Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Hay
países que no pueden vivir sin teorías de la conspiración (USA, Egipto...) y
otras, en cambio, que son absolutamente reacias a aceptarlas. Nosotros estamos
entre estos confianzudos en su incapacidad de ser manipulados exteriormente, lo
que nos convierte en victimas perfectas.
Desde
que comenzó el proceso secesionista en Cataluña han sido múltiples las voces
exteriores que han advertido sobre la participación de Rusia, de forma más o
menos directa, en las maniobras de desestabilización. Ha sido el diario El País
el que más información ha dado sobre esta cuestión recogiendo diversas fuentes
exteriores, oficiales y extraoficiales. Pero el recelo a caer en la
manipulación sobre la manipulación nos hace ser confiados desconfiados.
Hace
mucho que hemos hablado aquí de las estrategias rusas en estos años para la
desestabilización de una Europa que la tiene bajo sanciones. Sus estrategias
son variadas y son tanto de uso interno (hacer ver a los rusos lo poco fiables
que son los europeos y la debilidad de las democracias) como externo
(afianzamiento de los intereses internacionales y destrucción de los
obstáculos).
Hace
también mucho tiempo que Rusia ha estado financiando y ayudando a los partidos ultranacionalistas
y populistas. También que hay otros países con una orientación similar en sus
estrategias que han diversificado la acción rusa. Son países que tienen objetivos
comunes, como el debilitamiento y división de Europa. Nos somos los únicos.
Esta "guerra"
es la de la información. En un mundo creado para la comunicación y las interacciones,
global, sin fronteras, la información es la forma de actuar sobre las opiniones
públicas. Aceptamos con facilidad que exista un neuromárketing pero nos cuesta
aceptar que la manipulación se pueda hacer fijar en nuestras decisiones
políticas, que tienden a ser más emocionalmente sensibles y cuya respuesta es
más visceral.
“España
debe tomarse muy en serio la amenaza rusa”*, titula el diario El País,
recogiendo la entrevista con Sandra Kalniete, vicepresidenta de Grupo Popular
en el Parlamento Europeo. En "La UE combate la máquina de propaganda del
Kremlin"**, el mismo diario nos informa sobre la existencia de un equipo
de especialistas, dependiente del Alto Comisionado de Política Exterior, dedicado
a detectar las falsas noticias y las manipulaciones en Internet con la
finalidad de desestabilizar a los países de la Unión.
Las
formas de manipulación mediática han aumentado obviamente con la aparición de
los nuevos medios. El caso no es nuevo y la "intoxicación
informativa" ha sido siempre un arma. Su alcance, como decíamos, está en
función del carácter dinámico de los nuevos escenarios de encuentro. Los
mentideros son hoy virtuales. Aquellos enclaves fijos en los que la gente del
Siglo de Oro se encontraba en Madrid para compartir y difundir información
sobre lo que ocurría. La viralidad no se ha inventado ahora. Estos nuevos
centros lanzan noticias que son replicadas en los millones de "muros"
de la red cuidadosamente tejida en muchas ocasiones.
Todas
las elecciones celebradas en Europa este año —más allá de las presidenciales
norteamericanas— han sido puestas en observación ante las amenazas de unos y
advertencias de otros. A través del comportamiento de las redes y de los
patrones surgidos de sus monitoreos
se han estudiado los patrones seguidos y rastreado las fuentes enmascaradas que
propagan falsas noticias. El diario El País señala en su artículo sobre los
especialistas de la Unión:
Según analistas de ese equipo, las noticias
falsas se han multiplicado en los medios habituales en la órbita del Kremlin,
tanto en ruso como en inglés o castellano. Algunos titulares falsos recientes:
"El español ya se enseña como idioma extranjero en Cataluña" (publicado
en Vesti.ru el 17 de septiembre), "Las islas baleares se suman a la
petición de independencia de España" (21 de septiembre en Sputnik),
"Altos funcionarios de la UE apoyan que se emplee la violencia en
Cataluña" (2 de octubre en la página de Facebook del político moldavo
Bogdan Tirdea).
De hecho, las herramientas de este equipo, de
nombre East Stratcom Task Force, han cuantificado el aumento de informaciones
sobre Cataluña en las redes prorrusas: de cuatro por semana se ha pasado a 241.
Los analistas de ese equipo, que ayer recibieron a EL PAÍS pero piden mantener
el anonimato por las habituales represalias rusas, explican que todas las
informaciones van dedicadas a debilitar a los países miembros de la UE y a
apuntar al desmoronamiento del Estado liberal occidental, ofreciendo a Rusia
como alternativa.
La primera información dudosa sobre Cataluña
de procedencia rusa apareció en el portal de noticias Izvestia.ru en septiembre
del año pasado, con el titular "Cataluña reconocerá a una Crimea
independiente". La nota empleaba unas declaraciones de José Enrique Folch,
un activista sin conexión alguna con el Gobierno catalán, para apuntar a que la
independencia catalana beneficiaría a la anexión de la península ucrania de
Crimea por parte de Rusia, al darle un reconocimiento internacional del que
carece en Europa y el resto de occidente.**
Como se
puede ver en esta simple muestra, los objetivos son muy distintos, desde los
que falsean la realidad de Cataluña hasta los que se aprovechan para atacar a
la Unión Europea que le sirven a Putin para reforzar sus políticas y,
especialmente, hacer ver que están del "lado bueno" y que la violencia
se vuelca contra sus simpatizantes.
Particularmente
interesante es la última, la que habla del reconocimiento de Crimea por parte
de Cataluña. No por inverosímil deja de ser demostrativa de lo que se busca. El
discurso que se ha escuchado a la CUP en varias ocasiones hacía un "canto
a los pueblos" con los que se sentiría hermanado. Son conocidas las
afiliaciones rusas con los movimientos ultranacionalistas repartidos por toda Europa.
La política romántica de "una lengua, un pueblo" es la usada por
Rusia para intervenir en favor de los "hermanos rusófonos" en el este
de Ucrania y, evidentemente, en Crimea.
Creo
que caben pocas dudas sobre la intervención rusa, por otro lado muy evidente,
en los procesos políticos en Europa. Ha desarrollado sus herramientas, de
televisiones en diversos idiomas a sitios web, con la intención de crear
tensiones. No está tan claro el grado de connivencia de las partes en el
conflicto. La gran pregunta es si son conscientes o si es una intervención
deseada. A veces uno hace extrañas alianzas por esos caminos de la Historia.
¿Y
Rusia qué saca? Desde hace mucho tiempo Rusia se dedica a acoger primero y a
fomentar después a una serie de personajes que usa para desestabilizar diferentes
países. Los robos de información son seguidos de campañas en las que se revela
aquello que puede interesar para la desestabilización. Eso va de los correos de
un partido o candidato a contratos o cuentas. Curiosamente nunca afectan a
Rusia o, para ser más precisos, al Kremlin o a los amigos de Vladimir Putin,
cuyos negocios no tienden a ser demasiado limpios. Las "tramas rusas"
están bien guardadas aunque finalmente vayan saliendo a través de rocambolescos
personajes y situaciones.
En
términos económicos, es una forma barata de desestabilizar. Las sociedades
abiertas son más sensibles a la manipulación que aquellas que poseen un control
fuerte de la información. La paradoja que algunos ya empiezan a expresar es si
el espacio creado por las nuevas tecnologías de la información (TICs), que iban
a ser un vehículo de ampliación de las libertades, no se han convertido en un
amplio y constante campo de batalla. El hecho es ya obvio. Las informaciones
manipuladas actúan como un Caballo de Troya dentro de los espacios
comunicativos.
¿Solo
Rusia? Claramente, no. La nómina es más larga. Y no siempre es caso exterior, sino
que desde el interior se crean las falsas noticias que sirven para buscar
apoyos exteriores, como hemos podido ver en Cataluña el 1-O, el día del
referéndum ilegal. Todo un aparato de comunicaciones perfectamente diseñado, en
letra y música, entonó el canto perfectamente desarrollado. Cualquier grupo
político recibe su entrenamiento en comunicación, sus talleres sobre cómo
conseguir el máximo efecto mediático con el mínimo de información. No disponen
de muchos recursos, pero los comunicativos son eficaces, baratos e
instantáneos. Cuando te quieres dar cuenta, existen las versiones adecuadas de
lo que se quiere decir.
Lo que
hace Rusia es, si le interesa, destinar sus recursos comunicativos a las causas
desestabilizadoras amplificando los efectos. Si en Estados Unidos están sacando
a la luz las tramas personales que vinculan los negocios de unos y otros con
Rusia, en Europa también hay interés en conocer las de algunos políticos o
grupos locales.
Con
todo, el problema que tenemos en Europa es nuestro y no es cuestión de Putin,
con el que debemos contar como artista invitado en cualquier situación que
contribuya a la desestabilización de la Unión Europea. Esto debe ser ya el
"nuevo normal" de la política, lo que debería hacer que nos centremos
en el origen de los problemas y tratar de evitar que todo esto impida
resolverlos. El primer interesado en que no se resuelvan es evidentemente
Rusia. Mientras se mantenga el lío, estará encantado, Los recursos son finitos
y mientras la gente tenga problemas, él se mantiene cómodamente.
La
globalización de las comunicaciones finalmente han favorecido (en este sentido)
a los sistemas autoritarios y cerrados. Les ha favorecido porque les permite
operar en campo contrario, mientras que ellos siguen manteniendo sus puertas
cerradas o muy controladas a la información. Aprovechan la circulación de la
información mientras que ellos la restringen mediante el control absoluto de
los medios convencionales y la vigilancia de las redes.
La
reciente reunión de las autoridades norteamericanas con los responsables de las
grandes empresas de las redes sociales, todas ellas también norteamericanas, va
en el sentido de exigirles una mayor vigilancia, un mayor control, sobre lo que
han creado. Poco se imaginaba el entonces vicepresidente Al Gore, promotor de
las llamadas entonces "súper autopistas de la Información", que no
serían una forma de penetración norteamericana sino de sus rivales políticos.
"Tech
Executives Are Contrite About Election Meddling, but Make Few Promises on
Capitol Hill", titulaba The New York Times la visita al comité de senado
de los Estados Unidos. Señalaban tras la visita a Washington:
WASHINGTON — Executives from Facebook, Google
and Twitter appeared on Capitol Hill for the first time on Tuesday to publicly
acknowledge their role in Russia’s influence on the presidential campaign, but
offered little more than promises to do better. Their reluctance frustrated
lawmakers who sought stronger evidence that American elections will be
protected from foreign powers.
The hearing, the first of three in two days for
company executives, served as an initial public reckoning for the internet
giants. They had emphasized their role as public squares for political
discourse but are being forced to confront how they were used as tools for a
broad Russian misinformation campaign.
Both Democrats and some Republicans on a Senate
Judiciary subcommittee complained that the companies had waited nearly a year
to publicly admit how many Americans were exposed to the Russian effort to
spread propaganda during the 2016 campaign. Senators pushed for harsher
remedies, including regulations on their advertising practices akin to rules
for political advertising on television.
“Why has it taken Facebook 11 months to come
forward and help us understand the scope of this problem, see it clearly for
the problem it is and begin to work in a responsible legislative way to address
it?” asked Senator Chris Coons, Democrat of Delaware.***
Las últimas preguntas deberán ser contestadas de muchas
formas, a través de diversos métodos, de lo legal a lo tecnológico. No será
fácil porque es en la apertura donde está el negocio de las redes, no en su
restricción. Eso las hace muy vulnerables. No tienen ese problema en aquellos
lugares en los que se está invirtiendo en software de vigilancia o en el cierre
del acceso a las redes. Las redes se están convirtiendo en el cubo en el que pescar.
Nos espera un futuro más cerrado, menos abierto a la comunicación. Los mentideros virtuales han pasado a ser lugares en los que no es fácil distinguir informaciones falsas de las verdaderas. Nunca lo ha sido, por cierto.
* “España debe tomarse muy en serio la amenaza rusa” El País
8/11/2017
https://politica.elpais.com/politica/2017/11/08/actualidad/1510166614_571653.htmlhttps://politica.elpais.com/politica/2017/11/08/actualidad/1510173839_971911.html?rel=mas
** "La UE combate la máquina de propaganda del
Kremlin" El País 9/11/2017
https://politica.elpais.com/politica/2017/11/08/actualidad/1510166614_571653.html
***
"Tech Executives Are Contrite About Election Meddling, but Make Few
Promises on Capitol Hill" The New York Times 31/10/2017 https://www.nytimes.com/2017/10/31/us/politics/facebook-twitter-google-hearings-congress.html
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