Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
En
estos momentos de la madrugada, en la CNN se preguntan de dónde ha sacado el presidente
Trump los datos falsos sobre la criminalidad en Estados Unidos. Se lo preguntan
a la ya aburrida asesora y muro de contención Kellyanne Conway y dice
desconocer el origen. Conway todavía es motivo de controversia después de que
hablara de una matanza inexistente con todo convencimiento.
La
prensa norteamericana se encuentra estupefacta después de que la Casa Blanca
acusara a los medios de no informar de la 78 atentados para "ocultar"
al pueblo norteamericano la "gravedad del terrorismo". Según esta
teoría, habría una conspiración mediática para ocultar la realidad a los
ciudadanos, hacerles pensar en que el mundo va bien cuando, en realidad, es un
desastre. Entre esos 78 atentados "ocultados" a la opinión pública
norteamericana se encuentra algunos como la matanza de Niza. The New York Times
ha cogido la lista y ha mostrado cómo ha informado de todos y cada uno de ellos
a sus lectores. La CNN ha hecho lo mismo. Muchos de esos atentados han sido
portada de los medios, pero no en la dimensión
en la que parece vivir la administración norteamericana, contagiada del mundo
virtual en el que vive el presidente.
Euronews
lo recoge con el irónico titular "Los atentados que nunca viste en la
prensa, según Trump":
Esta vez no desató la polémica con 140 caracteres,
sino con una larga lista llena de lugares, nombres y fechas y con algunas
faltas de ortografía… Donald Trump la ha vuelto a liar al arremeter contra la
prensa con informe que recoge 78 atentados terroristas perpetrados por el grupo
Estado Islámico de los que supuestamente nadie o casi nadie se hizo eco.
Los ataques, muchos de los cuales no han sido
atribuidos al Dáesh, se produjeron entre los años 2014 y 2016, desatando un
“genocidio”, en palabras del presidente estadounidense, del que la “muy
deshonesta prensa” no quiso informar. “Tienen sus motivos y ustedes lo
comprenden”, apostilló ante un grupo de oficiales en una base de la Fuerza
Aérea de Tampa, en el estado de Florida.
Tras este discurso, la Casa Blanca divulgó un
documento indicando lugares y fechas en los que habrían sucedido esos ataques
terroristas que pasaron “desapercibidos”.
Según la Administración Trump, usted nunca
debería haber visto o escuchado que un terrorista arrolló con un camión a
cientos de personas en la ciudad francesa de Niza mientras festejaban el 14 de
julio, el día de la fiesta nacional, de 2016. El atentado de Niza dejó 87
muertos, incluido su autor, y más de 400 heridos. En español, hay 185.000
referencias en google. En inglés, casi 900.000. En francés, 1,6 millones.
También aparecen en la famosa lista ataques
que coparon la atención de los medios durante semanas, como fueron los
atentados de París, que dejaron 130 muertos y más de 350 heridos o los del
aeropuerto de Bruselas, con 35 fallecidos y más de 300 heridos.
El documento incluye algunas acciones
terroristas sin víctimas mortales y olvida varios ataques perpetrados en
Israel.*
Podemos
entender que esto es característico de la personalidad de Trump, que forma
parte de esa incapacidad de procesamiento normal de la realidad, pero todo eso
no lo ha elaborado él sino que sale de alguna parte. ¿De quién está rodeado el
nuevo presidente de los Estados Unidos? ¿No hay nadie que no se deja arrastrar
hacia el abismo del ridículo universal?
Una de
las garantías necesarias para no vivir en un estado de angustia es saber que la
información que se maneja es coherente con la realidad en que se vive. Pero la
nueva administración parece vivir en una burbuja que se realimenta con sus
propias mentiras y negaciones. ¿Hay algo más fácil de desmontar que esa lista
de los 78 atentados de los que se dice que nadie ha sido informado? Si los
asesores, si el personal de la Casa Blanca vive en la misma fantasía que su
presidente y no trata, por el contrario, de arrastrarlo hacia la realidad, ¿qué
esperanza nos queda? ¿Qué decisiones pueden tomar sobre las falsedades en que
viven?
En su
entrevista con Bill O'Reilly en el canal Fox News, Trump decía:
President Trump: 5:00. I read the papers, I look at
the television and I see the lies. When I was a businessman I got good press,
but at some of the networks and papers there is a level of dishonesty. It's
'fake news' and they're doing it because I'm on the other side of the equation.
They call themselves 'progressive,' but it's not true. They don't like anybody
on our side.**
La paranoia del presidente —claramente un desequilibrado—
amenaza con convertirse en una realidad sugestionada, en una visión del mundo
en la que los hechos reales se esfuman o se rechazan como "fake
news", etiqueta a la que Trump le dio la vuelta y pasó de que se la
aplicaran a ser el mayor expendedor de certificaciones de "verdades"
y "mentiras". Todo es real si lo deseas con la suficiente intensidad.
Se trata de ser "creyentes". Una vez que te conviertes en uno, las
palabras son dogmas, y el mundo se separa nítidamente en la luz y la oscuridad
con sus respectivos profetas. Los medios son ahora los profetas de la oscuridad
en la definición de Trump y sus seguidores. Cuando era un hombre de negocios,
no dice, todos le amaban. Debería releer su historia —aunque no serviría de
nada— y comprobar que no ha sido precisamente un favorito de los medios, sino
más bien un personaje peculiar y excéntrico, objeto de burlas frecuentes. ¿No
lo veía? La respuesta es no. En su patología está la ceguera.
Uno de los momentos increíble de la entrevista con O'Reilly
lo seleccionaba la CNN ayer. Es el momento sublime en el que se produce un
"very strange phenomena" —según definición de Trump— cuando quedan
solos los dos presidentes. The Independent recoge así ese momento:
Speaking of Mr Obama in an interview with Fox
News, Mr Trump said: “It’s a very strange phenomena. We get along. I don’t know
if he’ll admit this, but he likes me, I like him”.
When asked by interviewer Bill O'Reilly how he
knows Mr Obama likes him, Mr Trump simply responded: "I can feel it.”
Comparing this apparently amiable bond to
previously fraught relations between the two of them, the President continued:
“We had a rough campaign. He was fighting better for Hillary then she did. He
was vicious during the campaign towards me and I was vicious towards him. We
said horrible things about each other.
“And then we hop into the car, and we drive
down Pennsylvania Avenue together and we don’t even talk about it. Politics
is amazing.”***
En la noticia de la CNN en que se reproducía el fragmento,
la comentarista no pudo evitar un irónico "yo también lo he sentido"
al volver a la realidad del estudio desde la dimensión Trump, un mundo paralelo
en el que nadie puede dejar de amarle, incluidos sus rivales. La lista de
personajes que le aman se irá probablemente ampliando en el futuro e incluirá
al final de su mandato a los dirigentes de Irán y Corea del Norte, aunque no lo
quieran reconocer en público.
Queda como enemigo la prensa. Los medios son vistos como
obstáculos para que la gente le ame. Son ellos los que mienten sobre él y sobre
el mundo para que no se entienda su función: salvarnos del desastre, como ya ha
señalado. El viene a arreglar los problemas del mundo y, sin embargo, el mundo
no le entiende. Trump necesita enunciar increíbles desastres, situaciones al
límite, porque es la forma de aumentar así su propio valor. Para él solo vale
el apocalipsis.
Los medios ocultan el universo peligroso en el que todos
viven, las amenazas constantes ignoradas por efecto de los silencios, de las
ocultaciones. Trump trae la verdad y pide amor. Los medios se interponen entre
el profeta y su pueblo.
El otro día recogíamos las declaraciones del denominado
filósofo egipcio que señalaba que Donald Trump y el presidente Abdel Fattah
al-Sisi son "enviados de Dios". La sintonía entre ambos personajes es
notoria. La obsesión del presidente egipcio con que los medios de comunicación
mienten y que el pueblo solo debe escucharle a él un clásico de su mandato. Los
medios son la forma de penetración y destrucción en la guerra psicológica que
trata de evitar que la gente vea la realidad, algo a lo que solo él tiene
acceso. Los medios mienten; están al servicio de poderes extranjeros, poderes
oscuros que buscan la destrucción del país. Solo le deben creer a él. Su furia
viene de que para ser escuchado, se ha de recurrir a los medios y estos
distorsionan el mensaje.
No es de extrañar que la prensa egipcia se haya hecho eco de
las declaraciones gubernamentales egipcias sobre lo dicho por la Casa Blanca
sobre los atentados. Con el titular "Egypt Hails Trump Criticism Of
Western Media Coverage Of Terrorist Attacks", el diario Egyptian Streets
recoge esta sintonía de las administraciones egipcia y norteamericana:
Egypt praised on Tuesday the statements of US
president Donald Trump in which he criticized western media for not
covering about 78 terrorist attacks
worldwide, including nine in Egypt.
In a statement issued by Egypt’s Foreign Ministry,
the official spokesperson Ahmed Abou Zaid
said that these attacks were completely ignored by western media in a
clear bias. He also praised the new US administration, saying that its vision
is compatible with the repeated calls of Egypt upon the international community
to adopt a comprehensive strategy to combat terrorism on all levels.
Abou Zaid further added that the selectivity
and partiality in some western media outlets surpassed their indifference to
terrorist attacks, but also included showing sympathy with the casualties of
certain countries, while accusing other countries , like Egypt, with security
shortcomings.
The spokesperson concluded by saying that he
hopes the next phase will witness significant progress in how international
community tackle terrorism, and that the US will have a leading role in this
shift for the effect it has on the international community.
Bilateral relations between Egypt and the US
were tense during the administration of former US president Barack Obama,
particularly when the Egyptian Armed Forces ousted former president Mohamed
Morsi. The Obama administration described the ouster as a military coup. Obama,
as a result, decided to cut military aid to Egypt, but had to restore it later
in 2015 because of the ongoing danger of the Islamic State (IS).
Trump and Egypt’s president Abdel Fattah
Al-Sisi seem to be in line regarding their stances on extremism and political
Islam, which boosted the bilateral relations between the two countries after
Trump took office.****
El hecho de que la presidencia de Egipto se sume a la
paranoia de Donald Trump sobre su visión unilateral del mundo y lo que ocurre
en él forma parte de esa necesidad urgente de encontrar un "aliado"
que no reprenda a Egipto por la situación de los derechos humanos y la creación
de un sistema alejado de la democracia por la represión. Las críticas a los medios no son por no informar de los atentados, de los que
sí se ha informado —el gobierno egipcio incurre así en el mismo ridículo que la
administración Trump— sino por no compartir su visión del mundo. El gobierno de
Egipto quiere justificar su represión posterior al "no-coup" como
terrorismo, cosa que no todos están dispuestos a admitir. Mucha de la represión
realizada no va contra los terroristas —contra los que siempre ha tenido apoyo—
sino contra los opositores democráticos al régimen, como aquí hemos recogido a
lo largo de estos últimos años. Si el régimen de al-Sisi puede hablar de la
indiferencia de los medios debería hacerlo sobre lo contrario, el silencio que
ha rodeado en muchos países a los casos de los opositores muertos, encerrados o
a los que se ha prohibido salir del país. El silencio de los medios ha
beneficiado al autoritario gobierno egipcio en casos como la muerte asesinada
en plena calle por la policía de una manifestante pacífica, socialista, como
fue Shaimaa al-Sabbagh o el caso, todavía en el aire, del secuestro, tortura y asesinato
del estudiante italiano Giulio Regeni. Egipto se ha beneficiado del silencio en
las múltiples detenciones de personas, activistas, que acaban en las cárceles
esperando a ser juzgadas en aplicación de la ley anti protestas, herramienta de
represión contra el régimen.
Es muy significativo que tras el silencio —del que ya nos
ocupamos— sobre Trump y sus decisiones contra la entrada en los Estados Unidos
de personas de siete países de mayoría musulmana, la respuesta del gobierno
egipcio sea sumarse a la delirante iniciativa de negar el papel de los medios.
Insistimos en que en esto le ganó al-Sisi a Trump, que llevamos escuchando las
mismas diatribas contra los medios. De nuevo, el gobierno egipcio se equivoca.
Usar las mentiras y argumentaciones falaces de Trump para justificar las
propias no es el buen camino.
La batalla con los medios ya se daba en Egipto, en donde las
leyes se han vuelto restrictivas para la información. Es el gobierno —un claro
rasgo autoritario— quien decide qué es verdad y los medios los que están en
riesgo si no lo hacen. Las nuevas leyes sobre medios en Egipto tienen esa
función de controlar la discrepancia entre la historia oficial y el relato mediático
de los acontecimientos. Las carencias democráticas de Egipto son evidentes y las
voces críticas arriesgan mucho por sus denuncias. Un ejemplo lo tenemos en la
encarcelación del Auditor General del Estado cuando sacó su informe sobre la
cuantificación de la corrupción en Egipto. Se le acusó de
"desestabilizar" y "difamar" al país. No eran los medios,
sino el propio gobierno el que trataba de acallar los hechos que no le
gustaban. Los arrestos posteriores de funcionarios, con millones de euros,
dólares y moneda saudí, con maletas repletas en sus casas, las detenciones de
ministros acusados de corrupción por sobornos, etc. dejaron claro que el
Auditor no se había inventado nada, pero al gobierno no le gustaba. "Fake
news", le dijeron, mientras iba a la cárcel. También se lo dijeron a los
periodistas que informaban sobre la islas de Tiran y Sanafir, "fake
news". Encarcelaron a los directivos del sindicato de Periodistas por
ampararlos y difundir "fake news" al decir que había más policías en
la detención de los que el Ministerio decía. De nuevo, "fake news".
Sin embargo, seguro que nadie detiene
a los que dicen que al-Sisi es un enviado de Dios, como el filósofo. Esa es
verdad de la buena.
La pregunta de fondo es: ¿lo creen realmente? Si se trata
solo de una estrategia política, ¿pueden llegar a creérselo? La CNN entrevista
a Kellyanne Conway, una de las personas en el ojo del huracán por tener que
salir a dar la cara ante las declaraciones o los tuits de Donald Trump:
Washington (CNN)Top White House adviser
Kellyanne Conway appeared on CNN's "The Lead" Tuesday in a 25-minute
interview with Jake Tapper where they discussed President Donald Trump's
falsehoods and the administration's treatment of the press.
"I don't think CNN is 'fake news.' I think
there are some reports everywhere, in print, on TV, on radio, in conversation,
that are not well-researched and are sometimes based on falsehoods,"
Conway said.
Conway conceded this even as Trump has
continually slammed major media organizations, including CNN, The New York
Times and The Washington Post, as "fake news."
The interview included some concessions from
Conway, who said she was "trying to reach out" and "put out the
olive branch." *****
La distinción entre "noticias falsas" y noticias
"no bien investigadas y que algunas veces se basan en falsedades" es
difícil de entender para una persona normal, con un uso del lenguaje normal.
Allí donde el presidente da la versión resumida, Kellyanne Conway da la versión
extendida, con el giro semántico de que ambas cosas no quieren decir lo mismo.
La lista de los 78 atentados de los que los medios no
informaron y la evidencia de que sí lo hicieron por todo el mundo, debería
sumir en la vergüenza a quienes la elaboraron. Sin embargo, no es así. Está
hecha, una vez más, para alimentar a los que ya creen que el mundo es como
Trump lo explica.
Si Donald Trump se hubiera sentado frente a Barack Obama para
decirle "¡Barack, me amas, aunque no lo reconozcas!", Obama no habría
tenido nada que hacer para convencerle, porque él lo había sentido. Creo que ninguna situación refleja mejor que
esta la distorsión de la realidad y aquello a lo que llama "verdad".
Por muy "maravillosa" que a Trump le parezca la política porque
finalmente Obama le ama, hay cosas
que deben quedarse en su corazoncito. Que él las "sienta" no las convierte en "verdades" de la misma forma que lo que no le gusta no se convierte en "mentira". Freud habló de esto.
* "Los atentados que nunca viste en la prensa, según
Trump" Euronews 7/02/2017 http://es.euronews.com/2017/02/07/los-atentados-que-nunca-viste-en-la-prensa-segun-trump
**
"More with President Trump" Bill O'Reilly
https://www.billoreilly.com/show?action=latestTVShow#2
***
"Donald Trump on Barack Obama: 'I can feel that he likes me'" The
Independent 7/02/2017 http://www.independent.co.uk/news/world/americas/donald-trump-barack-obama-i-can-feel-he-likes-me-us-president-white-house-opinions-a7567151.html
****
"Egypt Hails Trump Criticism Of Western Media Coverage Of Terrorist
Attacks" Egyptian Streets 7/02/2017 https://egyptianstreets.com/2017/02/07/egypt-hails-trump-criticism-of-western-media-coverage-of-terrorist-attacks/
*****
"Jake Tapper spars with Kellyanne Conway over WH falsehoods"
CNN7/02/2017
http://edition.cnn.com/2017/02/07/politics/kellyanne-conway-jake-tapper-interview-cnntv/index.html
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