Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Cuando
repasas la prensa de distintos países, te das cuenta que, por encima de la
declaración de la renta filtrada de Trump o la crisis entre Holanda y Erdogan,
hay un punto en común: la intervención no programada de los dos hijos del
profesor Robert E. Kelly en la entrevista que vía Skype le estaban realizando
para la BBC. Mientras el entrevistado contestaba a lo que se le requería, la
entrada en picado de la madre intentando sacar a los niños del plano ha sido repetida
por todo el mundo, en todos los canales y a todas las horas.
The
Washington Post señala:
The professor at the center of the BBC
interview that was seen around the world (no exaggeration) has finally spoken
out about what caused his two adorable children to gate-crash his Skype
appearance.
Robert E. Kelly and his wife, Kim Jung-A, told
the Wall Street Journal that their family tried to lay low after being
overwhelmed with phone calls, messages and interview requests following Kelly's
now-infamous BBC spot.
But now, the newspaper said, the family was
giving “their first interview since their children interrupted a live BBC
segment on Korean affairs.”*
El momento quedó convertido en un pequeño clip, ideal para
ser enviado por todo tipo de dispositivos. Lo que era una disertación centrada
en la palabra, se transformó en slapstick,
es decir, una forma física de gag, con carreras, caídas y persecuciones, aunque
a pequeña escala. La entrada corriendo en el despacho de la madre intentando
sacar a los hijos del plano ha captado la atención del público mundial en un
lenguaje que todo el mundo comprende. Como es característico de la comedia, el
mundo ordenado se vuelve caótico.
Puede sorprender —a ellos los primeros— la atención mostrada
ante al que es casi ofensivo llamar un "incidente", ante las cosas
que pasan en el mundo, pero es precisamente "lo inesperado" lo que
prende con más fuerza en nuestra atención. El padre tratando de sacar a la hija de cuadro o la entrada del pequeño de ocho meses con el taca-taca han dado la vuelta a la disertación sobre el impeachment de la presidenta coreana.
El matrimonio se lo ha tomado con sentido del humor, como
debe ser. Y se ha iniciado el ciclo de la explicación, en donde lo caótico
vuelve a la calma. Los niños siguen pasando de la cámara, como es lógico. Se
escapan de las rodillas y brazos de sus padres. Primero la mayor (cuatro años)
huye de su madre, cuyos brazos ahora libres son buscados por el hermano (ocho meses) en su
huida de los del padre. Los padres realizan —como es natural— esta tarea de
forma mecánica mientras siguen contestando a las preguntas que les hacen. Pura realidad. Si algo desarrolla la paternidad es la capacidad de hacer varias cosas a la vez.
La emisión ha tenido también el efecto de dejar al
descubierto los estereotipos. Señala
en el diario:
Kelly said assumptions that Kim was a nanny,
and not the children's mother, made them “pretty uncomfortable.” But they also
said they appreciated why most people found the video so funny.*
El que mucha gente asumiera que por ser "oriental"
—ella es surcoreana— se trataba de una "nanny", revela la existencia
de un estereotipo, un tanto "molesto", como señalan. Muestra que hay
gente que sigue pensando en términos coloniales,
por decirlo así. Ese es exactamente el funcionamiento del estereotipo, trabaja
asignado un valor a lo que desconocemos y no nos molestamos en conocer. Este
proceder es ofensivo. Cuando los actores, por ejemplo, se quejan de que por sus
distintas procedencias se ven obligados a repetir papeles que refuerzan los
estereotipos, tienen razón. Lo ocurrido con los Kelly Jung-A lo demuestra.
En tiempos de desastres, de imágenes impactantes de guerras,
de epidemias, etc. el pequeño vídeo de los niños Kelly Jung-A ha suscitado un
interés inusitado. Los niños han desplazado al padre, experto en asuntos
coreanos, por lo que estaba siendo entrevistado. Los dos niños acabaron de un
plumazo con la corrupción en Samsung, la historia de la "rasputina",
la crisis creada por la destitución de la presidenta, la muerte de película del
hermanastro del "líder sexy" de Corea del Norte y la crisis de los
misiles. Todo saltó por los aires.
El profesor Kelly ha sido reciclado como padre mediático ("BBC
Dad", le llama en su titular The Washington Post) y su hasta el momento invisible
familia ha tomado el relevo en el protagonismo. Hay pequeños errores —no cerrar
la puerta— que pueden dar un giro a tu vida:
Kelly said he and Kim were “mortified” at first
but were not angry and didn’t scold their children.
He did worry he wouldn’t be asked to return on
television — but some of his fears subsided after receiving so many positive
responses as the clip went viral. (Comedian Trevor Noah called it "the
greatest moment in the history of television, ever.")
“I made this minor mistake that turned my
family into YouTube stars,” Kelly said. “It’s pretty ridiculous.”
At this point, the video has been dissected
with a fervor normally reserved for sports replays.*
Convertir a la familia en "estrellas de YouTube"
puede tener su gracia, pero a la larga tiene que cansar porque estar cosas o se
llevan en la sangre o te la hacen hervir.
Es probable que en los protocolos de conexiones en directo se
le pida a los entrevistados que comprueben el estado de sus puertas. O —quién
sabe— tengamos otra forma de ganar notoriedad por parte de aquellos que
realmente la buscan.
Les deseamos un olvido rápido por su propio bien.
*
"‘She was in a hippity-hoppity mood’: BBC dad breaks silence" The
Washington Post 14/03/2017
https://www.washingtonpost.com/news/worldviews/wp/2017/03/14/she-was-in-a-hippity-hoppity-mood-bbc-dad-breaks-silence/?hpid=hp_hp-more-top-stories_wv-bbcdad255pm%3Ahomepage%2Fstory&utm_term=.7a5271ee1def
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