Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Si uno
aprende algo leyendo a los grandes maestros de la novela es que la autenticidad no está en las grandes palabras,
sino en los pequeños detalles. Son las pinceladas hechas muchas veces sobre la
marcha, más expresivas que las del engolado retrato oficial, en donde no se ve
a la persona sino su vanidad.
Puede
que el ministro egipcio de Cultura llevara preparadas grandes palabras en su
visita sorpresa al museo dedicado al pintor Mahmoud Said en Alejandría, pero se encontró con lo
inesperado y es en esas reacciones cuando se descubre el fondo de las personas.
El Daily News Egypt lo contaba así:
“If you have any problem with government
centralism, I have a problem with fat employees [like you],” Culture Minister
told employee Azza Abd El-Moneim leaving her in disbelief.
It was a normal working day when Abd El-Moneim,
who works as a curator at the Mamoud Sae’ed Museum, discovered that Minister of
Culture Abd El-Wahed El-Nabawy was visiting the museum in a surprise field
tour.
“He began asking me about several things at the
museum, and I answered them all without any problem,” Abd El-Moneim said.
When the minister asked if the employees face
any troubles at their work, Abd El-Moneim, who holds a Masters degree in
sculpture, answered back that she is facing an issue regarding a salary
increase as per the law.
Surprisingly, he responded that he has a
problem with me being overweight, according to Abd El-Monaim.*
La sorprendente forma de responder del ministro de Cultura refleja
el desprecio por la persona y la soberbia del político que cree que puede
tratar a las personas como le apetezca. El insulto fue más allá de esa primera
respuesta sobre la obesidad. Como es característico de este tipo de
personalidades, buscó la complicidad de todos los que le rodeaban para cebarse
en el insulto a la conservadora del museo. Este maltratador, pues no es otro
tipo de personalidad, logró formar un coro de risas alrededor de su víctima:
“I told him that I’ve been working for seven
years now, and no one ever told me it’s one of the criteria of the job,” she
added. He looked at the manager of the museum, who is also over weight, asking
her to “make Azza climb the stairs at least 20 times a day, then she might lose
some of her extra weight”, amidst the loud laughter and giggles of the people
around.
“I’m offended, broken and deeply hurt from his
words,” she said tearfully. “This is the meaning of pure sexism. I was judged
upon my appearance.”
After completing his tour, before entering his
car, the minister looked at Abd El-Moneim with a smile and told her in a very
loud voice: “Keep [walking] rounds in the garden as we agreed Azza,” according
to Abd El-Moneim.
“I won’t lose any weight,” she answered back.
“I love myself the way I look like.”*
Entrada del museo Mahmoud Said en Alejandría |
El incidente tiene, efectivamente, todos los requisitos del acoso
laboral, con la excepcionalidad de ser el jefe el ministro visitante. Pero, ¿se
tomarían en serio la "orden" del jefe de hacer subir y bajar las
escaleras veinte veces diarias a la funcionaria? De no ser por el escándalo, yo
no estaría seguro de que se lo tomaran como una broma.
Las risas contra su compañera por las "gracias"
del ministro prepotente pueden transformarse en miedo y siempre habrá alguno
que piense que es mejor prevenir que curar. La cobardía no suele cambiar de un día
para otro. Y las risas de respuesta rápida se irían transformando en una
incomodidad con la compañera que podría complicarse cuando ella les pida
explicaciones por su falta de apoyo y complicidad con el insultante ministro.
Pero esto son especulaciones. Lo real es que ella no se amedrentó e hizo
público en su página de Facebook lo que había ocurrido. Señalan en Egypt Independent:
On her Facebook page, Abdel
Moneim, a curator at the museum, said Nabawy made fun of her weight when she
approached him for a request
related to her job grade and salary.
“I have a problem with fat employees,” Abdel
Moneim quoted the minister as saying in response to her request. “Let her go up
and down the stairs twenty times a day to lose weight,” he told the museum’s
director who, according to the demoralized curator, joined him in quipping.**
Su denuncia no solo es contra el ministro sino contra el
director y sus compañeros, que no fueron capaces de enfrentarse y la
convirtieron en objeto de burla.
El caso tiene varias derivaciones. Por un lado está la
cuestión laboral, pero también las asociaciones de mujeres han tomado cartas en
el asunto:
“The insult and ridicule Azza was subjected to
was clearly verbal harassment that should not escape accountability,” New Woman
Foundation said in a statement which dubbed the incident “a flagrant example of
the derogatory view of women in the workplace.” **
En un país donde el acoso sexual es un mal que afecta a más
del noventa por ciento de las mujeres, que dicen haberlo sufrido en distintas
variantes, la actitud del ministro es un muy mal ejemplo. El presidente Abdel
Fatah El-Sisi consideró que hacer una visita a una víctima en un hospital era
un gesto suficiente. Pero claramente no lo ha sido eso se ha podido percibir
por los casos posteriores. Las visitas con fotos están muy bien, pero hay que
elegir personas con más sensibilidad que el ministro para transformar ese
aspecto del país. No tiene Egipto mucha suerte eligiendo ministros o no
consideran que burlarse públicamente de una funcionaria por su peso sea un problema.
The Cairo Post
añade algunos datos sobre lo ocurrido en la salida del ministro y las reacciones
posteriores:
And at the end of the visit, the minister did
not forget to call her name again and told her “take a round in the garden to
lose weight as we agreed.” She added “I found myself telling him out loud, ‘No
I am happy with myself and I will not lose weight; I hope you are happy as
well.’”
She said she received a phone call from the
minister where he clarified his remarks as was for “cheering up” the atmosphere
after he came in a surprise visit.
Abdel Moneim’s Facebook post has attracted over
12,000 likes, as well as gained huge support by social media users who condemned
the minister’s attitude, while some called for his resignation.***
Las autoridades egipcias están valorando el peso de las
personas de forma constante. La muerte a tiros de la activista Shaimaa al
Sabbagh se debió, según el forense jefe del Ministerio, a su "delgadez",
que había marcado su destino, lo que supuso un gran escándalo político y su
cese. Si hubiera estado más gruesa, habría salvado su vida, decían; culpa suya,
pues. Ahora, desde otro ministerio, se preocupan por el exceso de peso de una
funcionaria y la quieren tener subiendo y bajando escaleras. Por una cosa o por
otra, el destino está manos de los que mandan.
El ministro es uno de los relevos del gabinete que le
presidente realizó hace poco más de un mes. Parece probable que su visita sea una
primera toma de contacto con los organismos que dependen de su ministerio, como
es el museo en Alejandría. El ministro es profesor de Historia en la
Universidad de Al-Azhar y ha ejercido cargos en organismos relacionados con los
archivos. Dio clases dos años en Qatar y regresó en 2010 para dirigir la Biblioteca Nacional hasta que fue
destituido por la llegada de los islamistas y repuesto en el cargo cuando se les expulsó.
Su perfil técnico y político es previo a la revolución. En la información que se distribuyó cuando su nombramiento, se recogía: «In a phone call to CBC satellite channel, al-Nabawy said the ministry
will play a role in raising awareness, and supporting films that highlight
patriotism and nationalism.» Es el "retrato" grandilocuente que hay después que contrastar con estos apuntes del natural como lo reflejado en el incidente del museo de Alejandría. Desde
luego empieza con muy mal pie.
Azza Abd El-Moneim hizo lo que tenía que hacer: no consentir
los insultos y las humillaciones por parte de un ministro prepotente y pretendidamente chistoso. Ahora, frente a los retratos y fotos oficiales de cordialidad y eficacia, se tiene ese apunte del natural que revela lo que el poder de los cargos libera en algunos. Patriotismo, nacionalismo y abuso y maltrato laboral y humillación personal. Azza Abd El-Moneim ha visto con tristeza que se siguen riendo las gracias al poderoso en detrimento de la compañera de trabajo. El ministro es el responsable, pero los compañeros que le rieron la broma tienen la suya.
*
"Minister of Culture does not approve of ‘fat employees’" Daily Egypt
15/04/2015 News
http://www.dailynewsegypt.com/2015/04/15/minister-of-culture-does-not-approve-of-fat-employees/
** "Women
rights organization slams minister’s humiliation of stout employee" Egypt
Independent 15/04/2015
http://www.egyptindependent.com//news/women-rights-organization-slams-minister-s-humiliation-stout-employee
***
"Complaint against Minister for fat-shaming comment" The Cairo Post
15/04/2015
http://www.thecairopost.com/news/146353/news/complaint-against-minister-for-fat-shaming-comment
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