miércoles, 29 de abril de 2015

El rostro desvelado o más allá del velo

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La polémica sobre el uso del velo sigue avanzando y deja al descubierto la teoría y la práctica de la cuestión. Ahram Online le dedica un artículo a la cuestión optando por lo que podríamos llamar la estrategia del "más allá del velo". Son visibles la "estrategia de la identidad" (sin velo la pierdes atacando tu religión); la segunda es la de "la separación" (la cuestión religiosa no se ve afectada por llevar o no llevar velo, es decir, se puede ser buena musulmana y egipcia sin llevar el velo); y la tercera es la que han planteado, con distinto grado de belicosidad, las que van a la raíz de la víctima, la mujer. El titular de Ahram Online es "Veil or no veil, Egyptian women are often stigmatised, or worse", lo que nos permite incluirlo es la estrategia del "más allá", la que considera que el velo no es una guerra, sino solo una batalla más de las mujeres en Egipto.
Las tres posiciones se pueden ver con frecuencia en los numerosos comentarios que siguen a los artículos en los que se da información o se polemiza sobre la provocativa convocatoria del periodista y escritor Cherif Choubachi que hemos venido siguiendo desde que se produjo. En su momento, lo consideramos junto a otra proposición religiosa, como parte de un movimiento más amplio, de una puesta sobre la mesa de cuestiones esenciales, que de forma organizada o espontánea (la historia lo dirá), marcan el conflicto de fondo de la sociedad egipcia, la constancia de la intransigencia y el autoritarismo por encima del signo de los gobiernos. Ambas fuerzas se manifiestan en los giros políticos sucesivos e imposibilitan una evolución real hacia más libertades.


Ahram Online comienza contándonos la historia de Sara, una hija de marroquí y egipcia que tras vivir en Kuwait se trasladó a vivir a El Cairo, y trabajaba en la Universidad de Aim Shams. Sara se tuvo que poner velo, algo que no había hecho anteriormente:

She was not following her religious beliefs by wearing the hijab, but rather succumbing to social pressure and seeking to avoid recurrent harassment.
Sara had visited Cairo beforehand. But when she began living there in 2001, she says, she experienced the predicament of being a woman in the huge city, both with and without the hijab.
"Getting groped or touched by sexual harassers would happen on average once a month," recalls Sara, the daughter of an Egyptian mother and a Moroccan father who was born and raised in Kuwait.
"Verbal harassment, that's all the time. Not a day would go by without hearing comments whether from people flirting with me, hurling sexual insults at me, criticising or even cursing me for the way I dress.
"Many people would think women in Kuwait, as a Gulf country, have less freedom than in Egypt. As a matter of fact it's completely the opposite," says Sara, who speaks Egyptian Arabic almost perfectly.*


Lo expresado aquí suele ser un tema recurrente. Muchas mujeres lo llevan no por una cuestión de fe, sino porque son fruto de ataques físicos o verbales, de acoso permanente. La cuestión es que el ponerse el velo tampoco hace mejorar mucho las cosas, pero esa no es la cuestión, sino el mecanismo explicativo. "Si no llevas el velo, te han atacado porque no lo llevas", es la justificación. Si te han acosado llevando el velo, en cambio, es porque vas sola o has ido por donde no debes, etc. La explicación se ajusta al caso y siempre tiene una respuesta adecuada. Pero hay una gran diferencia: si vas velada puede que alguien te crea incluso que te ayuden, pero las probabilidades se reducen si no lo llevas. Me viene a la mente la imagen de una fotografía, que aquí comentamos hace unos años, de la niña sosteniendo su coleta cortada en plena calle sin que nadie moviera un dedo para ayudarla. La cuestión es más compleja y va más allá de la cuestión del machismo y la violencia sexual.

The harassment Sara was subject to was not always sexual, she says, but some also came from people – mainly female colleagues – who were not happy with the fact that she was Muslim and not veiled.
"I was once in the mosque of the university reading the Quran during the holy month of Ramadan, and then a girl congratulated me on 'converting to Islam.'
"Most people thought I was Christian because I was not veiled like the majority of Muslim girls in Cairo, and also because most of my university friends were Copts.
"Many veiled girls who found out I'm Muslim would persistently ask me to wear the hijab. Their concern about my religion, my beliefs or how I dressed baffled me and was really annoying."
Sara wore the veil for five years. But the headscarf gave her little respite throughout the remainder of her time in Cairo, and she took it off following her departure.
"It was primarily to protect myself from sexual harassment, but the hijab barely made a difference. Harassers would approach me anyway, though I lived in the upper class district of Maadi," she says.*


El acoso sexual es muchas veces simple acoso, es decir, la intromisión en la vida de las personas, el estar rodeado de un tribunal social o familiar permanente en el que todas sus decisiones son analizadas y juzgadas por una cuestión o por otra. Es el derecho a entrar en tu vida de forma constante por unos y otros. Y es la ausencia de derecho, desde el otro lado, a tener una vida realmente propia. El detalle de que pensaran que era "cristiana" le había salvado de presiones y de ahí que la felicitaran por su "conversión" el día que la vieron con un velo.
Sara no creía que sus creencias religiosas fueran más intensas o más vívidas por vestirse de una manera o de otra. Ni más ni menos. La auténtica hipocresía social es el fariseísmo de las apariencias, sobre la que gira una parte  del problema. La otra parte es la voluntad de intransigencia, el sentir el poder de controlar las vidas de otras personas desde esa tribuna pública que les hace parecer más virtuosos que los demás por señalar con el dedo a otros. Ese es el auténtico veneno social.


Cuando Sara dice que las mujeres tienen más libertad en Kuwait que en Egipto está tocando un punto sensible y es que esa vanidad soberbia sigue intentando mantener la imagen de estatus moderado y liberal cuando lo que hace es avanzar hacia un aldeanismo intransigente. Todos los indicadores respecto a la cuestiones de género trazan un mapa desastroso para Egipto, un mapa en el que no se reconocen y, por supuesto, es una invención porque nadie protege a las mujeres más que ellos, las defiende mejor y las valora y respeta más. Pero las cifras dicen otra cosa.
Hace un par de días, el diario Egyptian Streets titulaba "Calls to Establish Tribunal for Women’s Abuse and Harassment in Egypt" y señalaba:

In an effort to crackdown on violence against women and sexual harassment, the National Council of Women has proposed the establishment of special tribunals and judicial departments.
According to Ambassador Mervat Al-Tellawy, the Persident of the NCW, the proposed tribunals are part of a strategy has been formulated to tackle violence against women.
This strategy, said the Ambassador, will be announced in the presence of non-governmental organizations, women’s movements, representatives from 12 ministries and Egypt’s Prime Minister Ibrahim Mehleb in the coming days.
In statements to Youm7, Ambassador Al-Tellawy said that the strategy includes the issuance of a new legislative instrument that would aim to punish crimes of violence against women. Currently, for example, Egypt’s law does not consider forced anal penetration as rape.
The Ambassador hopes to expand the definition of violence against women in the law to include both mental and physical violence, adding that a proposed definition of violence is “any existing act on a human being, whether physical, sexual or psychological or an act causing suffering to women or girls, or the threat of such acts, whether or not they take place in the public or private sphere.” The Ambassador added that the NCW will aim to clearly include domestic violence as a form of a punishable crime.
In regards to the difficulties faced by women reporting cases of sexual violence and harassment, the Ambassador said that a main focus of the strategy would be to implement tribunals that would deal specifically with cases of violence against women, including sexual harassment, which in Egypt 99 percent of women face.
The establishment of such a tribunal, the NCW said, would occur in a short period of time.**


Los anuncios se suceden una y otra vez ante el escándalo de la inacción. Ha pasado el tiempo desde que el presidente Al-Sisi fue a saludar a una víctima de agresión sexual al hospital en el que se encontraba ingresada. La foto quedó para el recuerdo, poco más. Otros han ido un poco más para atrás y recordaban hace unos días el apoyo pasado del actual presidente a los exámenes de virginidad realizados por los militares a las manifestantes en los días de la revolución del 25 de enero en Tahrir. Una garantía para sus familias, se decía oficialmente entonces. Los ataques contra las que deciden ir sin velo son frecuentes no solo en lo personal, sino como forma general, desacreditándolas dentro de una estrategia global de difamación. En esto Egipto, evidentemente, no tiene la exclusiva y forma parte de una estrategia general de control que va desde Turquía, con la vuelta a velo de Erdogan, a la presunta reforma nacionalista de la religión, guiada por eruditos, proclamada por El-Sisi. La islamización controlada frente a la islamización radical parece que es la alternativa, pero eso acaba con las aspiraciones reformista y modernizadoras de muchos otros que reclaman libertades y desean el respeto de sus derechos. En la ilustración recogida abajo en el blog de Maryam Namzie, se muestra el "pequeño cerebro" de la mujer sin velo y el "grande" de la mujer con velo. Podemos establecer leyes, pero la presión social trabaja de otra manera.


La estrategia del más allá del velo, como la hemos calificado, considera que la cuestión de velo es solo parte de una forma más amplia de dominio de las mujeres, una forma de ejercer ese poder patriarcal que se escuda en la religión, la familia o cualquier otra institución de autoridad para controlarlas. Ahram Online reintroduce la estrategia a través de nuevas voces sociales en esa dirección crítica:

In Egypt, women are not usually free to wear what they want, states Dalia Abd El-Hameed, Gender and Women's Rights Officer at the Egyptian Initiative for Personal Rights (EIPR).
"For instance, an upper-class lady could be given hard time for wearing a veil because it's not very suitable for her social circles. That happens a lot and could affect the way a woman wants to dress.
"On the other hand, girls in rundown districts after a certain age would have to wear the hijab as per communal traditions. If not, she could suffer dire consequences in school, at home, or in the street.
"Women are not free to wear what they want and I'm glad this topic is brought to public discussion these days," Dalia opines, seeing the debate around the hijab as an impetus to female emancipation.
"Many factors control how women dress in Egypt," she explains. "Social class, workplaces, places of residence, families, among other elements affect how a woman dresses.
"These are layers of authority imposed on women's bodies, and that makes talking about how free women are to dress how they want relatively meaningless.
"In some cases, physical violence could be the price of challenging these authorities."*


La descripción general se ajusta a ese principio de autoridad que se instala en cualquier institución o grupo y extiende su dominio sobre las mujeres, Cualquier se puede convertir en juez de lo que hace. Habrá jerarquías de jefes, pero todos tienen autoridad sobre la mujer en ausencia de los otros. Cualquier se puede acercar a ti y decirte "te hablo en el nombre de tu padre ausente, como si fuera él" y recriminarte tu vestimenta o tus acciones o ideas.
Las trampas del control resaltan en otro de los casos que se escuchan últimamente en los medios: la prohibición de entrar en ciertos locales comerciales, bares y restaurantes, a las mujeres con velo. Una primera lectura de este hecho desconcierta. Si se les presiona para que lleven el velo, ¿por qué después se les impide entrar en ciertos espacios? Lo que parece una contradicción es, por el contrario, lo que ilumina la raíz del problema. No se les deja entrar para "protegerlas", es la respuesta. Pero ¿qué están protegiendo realmente? Su propia imagen, no la de la mujer a la que se excluye. Aquí el hábito si hace al monje y la seda transforma a la mona, al menos a los ojos del único que importa: el que mira y juzga.


Primero se alaba la "virtud" del velo y después es misma "virtud" implica que como mujer virtuosa no debe estar en esos lugares que se han creado para que otros, los "no-virtuosos", pecadores e infieles, vayan. Esta especie de "double-bind", por usar el término de Gregory Bateson, deja al descubierto la manipulación excluyente: el velo te hace virtuosa y las personas virtuosas no entran en los locales no virtuosos, pero rentables para los que los gestionan. Los hombres no tienen ese marcador externo (tienen otros) y no les crean ese problema a los propietarios, el que alguien les digan que están pervirtiendo mujeres y alejándolas de su religión. La hipocresía social es que las mujeres sin velo pueden entrar en esos bares porque ya están "perdidas", nadie se escandaliza, mientras que las que llevan velo dejan en evidencia a los puritanos virtuosos, que se aseguran, entre otras cosas, de que sus hijas no serán recibidas en esos lugares. Las que van sin velo, en cambio, sí pueden entrar porque pueden pasar por "cristianas" o de cualquiera otra fe cuyo destino o moralidad les trae al fresco obviamente y que siempre serán inferiores y carne de pecado. Lo importante de este caso, dirán las teóricas del feminismo, es que quien pone las reglas es siempre el mismo.


El artículo de Ahram Online se abre con una cruda fotografía, un selfie hecho por una chica egipcia en el espejo de su baño. Nos muestra el estado de su cara, con un ojo fuertemente hinchado. La foto apareció el lunes en su página de Facebook y se ha convertido en viral:

A photo of a young woman with a swollen eye and bruises on her cheek went viral on social media on Monday. She was allegedly assaulted for taking off her hijab three months ago.
A Facebook account named Nehal Kamal, the girl in the photo, says the injuries were the price of taking off the veil. She did not go through details and was not available for further comment.
"The one who wants to take off [the hijab] is not as untroubled as the one who wants to put [it] on," says Nehal, who identifies herself on Facebook as an interior designer, vocalist and actress.
"This is part of what happened to me when I decided to take off the hijab and only today [Monday] I felt enough courage to post this photo," she says in the public post.
In a later post, she explains that she uploaded the photo because "lately there was a mass call to take off the veil."
Many people reacted by saying every woman can just wear or not wear what she wants, Nehal goes on, "as if we live in a country that backs freedoms... as if whoever takes off the veil would live in peace."
"People need to know what we're living in our country and that there is no human, a boy or a girl, who does what they want.*


Ha sido la polémica de la convocatoria pública para que aquellas que lo deseen se sientan respaldadas por una parte de la sociedad, lo que ha hecho que Nehal dé ese paso difícil de publicar la fotografía en su página de Facebook. Eso la pondrá en el punto de mira de muchos, pero también ha recibido el respaldo de otras muchas personas. El contador de Facebook le da el respaldo de casi 5.000 apoyos y se ha compartido más de 2.000 veces. Con el nuestro cuenta ya.
La hipocresía religiosa actúa siempre de la misma manera sea cual sea su fe: los hombres se sienten intérpretes de la divinidad, de sus deseos, y brazos ejecutores de sus castigos. De esa manera muchos se siente poseídos, como el Ion platónico, de una fuerza divina que les posee en esos momentos en los que la furia les sale en forma de insulto o de ataque violento. No se arrancan su ojo escandalizado sino que procuran saltar el ajeno a base de dedo acusador. Les es más cómodo y productivo. Les pone.
La frustración social y personal, el desengaño, están empezando a aflorar en Egipto. Tras todos los cambios que se han vivido desde la caída de Mubarak, cambios radicales en participantes, solo ha quedado una cosa clara: que no se avanza en las libertades que se reclamaron en 2011 y que se retrocede en otras. Uno de esos retrocesos es el caso de las mujeres, que reclaman una y otra vez el derecho a decidir sobre ellas mismas y su futuro.

Creo que veremos más desafíos, más pérdidas de miedo para dejar en evidencia la intransigencia creciente, nacionalista y religiosa confundidas interesadamente. La imagen de Nehal ante el espejo, con su cara hinchada por el golpe que le dieron, es la imagen de un Egipto que ha decidido no esconder más sus heridas y enfrentar al conjunto de la sociedad a su propia imagen en el espejo. Ha tenido un gran valor y su gesto está lleno de significado. Sabe a lo que se arriesga, pero también que necesitaba dar salida a los sentimientos que habrá tenido en este tiempo tras la agresión. 
La convocatoria de Sherif Shobashi tenía ese objetivo, hace aflorar una cuestión que por miedo a la represión se está viviendo de forma interna de forma angustiada. La foto, como muchas otras situaciones, muestra que hay una violencia, nacida de ese autoritarismo intransigente disfrazado de virtud, que se ejerce contra la mujer y que es imposible negar. La misma llamada del Consejo Nacional para las Mujeres lo confirma. No es una maniobra extranjera, otra conspiración occidental, como algunos piensan y les gusta señalar para esconder sus intenciones. Es, sencillamente, el resultado de dejarse llevar por el autoengaño negando los problemas o disfrazándolos para convertirlos en caricaturas de los problemas reales.
Las mujeres son un elemento esencial en la transformación de Egipto porque mientras no se vean de otra forma y se reconozcan sus derechos y se respeten sus decisiones, no podrán proclamarse grandes principios, pues se incumplirán los básicos. No hay un Egipto con futuro sin que las mujeres puedan decidir sobre el suyo propio y el de todos. Lo demás es pura retórica, cantos ajados y manidos que encubren las mentalidades inmovilistas y autoritarias.


Ahora, mientras termino de escribir escucho las canciones de Nehal y me siento lleno de alegría porque pienso que nadie va a callar su voz. Pienso que se respeta a sí misma y que no han conseguido, ni con violencia ni con intimidación de cualquier tipo, evitar que salga la realidad de lo que ocurre. El primer paso para el respeto siempre es demostrar que no se tiene miedo. Y para hacerlo la ayuda y compresión de los demás es importante. Cada foto reproducida de su cara hinchada por los golpes es una llamada a las puertas de la conciencia individual y ayuda a establecer la solidaridad necesaria.
Algunos utilizarán la foto para lo contrario: para hacer ver a sus hijas o hermanas lo que le ocurre a quien se quita el velo. De hecho esa parece la intención de algún medio, que no se atreve a tomar posiciones ante la convocatoria de Choubachi y deja caer así su mensaje. Pero quienes miran esa cara hinchada por los golpes saben que no ha sido la mano de Dios, sino el puño del hombre, que golpea y aprieta para evitar que su víctima salga de su dominio cruel.

"The woman's voice is a revolution"
Pero Nehal es el futuro de Egipto y el Egipto con futuro. No porque lleve el velo o no, sino porque ha sido capaz de vencer su miedo y actuar como ella pensaba que debía hacerlo. La obstinación que en muchos es intransigencia y vanidad, en ella es defensa de sus derechos. Ella solo reclama poder vivir según su criterio. Ella, una vez más, es egipcia. Y que diga lo contrario, miente.



* "Veil or no veil, Egyptian women are often stigmatised, or worse" Ahram Online 28/2015 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/151/128817/Egypt/Features/Veil-or-no-veil,-Egyptian-women-are-often-stigmati.aspx
** "Calls to Establish Tribunal for Women’s Abuse and Harassment in Egypt"
Egyptian Streets 26/04/2015 http://egyptianstreets.com/2015/04/26/calls-to-establish-tribunal-for-womens-abuse-and-harassment-in-egypt/





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