martes, 28 de noviembre de 2017

La polémica de los infieles

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El panorama egipcio tras el ataque a la mezquita sufí de Rawda muestra una extraña mezcla de silencio oficial —la edición de hoy de Ahram Online no destaca ya ninguna información— y algunas secuelas. No es fácil acallar el dolor ni silenciar las opiniones que acaban saliendo por las heridas. Lo que ha sido el peor atentado de la historia egipcia, su 11-S, como algunos lo han llamado, parece condenado a no ir más allá del luto oficial de tres días.
Pero hay voces que siguen planteando preguntas. Las más evidentes, como ya señalamos, era las que recordaban que los terroristas habían advertido del ataque, que la amenaza existía y que pese a ello actuaron con la más completa impunidad. Luego están las críticas desde el exterior, como los artículos en The Guardian, ante las que el gobierno reacciona de forma furibunda.
Pero lo más serio es lo que se está produciendo con la Universidad de Al-Azhar, que lleva tiempo en el punto de mira del gobierno y esta vez debe explicar ciertas actitudes ante los terroristas y el atentado. No es la primera vez que esto ocurre, pues se le exige con frecuencia que declare a los terroristas fuera de la religión, algo que no se ha producido. El bárbaro atentado, con sus 308 muertos (últimos datos), habría sido una buena ocasión para hacerlo, pero la institución guía del mundo musulmán se resiste a hacerlo.
Con el titular "We cannot declare Rawda mosque attacks infidels: Azhar spokesman ". Egypt Independent recoge este conflicto:

Al-Azhar spokesman Abbas Shuman said that the al-Rawda mosque attackers had “exposed themselves” of having no religion by carrying out the attack and that no one, including Al-Azhar, should therefore not need to accuse them of being non-Muslim infidels.
In a phone call to the television show “Hadrat Al Mowaten” (Your Excellency the Citizen), Shuman accused the terrorists of being “hired to destroy Egypt”.
Responding to a question as to why al-Azhar has not declared the attackers as infidels, Shuman said, “it is not within the power of Al-Azhar to declare the attackers of Al-Rawda as infidels. Al-Azhar does not judge people, because this opens doors we cannot close.”
The statement prompted a forceful response from prominent television presenter Amr Adib, who issued a vicious attack against Al-Azhar, saying, “why aren’t you declaring them as infidels? Don’t you realize these people have millions of followers who they convince of their ideas using the Quran and Sunna [sayings of the prophet]?”
Others have also criticized Al-Azhar for its stance. On Saturday, a series of Al-Azhar scholars together with a host of political and social movements, urged the religious institution to issue a declaration against the attackers to brand them as infidels.
“The crimes of these terrorist groups have crossed a red line. Destroying houses of God is a major crime. Al-Azhar has to issue a strong response to these people by declaring them as infidels,” a statement by a variety of societal currents read.
Meanwhile, religious groups, including Sufi orders, have announced the launch of a religious campaign, demanding the Islamic State to be declared as infidels.
Sheikh Alaa Abu Al-Azaem, head of World Union for Sufi Orders, stressed that the members of the Islamic State are not Muslims because of their anti-Islamic views , which he described as “destructive”.
In response to the critics, Al- Azhar called for an urgent meeting with the country’s prominent Islamic leaders to discuss whether or not to issue a “fatwa” declaring Daesh as infidels.*


El entramado es complejo, pero era evidente que la institución de Al-Azhar acabaría siendo señalada críticamente ante su resistencia a declarar "infieles" a los terroristas del Estado Islámico y de los que se han adherido a su programa. Es la prueba más evidente de que por mucho que se quiera ser políticamente correcto, los primeros que entienden que es una cuestión "religiosa" son los propios musulmanes que quieren que la barbarie de las acciones, su monstruosidad continua, sea expulsada de la comunidad religiosa declarándolos infieles. Ya no es solo una cuestión "ética": nadie quiere verse arrastrado por la consideración de que son miembros de una misma religión, que siguen un mismo Libro, por decirlo así.
Si los terroristas asesinos tienen el mismo estatus que las personas de bien, ¿dónde está la diferencia? Si los terroristas pueden seguir esparciendo su mensaje de que ellos son los verdaderos creyentes y que se limitan a cumplir los mandatos del Corán, ¿qué ocurre con el resto? No se trata de otra cosa y se le exige al Al-Azhar que lo deje claro, una "strong response", como se señala. Pero la institución se resiste.
Creo que esta presión va más allá del pulso mantenido con el gobierno sobre la llamada "reforma del discurso religioso", una fórmula vaga que puede afectar a muchas cosas. En este caso lo que se pide es muy claro y sencillo: la declaración de infieles de los asesinos y del Estado Islámico. Pero la tendencia de Al-Azhar suele ser nadar y guardar la ropa o, si se prefiere, sostener lo insostenible.
La declaración de que los terroristas se retratan con sus propias acciones es insostenible y vergonzosamente cobarde ante las claras exigencias de la población. Se les apela, además, desde otra idea: la destrucción de Egipto mediante una conspiración. No debe ser ese el argumento —el que trata de meter al nacionalismo en ello—, sino la barbarie. La crueldad espantosa del acto, su explicación como una forma "legal" de hacer cumplir la ley mediante el castigo, debería ser suficiente se produjera donde se produjera. No es necesario recurrir al ego nacional porque eso lo haría menos grave si se hiciera más allá de las fronteras propias. Y no es el caso.


Para muchos es irritante la actitud de Al-Azhar, pero otros afean que esta presión sobre ellos se realice cuando los crímenes afectan ya a la comunidad musulmana y que no se hayan valorado de la misma forma otras vidas, como ocurrió en el caso de los coptos. En este sentido, un incidente en los propios medios ha llevado a la polémica en estos días con la periodista y presentadora Rasha Magdi. Egypt Independent lo recoge con el siguiente titular "Egyptian TV host suspended over comments on N. Sinai mosque attack":

Owner of Sada al-Balad Media Group Mohamed Abu al-Enein has suspended one of its TV hosts Rasha Magdi and referred her to an internal investigation over inappropriate comments she made on air regarding Friday’s terrorist attack on the al-Rawda mosque in North Sinai.
Magdi went off script during her show on the privately-owned Sada al-Balad TV channel on Friday, describing terrorist attacks against the army and police as “mutual violence,” while suggesting that attacks against Christians are more understandable than attacks against Muslims.
“We saw attacks by terrorists on the police and army, and we said this is mutual violence. These extremist groups have attacked churches and we said that they think it is a [different] religion, not Islam, and it is hostile to them, and then we said it is okay, but how [can these groups attack] Muslims?,” Magdi said.**


Los comentarios no han gustado nada y se ha recordado que ella fue una de las voces en el caso denominado la "masacre de Maspero", en el que cristianos coptos fueron atacados por las fuerzas de seguridad cuando protestaban pacíficamente por la quema de una iglesia en Asuán en noviembre de 2011, uno de los episodios más oscuros.
Sin embargo, creo que lo que ha hecho Magdi es interpretar el famoso poema erróneamente atribuido a Bertolt Brecht "Primero vinieron..."***, obra del pastor Martin Niemoller, sobre cómo la Alemania de Hitler miró para otro lado ante la barbarie hasta que esta llamó a sus propias puertas. Lo que recrimina Rasha Magdi es la indiferencia social ante la muerte de policías y militares ("es su trabajo"), los coptos ("son de otra religión") hasta que llega la hora de las mezquitas, en cuyo caso la gente salta indignada.
Se ha interpretado como un "ataque a los coptos" ya que se ha entendido que son "diferentes". En el medio Watani Net, copto, se recoge como un ataque a los cristianos egipcios y se señala:

Ms Magdy said, as she posed her question on the reason behind the attack: “I can’t imagine or grasp what happened! We have heard about attacks by terrorists against the military and police, and it came under the pretext of an ‘exchange of violence’; also of attacks against Copts and their churches, and we considered it directed at non-Muslims, the followers of another religion and seen as their enemies. But [now they attack] Muslims! how could they?!” The remark brought Ms Magdy under fire; it was generally seen as an unacceptable slur against Copts.****


Al margen de otra circunstancia, el texto pretende ser irónico, recogiendo más que su opinión las voces sociales que se distancian de los acontecimientos en función de la proximidad. Lo que ha irritado es precisamente señalar la falta de unión frente a lo que se presenta como una sociedad monolítica.
El "un solo pueblo" es un ideal que se contradice muchas veces por las marginaciones reales. Ayer leíamos la sensación de abandono y discriminación que sentían los beduinos de la zona del atentado de la mezquita ante el tratamiento que se hacía habitualmente de ellos. Los propios coptos se han quejado en ocasiones de lo mismo. Pero los discursos oficiales deben ignorar esta división social. No creo que la intención de Magdi fuera el ataque a los coptos como mostrar la hipocresía social. Es esa misma hipocresía la que convierte sus palabras en ofensivas para los coptos. Por su parte, ella señala haber sido malinterpretada en su página de Facebook.
Ya se percibía en algunas opiniones —lo señalábamos ayer— el hecho de que no todos los muertos eran sufís, que sería un grado más de distancia dentro del autoengaño que permite creer que puedes llegar a no ser objetivo para los terroristas. Pero como se ha visto, una vez puesta en marcha la violencia, la distinción entre sufís y no sufís no sirve para salvar la vida.
La exigencia a Al-Azhar a que los declare "infieles" es para meterlos en otra categoría. Pero no solo son "infieles", que hay muchos, sino "infieles asesinos", en donde lo relevante es lo segundo. Es su "cruel inhumanidad" lo que les hace estar fuera de cualquier grupo o fe. Los "infieles" que no se meten con nadie no estarán muy convencidos de que se les meta en la misma categoría que los asesinos. Pero tampoco les van a preguntar. Es el peligro de etiquetar negativamente a los que no son como nosotros.  Lo esencial es que unos matan y otros mueren y la condena absoluta de la violencia y de su origen. La retirada clara de la "etiqueta religiosa" a los militantes, señalan algunos, les restará "seguidores". Está por ver, pero sería un gesto.
La Universidad de Al-Azhar tendrá que pagar su tributo futuro, pues a todos llega el momento en el que el peso de las incongruencias en la mochila nos hace doblar la espalda.



* "We cannot declare Rawda mosque attacks infidels: Azhar spokesman" Egypt Independent 26/11/2017 http://www.egyptindependent.com/we-cannot-declare-rawda-mosque-attacks-infidels-azhar-spokesman/
** "Egyptian TV host suspended over comments on N. Sinai mosque attack" Egypt Independent 26/11/2017 http://www.egyptindependent.com/egyptian-tv-host-suspended-over-comments-on-n-sinai-mosque-attack/
*** Poema del pastor Martin Niemoller:

«Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a por los judíos,
no pronuncié palabra,
porque yo no era judío.
Cuando finalmente vinieron a por mí,
no había nadie más que pudiera protestar.»


**** "TV PRESENTER, AGAIN, MAKES ’INAPPROPRIATE REMARK’ AGAINST COPTS" Watani Net 28/11/2017 http://en.wataninet.com/coptic-affairs-coptic-affairs/sectarian/tv-presenter-again-makes-inappropriate-remark-against-copts/22094/

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.