domingo, 15 de marzo de 2020

El crucero del Nilo o el caso egipcio

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Cuando se dieron los primeros casos en Egipto, lo titulamos "De puntillas" y señalamos que sería muy malo que el gobierno egipcio empleara con la pandemia las mismas estrategias que con el atentado al avión cargado de turistas rusos, que se empeñó en considerar un "accidente" mientras no se demostrara lo contrario. Lo contrario lo demostraron todos, pero el gobierno egipcio siguió mirando para otro lado pretendiendo que en Egipto no pasaba nada y que todo estaba controlado bajo la firma mano de al-Sisi, encerrando al que habla con voz distinta al gobierno, considerándolos traidores a la patria y terroristas encubiertos al servicio del islamismo, y cercando con leyes draconianas la posibilidad de los medios (o de los particulares, considerados como medios en sus páginas personales) de decir más allá de la propaganda con riesgo de cierre o peor.
El "de puntillas" hacía referencia a la táctica de silenciar los primeros casos y usar la estrategia de decir que han dado positivo fuera referida a los turistas, que, junto con los inversores, son la única preocupación del gobierno egipcio desde hace mucho tiempo. Para ser más preciso, interesan en cuanto a los ingresos económicos, pero poco en cuanto a lo demás, como se pudo comprobar con el tema del terrorismo en el caso del avión ruso. Una cosa es decir que "no pasa nada" y otra que realmente no pase nada. Las alarmas saltaron cuando Kuwait cerró el acceso a los vuelos desde Egipto. El asombroso caso de la turista taiwanesa-norteamericana y los 12 tripulantes egipcios contagiados empezó a mostrar que algo fallaba en la descripción de la situación egipcia al empezar a hacer sucesivos desmentidos. Las puertas empezaron a cerrarse en distintos frentes...
Egipto le ha aplicado a la pandemia global el mismo protocolo represor que al terrorismo. El que hable de ello será castigado. El diario Egypt Independent titula "Egypt designates numbers on WhatsApp for reporting coronavirus ‘rumors’". Las comillas son esenciales en torno a "rumors". No se trata de un número para informar sobre casos de contagio, sino un número para denunciar a los que propaguen "rumores", declarados enemigos del pueblo. Podemos leer en su inicio:

Egypt’s cabinet media center said on Wednesday that it has designated two numbers on the mobile call and messaging application WhatsApp for citizens to report “rumors” about the novel coronavirus, warning that those who spread false information about COVID-19 online could face legal measures under the penal code and cybercrime law.
Citizens can call the number 01155508688 or 01155508851 to report rumors or “false news” about the virus 24 hours a day, a statement from the cabinet media center said, adding that all legal measures will be taken, in coordination with concerned authorities, against any individual spreading rumors and/or publishing “false news” and statements on the virus with the aim of undermining public security or harming the public interest.
The statement warned citizens to exercise caution when it comes to the information they share online to avoid being subjected to legal measures.
There will be “no tolerance” in taking the necessary legal measures in this regard, the statement read.*



Nadie a quien se lo cuente podría creerlo. Es necesario leerlo. El cierre y control de la imagen pública es una característica esencial del régimen orwelliano de al-Sisi, cuya mentalidad cuartelera se ha extendido por el país y a los expatriados. Una sola mano, una sola voz. Cualquier desafío, como se explica en el texto será castigado severamente. Al gobierno no le preocupa la salud, sino la imagen. No se puede entender se otra forma. La incompetencia dura con la que el gobierno egipcio pretende tratar un problema de orden sanitario es de nuevo silenciar y ocultar lo que hay. Su credibilidad exterior es nula y pronto empezará a ocurrir en el interior del país pese al cierre y la vigilancia absoluta de medios y redes para evitar la expansión de noticias "rumores", según la versión oficial. Según su propia definición, es rumor todo lo que no salga de boca del gobierno.
Las consecuencias son rápidas. El artículo que publicaba ayer The Washington Post es demoledor para el gobierno egipcio.

By the time Egyptian health authorities learned about the coronavirus case on the Nile cruise ship, the infections had spread around the world.
As long ago as late January, a Taiwanese American passenger on the MS Asara was carrying the novel coronavirus, health officials said. But the vessel would make at least four more cruises, and at least 12 crew members would turn out to be infected. Some or all of them had worked on the cruises in February and early March, said a crew member under quarantine and a senior health official in Luxor.
Hundreds of foreign passengers, including dozens of Americans, and Egyptians were potentially exposed to the virus between mid-February and early March — a dramatic illustration of how, from a single, overlooked infection, the novel coronavirus could swiftly multiply and be carried across the globe.
At least six Americans infected aboard the Asara returned to Maryland, according to Gov. Larry Hogan (R), potentially seeding their communities with the virus. Twelve others have reportedly tested positive in the Houston area. The Centers for Disease Control and Prevention is contacting dozens of other Americans who were aboard the Asara in February to test them or ask them to self-quarantine.
Even after Egyptian health authorities were notified March 1 that the Taiwanese American woman had been carrying the virus while on the Asara and may have infected others on the ship, the vessel set sail on March 5 on yet another cruise while Egyptian health officials awaited the results of tests on the crew.
As more virus cases trace their origins to Egypt, questions rise over government measures
By then, an American travel agency that books Nile cruises had been told by the CDC that Americans on an earlier cruise of the Asara may have been infected. The travel agency, Gate 1, contacted the boat operator and the Egyptian Embassy in Washington, according to the company’s vice president for marketing, Marty Seslow. Gate 1 was informed that all the crew had tested negative for the virus, Seslow said.
 “We were given information that no one was sick and everyone was fine,” Seslow said. “Within 24 hours, we were told dozens were sick.”
Although Gate 1 was initially informed that the crew had tested negative, Seslow said the company decided to tell those clients aboard the ship about the CDC’s notification and offered to end their trip. But the passengers chose to remain on board.
“The reason we decided to stay on the vessel is because we were told initially that the crew had been tested and they had tested negative, and the ship had been disinfected twice,” said Amy Khamissian, 65, a paralegal from Miami. “We figured we’d be safer in this confined area. We were, at that point, misinformed.”
Less than a day later, when the ship reached Luxor, the passengers’ throats and nostrils were swabbed and blood was collected.
Thirty-three of them, including at least three Americans and 16 other foreigners, tested positive in addition to the 12 infected crew members. The infected passengers and crew members were taken to a hospital in northern Egypt for isolation and treatment. The rest, including at least 26 Americans and 56 other foreigners, were quarantined on the vessel.**



El revés para las autoridades egipcias es enorme. La falta de credibilidad es absoluta y la pretensión de librarse de un declive global del turismo con mentiras sobre los contagios solo ha servido para terminar de hundir al gobierno. Todos los rastros seguidos tienen como origen el crucero del Nilo. Como señalan en el artículo, es un caso de manual sobre concentración (el barco) y dispersión (los vuelos turísticos de regreso).
La táctica de sacar a la gente del país para que los contagios se contabilicen fuera es inmoral e imprudente. Todas esas personas han regresado a sus países siendo portadoras de algo que se les había dicho que no tenían posibilidad de infectarse. Se trataba solo de exprimir al turista y dejarle después a su riesgo, contagiados, rumbo a sus países convencidos de que habían estado en un medio controlado. El barco siguió saliendo pese a saberse que las tripulaciones estaban infectadas.
Las fotos de las medidas a la entrada del aeropuerto fueron circunstanciales y propagandísticas. El tránsito de los cruceros con personas de distintos países regresando infectadas es puesto por parte de The Washington Post como un ejemplo de todo lo que hay que evitar hacer.
Decir que los doce miembros de la tripulación, como inicialmente se dijo, pasa a ser un "rumor", es decir, un riesgo de acabar muy mal, tal como veíamos en el texto de Egypt Independent.


Hay un hecho más. El gobierno egipcio ha estado dando informaciones en las ruedas de prensa como si fueran avaladas por la Organización Mundial de la Salud. La presencia en cada información se ha tomado como una garantía de que los datos eran fidedignos. Como sabemos, no lo han sido. Y en estos momentos se desconoce el estado real del país en cuanto al número de contagiados, gente en cuarentena, etc.
Egipto es un país con cien millones de personas y con concentraciones elevadas de personas en algunas ciudades y un flujo de turistas desde el exterior que regresa después.
Entre 2018 y 2019 se hicieron en Egipto unos 35 millones de test de Hepatitis C. Egipto tiene una de las cifras más altas desde que la reutilización de agujas para combatir otra enfermedad, contagio a la población de forma masiva. Han pasado décadas para afrontar este problema desde que se inició. Millones de personas han llevado la enfermedad de un lado a otro por diferentes vías.


Ahora el problema es el COVID-19 y los efectos sobre la población, además de sobre su propia industria. El sistema sanitario es bastante deficitario y las personas que se lo pueden permitir salen fuera a someterse a curas sencillas. Las denuncias sobre las condiciones de los hospitales han sido frecuentes hasta que el gobierno decidió permitir el llamado "turismo sanitario", algo que permitía ingresos pero alejaba la sanidad de los ciudadanos.
Ahora puede estallar el contagio hasta niveles que no sea posible controlar. Las medidas contra quienes hablen de esto ya las hemos visto.
En Egyptian Streets, uno de los pocos medios que permanece responsable y crítico intermitentemente, su editor escribe:

Egypt is ‘open for business’ and ‘welcoming of all tourists’ as Egypt’s Ministry of Antiquities and Tourism alluded to earlier this week in a statement denying tourism sites have been shut down.
Yet, as has been the case in other countries across the globe, this is simply not enough. The goal is not to prevent people from getting infected, but to minimise the spread and how many people contract the disease. If one million Egyptians are infected, statistics show that at most 100,000 people would need hospitalization. This may severely strain Egypt’s medical resources, but Egypt and its economy would survive. But, what if the disease continues to spread and infects 10 million Egyptians as a result of a slow appropriate response? The country’s health and other infrastructure would crumble. Society may fall. We’ve already seen these pressures in Italy, where there are suggestions people of certain ages will not be provided medical care (such as respirators) and some people have been forced to live with their dead relatives because authorities do not have the resources to remove the bodies.***



Es lo que muchos egipcios estarán pensando, pero no se atreven a decir por temor a ser considerados "anti egipcios", "traidores", "terroristas", etc. Cuando la prensa internacional denuncia la situación de Egipto, el gobierno inicia campañas de desprestigio diciendo que están comprados por sus enemigos, de Qatar a Turquía, pasando por los Hermanos Musulmanes. Ahora no se trata de eso, sino de un caso que no se puede reprimir ni con los servicio secretos, ni con el espionaje de las redes, ni amenazando con la Policía a las personas, ni dejándolos abandonados en el borde del desierto. Son coronavirus. No se les puede atar, golpear, torturar o hacer desaparecer en la noche. No se les puede acallar ni censurar.
El final del artículo de The Washington Post insiste en la desidia, en la falta de responsabilidad y en el intento de blanquear lo ocurrido en el crucero del Nilo:

This week, in an attempt to defuse fears about the virus and entice tourists to return, Egyptian heath officials in Luxor randomly tested more than 2,400 people in hotels and on cruise ships, said the senior health official. They all tested negative, he said.
 “It’s a very weak virus,” he declared.
 That was enough to convince Egyptian health officials to end the quarantine of the at least 82 foreigners who were being held on board the Asara and send them home, even though the potential incubation period during which they could develop symptoms wasn’t even half over. A day earlier, they had been told they would be tested again by health officials, according to passengers.
They all left Egypt on commercial flights.**

El resultado lo sabemos, la expansión de los contagiados a sus lugares de origen. Quedaron fuera para que cuando hayan desarrollado la enfermedad se pueda denegar responsabilidad. Sin embargo esta es clara, muy clara.


Pronto empezará a manifestarse lo que ahora parece alejado y veremos durante cuánto tiempo se puede mantener el silencio o maquillar las cifras.
En el artículo se entrevista a uno de los guías turísticos del barco del Nilo. Confiesa estar asustado. Empiezan a sentirse ellos y sus familias estigmatizados. Los que estuvieron en el Nilo pueden ser portadores, igual que los turistas. Pero esto, en cambio, no se van, se quedan allí, a su suerte. Dice preferir el anonimato por temor a ser atacado por aquellos que temen ser contagiados. La alarma social pronto empezará a ser manipulada y se corren riesgos añadidos al mal vírico.
Esto, desgraciadamente, solo está empezando. Como dice Khairat, es una irresponsabilidad seguir negándolo y no tomar medidas. Para muchas puede ser tarde. Ningún gobierno está libre de error. Pero esto es algo más.


* "Egypt designates numbers on WhatsApp for reporting coronavirus ‘rumors’" Egypt Independent 11/03/2020 https://www.egyptindependent.com/egypt-designates-numbers-on-whatsapp-for-reporting-coronavirus-rumors/
 ** "The tale of how a Nile cruise boosted the international coronavirus outbreak" The Washington Post 14/03/2020 https://www.washingtonpost.com/world/middle_east/the-tale-of-a-nile-cruise-that-spawned-an-international-coronavirus-outbreak/2020/03/13/6ab633fc-6314-11ea-8a8e-5c5336b32760_story.html
*** Mohamed Khairat "Egypt Needs to Shut Down Before It’s Too Late" Egyptian Streets 14/03/2020 https://egyptianstreets.com/2020/03/14/egypt-needs-to-shut-down-before-it-is-too-late/



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