Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Pablo
Pardo, el corresponsal de El Mundo en
Estados Unidos, llama acertadamente a los que está haciendo Donald Trump "la
antidiplomacia del telefonazo"!* Con Trump en la Casa Blanca pronto no
sabremos si somos amigos de nuestros enemigos, enemigos de nuestros amigos,
amigos de nuestros amigos o enemigos de nuestros enemigos.
Armado
de su teléfono, fotografiado con el auricular en una mano y el pulgar elevado
de la otra, Trump pretende mostrar la imagen del ejecutivo que ha llegado a la nueva
dirección y quiere demostrar que se ocupa de todo. Si con ello pretende
transmitir confianza, lo que está haciendo es justo lo contrario. En su mente,
él ha llegado a salvar la empresa de la
quiebra a deshacer los acuerdos ruinosos tomados anteriormente por los
"directivo" inútiles que no habían leído sus libros para llegar al
éxito. El mundo está asustado de que una persona tenga esa osadía, prepotencia
y especialmente ignorancia.
El diario
El País nos cuenta las palabras de
propio Trump sobre esta faceta telefónica suya:
“Créanme, cuando oyen hablar de las llamadas
telefónicas duras que estoy teniendo, no se preocupen. No se preocupen”, dijo
Trump durante el Desayuno Nacional de Oración, una cita anual en Washington.
“Prácticamente, todos y cada uno de los países del mundo se han aprovechado de
nosotros, pero eso no va a seguir sucediendo”, agregó. “El mundo tiene
problemas, pero vamos a arreglarlos, ¿de acuerdo? Eso es lo que yo hago,
arreglo cosas”, insistió el republicano.**
No sé
si esto habrá hecho atragantarse el desayuno a muchos o que se intensifique el
fervor en las oraciones, probablemente las dos cosas y en ese orden.
La
perspectiva de Donald Trump definiendo qué
es y qué no es un problema en el
mundo es realmente aterradora, solo superada por su voluntad de arreglarlos.
Esa proclamación de ser un "manitas", con su "eso es lo que yo
hago, arreglo cosas" hace que el mundo imperfecto se eche a temblar y que
se tengan pesadillas en las que le ven con taladros, martillos y demás
herramientas para el bricolaje universal.
Los
Estados Unidos pueden elegir presidente a quien quieran, pero eso no le
convierte en presidente mundial. Trump no solo es "inexperto", como
le han dicho los iraníes contestando a su tuit intimidatorio, sino que tiene
una visión completamente distorsionada de lo que es la política. Esto ocurre
por su ego ha clasificado a todos los políticos anteriores, todos los acuerdos
internacionales realizados antes que él, etc. como lesivos para los Estados Unidos
y se ve como la persona que ha de arreglarlos. Quizá piensa que la Casa Blanca,
al contrario de lo que cree el resto de la Humanidad, le viene
"pequeña".
Del
"América First" y de hacerla más
grande, hemos pasado a este espectacular "El mundo tiene problemas,
pero vamos a arreglarlos, ¿de acuerdo?" que dejará helados a todos.
"¿Soy un problema?", se
preguntarán algunos. "¿Encajo en la definición?" "¿Estoy ya en la lista de reparaciones
del "manitas?" Por lo visto, es Trump quien decide si tienes un
problema y también quien te lo arregla, quieras o no.
Lo que
sí empieza a tener claro todo el mundo es que Trump es una maquina de crear
problemas. Al contrario de lo que suele hacer la persona inexperta, Trump se ha
rodeado de gente impulsiva y radical, lo que le hace mucho más peligroso. Se
pueden tener malas ideas, pero alguien inteligente a tu lado puede ayudar. El
equipo elegido por Trump no es de personas juiciosas sino de agresivos
sectoriales, personas con un perfil radical en algún aspecto y por el que han
sido elegidos para los cargos donde puedan desmontar todo lo que les molesta.
El ejemplo de la llegada de la nueva embajadora en las Naciones Unidas es
claro: llega amenazando a todos los que no se plieguen a los deseos de los
Estados Unidos. "Tomaremos nota de los que no nos sigan", dijo desafiante.
La eurocámara ha rechazo al embajador propuesto, Ted Malloch, por ser un feroz
antieuropeísta. En realidad, Trump ya tiene bastante embajador en la eurocámara
con Nigel Farage. Que hizo un encendido discurso antieuropeo mientras un eurodiputado
sujetaba tras un cartel diciendo que es un mentiroso.
El tono
de la contestación a Trump va subiendo. Una vez pasados los primeros días y
comprobado cuál va a ser su estilo en
la Casa Blanca y desde la Casa
Blanca, las instituciones y los países se preparan para tomar sus decisiones y
seguir las estrategias adecuadas para frenarlo.
Los
ataques en Ucrania, entiendo, forman parte de la estrategia rusa de presionar a
Europa ante la tibieza norteamericana. En el mismo sentido, la aparición ayer de
Putin con Viktor Orban para el acuerdo energético es una especie de órdago para
que sea autorizado por Europa, ya que afecta a las sanciones. Es un doble
desafío.
Los
cuatro peligros que señalamos se ciernen sobre la Unión Europea se van
cumpliendo aumentando en intensidad. Trump se añade a la presión de Putin, la
del Brexit con Reino Unido y los antieuropeos, y la presión migratoria por parte de Turquía.
Angela Merkel ha debido ir a ver a Erdogan después de la jugada de Theresa May
de ir a venderles armas. Merkel ha mantenido el tipo y ha hablado de la
importancia de Turquía pero les ha recordado que además de frenar los golpes de
estado hay que respetar la libertad de expresión y demás.
Creo
que Donald Tusk ha dado un aviso convincente: Europa debe definirse claramente
y mantenerse unida. El problema es la dificultad de una Europa llena de citas
electorales, con la presencia importante de los antieuropeístas apoyados por "Mr
Brexit" Trump desde los Estados Unidos y desde Rusia por Putin.
Los
temores de desestabilizaciones
informativas, como las ocurridas en Estados Unidos contra Hillary Clinton, o
incluso de que jaqueen los votos electrónicos han hecho que se establezcan
prevenciones. Estas abarcan desde el establecimiento de grupos de acción rápida
sobre las "noticias falsas" para que puedan ser desmentidas lo antes
posible hasta el anuncio del recuento manual de los votos hecho por Holanda. El
País titula "Holanda contará a mano los votos para evitar un posible
ciberataque". Señala la noticia:
Los comicios legislativos holandeses están
convocados para el próximo 15 de marzo, y la medida pretende evitar el pirateo
de los programas informáticos listos para contar los sufragios. Ronald
Plasterk, ministro de Interior, ha justificado el paso “ante el presunto
interés mostrado por países como Rusia en la actual situación política
continental”. Pero sobre todo, después de que los servicios secretos de EE UU
alegaran que los correos electrónicos del partido Demócrata habían sido pirateados
para influir en el resultado de los comicios estadounidenses, que dieron como
vencedor al candidato republicano, y ya presidente, Donald Trump.
Cerca de 12,6 millones de holandeses están
llamados a las urnas para escoger entre 31 partidos. En estos momentos, los
sondeos arrojan un empate entre los liberales de derecha y el líder anti
musulmán, Geert Wilders, pero dado que ningún político con representación
parlamentaria quiere aliarse con él, para formar una coalición podrían
necesitarse hasta cinco grupos. En este contexto, Plasterk ha presentado “la
vuelta al viejo papel de toda la vida” en el Congreso. Ante sus señorías, ha
mencionado por carta lo vulnerables que son unos ordenadores considerados
antiguos, y un software sobre el que lleva discutiéndose desde 2011. “El
ciudadano debe fiarse de los resultados, y no podemos excluir que otros Estados
intenten influir en la opinión pública holandesa, y beneficiarse con ello”, ha
dicho. Frente a las cámaras de televisión ha sido más explícito. Ha mencionado
a Rusia, “el cambio operado en la situación geopolítica, y los consiguientes
peligros del cibercrimen”.***
Si hace
un par de años alguien hubiera descrito este escenario, probablemente se diría
que era un delirio. Los recelos recorren el mundo y se están deshaciendo en
horas alianzas de décadas, como ocurre con los Estados Unidos y Europa o
simplemente con el Reino Unido. Rusia interfiere y Estados Unidos interfiere. Tenemos
un conflicto bélico en pleno corazón europeo.
¿Por
qué "Europa"? Los motivos serían largos de explicar y no fáciles de
comprender en su sentido histórico. La guerra de Siria, prolongada hasta la
destrucción de un pueblo, ha sido el resultado de la obcecación de Rusia y del
surgimiento de una forma nueva de enemigo que ha superado los conflictos
nacionales y los de terrorismo, convirtiéndose en una forma mezclada de ambos.
Pero ha sido sobre todo la incapacidad de Rusia a renunciar a su base
mediterránea, como lo es la guerra de Ucrania. Con Trump, occidente se divide y
debilita y el espacio de dominio ruso se amplia e intensifica. La guerra con
Ucrania es por negarse a mantenerse bajo la órbita rusa en el empeño de Putin
por volver a crear, por la buenas o las malas, un nuevo imperio encarnado en lo
que considera su zona de influencia. Y Europa está pagando haber acogido en su
seno lo que estuvo bajo su control. Por eso está "reconquistando"
políticamente (Hungría) o militarmente (Ucrania) los viejos territorios. La vía
política le está dando éxito: apoyo a los enemigos de Europa, a los eurófobos,
fomentando el nacionalismo. Cuando haya un continente fraccionado, sin fuerza
ninguna, nadie le podrá disputar nada.
La
pizpireta Theresa May le ha propuesto a Trump un mundo liderado por Estados
Unidos y Reino Unido. Es otro personaje que tampoco tiene la costumbre de
preguntar a nadie. Cuando llegue el momento del Brexit veremos qué ocurre.
En un
duro artículo de The New York Times,
firmado desde Londres por Esteven Erlanger, titulado "For Europe, There’s
a New Threat in Town: The U.S.", se señala:
If many foreign leaders expected a Trump
administration to push to renegotiate trade deals, or take a tough line on
immigration, few anticipated that he would become an equal opportunity
offender. He has insulted or humiliated Mexico, Britain, Germany and Iraq;
engaged in a war of words with China and Iran; and turned a routine phone call
with the prime minister of Australia, a staunch ally, into a minor diplomatic
crisis.
With the possible exception of NATO, where he
has softened his tone, Mr. Trump has expressed disdain for other multilateral
institutions such as the European Union. His praise has been reserved for
populists and strongmen, like Nigel Farage, the former leader of the U.K.
Independence Party, President Rodrigo Duterte of the Philippines and, of
course, President Vladimir V. Putin of Russia.
Mr. Trump is convinced that the United States
has been played for a patsy by the rest of the world and is vowing to set
things straight. “We’re taken advantage of by every nation in the world
virtually,” he said on Thursday at a prayer breakfast. “It’s not going to
happen anymore.”
Against this forbidding backdrop, some European
leaders are urging their counterparts to recognize that Mr. Trump may represent
a truly dire challenge, one that threatens to upend not only the 70-year
European project of integration and security, but just about everything they
stand for, including liberal democracy itself.****
El artículo continúa citando la carta de Donald Tusk a los líderes
europeos advirtiendo de la "amenaza americana". Es la más peligrosa
porque viene de un aliado con lazos importantes. El error de Trump no es solo
buscar la destrucción de la unidad europea, lo que le convierte en enemigo, sino
ser incapaz de comprender que con ello debilita a los propios Estados Unidos.
Al igual que Rusia, piensa que negociar con una Europa débil y dividida le será
más fácil y rentable. Tremendo error histórico.
Se recogen en el artículo otras fuentes críticas con la
política antieuropea de Trump:
Mr. Trump’s open protectionism, his contempt
for the European Union and his ambivalence toward NATO are serious and
damaging, which Mr. Tusk understands, said Mark Leonard, the director of the
European Council on Foreign Relations.
“Trump is the first American president since
the E.U. was created not to be in favor of deeper European integration,” Mr.
Leonard said. “Not only that, but he’s against it and sees the destruction of
the European Union as in America’s interest.”
Worse, he said: “Europeans see Trump as the
biggest threat to global order and the European ideal of how the world should
be organized. The U.S. has been a crucial part of the ballast meant to be
upholding the global order in the face of these other challenges Tusk mentions,
from Russia and China to Islamic radicalism.”
“But rather than acting as a check on these
forces, Trump seems to be amplifying them, and that’s pretty terrifying,” Mr.
Leonard continued. “It’s like you suddenly discover that the medicine you’ve
been taking is making you sicker than the illness itself.”****
La
pregunta que surge entonces solo puede ser una: ¿cómo se para a Trump? Los titulares norteamericanos sobre el caos se
refieren tanto a las cuestiones domésticas de la Casa Blanca como a las
políticas locales y las internacionales. Trump ha puesto en marcha una locura
que no será fácil de parar en el caso de que se pare, algo que está por ver.
La preocupación
norteamericana ha dejado de ser exclusivamente interna, como ocurre con la
inmigración, sobre los derechos de las mujeres o la educación, sino que empieza
a ser francamente preocupante sobre el estado en que van a quedar las
relaciones internacionales, los efectos y los que se beneficiarán de este caos.
El
inconveniente de tener una persona así en la Casa Blanca debería hacer
reflexionar a muchos sobre los rumbos de la política. Que sean los rusos y los
antieuropeos
Debemos
acostumbrarnos a los sobresaltos. También empezar a pensar en las formas más
inteligentes de recuperar nuestra autonomía. La crisis con Ucrania no facilitó
depender menos de la energía rusa y buscar fórmulas alternativas, lo que nos hace
más fuertes. Ahora estamos aprendiendo lo que puede ocurrir con un loco en la
Casa Blanca.
Cuando
alguien llega por primera vez a la presidencia de los Estados Unidos (o de
cualquier país) se da un tiempo de aprendizaje. Con Trump no ha funcionado
porque lo que él estaba deseando era "arreglar el mundo", que es su infantil objetivo. No solo no tiene nada que aprender, según parece, sino mucho que enseñar a todos. La
soberbia es la peor maestra; la ingenuidad, la peor defensa.
*
"Donald Trump: la antidiplomacia del telefonazo" El Mundo 3/02/2017
http://www.elmundo.es/internacional/2017/02/03/58939823e2704ef4538b4698.html
**
"Trump advierte a los líderes del mundo que seguirá hablando fuerte"
El País 2/02/2017 http://internacional.elpais.com/internacional/2017/02/02/estados_unidos/1486058681_622191.html
***
"Holanda contará a mano los votos para evitar un posible ciberataque"
El país 3/02/2017
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/02/02/actualidad/1486035239_541475.html
****
"For Europe, There’s a New Threat in Town: The U.S." The New York
Times 2/02/2017
https://www.nytimes.com/2017/02/02/world/europe/trump-european-union.html?hp&action=click&pgtype=Homepage&clickSource=story-heading&module=a-lede-package-region®ion=top-news&WT.nav=top-news
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