Joaquín Mª Aguirre (UCM)
En el rosario de despropósitos que se va formando con los
casos de políticos cuyo sentido de la política se aleja de lo que dicen los más
relajados pensadores del ramo, ha destacado estos días el del concejal del PNL —que
no es de la Programación Neurolingüística, como pensé inicialmente, sino del
Partido Nacionalista de Lanzarote— Don Pedro de Armas, del ayuntamiento de
Arrecife.*
Para quienes no lo sepan, el concejal micronacionalista ha
causado escándalo general al desaparecer de su puesto durante cuatro meses, que
son los que lleva montado en su barco haciendo regatas por el Caribe o, según apuntan otros, intentando vender el barco.
Su última
asistencia a un pleno fue en diciembre y el ocho de enero salió rumbo a la
Martinica. Se defiende, en la distancia, desde Miami, a golpe de teléfono, de
las acusaciones y reproches que le hacen calificándolas de “mezquinas”. Al
señor de Armas le parecen así las medidas tomadas por el ayuntamiento, como
airear sus facturas de móvil, que paga el consistorio, o que se haya
prescindido de la secretaria que lleva tiempo cruzada de brazos porque él se
encuentra al timón, no de su municipio, sino del barquito con el que surca los
mares compitiendo bajo bandera española por los mares piratas del Caribe. Las explicaciones dadas son o muy claras o muy confusas, según se conozca la política local:
“Me parece barriobajero y de
gente ruin lo que han hecho. Ella era personal de confianza del alcalde,
secretaria de una formación política llamada PNL [en la oposición] y no
secretaria de Pedro de Armas”, aseguró el político.**
Que la secretaria de la oposición sea personal de confianza del alcalde y que la "oposición" esté navegando por el caribe, debe ser una situación con la que cualquiera que esté al frente de un ayuntamiento debe soñar. ¡Ay los sitios pequeños! Dicen
en el ayuntamiento que no saben cuándo tiene Don Pedro pensado regresar, que
salió para un mes y que los vientos son muy suyos, imprevisibles, que ancho es el Mar de los Sargazos y siniestro el Triángulo de las Bermudas. En 2003 estuvo un año sin aparecer, sin que nos aporten más datos. ¡Islas afortunadas!
Él se defiende, claro, y dice cosas como que un funcionario le comentó
que él era de los que menos gastaban en teléfono y, para él, la palabra de un
funcionario es sagrada. Argumenta en su defensa algo que me deja perplejo:
De Armas echó mano de su
"ignorancia con la tecnología" para justificar el hecho de que su
teléfono móvil que, según él, dio a su hijo junto con su iPad el pasado 1 de
abril para que los entregara en el Ayuntamiento, facturara un gasto de 1.200
euros hace un mes por uso de la línea con cargo a las arcas municipales.
"Mi intención es devolver el gasto ocasionado por mi error", indicó.**
Si le dio el teléfono a su hijo para que lo devolviera,
pasados varios meses de navegación, y el teléfono sigue facturando, la única
explicación “tecnológica” es que al concejal le ha salido otro nacionalismo en casa.
Don Pedro, concejal y navegante, desconocedor de las
tecnologías, es un ejemplo más del descontrol —y de la desvergüenza, señalarán
algunos— con los que una parte de la clase política, que habría que empezar a
llamar “casta”, afronta el servicio público. No se trata de que se devuelvan
1.200 de factura, de que haya estado cobrando su sueldo desde que desapareció
de las aguas costeras para adentrarse en la mar océano, se trata de que un
político debe estar allí dónde ha sido elegido por el principio tautológico de
que ha sido elegido para estar allí. Quizá debería presentarse a concejal en
Miami y crear el PNM o Partido Nacionalista de Miami. Aunque es probable que
algunos meses después estuviera por aguas canarias. Ya lo decía Baudelaire:
¡Hombre libre, siempre amarás el mar!
E igual de libre
se encuentra otro viajero, el ya ex consejero de Salud de la Junta de
Extremadura. Sin necesidad irse hasta Miami, Francisco Javier Fernández
Perianes, médico oftalmólogo, tenía una consulta en la ciudad portuguesa fronteriza
de Elvas, a un tiro de piedra de su residencia. La ley de incompatibilidades
regional impide que un Consejero, cargo importante, desarrolle actividades de
este tipo. Quizá pensó el señor Perianes, al que todo el mundo pondera por su
dimisión rápida, que el hecho de encontrarse en territorio portugués le
permitía hacer el trabajo que la ley le impedía realizar en territorio español.
El caso de Fernández Perianes, por más que no abandonara su
puesto político dimientdo, tiene un matiz incluso peor frente al descaro caribeño de
Pedro de Armas. Si ha montado esa consulta con la única finalidad de seguir
desarrollando su trabajo lejos de las miradas de los fiscalizadores de
incompatibilidades, está claro que existía un afán de ocultación que revela la
conciencia clara de la incorrección de lo que estaba haciendo. Mi perplejidad,
como en el caso anterior, se vuelve a manifestar cuando leo:
A preguntas de los periodistas,
el consejero ha asegurado que «no sabía» que su consulta se anunciaba en un
periódico local de Elvas, respecto de lo que ha rehusado ofrecer más detalles
porque «no merece la pena». Únicamente ha apuntado que «todo médico, es médico
las 24 horas del día».***
Los anuncios no se ponen solos. Si el señor Fernández Perianes es un “adicto a la consulta
oftalmológica”, como otros son cleptómanos, debería renunciar a la política, a
menos que sea adicto a varias cosas a la vez, que en el corazón de la gente generosa
hay espacio para muchas devociones, aunque el día tenga solo 24 horas, como se
lamenta con razón el ya ex consejero de Salud.
La apelación al “juramento hipocrático” que el señor
Fernández Perianes hace, como en el caso de la apelación a la “ignorancia
tecnológica”, me resulta también insólita:
Fernández Perianes ha aseverado
que ha presentado su dimisión «con la conciencia bien tranquila» por sus
actuaciones al frente de la Consejería de Salud y Política, con «el mayor de
los orgullos y con fidelidad siempre al juramento hipocrático».***
Nadie le ha obligado a renunciar al juramento hipocrático, en
el que se dice “pasaré mi vida y ejerceré mi profesión con inocencia y pureza”—.
Nadie le ha obligado a ser Consejero de Salud, que yo sepa. Y eso le liga a
otro juramento, el de su cargo público, y a respetar las leyes específicas que
lo rigen, entre ellas la que determina la incompatibilidad de su otra actividad,
la profesional. O lo uno o lo otro. Nadie duda de sus cualidades como político
y oftalmólogo, pero no puede ejercer ambas a la vez. Es la ley. El resto es poesía.
Es bueno que se den a conocer estos casos —hay otros más
sobre la mesa— para que se vaya poniendo coto a tanta indiferencia por parte de
unos y abuso por parte de otros. La política debe ser una
vocación de servicio al ciudadano. Si uno se dedica a ella, no puede alegar su
pasión por las regatas o por pasar consulta clandestina tras la frontera para
burlar controles. En los dos casos, los afectados se muestran sorprendidos y
airados por las respuestas mediáticas y ciudadanas de sus acciones. No ven nada
reprochable; lo ven normal.
Se nos queda cara de tontos. O son muy simples o creen que
los simples son los demás.
* "Un concejal lleva cinco meses sin pisar el
Ayuntamiento por estar navegando por el Caribe". Antena 3 09/05/2012
http://www.antena3.com/noticias/espana/concejal-canario-lleva-cinco-meses-pisar-lugar-trabajo-irse-viaje-caribe_2012050900200.html
** “De Armas califica de ´mezquino´ el cese de la secretaria
del PNL” La Provincia http://www.laprovincia.es/lanzarote/2012/05/10/armas-califica-mezquino-cese-secretaria-pnl/456499.html
*** "Dimite el consejero de Salud por pasar consulta
privada en Portugal" ABC
9/05/2012
http://www.abc.es/20120509/espana/abci-dimite-perianes-consulta-201205091143.html
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