Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Esto antes no pasaba, solemos decir. En los medios
aparecen cada vez casos más "extraños" debidos a la rapidez con las
que las cosas cambian. Cuanto más rápidamente se avanza por un camino, mayores
son las sorpresas que nos aguardan. A veces el avance es de tipo social, como
ocurre con los casos planteados por el matrimonio homosexual allí donde está
permitido; otras es la velocidad de los avances científicos y sus aplicaciones
a la vida. Y en algunos casos, las sorpresas llegan por la conjunción de ambos.
Leo en The Washington Post el siguiente caso:
A white woman who sued after she was
accidentally impregnated with the sperm of an African American man will be
forced to refile the lawsuit after an Illinois judge tossed out her claim
against the sperm bank.
Jennifer Cramblett filed suit against Midwest
Sperm Bank in 2014 because she was artificially inseminated with sperm from the
wrong donor and gave birth to a mixed-race daughter.
The sperm bank apologized and refunded part of
the cost to Cramblett and her partner Amanda Zinkon. But Cramblett’s suit
alleged that the mistake caused her and her family stress, pain, suffering and
medical expenses. And, the suit said, in Cramblett’s predominantly white
community, she feared that her daughter, Payton, now 3, would grow up feeling
like an “outcast.”*
Una pareja de mujeres decide inseminarse para tener un hijo
y acuden a un banco de esperma. En esta sencilla frase están contenidas varias
decenas de conflictos y unos cuantos miles de años de cambios que hace posible
que sea escrita. Cambios sociales y avances tecnológicos puestos los unos al
servicio de los otros. Esa sencilla frase no se habría podido escribir hace
apenas unos años. Por motivos sociales (impedimentos a las parejas
homosexuales) o científicos (imposibilidad de la fecundación artificial), esta
frase, por decirlo así, es muy reciente.
Entiendo perfectamente la sorpresa de las madres en el
momento del parto. Cuando menos, la sorpresa inicial ante la hija. Pero lo que
más me llama la atención son los distintos tipos de argumentos que se barajan
ante una situación como esta.
El azar es algo consustancial a la vida. Pero un
error humano es algo que nos resulta difícil de aceptar. Aunque la pareja haya
podido decidir en todo, incluida la elección
del "donante" de un catálogo, el azar en forma de error se produce en
cualquier momento. Esta vez ha sido el parecido entre los números 3 y 8.
Señalan en The Washington Post:
According to the suit, the couple chose sperm
from donor No. 380, a white man; instead, they were given sperm from donor No.
330, a black man. They blame a paper records system that allegedly caused an
employee to misread the numbers.*
Un simple fallo de la vista hace que se cambien las muestras
de esperma y se escoja otra. Ellas eligieron el que mejor se ajustaba a sus
deseos en el catálogo, pero el error se produjo.
Lo que sorprende sin embargo son los argumentos esgrimidos y
que el juez ha desestimado, creo que con un criterio aceptable dentro de las nieblas
de estos casos. Las demandantes, por ejemplo, señalan estar estresadas, sufriendo, gastándose dinero
en médicos y medicamentos, etc. porque "[...] in Cramblett’s predominantly
white community, she feared that her daughter, Payton, now 3, would grow up feeling
like an “outcast.”
Muchas parejas adoptan niños de otros países, con rasgos muy
diferentes y no se sienten estresados. El argumento planteado es muy malo porque da por
bueno el racismo de su comunidad.
Como pareja homosexual no tenían miedo a ser discriminadas por la comunidad o que lo fuera su hija por ello, pero en cambio sí temen que
lo sea por el color de su piel. La familia —dicen— tampoco ha aceptado bien la situación:
At the heart of the lawsuit was Cramblett’s
claim that she was unprepared to raise an African American child and that her
community and her “unconsciously insensitive” family members might not be
accepting of a child of a different race.
“Getting a young daughter’s hair cut is not
particularly stressful for most mothers, but to Jennifer it is not a routine
matter, because Payton has hair typical of an African American girl,” the
lawsuit said. “To get a decent cut, Jennifer must travel to a black
neighborhood, far from where she lives, where she is obviously different in
appearance, and not overtly welcome.”*
Las diferencias entre la adopción y este caso son grandes, enormes. No es lo mismo la decisión meditada que el giro brusco en la vida. Aceptamos la sorpresa,
pero la vida es un constante enfrentarse a situaciones para las que no se está preparado.
El argumento es inmaduro. También el
argumento del peinado es realmente inquietante por lo que refleja. Que la niña
tenga el pelo rizado y haya que llevarla a un "amenazante barrio negro"
para que la peinen, parece un poco rebuscado. Igualmente, es inmaduro.
Cuando comentamos aquí el caso de la activista blanca que se
confesaba vocacionalmente negra ante la desesperación
de sus padres, que salieron a declarar sobre el "color" de su hija,
señalamos que quizá la de la "raza" sea la última barrera. Que se
puede cambiar de sexo, como el padre de las Kardashian, y que te saquen en
portadas glamurosas, pero que la raza es la última frontera, por encima de la sexual. El prejuicio racial parece más difícil de erradicar cuando, en este caso, no se ha tenido miedo de enfrentarse a los prejuicios sexuales de familia o comunidad.
“Jennifer’s stress and anxiety intensify when
she envisions Payton entering an all-white school,” the lawsuit says.
“Ironically, Jennifer and Amanda moved to Uniontown from racially diverse
Akron, because the schools were better and to be closer to family.”*
Evidentemente la finalidad de la demanda que se ha
desestimado era económica, en concreto se solicitaban 50.000 dólares como
indemnización al banco de esperma a cuyo empleado le bailaron los números 3 y 8.
Creo que con el tiempo los argumentos se volverán contra quien los ha usado.
La vía de argumentación para la demanda equiparaba la "raza"
con "defectos de nacimiento" y eso es un camino peligroso, pero es el
que ronda toda la argumentación:
Attorneys for the sperm bank had argued that
“wrongful birth” suits typically apply to cases where the child is born with a
birth defect that doctors should have warned parents about; in this case, the
child was healthy. Cramblett had also sought damages for a “breach of
warranty.” The judge rejected both claims but said that Cramblett could refile
the suit as a “negligence claim,” the Tribune reported.*
Hay varias cosas claras: que Peyton no tiene culpa de nada,
que no hay nada "malo" en ser como ella es. Esta sana. Y es hija al 50% de su madre. No ha sido como esperaban, es
cierto. Pero hay muchas cosas en la vida que tampoco resultan como deseamos. El baile del 3 y el 8 es la vida misma cambiando cada día nuestros planes.
Payton no es un objeto defectuoso que pueda ser devuelto. Aceptarlo sería racismo puro. Es la hija de una madre que quería escoger hasta el color del pelo, pero que por azares no pudo escoger el de la piel. El "estrés" no es por su hija, sino porque no es como ellas la quieren.
Cuando The Washington Post dio la primera información sobre
este caso al presentarse la demanda señaló el estado de la pareja:
“Jennifer was crying, confused and upset,”
according to the court papers. “All of the thought, care and planning that she
and Amanda had undertaken to control their baby’s parentage had been rendered
meaningless. In an instant, Jennifer’s excitement and anticipation of her
pregnancy was replaced with anger, disappointment and fear.”**
También dicen sus abogados que no tuvo contacto con personas
negras hasta que llegó a la
Universidad. Eso les debe parecer normal. Quizá ese sea el origen de los problemas.
Que su mundo estaba demasiado controlado, demasiado "perfecto",
siempre como querían y con quien querían. Cuesta aprender que la vida no es a la carta, que en algún momento el 3 y el 8 se ponen a danzar
ante los ojos de alguien y las cosas cambian.
El banco de esperma cometió un error, sí. Y eso es lo que le
han dicho los jueces que pueden alegar, pero no lo que han alegado. Peyton no es defectuosa; es Peyton. Considerar
el color de la piel como un "defecto" por el que se deba indemnizar
no es precisamente una muestra de progresismo; alegar que la familia se siente
incómoda y estresada, tampoco.
Los problemas de verdad comenzarán cuando Peyton empiece a
entender el sentido del estrés que dicen que les causa y siente a su alrededor.
**
"White woman sues sperm bank after she mistakenly gets black donor’s
sperm" The Washington Post 2/10/2014
http://www.washingtonpost.com/news/morning-mix/wp/2014/10/02/white-woman-sues-sperm-bank-after-she-mistakenly-gets-black-donors-sperm/
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