Joaquín Mª Aguirre (UCM)
¡Vaya
papelón electoral el que tienen en Estados Unidos! Las expectativas que se
abren ante cada uno de los candidatos son tremendas. Antes la gente se
preguntaba sobre lo que podrían hacer, sobre las decisiones que tomarían Ahora
es bien distinto. Sobre uno se preguntan si irá a la cárcel, si se puede ser
presidente desde una celda; sobre el otro, las preguntas son si se equivocará
al dar las órdenes por confundir enemigos y aliados.
Conforme
avanza el tiempo y se acerca el momento, las cuestiones se aclaran en un
sentido y se oscurecen en otro. Trump, por ejemplo, no puede escapar de su
pasado, y Biden no puede hacerlo de su futuro. Pero lo que genera incertidumbre,
por definición, es el futuro. Trump se vuelve trasparente mientras que Biden tiene
por delante una oscuridad variada y creciente. El confundir a Zelenski con
Putin y a Trump con Kamala Harris, como acaba de hacer, no es precisamente un
rayo de esperanza para los norteamericanos, que tendrán que elegir entre el
riesgo y el desastre.
En
RTVE.es nos lo cuentas así:
Primero, ha llamado por error "presidente Putin" a Volodímir Zelenski, al presentarlo en el evento de la cumbre de la OTAN con líderes de varios países. "Damas y caballeros, el presidente Putin", ha dicho Biden, aunque rápidamente ha rectificado y ha indicado que el error se debió a que está muy concentrado en "vencer a Putin".
Además, el presidente estadounidense
ha vuelto a confundirse en la misma rueda de prensa y se ha referido a
la vicepresidenta Kamala Harris como "Trump". "No
habría elegido al vicepresidente Trump como vicepresidente si creyera que ella
no estaba cualificada para ser presidenta", ha apuntado tras una pregunta
sobre si Harris estaría lista para ocupar la presidencia en caso de que fuera
necesario.
La escena con Zelenski ha ocurrido ante la estupefacción de los líderes de todos los países miembros de la OTAN y mandatarios aliados al cierre de la cumbre de dos días celebrada en Washington. Los representantes de estos 24 países presentaban una declaración conjunta que ha subrayado que la seguridad de Ucrania es "integral" a la de la "región euroatlántica y más allá", y en un momento en que los medios analizan con lupa las intervenciones de Biden después de sus titubeos en el debate presidencial del mes pasado.*
De poco sirve darse explicaciones de que lo de Trump es voluntario, pura maldad, mientras que lo de Trump es un efecto del paso del tiempo que nos pasará a todos. El problema está en el cargo, en si se puede permitir la llegada de un Trump con sus historial o de un Biden con sus lapsus. Me imagino que la situación merece el estudio de moralistas, filósofos políticos, historiadores, etc. No creo que se haya dado una situación así en el tiempo, con tanta amplitud de incertidumbre, por un lado, y de certeza por otro. Todos saben lo que ha hecho Trump y no dudan sobre lo que pueda hacer; también saben que las perspectivas de Biden no son precisamente de mejora, sino que esto irá a más.
Todo
esto nos indica fallos en el sistema democrático partidista norteamericano. No
puede usarse otro término cuando entre tantos millones de personas, muchas
brillantes, se les da a elegir esto. Mucho han tenido que cambiar las ideas de
"servicio público", "deber ciudadano", etc. todas aquellos
relacionadas con la política y lo que supone ser presidente de un país
Mucho me temo que esto es muy general. Quedan países que todavía eligen gente bien preparada, que se renuevan las caras y las ideas para mejorar, pero son ya pocos. La tendencia mundial está en los autoritarismos y en las eternidades en el poder, en las camarillas y en los grupos de interés tras el poder visible.
Los
partidos han dejado de ser centros de generación de debates e ideas para
convertirse en maquinarias sumisas y clientelares. Son organizadoras de
bullicio y confusión más que otra cosa. Buscan un protagonismo organizado
basado en llamar la atención, en el personalismo de líder, que pasa a ser una
marca de fábrica.
Hay
demasiado marketing y pocas ideas sobre los problemas reales. Mucha comunicación
y poco diálogo. Se buscan culpables y no soluciones; se busca dividir y menos
trabajar sobre el conjunto, con mensajes que unan sin enfrentarse a nadie.
No es
fácil.
Podemos hablar de "tragedia electoral" norteamericana. Y así puede ser calificada por las consecuencias de la elección misma, que al margen de sus ideas, ambos partidos han sido incapaces de encontrar candidatos mejores. Algunos argumentarán que los republicanos sí saben lo que ha hecho al elegir a Trump. No les falta razón. Han tomado su decisión sabiendo plenamente quién era Donald Trump, su historial en todos los campos. Lo de Biden es otra cosa, la incapacidad de un político para ver su propia incapacidad. Es la confirmación en la legación. Pero tampoco has sabido preparar a nadie para la sucesión porque el propio partido no se adentraba en ese territorio. La propia Kamala Harris de fue sumiendo en la oscuridad porque darle protagonismo se vería como un "traición", como un asalto a la candidatura. Cuando se ha planteado como una necesidad ha habido que llegar a un desastroso debate y a confundir a Zelenski con Putin, que ya es mucho confundir.
No es
Biden el culpable por tener deslices
a su edad, sino los que no se han atrevido a plantear la sucesión, los que han
esperado hasta este momento. Lo que pueda pasar por su cabeza ahora para
negarse es parte del problema en sí. Da argumentos a Trump para reírse y los
quita a los demócratas para defender su candidatura.
El mundo, se nos dice, queda aterrorizado ante lo que ve y escucha, ante el desastre que se avecina por los dos lados.
*
"Biden rechaza retirarse pese a confundir a Kamala Harris con Trump y a
Zelenski con Putin" RTVE.es 12/07/2024
https://www.rtve.es/noticias/20240712/biden-llama-error-putin-zelenski-corregirse-cumbre-otan/16183139.shtml
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