martes, 7 de abril de 2015

Los desafíos

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Una de las cosas que suelo decir a los alumnos en esas primeras clases introductorias de cada curso es que la Ciencia no es más que la sistematización de la curiosidad, es decir, la aplicación metódica de nuestra capacidad de fijarnos e interrogarnos sobre aquello que nos llama la atención. El diario El País, bajo el titular "Los bebés aprenden de lo inesperado", no viene a decir lo mismo en su resumen del estudio publicado por dos psicólogas norteamericanas en Science:

Pocas cosas estimulan más a un científico que un hecho inesperado, porque los datos que no encajan en la teoría vigente suelen señalar el camino hacia una teoría mejor. Así progresa la ciencia. Y también así es como aprenden los bebés, según un bello y eficaz experimento de las psicólogas Aimee Stahl y Lisa Feigenson, de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (EE UU). Los niños de 11 meses se aburren con los objetos que se comportan de forma predecible, como una pelota que rebota en la pared, y centran su atención en los que violan las expectativas, como una pelota que atraviesa la pared. En cierto modo, los bebés reproducen la historia de la ciencia.*


No sé si reproducen la "historia" o solo su mecánica. Lo que comparten científicos y bebés es que son humanos y como tales se comportan. La curiosidad no es privativa de los humanos, pues todos los seres vivos tratan de detectar la variaciones en su entorno, es decir, aquello que se comporta de forma diferente a como debiera. Frente a las respuesta más sencillas de los organismos menos complejos, los seres humanos tratamos de comprender el por qué de esos fenómenos para reducir lo inesperado encontrando explicación a lo que desconocemos.

La Ciencia es la respuesta humana a la supervivencia. Gracias al conocimiento que vamos acumulando y depurando desde los orígenes de nuestra historia, hemos podido vencer las dificultades de nuestro medio y convertirnos en los seres que somos hoy. Frente a otras estrategias de supervivencia, la nuestra ha sido la "inteligencia", que significa "entender", "comprender" lo que nos rodea y a nosotros mismos, también focos de peligro. Hemos conseguido imponernos al entorno mediante nuestra inteligencia. Nuestra comprensión del mundo, de sus reglas y componentes, nos ayuda a controlarlo. Por  "ciencia" entendemos toda una serie de procedimientos y requisitos para poder obtener un conocimiento válido y pasar de lo desconocido a lo conocido mejorable.
Para ello el lenguaje ha sido un elemento fundamental. Nos permitió dar un salto inmenso: podemos aprehender simbólicamente el universo, traducirlo a signos para operar mentalmente con él. No es solo el lenguaje verbal. Somos capaces de desarrollar otros lenguajes para mejorar nuestra capacidad de reducción simbólica del mundo. Las matemáticas son un lenguaje, pero hay otros con los que somos capaces de afinar nuestros razonamientos y aumentar la comprensión. Vamos inventando lenguajes artificiales conforme los necesitamos. El arte mismo, en todas sus variantes, son lenguajes. Además de comprender, los lenguajes nos permiten compartir, que es el elemento mediante el cual hemos vencido al tiempo. El conocimiento que obtenemos es información que se almacena y transmite. La Ciencia incorpora los mecanismos para asegurarse la actualización del conocimiento mediante su revisión constante para filtrar los errores y llenar los huecos de incertidumbre que quedan.


Las investigaciones sobre el cerebro muestran que la curiosidad cumple un papel muy importante en la búsqueda de nuevas informaciones ante los desafíos. Sci-News recogía el resultado de unos estudios realizados en 2014 en la Universidad de California sobre la curiosidad y la memoria:

The participants were also better able to retain the information learned during a curious state across a 24-hour delay.
“Our findings potentially have far-reaching implications for the public because they reveal insights into how a form of intrinsic motivation – curiosity – affects memory,” said Dr Matthias Gruber, who is the first author of the paper published in the journal Neuron.
“These findings suggest ways to enhance learning in the classroom and other settings.”
He added: “curiosity may put the brain in a state that allows it to learn and retain any kind of information, like a vortex that sucks in what you are motivated to learn, and also everything around it.”**


Nuestro cerebro maneja mejor la información, en términos de recuerdos, cuando se encuentra estimulado por la curiosidad. La curiosidad es un estado receptivo, abierto al aprendizaje.
La BBC se pregunta en sus titulares: "¿Vale la pena invertir miles de millones en investigaciones sin aplicaciones "prácticas" como las del Gran Colisionador de Hadrones?" haciéndose eco de aquellos que critican los grandes proyectos científicos. Señala el autor del artículo, David Shukman, su editor de Ciencia, recogiendo las quejas:

En su opinión, la humanidad se enfrenta con una larga lista de amenazas inmediatas y severas que merecen el mismo tipo de inversión que las investigaciones del CERN.
Escuché comentarios similares el día en que la nave Rosetta logró su histórico encuentro un cometa que estaba más allá de Marte.
Alguien me preguntó qué beneficios para la humanidad traería el conocimiento que la sonda pudiese obtener.
Y una respuesta es por razones prácticas: si un cometa se acerca hacia nosotros, sería bueno saber de qué está hecho y cómo podemos desviarlo.
Otra es que seguramente permitiría satisfacer nuestra curiosidad sobre si los cometas fueron los que trajeron agua a la tierra o incluso la vida.
Pero la respuesta más contundente es que generaciones previas sólo pudieron observar a los cometas con asombro y miedo, mientras que puede que nosotros seamos los primeros en entenderlos.***


La distancia del "asombro y miedo" al conocimiento científico es la que media entre un mundo incomprensible y un mundo que puede ser descrito y explicado, comprendido, en muchos de sus fenómenos. Puede parecer que la respuesta de Shukman ante la amenaza de un cometa es rebuscada o demagógica, por más que no sea una fantasía. Pero puede sustituirse el cometa por el ébola o cualquier otra amenaza presente ante la cual nuestra única defensa proviene de la Ciencia y de su traducción a acciones y remedios del conocimiento obtenido. Es ese conocimiento de cómo funciona la naturaleza del que podemos extraer las estrategias necesarias para vencer esta y otra enfermedad. Lo que antes era destino inapelable, ahora es desafío a nuestra capacidad de entender.
"Asombro y miedo" es la respuesta temerosa ante los dioses, temor y temblor. La Ciencia ha aprendido a ser modesta precisamente por la conciencia de los retos que se tienen delante. Sí, vale la pena invertir en conocer; es una respuesta realmente contundente. Es en la Ciencia básica en donde se establecen las fronteras, los grandes desafíos que servirán para vencer en muchos otros.


Por eso es preocupante ver cómo se mata esa curiosidad, como se embotan los sentidos, saturados de estímulos que se responden mecánicamente. Se nos repite que debemos ser creativos, abiertos, etc., pero apenas se hace nada para estimular esa condición del ser humano, al que se le somete, por el contrario, a un condicionamiento reductor. Hay gente a la que se cuesta pensar, que ha perdido esa capacidad de ver y detectar desde la curiosidad. Hoy no nos preguntamos por muchas cosas y llevamos mal que se nos pregunte demasiado. Nos interesan las personas creativas en los lugares justos. Y ni una más.
Nuestro mundo se hace de rutinas y confundimos las inquietudes con los deportes extremos. No hay deporte más extremo que la vida misma si se piensa como un desafío a la inteligencia. Vamos apagando poco a poco la capacidad de sorprendernos y la sustituimos por la exigencia de la distracción. No solo los bebés aprenden de lo inesperado. Todos pueden aprender de lo nuevo si no han perdido antes la capacidad de percibirlo.



* "Los bebés aprenden de lo inesperado" El País 2/04/2015 http://elpais.com/elpais/2015/04/02/ciencia/1427988022_888941.html
** "New Study Provides Insight into How Piquing Curiosity Changes Our Brains" Sci-News.com 3/10/2014 http://www.sci-news.com/othersciences/neuroscience/science-piquing-curiosity-changes-brains-02189.html

*** "¿Vale la pena invertir miles de millones en investigaciones sin aplicaciones "prácticas" como las del Gran Colisionador de Hadrones?" BBC 6/04/2015 http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2015/04/150330_ciencia_experimentos_practica_colisionador_lp





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