Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El
mayor problema de una campaña electoral no es que tu contrincante se burle de
ti; lo malo es que tenga razón. Y eso es lo que ocurre con Joe Biden, empeñado
en seguir en la Casa Blanca, algo que entendemos pero en lo que casi nadie
cree. Quizá el más claro síntoma del problema de Biden sea el negarse a ver la
realidad. Cualquiera puede confundir a Zelenski con Putin, cualquiera menos
alguien que quiere ser presidente de los Estados Unidos cuatro años más.
Aquí la
función de los asesores es fundamental. Pero no es lo mismo ser asesor de un candidato a presidente que
ser asesor de un candidato a la
presidencia retirado. No, no es lo mismo. Eso lo entiende cualquiera.
Los
asesores presidenciales empiezan a pensar más en sus cargos y privilegios que
en su verdadera labor, es decir, pensar en lo mejor para la presidencia para
que esta solucione los problemas del conjunto social. Al menos esa es la
teoría.
El ser asesor presidencial puede peligrar si empiezas a decirle cosas como que se retire. Esto puede llegar a ser un tabú, algo no mencionable, el límite. Puede que se lo hayan dicho ya y haga oídos sordos. Pero entonces solo hay una salida, la dimisión
Una cosa es "perder" —un riesgo mayor o menor— y
otra "no presentarse", donde el riesgo desciende a cero porque la
pérdida es segura. Una cosa es ayudar
a que llegue a la Casa Blanca y otra es recomendarle que salga.
Pasado
cierto momento crítico, los asesores —la camarilla— piensan más en ellos mismos
—diciendo lo que esperan escuchar— antes que lo que cualquier político
inteligente (en su caso) debería oír: críticas constructivas, señalamiento
claro de sus errores.
Me imagino que esta separación entre partidarios de seguir y de renunciar ya se ha producido. Los titulares de la prensa distinguen entre ambos intentos, ambas fuerzas enfrentadas. Biden parece solo escuchar por ahora a los que le piden quedarse. Pero cuando aumente la presión fuera, veremos qué ocurre.
A Trump, los malos asesores de Joe Biden se lo ponen fácil y hasta se permite burlarse. En RTVE.es nos cuentan el primer mitin de Trump tras la nominación:
Trump se ha burlado de los demócratas, diciendo que querían echar a Biden
de la candidatura después de que ganara su concurso de nominación presidencial.
"En este mismo momento, los jefes del Partido Demócrata están
frenéticamente intentando derribar los resultados de las primarias de su propio
partido para sacar a Joe Biden de las papeletas", ha comentado, mofándose
más tarde de que el partido "no tiene ni idea de quién es su
candidato".
Trump insulta a Biden como
"enfermo, débil y patético"
También ha capitalizado la débil actuación de su
oponente en el debate de finales de junio, tras el cual empezaron las presiones
de líderes demócratas para que Biden abandone la carrera presidencial:
"¿Quién ganó el debate, Biden o Trump?", ha preguntado, suscitando
gritos con su apellido.
"Este es un hombre enfermo, débil y patético que
no puede presentarse a unas elecciones", ha declarado con dureza.
"Cuando voten por Biden, probablemente estén
votando indirectamente a Harris, de todas formas", ha agregado el
expresidente, que ha aprovechado para repetir sus denuncias infundadas de
fraude electoral o "trampas" en las anteriores elecciones que perdió
frente a Biden.*
Biden ha desaprovechado hasta el momento la posibilidad de dar la vuelta al tema y hacer un gesto de reconocimiento del problema, de volverlo "natural" y demostrar su generosidad dando paso a otro candidato o candidata por el bien mayor, el futuro del país. En lugar de esto, les ha servido en bandeja la elección. El atentado del otro día ha sido el broche de oro de una candidatura lista para volver a la presidencia.
Ahora los republicanos lo presentarán como un "desalojo" del poder de alguien que se resiste contra toda evidencia de limitación o incapacidad. De Biden, que lleva toda la vida en política, se podrá decir de todo en cuanto a los motivos para querer permanecer en la Casa Blanca, anteponiendo sus deseos a las necesidades del país, que es lo prioritario. Es un blanco fácil y más teniendo a Trump con su oreja vendada como símbolo de resistencia. Los republicanos no han tenido pudor en usar esta línea de ataque.
Pero Biden está haciendo algo peor: atacar a los que piden el recambio, llamarlos traidores, como acaba de hacer con Barack Obama. Creo que es el síntoma definitivo de que prefiere perder y servir la Casa Blanca a Trump en bandeja antes que buscar una solución digna y razonable. No hay conspiración, solo desesperación.
La verdad, con un Trump haciendo virtudes de sus defectos y logros de sus pifias, no es fácil sostener una línea como la escogida por Biden. Si cada vez que Biden sube una escalera o dice cuatro palabras seguidas todos están esperando que ocurra o no ocurra algo, es que no se va por buen camino, algo que los asesores deberían decirle que es irreversible. Pueden mentirse diciendo que pasó una mala noche, pero no tiene sentido ir contra la única verdad irrebatible: el tiempo pasa.
Me temo que la salida de Biden va a ser de todo menos honrosa.
* "Trump se burla de los demócratas y de la debilidad de Biden en su primer mitin tras el intento de asesinato" RTVE.es / Agencias 21/07/2024 https://www.rtve.es/noticias/20240721/trump-burla-democratas-debilidad-biden-primer-mitin-tras-intento-asesinato/16193188.shtml
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.