Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Que los
norteamericanos se pregunten qué ocurrió la pasada noche en Suecia, que el
mundo entero se pregunte qué ocurrió la pasada noche en Suecia, puede ocurrir.
Pero que los suecos se pregunten qué diablos pasó esa noche en Suecia nos
provoca cierta inquietud. Más todavía: nos inquieta profundamente que los
suecos pregunten al presidente de los Estados Unidos qué diantres ocurrió en su
país la noche a la que se refiere el presidente norteamericano porque a ellos
no les consta que pasara nada. Los presidentes norteamericanos suelen estar
bien informados.
Las
cadenas televisivas norteamericanas, los medios en general, debaten durante
horas en sus programas sobre qué es lo que haya podido ocurrir en Suecia. Las
interpretaciones son múltiples y las aclaraciones
de la Casa Blanca no aclaran nada. Habrá que esperar al próximo Saturday Night
Live para saber qué ocurrió realmente esa noche en Suecia. ¡Triste destino el
de Donald Trump, ser comprendido solo por los humoristas!
The Independent británico nos muestra lo que repiten las
televisiones como momento estelar de su mitin en Melbourne, Florida:
The former real-estate mogul focused on
migration in Europe and linked it to terror attacks in Brussels, Nice and Paris
- before adding Sweden to the list.
“We've got to keep our country safe. You look
at what's happening in Germany, you look at what's happening last night in
Sweden,” he told supporters in Melbourne.
“Who would believe this? Sweden! They took in
large numbers, they’re having problems like they never thought possible.”
It came as a 2016 report found immigration had
helped fuel Sweden's biggest economic boom in five years.*
No importa que el mundo se pregunte qué diablos sucedió en Suecia, que pronto será un clásico, una contribución presidencial a
la jerga urbana, un sinónimo de absurdo—. Al "Fake News!", le seguirá
el "Fake Sweden!" como un espacio imaginario en el que ocurre lo que
nunca ocurre, una realidad paralela, una burbuja en el multiverso.
La respuesta sobre lo que ha sucedido tiempo atrás en Suecia
—no esa noche— es la violencia de los neonazis contra los centros de acogida de
inmigrantes y refugiados. Las cifras globales tampoco aclaran mucho lo que haya
podido querer decir, que es evidente: crear un ambiento hostil contra la
inmigración. Trump evocaba Suecia para reforzar el miedo a lo que él ha creado,
a los inmigrantes que quiere expulsar y a los que no quiere dejar entrar.
No se trata de crear seguridad, sino por el contrario de
hacer sentir sensación de inseguridad, de miedo. No es otra su burda intención.
Para el miedoso votante de Trump, América está bajo ataque, como lo está una
Europa entregada por Merkel y los suyos
al terrorismo. Ese el mensaje: todos incumplen, todos fallan en la defensa
del país.
Cuando nos decían los investigadores que el mapa de los
votantes coincidía con el de ciertas series de televisión, que son las que
encajan en las mentalidades diferentes en que se han divido los Estados Unidos,
una de ellas eran las series —como Mentes
criminales— en las que se nos muestra un mundo poblado de psicópatas
asesinos, de secuestradores, torturadores, sádicos, etc. Ese mundo de horror y
crimen era consumido preferentemente por personas que tienden a percibir el
mundo como un espacio peligroso. ¿Por qué no imaginarse una Suecia, una Alemania,
una Francia, etc. rodeadas de peligros, de personas incontroladas que llegan de
fuera y acechan en las sombras? Como decía alguien ayer en la prensa, ha habido
más delitos en la zona de Florida donde el presidente Trump dio su mitin que en
toda Suecia. Y es probable.
No deja de ser sorprendente —o quizá es lo natural— que el
país que tiene más armas en las casas, que tiene más matanzas en escuelas e
institutos, sea el que percibe la violencia como llegada de fuera. La visión de
la "América Paraíso" se mantiene entre muchos, un paraíso perturbado
por todos aquellos que les molestan por el "color" o la
"procedencia". Ese "paraíso" es descrito por Trump como un
"infierno" creado por la inmigración, por oleadas de narcotraficantes
y violadores que pasan por millares por las fronteras. Las cifras reales no
importan; se trata de aumentar la sensación de miedo y de ofrecer sus medidas como
solución. Se crea, por decirlo así, la "demanda" de seguridad para
que se acepte la "oferta".
Como la Casa Blanca siempre tiene razón, las explicaciones
—una vez comprobado que es noche no pasó nada en Suecia— se han intentado ir
por otros derroteros más globales. Pero se han repasado todas las cifras sobre
aumento de la criminalidad o el intento de vincularlo con los refugiados
acogidos y tampoco sale nada. Lo que sí se ha identificado es la fuente de
Trump, una pieza de la Fox News de un tal Ami Horowitz, que actuaba como
respaldo de las campañas de Trump sobre la seguridad. La Fox está empeñada en
que Trump tenga razón, por lo que se forma una especie de círculo vicioso en el
que la Fox asume la visión de Trump y este posteriormente las recoge como
fuente informativa de cualquier manera. Una vez más es víctima de lo que
siembra.
El diario sueco The
Local hace un repaso de su situación y señala cómo han ido llegando esas
noticias hasta Donald Trump:
Meanwhile, there is an ongoing domestic debate,
where many do argue that Sweden has long been too willing to accept new
arrivals. It received 163,000 asylum applications in 2015, but after tightening
its rules and borders, the number dropped to fewer than 30,000 in 2016. The
debate is widely thought to have boosted anti-immigration party the Sweden
Democrats, currently polling at around 18 percent.
"You should also remember that there are
Swedish groups who market this image. There are Swedes who write for
Breitbart," says Wästberg about the self-described alt-right platform of
which Trump adviser Steve Bannon is a former executive.
But let's take a step back from politics and
look at the facts.
As Horowitz states in the interview on Fox
News, Sweden's national statistics on crime are publicly available, presented
by the National Council on Crime Prevention (Brå) online.
According to these statistics around 28 percent
of all cases of deadly violence were linked to gun crime in the 2010-2015
period, compared to 20 percent in the previous five years. There were 112 cases
of deadly violence in Sweden in 2015, compared to 83 in 2005 (with a 111 peak
in 2007). Since 1990, deadly violence has decreased, according to Brå.
Reported rapes rose by 13 percent in 2016.
However, the number dipped by 12 percent in 2015, the year of the refugee
crisis. Some stats: In 2016 there were 67 reported rape incidents per 100,000
people, 60 in 2015, 69 in 2014, 63 in 2013, 66 in 2012, 69 in 2011, 64 in 2010
and 2009, 59 in 2008 and 52 in 2007.**
Las cifras suecas las firmaría cualquier población de los
Estados Unidos. La percepción de la "violencia" tiene mucho de
psicológico y de relativo. Lo primero porque está en función del miedo que
sienta, de la sensación de inseguridad que tenga o se me cree; lo segundo
porque no es igual evidentemente en cada país. Lo que es evidente es que aunque
los suecos se pudieran sentir más "inseguros", los norteamericanos no
los pueden invocar como ejemplo de "país que padece la violencia".
¡Ya quisieran ellos tener las cifras suecas! Por eso algunos comentaban, como
señalamos, que había más delitos en la zona del mitin de Florida que en toda
Suecia. La imagen que algunos norteamericanos tienen ahora de Suecia es como si
fuera el caos más absoluto.
Los grupos de antiinmigración suecos, los que participan en
Breitbart, publican noticias a su manera. La Fox y cadenas de pensamiento afín
las reelaboran y finalmente el presidente las ve en la Casa Blanca dándolas por
ciertas porque le interesa que lo sean. ¿"Fake News"?
El
periódico sueco concluye:
It is hard to see when in the past few years
this "absolute surge" took place. In fact, deadly violence in Sweden
is still around 1 per 100,000 people, compared to 5 per 100,000 in the US,
according to an FBI cited by the TT newswire.
But as history shows, once a lie sticks, it is
hard to get it unstuck. In the 1960s, Dwight D Eisenhower claimed in a speech
that Sweden's welfare policies had contributed to a high rate of suicide, thus
starting a still oft-quoted myth that Sweden has the highest suicide rate in
the world (it doesn't).
"60 years later, that's still around,
which shows how these things survive," says Wästberg.**
Eso es lo que se busca por parte de Trump. Que desde este
momento, los norteamericanos no dejen de pensar que hay que evitar que en los
Estados Unidos ocurran cosas como las que ocurrieron la noche pasada.
El sentido del ridículo de muchos norteamericanos está
siendo puesto a prueba. Los británicos siguen debatiendo si se debe recibir o
no a Trump en los Comunes o si la reina debe hacerlo. Los suecos ahora se
sienten perjudicados por otra tontería. El tono mundial ante Donald Trump está
afectando a los propios Estados Unidos, cuya imagen está deteriorando hasta
unos niveles insostenibles. Solo ha pasado un mes, que él mismo ha calificado
como prodigioso.
*
"Donald Trump is right, there was a recent attack in Sweden. By neo-Nazis
on a refugee centre" The Independent 20/02/2017
http://www.independent.co.uk/news/world/europe/donald-trump-terror-attack-claim-sweden-neo-nazis-refugee-centre-florida-rally-a7588516.html
**
"Analysis: Why Trump's false claims are bad news for Sweden" The
Local 20/02/2017 http://www.thelocal.se/20170220/analysis-why-trumps-false-claims-are-bad-news-for-sweden
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