Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
De
todos los posibles sentimientos, quizá el más fácilmente manipulable es el
miedo. Bajo el miedo, las personas son capaces de aceptar o realizar actos que
no harían en otras circunstancias. El miedo es el objetivo del terrorismo y
también del autoritarismo fascistoide que se justifica por el miedo.
El
terrorismo busca hacer vivir bajo el estrés del miedo, bajo la tensión que hace
replegarse sobre sí misma a la sociedad que lo padece. Se busca que la sociedad
miedosa recorte sus propias libertades bajo la presión del miedo. El autoritarismo,
por su parte, necesita del miedo para cumplir sus objetivos de transformación
social hacia su modelo. Se busca entonces la aceptación mediante el recurso a
la angustia, que se traslada como miedo a la sociedad. Para defenderse de la
agresión anunciada, los pueblos aceptan cambios y realizan actos que en
condiciones de normalidad no considerarían necesarios o tan siquiera justos.
A la
agresión del terrorismo se suma la agresión del autoritarismo, que usa muchas veces
las amenazas imaginarias, expande las ideas de agresiones para justificar la
represión y el cambio hacia su modelo. El miedo acaba siendo la justificación
de todo.
Ante las
amenazas reales se puede responder de muchas maneras. Hay pueblos que ante los
atentados han salido a la calle, como sucedió en París, a decir que seguirían
tomando el café en sus terrazas para demostrar que vencen el miedo, que
defiende el estado de normalidad. Se pueden tomar medidas de seguridad, pero no
apelar al miedo.
Las
autoridades francesas, ante un caso real de terrorismo, salen a decir que el Estado
responderá para llevar la tranquilidad y aumentar la seguridad ciudadana. Por el
contrario, el objetivo de Trump no es tranquilizar sino promover el miedo que
lleve a la aceptación de sus políticas. Trump no tranquiliza, inquieta, crea el
miedo, para posteriormente justificar sus acciones.
La
función de sus discursos apocalípticos es crear el miedo a través de la
elaboración de una "realidad alternativa" que debe ocupar la mente
del mayor número posible de personas. Esta condición es necesaria para que se
manifieste la adhesión a las políticas que van a ser desarrolladas.
En el
mes que Donald Trump lleva en la Casa Blanca, han aumentado los enemigos
imaginarios de los Estados Unidos. Han pasado a ser enemigos hasta los aliados
europeos, por cuya destrucción se ha brindado asumiendo el gusto por ser
llamado "Mr. Brexit" que ya manifestó antes de su elección. Los
peligros descritos en la campaña electoral se traducían en gestos insultantes y
órdenes ejecutivas. Quienes lo han pagado han sido México, declarado país
lazareto del que hay que separarse mediante un muro para evitar las hordas de
los "bad hombres" que llevan la violencia y la destrucción a una idílica América que se parece cada día
más a la descrita por Ira Levin en su fábula Las esposas de Stepford (1972), llevada dos veces a la gran
pantalla (en 1975 la primera y más recientemente por Frank Oz como Las mujeres perfectas, 2004) una
especie de Shangrila neoconservador, blanco, del que han sido excluidos
todos los diferentes.
Ese Stepford —machista, xenófobo— se asemeja a la propuesta de la América de Trump, Ya les ha dicho a las mujeres que "se vistan de mujeres", algo que encaja bien en ese pueblo imaginario y nada imaginativo.
Stepford es la negación de la diversidad, el sueño machista de la perfección descrito por Betty Friedan en La mística de la feminidad. Con la uniformidad femenina, Trump devuelve el golpe de la "marcha de las mujeres" producida al día siguiente de su toma de posesión. Es una indirecta bastante clara, no es muy sutil, para poder diferenciar a la "buenas mujeres" de las "malas mujeres" simplemente por su forma de vestir. Trump convierte sus gustos en norma y la norma en diferencia social.
Cualquiera que se oponga a su "realidad alternativa" es considerado "enemigo" y
señalado con el dedo para despertar las iras populares. The
Washington Post titulaba ayer "These are the American people Trump calls
enemies of the American people". Se refiere a la prensa y describe
a los periodistas que trabajan allí. Unos son héroes de guerra en Afganistán,
otros han nacido y crecido en pequeñas comunidades rurales o en grandes
ciudades, son —nos viene a decir— "americanos":
Trump’s Stalinist labeling of the media is his
latest attempt to delegitimize the structures of civil society, following
similar attacks on the courts and the intelligence community. We in the press
are an easy mark because we’re already held in low esteem. In this case, the
charge, using the universal language of autocrats, probably shouldn’t be
dignified with a refutation: To be forced to make the case that a free press
isn’t the enemy of a free people is to fight on Trump’s terms.
Instead, allow me to introduce you to the
backgrounds of some of my colleagues who Trump would have you believe are
enemies of the American people. I would argue that they are the American
people. Yes, they went to college, they live in the Washington area, and they
earn good wages; that earns them the “elite” epithet. But they hail from all
corners of this country, from farms and small towns, the children of immigrants
and factory workers, preachers and teachers.*
Reivindican la diversidad de lo americano, el derecho y la riqueza de las diferencias. En Stepford, por el contrario, todo es igual, apenas hay diferencias. Todo responde al mismo gusto rancio y edulcorado. Trump no ha llegado para unir al pueblo americano, como
tiene la desfachatez de decir. Ha llegado para excluir y clasificar. "Americanos" son los que están de acuerdo con él; los demás son
enemigos.
La pesadilla americana en busca de la perfección, como en la
fábula de Ira Levin, termina mostrando la artificialidad de un paraíso falso. Eso es lo que muestra. El "viste como una mujer" es toda una declaración de intenciones, un retrato de una mentalidad y una puerta a sus sueños de América.
*
"These are the American people Trump calls enemies of the American
people" The Washington Post
21/02/2017
https://www.washingtonpost.com/opinions/these-are-the-american-people-trump-calls-enemies-of-the-american-people/2017/02/21/957b8bbc-f87a-11e6-be05-1a3817ac21a5_story.html?hpid=hp_no-name_opinion-card-b%3Ahomepage%2Fstory&utm_term=.a9151b9e6af1
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