Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Tras
tres semanas en la Casa Blanca, Donald Trump ha conseguido estimular las artes
(carteles contra él), el ejercicio físico (manifestaciones) y, especialmente,
el sentido crítico del humor. Cada uno de estos aspectos le ha afectado de una
manera, especialmente los dos últimos, las manifestaciones desde el punto de
vista de las comparaciones numéricas y las imitaciones que realizan sobre él y
su equipo los actores de Saturday Night
Live. En sus tuits se puede ver el grado de irritación que le provocan
reduciendo el número de manifestantes ajenos y aumentando los propios o
diciendo que se aburre durante el programa y se va a la cama a dormir. Pero la
gente ha empezado a establecer las conexiones y a leer entre líneas el
significado de sus bostezos y la forma que tiene de calcular.
Trump
está acostumbrado a las parodias porque lleva conviviendo con ellas toda la
vida, de los Simpsons a las del programa que ahora le irrita (aburre). No
habría llegado hasta aquí si se hubiera dejado vencer por el exceso de
críticas. Pero en los últimos días se han revelado algunas facetas que muestran
ciertas debilidades por las que le van a entrar a degüello.
La cuestión
ha salido de forma espontánea cuando trascendió lo que más le había molestado
de la parodia de las ruedas de prensa de su portavoz de la Casa Blanca, Sean
Spicer, fue que estuviera realizada por una actriz, Melissa McCarthy.
El 6 de
febrero, la revista NME daba cuenta de la actuación de McCarthy y de la
reacción de Sean Spicer:
White House Press Secretary Sean Spicer has
given his verdict of Melissa McCarthy’s impersonation of him on Saturday Night
Live.
Making a surprise appearance on SNL at the
weekend, McCarthy’s performance of Spicer saw her telling assembled press
corps: “I’d like to begin today by apologising on behalf of you to me, for how
you have treated me these last two weeks. And that apology is not accepted. I’m
here to swallow gum and I’m here to take names.”
Referring to Trump’s recent supreme court
nominee announcement, her spoof version of Spicer described the scene by
telling the press: “Everyone was smiling, everyone was happy, the men all had
erections, and every single one of the women was ovulating left and right.”
Now Spicer has told Extra that while the
impression was “funny”, he felt that McCarthy “could dial back” a bit. He added
that McCarthy “needs to slow down on the gum chewing; way too many pieces in
there.”*
Trump
puede neutralizar las parodias que hagan de él, porque puede racionalizarlas en términos mediáticos.
Sean las que sean, se ocupan de él, que es lo importante Pero no puede hacer lo
mismo con los demás porque considera que si son atacables le acabarán debilitando
a él. No pensemos que se trata de un sentido solidario con las personas que
están actuando a su sombra. En modo alguno. La estima que Trump tiene por su
propia figura no se corresponde con la que tiene por los demás, que está en
función de su utilidad a su servicio.
Sin
embargo, la irritación causada por el hecho de que su portavoz de la Casa
Blanca sea interpretada por una mujer ha reflejado matices de la personalidad de Trump. Pienso que es algo que va más
allá de su misoginia y del desprecio que ha mostrado hacia las mujeres cuando
no se trata de representar un papel, sino de sus "charlas de
vestuario", como él mismo calificó sus palabras cuando salieron
indiscretamente a la luz durante la campaña electoral. Hay un Trump más
complejo tras la fachada del Trump visible.
The Telegraph británico ha conseguido mantener una sección actualizada
— "Donald Trump sexism tracker: Every offensive comment in one
place"—** para recoger el historial de los insultos y desprecios de Donald
Trump a las mujeres. Las mujeres que hayan votado a Donald Trump deberían haber
visto esto antes. Puede que le encontraran excusas a cada una de sus palabras o
hechos, pero al menos lo habrían visto y escuchado, ya que algunas son
entrevistas radiofónicas o televisivas.
El
historial de Trump es realmente impresentable, digno del desprecio más
absoluto, sin complejos y directo. No se merece otra cosa. El mismo que él ha
tenido para con las mujeres, es el que se merece; con esto es suficiente. Los
historiadores tendrán mucho que explicar en el futuro.
En este
mar de desprecios e insultos a las mujeres, han encontrado un hueco por donde
afectarle: las imitaciones. Quizá haya sido una casualidad que fuera Melissa
McCarthy la que realizara la imitación de Sean Spicer, pero las alarmas
saltaron rápido. Habían tocado un punto vulnerable con personajes masculinos
parodiados por mujeres. El hombre que decía que podía hablar como quisiera de
las mujeres porque no se iba a dedicar a la política (1993: ("it's
fortunate I don't have to run for political office"**), el hombre que dijo
que si su hija no fuera su hija tendría una cita con ella (2006 “If Ivanka
weren’t my daughter, perhaps I’d be dating her”**), que le prometió a su hija
que no saldría con chicas más jóvenes que ella (1999: "She made me
promise, swear to her that I would never date a girl younger than her"**) etc.
saltaba ahora ante una mujer disfrazada de hombre parodiando a una de las
piezas de su gabinete.
La
revista Vanity Fair nos cuenta sobre
cómo Trump frustró los planes de Sean Spicer de combatir con humor el humor:
Looks as if Donald Trump will not rest until
everyone around him appears just as thin-skinned as he is. After S.N.L. mocked
Sean Spicer with a rage-filled sketch from Melissa McCarthy, the press
secretary reportedly wanted to make light of the bit and offer up some jokes of
his own about it at a press conference—but the commander in chief apparently
wouldn’t allow it.
According to a Politico report from Monday, Trump was reportedly most incensed
that the venerated sketch cast a woman as his press secretary—a casting choice
that offers some tempting prospects for this week’s new installment with host
Alec Baldwin. But it turns out that the story doesn’t end there: after the
episode aired, another Politico story
reports, “Spicer had proposed cracking a joke about the send-up during his next
briefing, or even firing a squirt gun, as McCarthy had done in the sketch.
Trump vetoed the idea, according to one person briefed on the matter.”
The idea of Spicer trying to riff on the sketch
jibes with what a source told Vanity Fair in the days following that episode of
Saturday Night Live: that Spicer “thought the Saturday Night Live thing was
quite funny and totally got it.” Indeed, in an interview with Extra, the real
Spicer joked that McCarthy’s “Spicer,” who chewed the better part of a pack of
gum all at once—a dig at his reported cinnamon-gum addiction—“needs to slow
down on the gum chewing; way too many pieces in there.”
As for Trump’s apparent refusal to let Spicer
take the joke in stride, that also seems par for the course for this president.
According to Politico, Spicer “has
told several people that he finds the nonstop demands of the position
difficult.” We’re guessing the apparent moratorium on humor is probably not
helping. Spicer was once a well-liked figure in Washington, but his credibility
with the press has been in free-fall since Day One, when Spicer did not take
any questions at a post-inauguration press conference, instead focusing on how
Trump’s swearing-in allegedly drew “the largest audience to witness an
inauguration, period.” Since
then, things have not improved much.***
Los
intentos de Sean Spicer por salvar la cara por sus propios medios se ven
desbaratados por un Trump que prefiere los ataques a las bromas.
No es
fácil ser el portavoz de la Casa Blanca ante la prensa, pero lo es menos
todavía si quien está en la Casa Blanca es Donald Trump. La idea de Spicer de
no ir contra el humor sino dejarse llevar por él para tratar de reducirlo choca
con la personalidad de Trump, que prefiere arremeter contra los medios como ya
lo hace, dejando en peor lugar todavía a Spicer, que es quien debe dar la cara
en cada rueda de prensa.
Los
humoristas han visto una vía de penetración en la guerra contra Trump, que se
promete densa y larga. The Washington
Post recoge otra andanada directa esta vez al propio Trump. Si le molesta
que su gabinete sea interpretado por mujeres, le han dado ración doble. Esta
vez ha sido Stephen Colbert en su The
Late Show el que ha lanzado sus ataques:
Stephen Colbert tapped into the president’s
reported sensitivity and tendency to care about appearances by showing a
picture of a little girl — in bright pink dress, red tie and voluminous blond
wig — pretending to be President Trump during Friday night’s “Late Show.”
The idea appears to have been inspired by the
president’s distaste of the fact that his press secretary, Sean Spicer, was
portrayed by a woman, Melissa McCarthy, on “Saturday Night Live.” Citing
sources close to Trump, Politico reported Monday that the president “doesn’t
like his people to look weak,” and McCarthy’s portrayal of an angry, frustrated
and unhinged Spicer was seen as something that could affect the press
secretary’s longevity in the highly stressful and visible job.****
Una encantadora niñita disfrazada de Trump, con su cresta
característica y con una alusión a otro de sus puntos débiles, el tamaño de sus
manos. Colbert señalaba el hashtag de Twitter "#largerhands" para
acabar de rematar la jugada punitiva.
Decíamos
hace unos días que una característica esencial del trumpismo es considerar o
tratar como trivial lo esencial y elevar a esencial lo trivial. Este es otro
buen ejemplo ce cómo funciona la cabeza de Donald Trump y sus forma de percibir
el mundo y a la que los demás se ven arrastrados y se han de amoldar.
Sin
embargo, la guerra empieza por donde más le duele. Si Trump ha elevado a una
cuestión de gabinete las parodias televisivas, estás serán el frente abierto
para combatirle, ya que es él mismo el que ha elegido el terreno de juego.
Cuanto más vulnerable se muestre Trump con cosas intranscendentes más atacado
será.
Su
machismo le ha llevado a criticar la parodia de Melissa McCarthy considerándola
una forma de "debilidad" de sus subordinados. La siguiente en
ofrecerse, a petición popular, es la comediante Rosie O'Donnell. Es la
candidata ideal para representar a Stephen K. Bannon, el supremacista blanco asesor
de Trump, llamado ya el "Rasputin de Trump", algo que le enfada
bastante porque da a entender que está en sus manos.
Rosie O'Donnell
que ha sido blanco durante años de los ataques vergonzosos de Trump, tiene en
estos momentos una oportunidad de oro de tomarse una venganza cumplida por los
insultos y descalificaciones. Aquí dimos cuenta de algunas de ellas durante la
campaña electoral, pero venían de años antes.
La
cuestión ahora es cómo percibe el mundo esto. La llegada de Trump ha supuesto
un deterioro de la imagen de los Estados Unidos por todo el mundo. Trump ha
conseguido las portadas, pero los titulares los han escrito los críticos de sus
acciones. Los titulares se escriben con sus medidas, pero después con las
reacciones judiciales o populares.
La vida
política, como acción trascendente, si ha frivolizado hasta límites
insospechados. Algunos se preguntan si este deterioro de la imagen de la
política, traída por el propio Trump, beneficia o deteriora el sistema en su
conjunto. Es indudable que ha sido el propio Trump el que se presentó como una
alternativa a los "políticos" y fueron los republicanos primero y los
demócratas después los que no lo supieron parar. La propia elección es un
fracaso del sistema para mantenerse estable y sólido como tal. Trump no ha
solucionado ningún problema y sin embargo ha abierto muchos. Cerrarlos es ahora
prioritario, pero lo trivialización gana terreno y, sobre todo, es su terreno.
Los
cómicos hacen su tarea, sin duda. También los actores, que no pierden ocasión
de dejarle en evidencia en cada entrega de premios, en cada nueva entrevista.
32 de ellos son entrevistados para que definan el color del pelo de Trump. Es
la parte del espectáculo, a la que Trump es sensible porque es de ella de donde
procede.
Ahora
les toca a los políticos hacer la suya sin dejarse arrastrar por el trumpismo.
Los propios republicanos están preocupados por este efecto que puede borrarlos
también del mapa. Los demócratas también son responsables de diseñar estrategias,
de recomponer filas para ofrecer alternativas al electorado norteamericano. No
basta con sentarse a ver cómo se hunde o no Trump. Son ellos los que deben
intentar dignificar la política durante y después de Trump. Los republicanos ya
tienen bastante con atragantarse cada día con las ocurrencias del líder
sobrevenido.
Las
mujeres hacen también la suya. Fueron las primeras en manifestarse, al día
siguiente de su nombramiento, en una marcha histórica. Son muchos años de
desprecios por parte de Trump y ahora llega el momento de hacérselo ver. Lo que
Hillary Clinton no pudo, pese a sus casi tres millones más de votos, lo van a tratar
de conseguir cada una desde su puesto.
Me
imagino que el sueño de muchos es ver a sus actrices favoritas interpretando a
Trump y su staff, una versión cien
por cien de mujeres. Puede que el sueño de algunas sea incluso parodiar a
Trump, ya que saben que le molesta sobremanera. Y están en ello.
El
huracán Melissa no ha hecho más que empezar en los medios norteamericanos.
Trump dijo que cuando tienes el poder, las
mujeres te dejan hacer lo que quieres. Bien, ahora lo tiene y va a
experimentar algo diferente.
*
"Trump’s Press Secretary Sean Spicer responds to Melissa McCarthy’s ‘SNL’
impression of him" NME 6/02/2017 http://www.nme.com/news/tv/sean-spicer-melissa-mccarthy-impression-trump-response-1968491#0y6WSMdGvgtBIex4.99
** Claire
Cohen "Donald Trump sexism tracker: Every offensive comment in one
place" Lifestyle /Women act. 20/01/2017 http://www.telegraph.co.uk/women/politics/donald-trump-sexism-tracker-every-offensive-comment-in-one-place/
***
"Trump Reportedly Wouldn’t Let Sean Spicer Joke About Melissa McCarthy’s
S.N.L. Sketch" Vanity Fair 10(02/2017
http://www.vanityfair.com/hollywood/2017/02/donald-trump-sean-spicer-snl?intcid=recirc_outbrain_dfooter
****
"Stephen Colbert taunts Trump with a picture of a little girl posing as
the president" The Washington Post 11/02/2017
https://www.washingtonpost.com/news/arts-and-entertainment/wp/2017/02/11/stephen-colbert-taunts-trump-with-a-picture-of-a-little-girl-posing-as-the-president/?hpid=hp_hp-more-top-stories_ae-colbert-trump-1200pm%3Ahomepage%2Fstory&utm_term=.dfba7acb8d21
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