Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El
atentado contra Donald Trump es un mal misterio. Digo "mal" porque
todo lo que no sea de una evidencia pasmosa apenas será tenido en cuenta. Este
mismo fin de semana se estrenó la divertida comedia "Fly me to the
Moon" (Greg Baerlanti 2024) que juega, pasados los años, con la idea de
que se filmaba una versión en plató del alunizaje del Apollo 11 por si algo
fallaba, una versión alternativa con la que frenar la propaganda de los soviets
en la carrera espacial. Ya han pasado bastantes años y todavía hay mucho
norteamericano que ni cree que se llegara a la Luna, que no cree que a John F.
Kennedy lo matara "solo" Lee Harvey Oswald y otros clásicos de la
incredulidad norteamericana.
El
atentado de Donald Trump lleva el mismo camino. La oreja de Trump ya supera protagonismo
a la de Van Gogh y la de Terciopelo Azul,
la célebre película de David Lynch.
Antes
de que Trump llegara al aeropuerto ya había distintas teorías de personas que, como
usted o como yo, lo habían visto en la televisión. Eran teorías conspirativas
de distinto signo. La publicación Newtral recoge una larga lista de rumores de
toda procedencia y ningún fundamento sobre el atentado. Los hay desde los que
lo consideran como un montaje de los propios republicanos hasta los que hablan
de orden directa de Biden pasando por el "deep state". El que da
primero da dos veces", dice el viejo refrán y esto parece ser una ley de
la moderna sociedad de la información. El que da primero parece dejar a los que
le siguen el trabajo de desmentir. Si para acusa no hacen falta pruebas, pero
para desmentir, en cambio, sí.
El atentado ha convertido a Trump en una dulce oveja. Salen a relucir la caricaturas, las portadas, los chistes, etc. es los que se recogía su violencia verbal e ideológica (disparar contra los inmigrantes "a las piernas", por ejemplo) como injustas acusaciones contra este bendito candidato a la presidencia.
Es "normal" que esto ocurra. Del sospechoso acribillado en el tejado, el único detalle peligroso que se ha dado hasta el momento es que era muy bueno en matemáticas, por lo que ganó un premio. Por otro lado, han encontrado explosivos caseros en el coche y en su hogar.
Un gran
titular de The Washington Post va al centro de la cuestión: "FBI searches
for motive behind shooting". Esto, que es general, se ha convertido en el
punto central del asunto. Y si no encuentran motivos, ya ha encontrado
conspiraciones. La ausencia de algo claro nos lleva hacia lo oscuro y "lo
oscuro" es ilimitado por definición. Cada uno verá lo que quiera ver en la
oscuridad.
En Newtral, por ejemplo, se recogen las
sospechas del momento que circularon sobre el autor:
Usuarios de redes sociales difundieron una
imagen de un hombre vestido de negro, supuestamente llamado “Mark Violets” y
miembro de Antifa, a quien señalaron como autor del tiroteo contra Trump, pero
es falso.
La imagen mostraba al comentarista italiano Marco Violi sin relación con el atentado.
Otros usuarios difundieron fotografías y un
vídeo de un hombre de larga melena rubia que decía ser Thomas Matthew Crooks,
autor del atentado contra Trump y que el FBI “había cogido al hombre
equivocado”, pero es un bulo.
Se trataba de un usuario de X que se hizo pasar por el tirador y que, posteriormente, eliminó las publicaciones, como verificamos en Newtral.es
Se
recogen igualmente las que hablan de un montaje republicano:
Poco después de reportarse el tiroteo contra el expresidente estadounidense, comenzaron a circular publicaciones señalando que el intento de asesinato era en realidad un montaje orquestado por la propia campaña de Trump para conseguir más votos en las elecciones presidenciales de noviembre.
Los mensajes virales señalaban que las
imágenes de Trump después del tiroteo —levantando el puño, rodeado de agentes
del Servicio Secreto y con la oreja cubierta de sangre— eran “demasiado
perfectas” como para no haber sido escenificadas, como señaló el investigador
canadiense Amarnath Amarasingam especializado en extremismos.
La palabra “montaje” fue tendencia en X en las horas posteriores al atentado contra Trump, según The Washington Post, pero no hay pruebas de que el tiroteo fuera escenificado.*
Por
supuesto, las informaciones contra los demócratas salieron de todas partes:
Como informaron Bloomberg y The Washington Post, los bulos y las conspiraciones sobre el atentado contra Trump también se difundieron entre los seguidores del republicano. Muchos de ellos, incluyendo a legisladores republicanos, afirmaron sin pruebas que el tiroteo contra Trump había sido ordenado por Joe Biden.
El congresista republicano Mike Collins sacó de contexto unas declaraciones del presidente sobre el debate contra Trump para asegurar que “Biden dio la orden” y pidió cargos contra el demócrata por “incitar un asesinato”.
El senador republicano por Carolina del Norte Tim Scott afirmó que “fue un intento de asesinato ayudado e instigado por la izquierda radical y los medios corporativos”.
En esta misma línea, el usuario Shadow of Ezra, conocido por difundir desinformación y conspiraciones sin pruebas, publicó en X que “el Estado profundo intentó asesinar a Donald Trump” y que el tiroteo era “el precio a pagar [para Trump] por combatir a élites satánicas pedófilas” —haciendo alusión a la teoría de la conspiración QAnon.
De nuevo, acusó sin pruebas a la CIA y personalidades como Hillary Clinton o Barack Obama de estar detrás de la orden del atentado contra Trump.
El empresario y dueño de X, Elon Musk, también ha dado alas a los bulos y conspiraciones sobre el atentado de Trump cuestionando la labor del Servicio Secreto estadounidense.
Musk aseguró que el tiroteo se produjo por “extrema incompetencia” del Servicio Secreto o fue “deliberado”.*
La información se cierra con las contestaciones por parte del Servicio Secreto a las acusaciones de que no cubrieron intencionadamente el acto. La desinformación es lo que parece cuando la información no lo hace. Es más, cuando lo haga será tal la cantidad de la desinformación circulante que dará casi igual lo que salga y se diga, nadie lo creerá.
¿Le importa a alguien? Me gustaría pensar que sí, pero no lo tengo tan claro en vista de la deriva que suelen tener estos casos. Nadie creerá lo que digan los demócratas, solo los demócratas. Los republicanos harán lo mismo, darán por buenas sus sospechas y desinformaciones. El reino de la desconfianza partidista, alentado por las distintas fuerzas que, sin duda, actúan —ya sea individuales, colectivas o bots controlados por IA— seguirá creciendo y reclutará sus locos vociferantes o silenciosos, armados con un rifle semiautomático, automático o manual.
¿A quién le importan los hechos? ¿Qué es un hecho? ¿Es posible frenar una sociedad que solo acepta lo que le gusta, que solo cree lo que quiere creer? ¿Cuántos locos nos podemos permitir? ¿Cuántos mentirosos?
* "Imágenes falsas del tirador y conspiraciones sin pruebas: los bulos sobre el atentado contra Donald Trump" Newtral 14/07/2024 https://www.newtral.es/bulos-conspiraciones-atentado-trump/20240714/
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