Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Uno de
los libros que ha merecido la atención de los medios de comunicación egipcios
con motivo de la Feria Internacional del Libro de El Cairo ha sido la obra
titulada "Atheism: Between the Ideas
of Atheists and their Migration", del periodista Mounir Adib, autor
de otras obras como "The Death Wards", "True Stories from Inside
Egyptian Prisons", "Islamic Groups and Violence", "Return
to Armed Action" y "Words Behind Bars", según se señala en la
misma información.*
La obra,
por la descripción que se hace de ella en Egypt
Independent (diario en el que el periodista autor colabora), navega por los
mares minados de la tradición conservadora y la opinión pública susceptible ante
este tema, controvertido. No es fácil tratar de estos temas en la sociedad
egipcia porque ateo es probablemente lo peor que le pueden llamar uno. El ateo es
una bomba de relojería en el centro del edificio de toda la construcción
social, de todas las relaciones en todos los órdenes porque así es el papel de
la religión en una sociedad construida sobre ella, que busca la verificación de
sus acciones, leyes e ideas entre las páginas coránicas y sus derivadas
jerárquicas.
Por eso
el hecho de que el periodista Mounir Adib haya tenido la osadía de tocar un tema candente (basta con ver sus otros títulos
para comprobar que le va la marcha
periodística) y de presentarlo públicamente en la Feria del libro es un
cierto avance por más que los planteamientos puedan sorprendernos en algunos
momentos. La sociedad egipcia tiene demasiado gusto por meter cosas importantes
debajo de la alfombra, que acumula ya demasiado polvo por los años y que se
pueda levantar aunque sea una esquina de la alfombra es ya un paso hacia la
visibilidad dialogante de las cuestiones.
Egypt Independent nos da algunas informaciones
sobre la obra y los deseos del Mounir Adib:
The author does not tackle the ideology of
atheism except in one chapter that is allotted to refute some of its beliefs.
He also presents debates between atheists and believers.
In that sense, the book is not a mere
refutation of atheism, which may discourage the doubtful or atheists from
reading it.
Adib said that shedding light on social
phenomena helps us understand them and brings people with conflicting ideas closer
to one another through dialogue.
[...] The first chapter of the book presents
discussions between the author and atheists of different ages. The second
chapter presents scientific and religious refutations of their ideas and talks
about examples of people who have switched from atheism to religion.*
Desde
el punto de vista de auto referencia, es decir, de exclusión de cualquier otro
punto de vista, la obra parece presentarse como una especie de salvavidas que
se lanza al "ateo" para poder ser sacado de las aguas tormentosas que
amenazan con tragarle. El diálogo se abre para poder reconducirle al seno de la
comunidad probablemente, pero el hecho de que se introduzca la simple idea de
dialogar que el hecho existe en un salto grande en una cuestión que lo es ante
todo de mentalidades. Pero también se introducen algunos elementos críticos
interesantes en los planteamientos, como por ejemplo, los excesos en la
interpretación de la religión como causante del ateísmo de algunos.
Desde
la perspectiva religiosa, el ateísmo
no se ve como una opción personal, un derecho, sino como un "problema"
personal y social que debe ser corregido contundentemente. Desde la perspectiva
de una sociedad ordenada desde el pensamiento religioso, el ateísmo es la
disolución, el caos. Nada puede haber peor; es el principio del fin.
La
libertad religiosa queda restringida, en el mejor y más liberal de los casos, a
la convivencia con las otras dos religiones, cristianismo y judaísmo, que son amparadas en el seno de la comunidad
islámica. Lo demás, cualquier otra religión es inaceptable y hasta el estado se
desentiende. Pero el ateísmo, no es una religión,
es la ausencia de ella. Por eso el libro plantea la cuestión desde cómo
prevenir esta enfermedad degenerativa,
de no esconder la cabeza, pero no planteándolo como una opción personal, sino
como un error que puede ser corregido en beneficio del paciente y de la comunidad. Una obra defendiendo un pensamiento que
niegue el orden que vertebra la sociedad es anarquismo
y tiene en su contra a cualquiera. La única opción, pues, es hablar de ello en
términos de enfermedad o error, ya que así la comunidad no se siente atacada.
El
investigador libanés Fuad I. Khuri, en su magnífica obra "Imames y emires.
Ortodoxia y disidencias en la sociedad árabe" (1990), sobre los diferentes
grupos y sectas en que está organizado el islam árabe, desde la mayoría suní
(80%) a los chiíes, drusos, ibadíes, zaidíes, yazidíes, alawíes, etc., que
componen un variado mosaico de creencias y organización, plantea una cuestión
que hoy, casi un cuarto de siglo después de escrita, sigue siendo absolutamente
pertinente y primordial: "¿hermanos o ciudadanos?". En esa pregunta
se sigue encerrando la cuestión clave de la modernidad de unos países que
tienen que tratar de conjugar los derechos individuales y con la configuración cultural
que constituye su base.
Si los
lazos son con el "estado", las relaciones son entre ciudadanos de iguales
derechos; pero si la comunidad se considera desde una perspectiva religiosa,
como una "hermandad", los planteamientos y límites de las libertades
son otros muy diferentes. El ciudadano
tiene una dimensión individual y el estado debe defenderle en su condición; por
el contrario, la condición de "hermano" implica un tipo de relación
en la que es la comunidad o familia global la que se rige por unos principios
superiores de obediencia. La comunidad ya no te defiende individualmente, sino
que se defiende de ti. Todo lo que se
considere erosionador de la autoridad que une,
debilitador de la obediencia, se persigue por el beneficio del conjunto. El
estado aspira a la diversidad de sus individuos y se modifica para cogerlos
reconociendo la realidad; la hermandad necesita de la identidad, rechazando al
distinto, creando su propia realidad ideal unitaria.
Es
indudable que desde la llegada de la revolución de 2011, la cuestión del
ateísmo ha estado presente de forma pública a través de este tipo de
manifestaciones porque la tensión que se vive es la aspiración de algunos a un
estado que defienda la diversidad de sus ciudadanos frente a la comunidad que
aspira a la eliminación de la disidencia y al mantenimiento del orden
monolítico.
El
ateísmo, además, junto con el feminismo, la homosexualidad o cualquier otra
forma de cuestionamiento de la autoridad o diferencia —religiosa, patriarcal,
identitaria...— son identificadas como elementos foráneos implicados en una
especie de conspiración satánica occidental destinada a subvertir la aspiración
al orden perfecto. Con esta forma de ver las cosas, se silencian las
disidencias y se justifican muchas injusticias y sufrimientos, silenciados por
esa negación constante de la realidad personal y social.
La
revolución, con sus luces y sombras, indudablemente trajo un deseo, una
aspiración de hacer aflorar lo que había permanecido bajo la alfombra. Desde
2011, las voces de muchos egipcios (y no solo en Egipto) manifestaron su
voluntad de vivir acorde con sus conciencias y no una farsa constante ante
familias y demás sociedad. El islamismo borró las aspiraciones al confirmarse
como una sociedad de "hermanos", con su hermanización de la sociedad.
Sin embargo, el autoritarismo no es exclusivo de ellos, como es evidente y el
ateísmo será una prueba de toque de hasta qué punto la sociedad está dispuesta
a admitir las diferencias.
En 2012
se anunció la realización de una película egipcia llamada "El ateo"
(Al-Mohlid), dirigida por Nader Seif Eddin. La película logró la aprobación de
la Universidad de Al Azhar, pero a pesar de ello, no se libró de las iras y
taques islamistas, tal como comentaba el equipo de la película:
The film was referred to Al-Azhar by the
censorship committee for a final verdict on its release. Following
Al-Azhar's approval, the committee passed the film without cutting any scenes.
Despite its approval by
authorities, the team behind the film has been receiving death threats from
radicals in the country, they claim. "We finished filming two months ago
and by that time I had full approval of the script, and I was very
pleased," Afifi told the Ahram Arabic news website.
"I was surprised shortly
afterwards when I received threatening phone calls, in addition to Facebook
pages opposing the film's release," he said. "But I am determined to release Al-Molhid
and am currently negotiating with a number of cinemas for a screening during
the upcoming winter-break."**
Los testimonios de los actores que igualmente tuvieron que
aguantar presiones incluso en las calles dan muestra de lo problemático que es
abordar este cuestión en la sociedad egipcia, especialmente bajo el aumento de
la presión islamista que tiende a silenciar y condenar cualquier tipo de
manifestación que erosione el control social al que aspiran.
Señala Mohmed
Hisham, el actor protagonista de la película: "What's funny is that both
parties, Islamists and atheists, feel offended and share in those hateful
messages equally," Hisham remarks with an ironic laugh."*** Quizá
sea porque no es fácil satisfacer a unos y otros si se piensa que mostrando a
unos ateos confundidos y despistados se ha dado un paso en el camino del
reconocimiento del hecho. Lógicamente los ateos se identifican poco y
consideran que se les presenta de forma burda. Que la censura de Al-Azhar
pasara el film sin una sola censura es bastante significativo, desde luego, de
que no veían mucho peligro en ello más que en su carácter muy liberal.
El director expresaba así sus intenciones:
"I believe the dominance of fundamental
and false Islamic messages spread by those who claim to be Islamic scholars has
increased. Therefore I found it a must to continue with my film and help clear
the image of my religion," El-Din describes. ***
El
hecho de que se entienda que se han acumulado excesos y distorsionado la
religión por parte de los extremistas, puede abrir alguna puerta a la
convivencia. Lo esencial, a mi entender, es lo señalado por Fuad I. Khuri: la
aspiración del ateo a ser un buen ciudadano no plantea ningún inconveniente.
Ser ateo no implica la destrucción
del estado sino su participación en él siempre y cuando el estado le defienda
en su individualidad. Si por el contrario, el estado le obliga a vivir una vida
doble y a aceptar, sin razonamientos que puedan convencerle, todo lo que le
rodea o debe hacer, se producirán los problemas.
Tanto
el libro de Mounir Abid como la película son pequeñas muestras —pero muy
significativas— de las transformaciones que se producen en una sociedad muy
tradicional que necesita liberarse de sus filias y fobias constantes y convivir
acogiendo una diversidad enfrentada. Por eso es importante oxigenarla y no
encerrase sobre sí misma para poder comprender que Egipto necesita de "ciudadanos"
para sacar adelante un país complejo y complicado. La elección de Egipto es si
quiere una sociedad monolítica y de doble moral o si por el contrario admite
una sociedad en la que es posible decidir la propia vida y la conciencia.
Los
ataques a los "ateos" que no presentan a la Universidad de Al Azhar
sus proyectos para que se los revisen
y aplaudan están ahí, con sus condenas y denuncias por ataques o insultos a la
religión. Dudar te convierte en sospechoso; negar, en enemigo. La nueva
constitución egipcia parece más abierta,
pero eso no significa que los que padecen los ataques vean los frutos pronto.
Más allá de lo escrito se encuentra lo vivido día a día. Y eso es un tipo de
cambio que no es tan sencillo y que se puede convertir (como lo fue siempre) en
un motivo más de discusión, en un arma arrojadiza en la polarizada sociedad
egipcia.
Lo que
es evidente y cierto es que la cuestión está sobre la mesa. No la cuestión de
si se debe ser ateo o no, que es algo
individual, si no si uno está obligado a esconderlo y a mentir cada día ante el
estado y los demás, si puede ser utilizado para que te expulsen de una cátedra
o de un trabajo de carpintero.
Como decía una comentarista en la página de
Facebook de la película "Al-Mohlid" dando ánimos a sus creadores,
"¡Buena suerte, si Dios quiere!".
* "New
book at Cairo's book fair tackles atheism" Egypt Independet 25/01/2014
http://www.egyptindependent.com//news/new-book-cairo-s-book-fair-tackles-atheism
**
"Al-Azhar's sanctioning of 'The Athiest' film triggers Islamists'
anger" Ahram Online 12/11/2012 http://english.ahram.org.eg/News/57891.aspx
***
"Al-Molhid (The Atheist) Egyptian film praises Islam, says film crew"
Al-Ahram Online 25/11/2012
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/5/32/59125/Arts--Culture/Film/AlMolhid-The-Atheist-Egyptian-film-praises-Islam,-.aspx
— Fuad
I. Khuri (2000). "Imames y emires. Ortodoxia y disidencias en la sociedad
árabe" [1990] Biblioteca del Islam Contemporáneo nº 15, Edicions
Bellaterra, Barcelona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.