martes, 6 de diciembre de 2022

Teoría y práctica de la refundación

Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Ciudadanos ha vuelto a convertirse en noticia, no por sus avances o perspectivas electorales —las encuestas lo dejan al borde de la extinción, con solo 1 diputado en la foto del momento—, sino por su complicado camino hacia la desintegración. Es una desgracia, desde luego, porque España necesita de un partido moderado en el centro del espectro político.

Sin embargo, Ciudadanos ha sido —por sus errores propios y deseos ajenos— el partido más vapuleado de todos. Lo ha sido precisamente porque unos y otros deseaban el espacio que este reclamaba para sí, aunque luego los actos le contradijeran.

En España se grita para todo. El gritar, acusar, señalar con el dedo acusica, mostrar las vergüenzas del otro, etc. es el verdadero programa de nuestros grupos políticos. Por más que tengan programas que digan otra cosa, estos no sobrepasan el diez por ciento de su tiempo. El resto, el 90%, es poner en solfa a los demás. Es así, desgraciadamente, y esto ha construido un sistema de difícil convivencia y de imposible acuerdo.

Un partido centrista, moderado, que quiere ser bisagra y aspira a contener a unos y otros por su derecha y por su izquierda es difícil que sobreviva. Lo es sencillamente porque no está en nuestra idea bullangera y agresiva de lo que es la política. ¿Recuerdan lo de la "nueva política", la que iba a desbancar a la "vieja política"? Un mal chiste. No ha hecho sino multiplicar sus males y eliminar algo que se pudiera llamar "virtudes".

El drama de Ciudadanos es que ya apenas les quedan personas para discutir entre ellos. Y, sin embargo, lo hacen. Con ello confirman su propio proceso de extinción por división interna.

Lo interesante es el juego de palabras, en este caso con "refundación", un argumento publicitario con el que se pretende conjurar la desaparición cantada. Es normal que el instinto de supervivencia lleve a apuntarse a cualquier explicación, pero de poco van a servir si dependen de sus electores, que consideran más útil que sus votos vaya a sitios más rentables.

La idea del llamado "voto útil" es la auténtica explicación de la política española desde que empezó a esgrimirse en los inicios de la democracia. Había que convencer a los electores de que te votaran porque, de otra forma, votar era como hacerlo en una papelera. Te explicaban que no todos los votos valían lo mismo, que sacar uno en Madrid costaba más que sacarlo en algún lugar despoblado; te decían que si se sumaban tus votos a los de tal partido este en vez de sacar lo que había sacado, tendrían más diputados, etc. Toda esta serie de argumentos lo que hizo fue votar sin ganas a unos ni a otros y, sobre todo, fijar la estrategia del miedo, de evitar que llegaran unos y otros al poder. El "poder" es, finalmente, lo que tenemos hoy, un espacio de contradicciones, propaganda y falsos amigos, compañeros de viaje, que te apuñalan por la espalda, van a su bola tratando de apuntarse logros y que tú cargues con sus culpas.

Esta es una de las consecuencias de carecer de un partido fuerte en el centro y de tenerlos, en cambio, en los extremos, que es lo que nos pasa. Pero a nadie, ni a derecha ni izquierda les ha interesado tener ese partido cerca más que en contadas ocasiones en que ha podido funcionar, pero no ha servido de nada. Nadie ha podido para el deterioro, la pérdida de votos, ante el deseo de los grandes partidos de mostrarse "un poco" centristas para poder marcar distancias con sus socios forzados, Vox y Podemos, que les acusan de "debilidad" y de connivencia con el enemigo en cuanto que se mueven "un poquito" hacia el centro.

En estos días se repite eso de que no habrá ya gobiernos de mayorías por la sencilla razón de que las mayorías no se van a producir y que seguiremos viviendo esta infumable situación política que vemos cada día y que los comentaristas políticos en los medios analizan y disfrutan contándonos una y otra vez.

En Antena 3 nos explican las teorías de Edmundo Bal para hacerse con el control de Ciudadanos:

Este lunes, Bal ha justificado que con el anuncio de su candidatura a las primarias ha dado un "paso adelante" para que la formación 'naranja' sea de nuevo un "partido de centro" que pueda pactar a izquierda y derecha sin "avergonzarse", porque con el liderazgo de Inés Arrimadas --a su juicio-- "parece de derechas" y "subalterno del PP". Bal ha dicho que le gustaría contar con el apoyo de "todos", incluida Arrimadas y Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid y coordinadora del equipo refundador. Y ha manifestado que no va a echarle la culpa "a nadie" de la situación del partido, porque él también tiene, ha admitido, responsabilidad en lo que ha pasado.

Según Bal, Ciudadanos no ha sabido "trasladar" a la ciudadanía que es un partido de "centro, liberal y progresista, o liberal y reformista", con independencia de qué calificativos se le pongan.


Y en el epígrafe final, llamado "Guerra abierta", se añade:

Edmundo Bal ha destacado su intención de lograr, si lidera Ciudadanos, un partido que vuelva a mirar la política de lado a lado, sin dar la espalda a ninguna formación constitucional. En una entrevista concedida a Onda Cero, el portavoz parlamentario naranja, a pesar de considerar que Pedro Sánchez es el peor presidente que ha tenido el Gobierno, ha incidido en la necesidad que, como partido liberal, Ciudadanos tiene de tender la mano al PSOE para que las decisiones de calado en nuestro país no las tomen las fuerzas independentistas que ahora mismo son aliadas de Sánchez, como son EH Bildu o ERC.*

 A veces se trata de meter demasiadas cosas en una misma declaración. Pero así aprovechan el tiempo nuestros políticos.

La explicación de lo que quiere hacer Bal —llamado "una refundación"— se olvida de que 1) lo primero que hace es echar a los que están (él también está, pero eso es solo un detalle); 2) no cambia nada el problema porque no puede modificar lo que él mismo señala, que otros pacten con terceros (Bildu, ERC o Podemos, entre otros). Lo que hace Bal no es refundar nada sino crearse más enemigos con los que no pactará porque, principalmente, no querrán pactar con él. Y cuando digo "él", puede ser literalmente, que sea ese único diputado que dan las encuestas. Muchas veces, las cuentas de la lechera no suelen salir.


Ciudadanos ha pactado allí donde han querido pactar con él. Eso es una realidad. Si ha sido mayoritaria o exclusivamente con el Partido Popular es porque a este —que ya ha abierto "amablemente" sus puertas a los dirigentes y afiliados que quieran incorporarse a sus filas— le ha servido como confirmación del "centro derecha", aunque luego se alíe con Vox cunado no salen las cuentas. No es justo decir que los problemas de Ciudadanos son de pactar con el PP y no con el PSOE cuando no ha habido esta circunstancia.

¿Hay alguna salida para Ciudadanos? La exhibición pública de sus heridas muestra que adolece de los mismos males que otros, pero sin los votos necesarios para su supervivencia. Es difícil que por este camino recuperen una imagen que se ha ido perdiendo y que ha sido dibujada desde el exterior por aquellos interesados en que no haya un partido centrista —o bisagra— según los intereses de cada uno. En Ciudadanos veían no un apoyo, sino un peligro todos.

Los partidos pequeños, con pocos votos, les sacan una enorme rentabilidad ya que son los justos para que los grandes puedan hacer algo parecido a "gobernar". Los apuros constantes del PSOE con el protagonismo oportunista de Podemos o las vergüenzas del PP por cada declaración de sus "realojados" de Vox, con su trumpismo a la española, no auguran que quieran una "bisagra central" que les condicione más.

La política española está llegando a un punto de complejidad que se acerca al caos. El espectáculo que nos ofrecen con cada ley que se saca, con cada discurso que se hace, la falta de moderación de los moderados, el aumento de la agresividad verbal,  las puñaladas traperas entre socios, etc. hace confiar poco en las posibilidades de un partido que parece que solo aspira a que se pongan acuerdo con él, quien sea.

El problema de Ciudadanos no es que no pacten con él porque no le necesiten. Es más bien la indefinición programática que se esgrime ahora (acercarse al PSOE) frente a la anterior (acercarse al PP), según la definición de Edmundo Bal. Un partido se define por sus ideas, no por sus alianzas, que serán las que sean cuando se produzcan, pero no un objetivo. 

Una refundación es otra cosa. En principio, debería ser una reafirmación en lo ideológico, en la necesidad de programas e ideas, de perspectivas de lo que debe ser la política española. Un partido que solo aspira al pacto, no es un partido; es un apéndice.

No sé en qué acabara la disputa refundacional, pero es poco probable que acabe bien.

* Paula V. Sisó "Inés Arrimadas asegura que se presentará para liderar Ciudadanos si Edmundo Bal no negocia una lista de unidad" Antena 3 5/12/2022 https://www.antena3.com/noticias/espana/ines-arrimadas-asegura-que-presentara-liderar-ciudadanos-edmundo-bal-negocia-lista-unidad_20221205638de3e1158bf20001127993.html

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