jueves, 30 de abril de 2015

La tormenta intransigente

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Puede que sea un efecto óptico producido por los medios y su política de concentración para llamar la atención, pero parece que el mundo se encamina hacia una época intransigente. Miremos hacia dónde lo hagamos, lo que se percibe es un creciente sentimiento negativo en esa dirección. Incluso está empezando a estar mal visto hablar contra ella, pues se confunde con una especie de ira que encuentra su justificación en los agravios que hunden sus raíces en la noche de los tiempos.
Me entero esta noche que el gobierno de Hungría está pensando seriamente plantear la pena de muerte en el país. No tiene bastante con el racismo y la xenofobia el señor Orbán y ahora quiere la pena de muerte. El que no la quita es el gobierno iluminado de Indonesia, que ha ejecutado a los que tenía pendiente. No ha accedido a conmutar las penas atendiendo a las peticiones de los países cuyos ciudadanos estaban en el corredor de la muerte esperando a que los fusilaran, algo que se ha hecho ya.


Egypt Independent ya no nos trae la noticia de la joven egipcia golpeada por quitarse el hijab. La noticia ahora son los ataques "reaccionarios" que ha sufrido en su página de la red social. A muchos les parece bien y creen que quien haya sido se ha quedado corto. Les hubiera apetecido una lapidación o un linchamiento popular, como el de la pobre Farkhunda en Afganistán, a instancias de un timador que no soportó que la mujer le recriminara su estafa a los creyentes vendiéndoles amuletos de la fecundidad. Los "creyentes", casi un millar, le agradecieron el favor linchándola y quemando su cuerpo en el lecho seco del río, donde van a parar las basuras. También hubo muchos que se ufanaron en las redes sociales sobre lo valiente y justo de la acción.


Es deprimente leer los comentarios que la gente hace sobre los comentarios que otros hacen, etc., sobre las noticias del día. Cualquier información se convierte en una infame gresca tabernaria virtual. Hay una irritabilidad que se puede cortar en el aire.
¿A qué es debido? Pues no lo sé realmente, con sinceridad. Podríamos establecer muchas hipótesis y, como no hay forma de demostrarlas, enseguida tendríamos otra bronca montada discutiendo sobre ellas.
Según el diccionario, "transigir" es una muestra de debilidad: "Consentir en parte con lo que no se cree justo, razonable o verdadero, a fin de acabar con una diferencia". La verdad es que el diccionario no ayuda mucho. Con "tolerar" ocurre poco más o menos lo mismo.
Creo que lo que pasa tiene que ver con la palabra "acordar", que tiene sentidos interesantes, como "conciliar" o "acercar" o incluso el de "templar" o "armonizar" los instrumentos musicales, que me parece una imagen bonita. "Acordar" el instrumento para que suene armoniosamente.
La metáfora de la "orquesta" ha sido utilizada en ocasiones para referirse a la sociedad y la necesidad de su funcionamiento armonioso. Pero lo que escuchamos hoy es una cacofonía constante fruto de la falta de acuerdos. Parece que no solo falta armonía sino acuerdo sobre la melodía que debemos tocar y que cada uno fuera a lo suyo.


La intransigencia que vivimos hoy es activa. Busca ser, incluso, un rasgo de identidad. Y buscamos personas intransigentes para que chillen por nosotros, en nuestro nombre, allí donde sea necesario.
Hay poca voluntad de analizar y sopesar, de encontrar posiciones comunes que acerquen y sí la de exagerar las que distancian. La ira se ha profesionalizado; se teoriza sobre ella en másteres y doctorados en los que se aprenden neurotécnicas, socioestrategias y demás argucias para saber cómo aplastar al otro, cómo dejarle en ridículo.
Hace unos días el diario El País titulaba "Los nuevos 'inquisidores' acechan en la red". El comienzo del artículo era el siguiente:

El 19 de agosto de 2014, una joven periodista y escritora se decidió a publicar en Twitter sus impresiones sobre el machismo vigente en la sociedad española y empezó a enumerar situaciones de su "día a día" que le parecían sexistas. Arrancó: "He ido a la biblioteca a estudiar como todas las mañanas y el chico de enfrente me ha dicho que si quería tomar un café". La shitstorm ("tormenta de mierda", como la denominan los expertos) que provocó es de las más agobiantes que se recuerdan. "Eres demasiado fea para invitarte a café", "Menos biblioteca y más médicos para tratar tu retraso", "Tranquila, a ti nadie te va a violar", "Invitarte a un café no lo sé, pero tirarte cacahuetes seguro", "¿Cómo se conocieron tus padres? La única hipótesis que barajo es que sean hermanos"... Son solo algunos de los ejemplos menos ofensivos de entre las barbaridades que le dijeron durante los siguientes días: millares de tuits, algunos con imágenes desagradables y de sexo explícito. Ella borró su publicación pasados unos días, pero en su lugar seguiría circulando el pantallazo de sus palabras, para poder mantener la orgía de chascarrillos aunque ella no quisiera permanecer en el ojo de ese huracán.*


Que los expertos llamen a algo "shitstorm" ya quiere decir algo. Cualquiera que vea la prensa con cierta asiduidad comprende que no hay ninguna exageración, que es esa fiebre del acoso intransigente —'inquisidores' no está mal— al que cualquiera se puede ver sometido sin comerlo ni beberlo. Quizá esa vida virtual que llevamos en las redes es un blanco muy apetecible para los millones de psicópatas irresponsables que andan sueltos por el mundo.
Como suele ocurrir en las cuestiones sociales, no es fácil distinguir el efecto de la causa. ¿Son así y salen porque hay redes o son las redes las que les hacen así? ¿Es el efecto multiplicador, el narcisismo que provoca, la mala baba congénita, etc. lo que nos está llevando a este estado de coma moral hiperactivo en el que muchos están? Las mejores causas se pervierten por los peores comportamientos. Los partidarios "moderados" de cualquier causa noble acaban escapando asustados en cuanto que empiezan a aparecer comportamientos que les asustan.
Las imágenes de una madre de Baltimore sacando a su hijo a mojicones y collejas de una manifestación violenta han dado la vuelta al mundo y se han convertido en un icono del sentido común. No ha sido precisamente un diálogo lo que hemos visto, pero ya hablarían en casa. Se trata de acabar con un problema, no de agrandarlo. La han nombrado "madre del año" y deja un preocupante campo abierto a las imitadoras que no entiendan bien lo que son casos de urgencia.


Los partidarios de la violencia, la intransigencia, la intolerancia y el desacuerdo avanzan. Van ganando terreno a las presuntas virtudes que se les oponen y que enseñamos poco. Si no las recuperamos rápido, nos espera un futuro cuesta arriba. 
Todavía la noticia es la intransigencia: la gente se pregunta por qué hay inquisidores, por qué se pega a una mujer y después se la insulta, por qué se le prende fuego en otros lugares, etc. Pero llegará un día en que dejen de interesar estas cosas porque las veremos normales y aburridas o porque disfrutemos con la intransigencia, que dará nuevo sentido a nuestra pobre existencia.
Lo malo del aumento de la intransigencia es que te obliga a volverte intransigente con los intransigentes, porque no hay otra. Y si no tienes cuidado y mantienes una cierta armonía en el interior que es imposible que acabes mal. No es fácil mantener el buen rumbo en la tormenta de la intransigencia.


* "Los nuevos ‘inquisidores’ acechan en la red" El País 27/04/2015 http://elpais.com/elpais/2015/04/23/ciencia/1429788932_491782.html



miércoles, 29 de abril de 2015

El rostro desvelado o más allá del velo

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La polémica sobre el uso del velo sigue avanzando y deja al descubierto la teoría y la práctica de la cuestión. Ahram Online le dedica un artículo a la cuestión optando por lo que podríamos llamar la estrategia del "más allá del velo". Son visibles la "estrategia de la identidad" (sin velo la pierdes atacando tu religión); la segunda es la de "la separación" (la cuestión religiosa no se ve afectada por llevar o no llevar velo, es decir, se puede ser buena musulmana y egipcia sin llevar el velo); y la tercera es la que han planteado, con distinto grado de belicosidad, las que van a la raíz de la víctima, la mujer. El titular de Ahram Online es "Veil or no veil, Egyptian women are often stigmatised, or worse", lo que nos permite incluirlo es la estrategia del "más allá", la que considera que el velo no es una guerra, sino solo una batalla más de las mujeres en Egipto.
Las tres posiciones se pueden ver con frecuencia en los numerosos comentarios que siguen a los artículos en los que se da información o se polemiza sobre la provocativa convocatoria del periodista y escritor Cherif Choubachi que hemos venido siguiendo desde que se produjo. En su momento, lo consideramos junto a otra proposición religiosa, como parte de un movimiento más amplio, de una puesta sobre la mesa de cuestiones esenciales, que de forma organizada o espontánea (la historia lo dirá), marcan el conflicto de fondo de la sociedad egipcia, la constancia de la intransigencia y el autoritarismo por encima del signo de los gobiernos. Ambas fuerzas se manifiestan en los giros políticos sucesivos e imposibilitan una evolución real hacia más libertades.


Ahram Online comienza contándonos la historia de Sara, una hija de marroquí y egipcia que tras vivir en Kuwait se trasladó a vivir a El Cairo, y trabajaba en la Universidad de Aim Shams. Sara se tuvo que poner velo, algo que no había hecho anteriormente:

She was not following her religious beliefs by wearing the hijab, but rather succumbing to social pressure and seeking to avoid recurrent harassment.
Sara had visited Cairo beforehand. But when she began living there in 2001, she says, she experienced the predicament of being a woman in the huge city, both with and without the hijab.
"Getting groped or touched by sexual harassers would happen on average once a month," recalls Sara, the daughter of an Egyptian mother and a Moroccan father who was born and raised in Kuwait.
"Verbal harassment, that's all the time. Not a day would go by without hearing comments whether from people flirting with me, hurling sexual insults at me, criticising or even cursing me for the way I dress.
"Many people would think women in Kuwait, as a Gulf country, have less freedom than in Egypt. As a matter of fact it's completely the opposite," says Sara, who speaks Egyptian Arabic almost perfectly.*


Lo expresado aquí suele ser un tema recurrente. Muchas mujeres lo llevan no por una cuestión de fe, sino porque son fruto de ataques físicos o verbales, de acoso permanente. La cuestión es que el ponerse el velo tampoco hace mejorar mucho las cosas, pero esa no es la cuestión, sino el mecanismo explicativo. "Si no llevas el velo, te han atacado porque no lo llevas", es la justificación. Si te han acosado llevando el velo, en cambio, es porque vas sola o has ido por donde no debes, etc. La explicación se ajusta al caso y siempre tiene una respuesta adecuada. Pero hay una gran diferencia: si vas velada puede que alguien te crea incluso que te ayuden, pero las probabilidades se reducen si no lo llevas. Me viene a la mente la imagen de una fotografía, que aquí comentamos hace unos años, de la niña sosteniendo su coleta cortada en plena calle sin que nadie moviera un dedo para ayudarla. La cuestión es más compleja y va más allá de la cuestión del machismo y la violencia sexual.

The harassment Sara was subject to was not always sexual, she says, but some also came from people – mainly female colleagues – who were not happy with the fact that she was Muslim and not veiled.
"I was once in the mosque of the university reading the Quran during the holy month of Ramadan, and then a girl congratulated me on 'converting to Islam.'
"Most people thought I was Christian because I was not veiled like the majority of Muslim girls in Cairo, and also because most of my university friends were Copts.
"Many veiled girls who found out I'm Muslim would persistently ask me to wear the hijab. Their concern about my religion, my beliefs or how I dressed baffled me and was really annoying."
Sara wore the veil for five years. But the headscarf gave her little respite throughout the remainder of her time in Cairo, and she took it off following her departure.
"It was primarily to protect myself from sexual harassment, but the hijab barely made a difference. Harassers would approach me anyway, though I lived in the upper class district of Maadi," she says.*


El acoso sexual es muchas veces simple acoso, es decir, la intromisión en la vida de las personas, el estar rodeado de un tribunal social o familiar permanente en el que todas sus decisiones son analizadas y juzgadas por una cuestión o por otra. Es el derecho a entrar en tu vida de forma constante por unos y otros. Y es la ausencia de derecho, desde el otro lado, a tener una vida realmente propia. El detalle de que pensaran que era "cristiana" le había salvado de presiones y de ahí que la felicitaran por su "conversión" el día que la vieron con un velo.
Sara no creía que sus creencias religiosas fueran más intensas o más vívidas por vestirse de una manera o de otra. Ni más ni menos. La auténtica hipocresía social es el fariseísmo de las apariencias, sobre la que gira una parte  del problema. La otra parte es la voluntad de intransigencia, el sentir el poder de controlar las vidas de otras personas desde esa tribuna pública que les hace parecer más virtuosos que los demás por señalar con el dedo a otros. Ese es el auténtico veneno social.


Cuando Sara dice que las mujeres tienen más libertad en Kuwait que en Egipto está tocando un punto sensible y es que esa vanidad soberbia sigue intentando mantener la imagen de estatus moderado y liberal cuando lo que hace es avanzar hacia un aldeanismo intransigente. Todos los indicadores respecto a la cuestiones de género trazan un mapa desastroso para Egipto, un mapa en el que no se reconocen y, por supuesto, es una invención porque nadie protege a las mujeres más que ellos, las defiende mejor y las valora y respeta más. Pero las cifras dicen otra cosa.
Hace un par de días, el diario Egyptian Streets titulaba "Calls to Establish Tribunal for Women’s Abuse and Harassment in Egypt" y señalaba:

In an effort to crackdown on violence against women and sexual harassment, the National Council of Women has proposed the establishment of special tribunals and judicial departments.
According to Ambassador Mervat Al-Tellawy, the Persident of the NCW, the proposed tribunals are part of a strategy has been formulated to tackle violence against women.
This strategy, said the Ambassador, will be announced in the presence of non-governmental organizations, women’s movements, representatives from 12 ministries and Egypt’s Prime Minister Ibrahim Mehleb in the coming days.
In statements to Youm7, Ambassador Al-Tellawy said that the strategy includes the issuance of a new legislative instrument that would aim to punish crimes of violence against women. Currently, for example, Egypt’s law does not consider forced anal penetration as rape.
The Ambassador hopes to expand the definition of violence against women in the law to include both mental and physical violence, adding that a proposed definition of violence is “any existing act on a human being, whether physical, sexual or psychological or an act causing suffering to women or girls, or the threat of such acts, whether or not they take place in the public or private sphere.” The Ambassador added that the NCW will aim to clearly include domestic violence as a form of a punishable crime.
In regards to the difficulties faced by women reporting cases of sexual violence and harassment, the Ambassador said that a main focus of the strategy would be to implement tribunals that would deal specifically with cases of violence against women, including sexual harassment, which in Egypt 99 percent of women face.
The establishment of such a tribunal, the NCW said, would occur in a short period of time.**


Los anuncios se suceden una y otra vez ante el escándalo de la inacción. Ha pasado el tiempo desde que el presidente Al-Sisi fue a saludar a una víctima de agresión sexual al hospital en el que se encontraba ingresada. La foto quedó para el recuerdo, poco más. Otros han ido un poco más para atrás y recordaban hace unos días el apoyo pasado del actual presidente a los exámenes de virginidad realizados por los militares a las manifestantes en los días de la revolución del 25 de enero en Tahrir. Una garantía para sus familias, se decía oficialmente entonces. Los ataques contra las que deciden ir sin velo son frecuentes no solo en lo personal, sino como forma general, desacreditándolas dentro de una estrategia global de difamación. En esto Egipto, evidentemente, no tiene la exclusiva y forma parte de una estrategia general de control que va desde Turquía, con la vuelta a velo de Erdogan, a la presunta reforma nacionalista de la religión, guiada por eruditos, proclamada por El-Sisi. La islamización controlada frente a la islamización radical parece que es la alternativa, pero eso acaba con las aspiraciones reformista y modernizadoras de muchos otros que reclaman libertades y desean el respeto de sus derechos. En la ilustración recogida abajo en el blog de Maryam Namzie, se muestra el "pequeño cerebro" de la mujer sin velo y el "grande" de la mujer con velo. Podemos establecer leyes, pero la presión social trabaja de otra manera.


La estrategia del más allá del velo, como la hemos calificado, considera que la cuestión de velo es solo parte de una forma más amplia de dominio de las mujeres, una forma de ejercer ese poder patriarcal que se escuda en la religión, la familia o cualquier otra institución de autoridad para controlarlas. Ahram Online reintroduce la estrategia a través de nuevas voces sociales en esa dirección crítica:

In Egypt, women are not usually free to wear what they want, states Dalia Abd El-Hameed, Gender and Women's Rights Officer at the Egyptian Initiative for Personal Rights (EIPR).
"For instance, an upper-class lady could be given hard time for wearing a veil because it's not very suitable for her social circles. That happens a lot and could affect the way a woman wants to dress.
"On the other hand, girls in rundown districts after a certain age would have to wear the hijab as per communal traditions. If not, she could suffer dire consequences in school, at home, or in the street.
"Women are not free to wear what they want and I'm glad this topic is brought to public discussion these days," Dalia opines, seeing the debate around the hijab as an impetus to female emancipation.
"Many factors control how women dress in Egypt," she explains. "Social class, workplaces, places of residence, families, among other elements affect how a woman dresses.
"These are layers of authority imposed on women's bodies, and that makes talking about how free women are to dress how they want relatively meaningless.
"In some cases, physical violence could be the price of challenging these authorities."*


La descripción general se ajusta a ese principio de autoridad que se instala en cualquier institución o grupo y extiende su dominio sobre las mujeres, Cualquier se puede convertir en juez de lo que hace. Habrá jerarquías de jefes, pero todos tienen autoridad sobre la mujer en ausencia de los otros. Cualquier se puede acercar a ti y decirte "te hablo en el nombre de tu padre ausente, como si fuera él" y recriminarte tu vestimenta o tus acciones o ideas.
Las trampas del control resaltan en otro de los casos que se escuchan últimamente en los medios: la prohibición de entrar en ciertos locales comerciales, bares y restaurantes, a las mujeres con velo. Una primera lectura de este hecho desconcierta. Si se les presiona para que lleven el velo, ¿por qué después se les impide entrar en ciertos espacios? Lo que parece una contradicción es, por el contrario, lo que ilumina la raíz del problema. No se les deja entrar para "protegerlas", es la respuesta. Pero ¿qué están protegiendo realmente? Su propia imagen, no la de la mujer a la que se excluye. Aquí el hábito si hace al monje y la seda transforma a la mona, al menos a los ojos del único que importa: el que mira y juzga.


Primero se alaba la "virtud" del velo y después es misma "virtud" implica que como mujer virtuosa no debe estar en esos lugares que se han creado para que otros, los "no-virtuosos", pecadores e infieles, vayan. Esta especie de "double-bind", por usar el término de Gregory Bateson, deja al descubierto la manipulación excluyente: el velo te hace virtuosa y las personas virtuosas no entran en los locales no virtuosos, pero rentables para los que los gestionan. Los hombres no tienen ese marcador externo (tienen otros) y no les crean ese problema a los propietarios, el que alguien les digan que están pervirtiendo mujeres y alejándolas de su religión. La hipocresía social es que las mujeres sin velo pueden entrar en esos bares porque ya están "perdidas", nadie se escandaliza, mientras que las que llevan velo dejan en evidencia a los puritanos virtuosos, que se aseguran, entre otras cosas, de que sus hijas no serán recibidas en esos lugares. Las que van sin velo, en cambio, sí pueden entrar porque pueden pasar por "cristianas" o de cualquiera otra fe cuyo destino o moralidad les trae al fresco obviamente y que siempre serán inferiores y carne de pecado. Lo importante de este caso, dirán las teóricas del feminismo, es que quien pone las reglas es siempre el mismo.


El artículo de Ahram Online se abre con una cruda fotografía, un selfie hecho por una chica egipcia en el espejo de su baño. Nos muestra el estado de su cara, con un ojo fuertemente hinchado. La foto apareció el lunes en su página de Facebook y se ha convertido en viral:

A photo of a young woman with a swollen eye and bruises on her cheek went viral on social media on Monday. She was allegedly assaulted for taking off her hijab three months ago.
A Facebook account named Nehal Kamal, the girl in the photo, says the injuries were the price of taking off the veil. She did not go through details and was not available for further comment.
"The one who wants to take off [the hijab] is not as untroubled as the one who wants to put [it] on," says Nehal, who identifies herself on Facebook as an interior designer, vocalist and actress.
"This is part of what happened to me when I decided to take off the hijab and only today [Monday] I felt enough courage to post this photo," she says in the public post.
In a later post, she explains that she uploaded the photo because "lately there was a mass call to take off the veil."
Many people reacted by saying every woman can just wear or not wear what she wants, Nehal goes on, "as if we live in a country that backs freedoms... as if whoever takes off the veil would live in peace."
"People need to know what we're living in our country and that there is no human, a boy or a girl, who does what they want.*


Ha sido la polémica de la convocatoria pública para que aquellas que lo deseen se sientan respaldadas por una parte de la sociedad, lo que ha hecho que Nehal dé ese paso difícil de publicar la fotografía en su página de Facebook. Eso la pondrá en el punto de mira de muchos, pero también ha recibido el respaldo de otras muchas personas. El contador de Facebook le da el respaldo de casi 5.000 apoyos y se ha compartido más de 2.000 veces. Con el nuestro cuenta ya.
La hipocresía religiosa actúa siempre de la misma manera sea cual sea su fe: los hombres se sienten intérpretes de la divinidad, de sus deseos, y brazos ejecutores de sus castigos. De esa manera muchos se siente poseídos, como el Ion platónico, de una fuerza divina que les posee en esos momentos en los que la furia les sale en forma de insulto o de ataque violento. No se arrancan su ojo escandalizado sino que procuran saltar el ajeno a base de dedo acusador. Les es más cómodo y productivo. Les pone.
La frustración social y personal, el desengaño, están empezando a aflorar en Egipto. Tras todos los cambios que se han vivido desde la caída de Mubarak, cambios radicales en participantes, solo ha quedado una cosa clara: que no se avanza en las libertades que se reclamaron en 2011 y que se retrocede en otras. Uno de esos retrocesos es el caso de las mujeres, que reclaman una y otra vez el derecho a decidir sobre ellas mismas y su futuro.

Creo que veremos más desafíos, más pérdidas de miedo para dejar en evidencia la intransigencia creciente, nacionalista y religiosa confundidas interesadamente. La imagen de Nehal ante el espejo, con su cara hinchada por el golpe que le dieron, es la imagen de un Egipto que ha decidido no esconder más sus heridas y enfrentar al conjunto de la sociedad a su propia imagen en el espejo. Ha tenido un gran valor y su gesto está lleno de significado. Sabe a lo que se arriesga, pero también que necesitaba dar salida a los sentimientos que habrá tenido en este tiempo tras la agresión. 
La convocatoria de Sherif Shobashi tenía ese objetivo, hace aflorar una cuestión que por miedo a la represión se está viviendo de forma interna de forma angustiada. La foto, como muchas otras situaciones, muestra que hay una violencia, nacida de ese autoritarismo intransigente disfrazado de virtud, que se ejerce contra la mujer y que es imposible negar. La misma llamada del Consejo Nacional para las Mujeres lo confirma. No es una maniobra extranjera, otra conspiración occidental, como algunos piensan y les gusta señalar para esconder sus intenciones. Es, sencillamente, el resultado de dejarse llevar por el autoengaño negando los problemas o disfrazándolos para convertirlos en caricaturas de los problemas reales.
Las mujeres son un elemento esencial en la transformación de Egipto porque mientras no se vean de otra forma y se reconozcan sus derechos y se respeten sus decisiones, no podrán proclamarse grandes principios, pues se incumplirán los básicos. No hay un Egipto con futuro sin que las mujeres puedan decidir sobre el suyo propio y el de todos. Lo demás es pura retórica, cantos ajados y manidos que encubren las mentalidades inmovilistas y autoritarias.


Ahora, mientras termino de escribir escucho las canciones de Nehal y me siento lleno de alegría porque pienso que nadie va a callar su voz. Pienso que se respeta a sí misma y que no han conseguido, ni con violencia ni con intimidación de cualquier tipo, evitar que salga la realidad de lo que ocurre. El primer paso para el respeto siempre es demostrar que no se tiene miedo. Y para hacerlo la ayuda y compresión de los demás es importante. Cada foto reproducida de su cara hinchada por los golpes es una llamada a las puertas de la conciencia individual y ayuda a establecer la solidaridad necesaria.
Algunos utilizarán la foto para lo contrario: para hacer ver a sus hijas o hermanas lo que le ocurre a quien se quita el velo. De hecho esa parece la intención de algún medio, que no se atreve a tomar posiciones ante la convocatoria de Choubachi y deja caer así su mensaje. Pero quienes miran esa cara hinchada por los golpes saben que no ha sido la mano de Dios, sino el puño del hombre, que golpea y aprieta para evitar que su víctima salga de su dominio cruel.

"The woman's voice is a revolution"
Pero Nehal es el futuro de Egipto y el Egipto con futuro. No porque lleve el velo o no, sino porque ha sido capaz de vencer su miedo y actuar como ella pensaba que debía hacerlo. La obstinación que en muchos es intransigencia y vanidad, en ella es defensa de sus derechos. Ella solo reclama poder vivir según su criterio. Ella, una vez más, es egipcia. Y que diga lo contrario, miente.



* "Veil or no veil, Egyptian women are often stigmatised, or worse" Ahram Online 28/2015 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/151/128817/Egypt/Features/Veil-or-no-veil,-Egyptian-women-are-often-stigmati.aspx
** "Calls to Establish Tribunal for Women’s Abuse and Harassment in Egypt"
Egyptian Streets 26/04/2015 http://egyptianstreets.com/2015/04/26/calls-to-establish-tribunal-for-womens-abuse-and-harassment-in-egypt/





martes, 28 de abril de 2015

La bola

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Profundamente afectado por los procesos de identificación que se han desencadenado en mí durante la lectura de una extraña noticia que el diario Expansión, en su blog Nauta 360, me ofrece: 'Voy a vivir en un iceberg hasta que se derrita'. Quien esto afirma es un italiano dado a la aventura del que el diario nos da informaciones un tanto extrañas:

Vivir en un iceberg a la deriva durante un año o hasta que se derrita. Esa es la inédita y peligrosa misión para la que se está preparando Alex Bellini.
El equipo del aventurero italiano buscará en la costa oeste de Groenlandia el iceberg más idóneo para llevar a cabo el proyecto bautizado como 'Adrift'. Debe tener una superficie aproximada de 6.000 metros cuadrados y una forma tabular. Una vez localizado y a finales de 2016 (el desafío estaba previsto en un principio para esta primavera), un helicóptero transportará a este náufrago por vocación a su gélida isla flotante junto a la cápsula de supervivencia en la que dormirá y se refugiará cuando las condiciones meteorológicas sean adversas.*


Es una lástima que estas cosas no se convoquen mediante concurso y nos den a todos la posibilidad de vivir esta aventura suprema. De la primera frase es posible deducir que el año es el límite y que en todo caso si se derrite antes abandonará su proyecto porque no es fácil vivir sobre un iceberg derretido. La fórmula "hasta que se derrita" tiene unos ecos casi matrimoniales.
No sé cuántas cosas se pueden hacer en esa "isla flotante", cuántas aventuras se pueden vivir. Ese vivir a la deriva y con un espacio cada vez más reducido me parece de lo más inquietante, digno de ser denunciado en los programas de algunos de nuestros partidos políticos. Pero el aspecto diferente respecto a lo que vivimos todos es el carácter vocacional del "náufrago". Sarna con gusto no pica. Allí donde otros se quejarían de forma airada, el aventurero Bellini lo asume como un desafío, un reto que acepta como emprendedor. 
Es un hombre acostumbrado al esfuerzo y a la soledad, curtido en estos desafíos solitarios. Se ha cruzado el Atlántico a golpe de remo y eso no lo hace cualquiera. Su aventura ahora no es de músculo y concentración sino de paciencia y soledad marinas.
El blog del diario señala los riesgos de la empresa:

La bola esférica donde Bellini tendrá su hogar es un sistema de seguridad desarrollado por la compañía Survival Capsule LLC, especializada en soluciones para sobrevivir a tsunamis, tornados, huracanes y terremotos. Tiene 2,43 metros de diámetro y un peso de 570 kilogramos. Si el gigante de hielo muere, se derrite, antes de cumplirse los 12 meses, el italiano deberá encerrarse en la cápsula hasta que sea rescatado.*


Debo confesar que lo de la "bola esférica" me ha dejado un poco descolocado por las posibilidades que abre, pero una vez recuperado, me ha hecho apreciar las cualidades de ese refugio en el que tendrá que sobrevivir cuando su "iceberg tabular" haya quedado reducido al tamaño de un cubito y finalmente la "bola" flote sobre el océano al que las corrientes le hayan llevado. ¡Ármate de paciencia, Bellini! ¡Confía en que vendrán a recogerte! Sí, porque una aventura solitaria de este tipo es sobre todo un acto de confianza en que algún día alguien se acordará de que estás ahí, que has sobrevivido "a tsunamis, tornados, huracanes y terremotos", como decía el folleto de tu bola cuando la compraste, y vayan a recogerte. Tal como nos lo cuentan parece que quedará abandonado, algo poco probable en estos tiempos de espectáculo.
La parte final del artículo tiene ese toque existencial que distingue  las aventuras genuinas del simple aventurerismo extremo:

Más allá de vivir una experiencia que nadie antes se había atrevido a llevar a cabo, Bellini tiene otras motivaciones: investigar in situ la vida de un iceberg y crear conciencia sobre el calentamiento global. "La aventura de un hombre a la deriva en un iceberg representa la situación de la humanidad, a la deriva en un planeta en peligro".*


Pues sí. No sé si hay mucha vida en un iceberg a la deriva, más allá de la suya, pero si no desarrolla él la conciencia del calentamiento global, ¿quién lo va a hacer? Por su iceberg, en continuo proceso de deshielo, deberían pasar los políticos del mundo, hacerle una visita, pasear por la cada vez más reducida superficie. Y sobre todo esos políticos escépticos que tienen familia que no se lo cree o que piensan que es una exageración. A esos los dejaba allí una temporada, pero sin bola.


Dentro de ese valor simbólico existencial y ecológico que Bellini le da al hecho de derretirse y ver cómo se reduce el suelo que pisas por el calentamiento global, a mí me recuerda —puestos a imaginar— la situación del votante español, que también se va quedando sin espacio y no siempre tiene una bola para "sobrevivir a tsunamis, tornados, huracanes y terremotos", que es la definición más ajustada al proceso electoral que estamos viviendo.
Esto no ya una precampaña electoral; esto es Mad Max, ahora que han hecho un remake. ¡Esto es el post apocalipsis! Al final, quedaremos mi bola y yo flotando a la deriva con el deseo secreto de no ser rescatados.


Gracias a la bola roja de Bellini descubro el Red Ball Project, detrás del que se encuentra el artista americano Kurt Perschke, que ha llenado las ciudades de enormes bolas rojas en los lugares más cotidianos. También es una metáfora, no de un mundo que se calienta y desaparece, sino de un mundo que llama a la supervivencia del arte en nuestra vida. No son bolas solitarias a la deriva, sino bolas rojas que llaman a la sociabilidad, al disfrute o a la imaginación.
Las unas compensan la otra, al menos simbólicamente. Aunque quizá, quién sabe, nosotros seamos el iceberg a la deriva que se va derritiendo sin darse cuenta.




* 'Voy a vivir en un iceberg hasta que se derrita' Nauta 360 Expansión 26/04/2015 http://nauta360.expansion.com/2015/04/24/de_costa_a_costa/1429880007.html?intcmp=HEMSUPL




lunes, 27 de abril de 2015

Caderas y codazos o ¡tú no juegas!

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Uno podría pensar en su simpleza que un "egipcio" es alguien que ha nacido en Egipto. Puede que como respuesta a un crucigrama sea acertado, pero en la vida real las cosas son mucho más complicadas.
El nacionalismo egipcio se ha hecho con la definición de "egipcio" y lo que es todavía más importante, con la expedición oficial de pasaportes y certificados que aseguren que la nacionalidad es la que se corresponde con ciertos principios. Puede que creas realmente que eres egipcio porque naciste allí, al igual que tus padres, pero puede saltar la desagradable sorpresa.


Esta vez el sorprendido es Wael Ghoneim, uno de los iconos de la Primavera egipcia que muchos están empeñados en enterrar. Contra Ghoneim, como contra otras participantes, se han sucedido continuos ataques. En la misma proporción en la que se ha rescatado a las figuras y partidarios del régimen anterior, todos ellos fervientes patriotas y servidores del pueblo egipcio. La noticia nos las trae Egypt Independent:

The Administrative Court on Sunday referred a lawsuit, which was filed by lawyer Samir Sabri demanding they revoke activist Wael Ghoneim's Egyptian citizenship, to State Commissioners.
The State Commissioners are to give their legal opinion before the August 25 hearing.
 The lawsuit claims Ghoneim, a marketing manager at Google Middle East, portrayed himself as a patriot and a revolutionary, but turned out to be a tool of external forces. US authorities were the first to search for him as if he was their own man, says the lawsuit. This occurred when Ghoneim was held by Egyptian security forces for 12 days while demonstrators in Tahrir Square were being shot down.
The lawsuit also says that Ghoneim was in Dubai on January 25, 2011, then secretly arrived in Egypt the next day to participate in the January 28 demonstrations. At that point, the lawsuit claims demonstrations seemed to have increased.
It further alleges that Ghoneim had never been a revolutionary who suffered as did other Egyptians. As a result, he should not speak in their name, but rather admit he was a US agent planted in Egypt.
Lawyer Samir Sabri has filed most of his lawsuits against the Brotherhood, Hamas and young icons of the January revolution.*


El gusto egipcio por las denuncias con las que adquirir notoriedad, combinado con el de amargarles la vida a las personas, hace sentirse a algunos como ejecutores de la sagrada misión de limpiar el censo de forma patriótica.
Cada vez que alguien critica la política del presidente Al-Sisi, algún meritorio se lanza a los juzgados a presentar denuncias señalando con su dedo acusador a aquellos que se han vendido a las potencias extranjeras. Ellos son más egipcios que nadie y no quieren compartir pasaporte con los traidores.
El rumor y la denuncia son las formas habituales de trabajar para arruinar a los que se considera enemigos. Ir a los tribunales tampoco es demasiado tranquilizador. Tal y como está la justicia egipcia, puedes salir con una condena y atragantarte en una comisaría o cárcel.


Que no se andan con bromas con esto del nacionalismo, lo demuestran los padecimientos de una pobre bailarina de danza del vientre que pensó —en su inocencia—que la bandera egipcia ondearía patrióticamente con sus movimientos:
Cairo: An Egyptian court on Monday sentenced celebrated belly dancer, Safinaz, to six months in prison on charges of insulting the national flag in a performance.
The Cairo Misdemeanour Court ordered Safinaz, an Armenian national, to pay a fine of 15,000 Egyptian pounds (Dh7,200) and an extra 10,000 pounds in bail to avoid jail.
Before the verdict was delivered, the dancer’s defence lawyer told the court that Safinaz had intended no offence when she performed wearing a costume fashioned after the Egyptian flag.
The lawyer argued that the 30-year-old dancer was a foreigner who was not familiar with Egypt’s laws.
Safinaz, who was not at court, has become a dancing sensation in Egypt in recent years. She has denied the charges, saying she loves the country and did not mean to offend its people.
The case is related to Safinaz’s performance at a concert at a resort outside Cairo in July 2014.
In recent TV interviews, Safinaz, who is married to an Egyptian, accused unnamed rivals of seeking to damage her reputation.**


No es incompatible, a tenor de sus declaraciones televisivas, ser patriotas y envidiosas. Si son, como ella piensa, sus rivales —picadas por su éxito moviendo tripa y caderas— las que han promovido la denuncia, el caso es de una gran hipocresía. Lo que empezó siendo aclamación del público entregado a su arte patriótico, acabó volviéndose contra ella. La bandera necesitará otro mástil más noble para pena de algunos.

La defensa de su abogado va por la vía del "yo no sabía", pero no le ha servido de mucho. No sé cómo ha encarado la sentencia su marido egipcio y si se verá afectado porque alguien pida que le retiren también la nacionalidad, como a Wael Ghoneim.
Recientemente tuvimos otro caso sonado con esto de las nacionalidades. Fue el de uno de los periodistas de Al-Jazeera, que tenía doble nacionalidad. El presidente quiso quitarse de encima el problema de los periodistas encarcelados y dio la posibilidad de que los extranjeros —uno era australiano— se fueran del país expulsados. Otro de los periodistas poseía doble nacionalidad canadiense y egipcia. Puestos a elegir, se quedó con la canadiense, ante el asombro de los patriotas que preferirían mil veces morir apaleados en una cárcel egipcia antes que estar en un hotel de cinco estrellas en Toronto, Ottawa o Quebec. Al pobre periodista restante, solo le ha quedado el honor de estar en las cárceles de su patria acusado de traidor y vendido a una potencia extranjera, es decir, Qatar.


Hay algo de infantil en esto de estar expulsando y desposeyendo a la gente acusándola traición y recibir dinero del extranjero, algo que no afecta al dinero que recibe el ejército egipcio desde hace décadas de los Estados Unidos. Bueno, sí afecta, pero ahora no lo airean mucho.
Pero el juego de las exclusiones no acaba ahí. Hace apenas unos días Ahram Online daba una noticia de alcance inesperado: ¡Egipto dejaba fuera del concurso internacional de recitado del Corán a Irán, Qatar y Turquía!

Egypt's Ministry of Endowments has excluded participants from Iran, Turkey and Qatar from its International Quran Recitation Competition, Mohamed Abdel Razik, the ministry's official spokesperson said on Sunday.
In media statements to  Egyptian TV channel LTC, Abdel Razik said that the ministry had excluded the Iranian, Turkish and Qatari participants from the annual competition for "political reasons."
"We have bad relations with these countries, which fund terrorist organisations, support radical Islamists and atheists, and try to spread Shia beliefs within society," he said.
Egypt has been incensed by both Qatar and Turkey's criticism of its government since the July 2013 ouster of Islamist president Mohamed Morsi, as well as their hosting several exiled leaders of the now-banned Muslim Brotherhood, from which Morsi hails.***


A la exclusión nacionalista de los patriotas, se junta ahora la exclusión del concurso coránico de recitado. Las relaciones con Qatar y Turquía siguen siendo malas. De hecho, en ningún lugar del mundo se ha dado tanta razón a los armenios estos días como en Egipto. Todo para darle a los turcos en las narices con el genocidio. Es una pena que la bailarina armenia de danza del vientre no se haya podido beneficiar de esas buenas relaciones. Si se hubiera declarado en contra de Turquía, probablemente le habrían anulado la multa y la pena y habría salido en hombros del tribunal. Pero no ha sido así.

La prensa de los países islámicos se ha hecho eco de este desaire islámico a los tres países y me imagino que tendrá consecuencias. Erdogan estará hecho una furia —como siempre— al enterarse de que se le llama país que apoya y financia terroristas. Lo de Irán es más complicado, pero el gobierno egipcio está dispuesto de ponerse al frente de lo que sea, aunque se quede solo.
Esta política del "tú no juegas", que lleva a considerar traidores y dejar sin nacionalidad a los que participaron en la Revolución del 25 de enero; que multa a una bailarina por "insultar" al país de su consorte —"it was a message of love to Egypt and its people”, decía la pobre con su mejor intención—; y excluye a los recitadores de otros países como miembros apestados de organizaciones terroristas y herejes (lo de los "ateos" no lo entendemos bien en este caso, pero debe ser ya una coletilla), no es nada buena. Pero ayuda a algunos a sentirse y, sobre todo, mostrarse como abanderados del nacionalismo patriotero. Cuando los islamistas estuvieron en el poder hicieron lo mismo, se dedicaron a excluir a todos aquellos que les llevaba la contraria, no solo no eran egipcios sino tampoco buenos musulmanes. Pero la política de exclusión, del "tú no juegas" tiene la misma raíz de la intolerancia.


Lo del Wael Ghoneim es una muestra más del borrado de la Revolución que ahora tanto les incomoda. La condena a la bailarina es un ejemplo perfecto de cómo atender en una sola tacada a los moralistas y a los patrioteros, la senda elegida.
Egipto se está atribuyendo un papel que es difícil de explicar y entender y se está complicando la vida interior y exterior. La soberbia nacionalista no es el camino para solucionar ninguno de sus problemas, que son muchos. No por muchos cánticos se va a arreglar. Sí, en cambio, está contribuyendo a agravarlos. Parece que la falta de eficacia real del gobierno para solucionarlos está empezando a pasar factura y muchas de estas cosas serían cortinas de humo.


Conozco gente a la que le repiten de continuo eso de "tú ya no eres egipcio" sin necesidad de pasar por el juzgado para pedir que te retiren la nacionalidad, como a Ghoneim. Les han juzgadocondenado amigos y compañeros, a veces los familiares, por discrepar, por no estar de acuerdo con lo que se repite cada día. Esa exclusión es como una terrible maldición a la que se arriesgan muchos por decir lo que piensan. Pero son tan egipcios como los demás, solo que son egipcios que quieren un futuro mejor y distinto del que algunos tienen planeado. Están en su derecho a hacerlo, aunque sea un derecho doloroso y arriesgado.
Ya salen voces que cuestionan la presidencia. Y el parlamento todavía por elegir. A ver si hay suerte después de Ramadán.



* "Lawsuit to rescind Wael Ghoneim’s citizenship referred to State Commissioners" Egypt Independent 26(04/2015 http://www.egyptindependent.com//news/lawsuit-rescind-wael-ghoneim-s-citizenship-referred-state-commissioners
** "Top belly dancer gets 6 months in jail for ‘insulting’ Egyptian flag" Gulf News 20/04/2015 http://gulfnews.com/news/mena/egypt/top-belly-dancer-gets-6-months-in-jail-for-insulting-egyptian-flag-1.1495537
*** "Iran, Turkey and Qatar excluded from Egypt Quran recitation competition" Ahram Online 20/04/2015 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/128204/Egypt/Politics-/Iran,-Turkey-and-Qatar-excluded-from-Egypt-Quran-r.aspx