Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Puede
que a usted le hayan sorprendido las palabras del presidente de Iberdrola, que
el diario El País nos trae. Son las
siguientes:
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez
Galán, ha arremetido este miércoles contra la política energética del Gobierno
de Rajoy, al que ha enviado un recado con carga de profundidad: Iberdrola
reducirá a algo testimonial las inversiones en España en el trienio 2014-2016.
“El regulador dice que sobran inversiones en redes y generación y si el
regulador dice eso para qué lo vamos a hacer”, se ha explicado Galán, que
previamente había dicho: “Las inversiones irán destinadas principalmente a los
proyectos energéticos y países que disfruten de una regulación predecible y
estable”. Y los países que disfrutan de una regulación predecible y estable son
el Reino Unido (41% del total), Estados Unidos (17%) y Latinoamérica (23%), con
especial atención a México —donde ya es el primer productor privado— y, en
menor medida, Brasil. Pero no a España. “En estos momentos somos más
británicos, estadounidenses y mexicanos que españoles”, ha remachado Galán a la
hora de hablar de dónde invierten y de dónde sacan los mayores beneficios.*
España
se ha metido en un buen lío con el caso llamado, como si fuera de Agatha
Christie, del "recorte de las renovables". Tanto lío, que al enfado
del señor Sánchez Galán, que dice sentirse hasta extraterrestre antes que
español, hay que sumar una buena colección de demandas internacionales ante
múltiples foros porque hemos dejado de ser "predecibles y estables"
en nuestras regulaciones, es decir, algo así como lo de Argentina o de
Venezuela cuando les da por ahí.
Por
demandarnos nos ha demandado hasta el fondo de inversiones de los pensionistas
de la Policía Montada del Canadá, cuerpo que siempre hemos visto con simpatía
hasta el momento, los emiratos árabes o los fondos de los bancos alemanes, un variado
ejército que desde las Brigadas Internacionales no había acometido una campaña
de este calibre hacia España. El "caso del recorte de las renovable",
como es ya conocido por todos, es complejo y confuso, y creo que quien mejor lo
ha explicado hasta el momento ha sido El
Diario, que lo ha hecho así:
Imagínese que usted invierte en un negocio de
acuerdo con unas normas aprobadas por el Boletín Oficial del Estado. Se endeuda
en una empresa para la que contaba con unos incentivos –llamados primas– para
contribuir a la inversión y a la implantación de un modelo energético
fundamentado en energías renovables y limpias. Y suponga que, una década
después, el BOE dice algo completamente distinto: el Consejo de Ministros tiene
pendiente aprobar que los incentivos caigan un 20% y que los cálculos para
recibirlos serán revisables cada seis años.
Este decreto desarrolla una Ley del Sector
Eléctrico que impone cobrar un impuesto a quien utilice su tecnología, la de
usted (peaje al sol), y que la parte de su negocio, el de usted, se reduce por
el reequilibrio de la factura de la luz (cada vez cuenta menos el consumo y más
la energía contratada).
Pues bien, todo esto es lo que les ha pasado
a las energías renovables: se cambia una norma con carácter retroactivo y se
genera incertidumbre sobre el futuro. "Retroactividad e inseguridad
jurídica", es la jaculatoria que no dejan de repetir los afectados.**
¡Un
lío! Pero, además, un lío que puede costarnos cientos de millones de euros por
las demandas presentadas y las que quedan por caer. Uno no acaba de entender
del todo esto de la energía en
España, un sector tirando a poder en la sombra y, como hemos podido ver por el
señor Sánchez Galán, con vocación apátrida y viajera cuando se enfada. Y se
enfada cuando no gana bastante, como nos pasa a todos
Lo que
más irrita a los ciudadanos, que desconocen los entresijos de emiratos, Policía
Montada del Canadá, Bundesbank y demás fondos de pensiones (el verdadero poder
mundial, ¡ironías de la vida!) es que constantemente se nos dice que pagamos
uno de los recibos de la luz, es decir, la energía, más caros de nuestro
entorno. Nunca acabamos de entender porqué, si pagamos tanto, las compañías eléctricas
siempre se quejan. Aquí ya no se sabe si se hace política con la energía o si las
energéticas hace política con la electricidad.
El
diario El País explica y considera
que este caso es el resultado de ofrecer la luna como atractivo para que vengan
a invertir y que cuando se ve que se ofreció demasiado, se ha intentado
corregir de mala manera jurídica. El diario señala en su editorial:
Muchas empresas habían comprado negocios
renovables al precio establecido con primas altas; el vendedor se apropió de la
plusvalía generada por las ayudas públicas y dejó al comprador el gravísimo
problema de amortizar su inversión con unas retribuciones que, tras la reciente
reforma, son mucho más bajas. Este perjuicio es elevado, aunque entra en la
categoría de los costes regulatorios o inseguridad jurídica. Pero lo que podría
inclinar los arbitrajes en contra del Gobierno es la presunción de
retroactividad. Los recortes de las primas no deben aplicarse sobre la vida
útil de la inversión energética, sino solo en el tramo de inversión
desarrollado a partir del momento en que se decide la rebaja.
Los tribunales pueden castigar la presunción
de retroactividad con indemnizaciones onerosas y frustrar las posibilidades de
ahorro de la reforma. Es probable que algunas de las empresas constituidas al
calor de las primas iniciales tengan que cerrar. Podía haberse evitado mediante
una negociación previa. Pero ya es demasiado tarde.***
Ya sea
por lo primero, lo segundo o lo tercero, mucho nos tememos que paguemos como
siempre la subida y, por extraño que parezca, las bajadas, si —como algunos
prevén— esto nos va a salir por un ojo de la cara si se producen fallos a favor
de los demandantes. Traer inversores con atractivas ofertas difíciles de cumplir
posteriormente tiene sus riesgos. Habrá que preguntarse quién prometió tanto
como para que haya que recortar esos beneficios.
En
cualquier caso, las palabras del señor Sánchez Galán nos muestran lo que debemos
esperar en el futuro (en el presente no merece la pena) de las políticas
empresariales de inversión. Hacemos recortes y pedimos sacrificios a los de dentro
y ofrecemos gangas a los de fuera (o a los de dentro que se sienten de fuera,
como el señor Sánchez Galán). A todo el mundo le gustaría vivir en un mundo
"previsible y estable", pero...
No sé
si el señor Sánchez Galán tiene mucha o poco razón, pero sí que carece de
delicadeza, algo que no creo que le quite el sueño. A la gente con buenos
sueldos y primas "predecibles y estables" les suele ocurrir. Se siente emocionalmente ligados a donde
más dinero ganan. Bueno, ya vendrá de vacaciones. Solo los
tontos se emocionan ya con los himnos. Y con los bonitos anuncios de las renovables.
*
"Iberdrola responde a la reforma eléctrica llevándose la inversión de
España" El País 19/02/2014
http://economia.elpais.com/economia/2014/02/19/actualidad/1392811802_474832.html
**
"España acumula ocho denuncias internacionales por los recortes
millonarios a las renovables"
http://www.eldiario.es/economia/Espana-recursos-internacionales-energias-renovables_0_228527481.html
***
Editorial "Fiasco en las renovables" 16/02/2014 El
Paíshttp://elpais.com/elpais/2014/02/16/opinion/1392579969_908907.html?rel=rosEP
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