruebas médicas, que
les costarán 2.580 libras egipcias, es decir, 365 dólares, según nos dicen en
Ahram Online*. Una vez vistos que están más o menos sanos, se registrarán como
candidatos. Si prospera la propuesta del presidente de que vayan todos en una
lista, el parlamento egipcio hará
historia y se estudiará en todas las facultades de Derecho del universo.
A falta
de otras cuestiones ideológicas claras, los partidos se dividen entre los que
no participarán, los que lo harán a regañadientes y los que lo harán
encantados. Estos últimos serán los herederos del régimen de Mubarak que ya se
encuentran, bien lavados de cara y arregladitos, dispuestos a ser elegidos como
siempre y como si no hubiera pasado nada.
Siempre
puede haber sorpresas en los candidatos registrados y encontrarse a alguno que
tiene una madre oculta nacionalizada norteamericana y le invalidan la candidatura.
Es lo que le pasó al salafista Hazem Salah Abu Ismail. ¡Menos mal!, porque en su
programa electoral llevaba el cierre de los casinos, prohibición de alcohol a
los turistas (por si les huele el aliento, me imagino), detención de los que
llevaran bañador, obligación de velo a las mujeres y otras delicias ideológicas
que los salafistas, buenos demócratas, amparados bajo la sombra del poder,
defienden. Eso sí, le sirvió para proclamarse como vencedor moral de las elecciones y se ahorró la campaña.
Con los
salafistas, ya lo comentamos hace unos días, se plantea el problema de la
campaña de firmas para prohibir los partidos religiosos. Ellos, a su vez, han
amenazado con recoger firmas prohibiendo los partidos liberales. Puede que este
sea el verdadero bipartidismo egipcio y que acerque más a la realidad que los
resultados parlamentarios.
Sobre
los peligros de prohibirlos y de que puede resultar contraproducente escribía
con sensatez (como acostumbra) Nervana Mahmoud en Ahram Online:
Before advocating a ban of Islamists,
non-Islamists in Egypt should first do their groundwork. They need to
articulate a clearer vision that grasps what and how non-Islamism can work in
Egypt and how it can appeal to the apolitical public. Blurring Islam and
Islamism is one of the powerful weapons employed by political Islamists.
Non-Islamists, regardless of their political
affiliation should unite to demystify that blurred image to the naturally
conservative Egyptian public. They also need to educate the public about
liberalism and secularism and how those concepts are not anti-Islam as
political Islamists like to propagate. This battle is crucial in the quest to
reclaim the soul of Egypt.
In short, Egypt needs to uproot Islamism
organically; not via the pesticides of formal bans.
The popular campaign against religiously
oriented parties may offer a good opportunity to raise awareness about the
pitfalls of political Islam, and may improve the electoral culture in Egypt.
A formal ban of political Islamist parties,
however, is not a healthy way forward. Non-Islamists need first to heal their
internal rifts to stand a better chance of gaining more support among
conservative Egyptians. It is a long road, but the campaign trails of the next
parliamentary election could be a good start.**
Y tiene toda la razón. Prohibir los partidos es una maniobra
que obliga a meter la realidad a martillazos, por usar el término de Nietzsche.
De esta forma solo se consiguen apaños que en nada consiguen estabilidad
alguna. Por eso ha después que estar martilleando con la violencia para
corregir la molesta tendencia de la realidad a imponerse.
Mientras en Egipto no haya una voluntad de que los partidos
representen ideológicamente a la población, no servirán de mucho; solo para
repartir el poder y la influencia y justificarse ante el exterior. La historia
egipcia es precisamente la de la desideologización
del país. A unos les interesaba un nacionalismo institucional con el Ejército vestido de paisano al frente; a los otros un ultraconservadurismo religioso y moral, del que se
han aprovechado bien los islamistas, en especial la Hermandad y los salafistas, haciendo ver que son la "reserva espiritual del islam".
Va más el "movimiento" (en el sentido español del término) que el "partido". Son los jóvenes, al menos una parte, los que han entrado en una cultura más política, más leída y diversa. Pero tampoco se han centrado demasiado en partidos, sino en movimientos sociales, más de calle que de despacho. La política en Egipto es todavía una cultura de supervivencia lejos de la normalidad.
Tener "ideología" no está al alcance de
cualquiera. Por eso se sigue manteniendo lo de la "justicia social"
que es algo que se entiende claramente cuando se tiene mucha pobreza. Eso te lo
explica cualquier político o predicador sin demasiados problemas y lo captas
rápido; difieren en a quién le echan la culpa. No es fácil que funcione el
pensamiento político allí donde se trata de crear figuras caudillistas. Lo que
dice Nervana Mahmoud es cierto: mientras los partidos políticos no sean más que
la forma de canalizar los personalismos, no tendrán nada que hacer frente al
gran "personalismo": el presidente.
La noticia más interesante que nos trae hoy la prensa
egipcia (hasta la española lo ha recogido, el diario El Mundo, en concreto) junto a las elecciones —que el ministro de Asuntos Exteriores siga viendo
conspiraciones en las críticas internacionales ya no lo es— es la destitución de un muecín a cargo
del ministerio de Asuntos Religiosos:
Egypt's state religious authority suspended on
Sunday the muezzin of a mosque in the Nile Delta governorate of Beheira, after
he personalised the adhan (call to
prayer) to include the phrase “prayer is better than Facebook” instead of the
usual “prayer is better than sleep”.
The usual phrase, part of the dawn adhan only, is aimed at encouraging
believers to get up and pray. A mosque's muezzin is the individual appointed to
lead the call to prayer, which rings out five times a day to match the five
daily prayers Islam requires of its followers.
The ministry of religious endowments summoned
the muezzin, Mahmoud El-Moghazy, for questioning after local residents reported
that he had repeatedly altered the call to Fajr (dawn prayers) by using the
phrase "prayer is better than Facebook".
El-Moghazy denied in an interview on Dream TV
Sunday that he had used the phrase.
With 16 million users, Egypt is one of the
world's top 20 Facebook-using countries and is top in the Middle East.***
No sabemos si le han despedido por el fondo o por la forma, es decir, por alterar el texto original de la llamada o por pedir el cierre de Facebook. Recordamos que hace unos días comentamos cómo un juez había
denegado a un piadoso denunciante el cierre de Facebook en Egipto. La
revolución se hizo al grito de "We want Facebook", como testimonian
muchas fotos de las pancartas y pintadas en la paredes. Y ahora que lo tienen
esos 16 millones, se lo quieren quitar.
La culpa
—el muecín es listo— está claro quién la tiene: "El-Moghazy claimed the
reports against him are malicious fiction invented by the Muslim Brotherhood to
hijack the mosque."*** No lo creo. Los Hermanos son ahora los
mayores usuarios de la red, por donde meten sus campañas a falta de espacios
electorales o de otro tipo. Y es que aquí el que no corre vuela. Cuando estás en la oposición,
todo medio es bueno. Pero cuando estás en el poder —como el candidato salafista
proponía y Morsi empezó a poner en marcha— toda censura es poca. Con la misma energía que se usa, se pide su cierre después. Es esta falta de talante lo que acaba pasando factura siempre. El estado Islámico hace lo mismo: mucho vídeo, mucho vídeo, pero luego al que pillan viendo la televisión lo tiran desde una torre. Es la ley del embudo.
Por último, un deseo y una esperanza. En las últimas elecciones parlamentaria, la presencia de la mujer fue testimonial y con mal ejemplo ya que la poquitas diputadas elegidas eran islamistas y partidarias de que las mujeres no salieran a manifestarse porque luego ocurría lo que ocurría. Esto sirvió para que circulara un acertado dibujo en el que se decía: "Welcome to the new egyptian parlaMENt. 98% men!". Una pequeña figura de mujer portaba una pancarta alternativa: "should be called parLAMENT". No se podía decir más en menos espacio.
*
"Egypt's electoral marathon to begin Tuesday" Ahram Online 31/08/2015
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/139344/Egypt/Politics-/Egypts-electoral-marathon-to-begin-Tuesday.aspx
**
"Egypt: Banning Salafist Nour Party may backfire" Ahram Online
30/08/2015
http://english.ahram.org.eg/NewsContentP/4/139162/Opinion/-Egypt-Banning-Salafist-Nour-Party-may-backfire.aspx
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