Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
El
diario El País especula hoy sobre la
posibilidad de que la llamada entre Barack Obama y Hasan Rohani, calificada
como histórica, fuera una alternativa asumible por ambos bandos frente a un
encuentro personal. El encuentro habría sido excesivo para unos y otros,
norteamericanos e iraníes después de tantos años de relaciones congeladas.
Prefirieron el cambio suave al brusco deshielo que pudiera tener consecuencias
imprevistas. Es tanto lo que se juegan ambos con ese paso que es mejor tratar
de controlar las consecuencias. Con John McCain maldiciendo a Putin todavía a
través de cartas en los medios rusos, era mejor cogerle por sorpresa con Hasan Rohani.
El
diario recoge las palabras del mandatario iraní a su llegada a Teherán:
“Íbamos hacia el aeropuerto cuando me
informaron de que la Casa Blanca había llamado a nuestro embajador en Naciones
Unidas diciendo que Obama me quería hablar durante unos minutos y acepté”,
relató con naturalidad Rohaní a los periodistas, según recoge la agencia IRNA.
El presidente iraní desmintió sin embargo que fuera él quien se hubiera negado
a reunirse con Obama como han afirmado algunos medios occidentales, y lo
atribuyó a falta de tiempo para coordinarlo.*
Los
efectos de esta oleada de cambios en las relaciones, de reconfiguración de
agentes y funciones, no se harán esperar. Mediante su ofrecimiento a controlar
junto a Rusia el desarme de Siria, Rohani ha conseguido incorporar a Irán al
proceso de los cambios. De ser un país aislado ha pasado a ser un país
supervisor cumpliendo una tarea en favor la comunidad internacional, que es
quien ha aprobado el proceso en el Consejo de Seguridad. Las diferencias son abismales. Irán se coló por la brecha rusa.
Los más
preocupados por este proceso abierto, por esta reconfiguración de las
relaciones, son todos aquellos que viven de las posiciones contrarias, los que
venden seguridad en la inestabilidad. Se encuentran en todos los frentes: Estados
Unidos, Israel e Irán. Son los adversarios de Obama y Hasan Rohani en su
propios terrenos —Irán ha recibido con división la llamada telefónica, del júbilo a la traición— y los intereses de Israel, que es el eje sobre el que gira
toda la política de la zona —y de gran parte del mundo— en un extraño mapa cuyo
centro es Tel-Aviv.
El
diario El Mundo, por su parte, nos da cuenta de ese movimiento esperable y
esperado de Israel:
El primer ministro israelí, Benjamín
Netanyahu, partió esta madrugada a Estados Unidos con un objetivo claro y
difícil: convencer a la fiel pareja de Israel que el affaire que inicia ahora
con Irán se basa en un "engaño" producto de la brillante campaña de
relaciones públicas del presidente iraní, Hassan Rohani. Según Israel, sus
gestos conciliadores en Nueva York son sólo tácticos destinados a levantar las
sanciones económicas y avanzar en el programa nuclear.
Netanyahu -que ordenó a sus ministros no
hacer comentarios sobre la histórica conversación entre Obama y Rohani- se
reunirá el lunes con el presidente norteamericano y al día siguiente intervendrá
ante la Asamblea de la ONU.
"Representaré a los ciudadanos
israelíes, nuestros derechos como pueblo y determinación para defendernos y
nuestra esperanza para la paz. Diré la verdad frente a las dulces palabras y la
ofensiva de sonrisas (Rohani). Uno debe mostrar hechos y exponer la verdad.
Decir la verdad hoy es vital para la seguridad y paz en el mundo y por supuesto
es vital para la seguridad de Israel", ha declarado antes de subir al
avión.**
El
viaje de Netanyahu es la contraofensiva lógica del que se siente desplazado y
amenazado por los cambios. Los mayores opositores al proceso son Israel y sus
apoyos repartidos en los Estados Unidos y demás lugares en los que tiene
influencia. También Israel se ha visto sorprendido por el rápido giro de los
acontecimientos. La velocidad del cambio y su extensión colateral a otros
asuntos nos muestra la complejidad del escenario internacional, cómo cualquier
situación es el resultado de las relaciones entre los agentes, que moviendo una
de las fichas se modifica todo el juego.
Mientras
Rohani llega a Teherán y es recibido como un héroe por una parte importante de
la población —por eso le eligieron, por ser el "moderado" en la limitada oferta electoral iraní—, Netanyahu vuela a hacer ver a sus aliados
la "trampa" hacia la que le están metiendo, ante el temor que sea
Israel quien se vea debilitado por la relajación del conflicto. Esa
"ofensiva de las sonrisas", tal como la ha calificado Netanyahu, en
irónica expresión, tendrá sus efectos negativos para Israel.
La
cuestión está ahora si en Israel se puede producir un movimiento social en un
sentido de apertura de relaciones o, por el contrario, Netanyahu y los suyos
logran generar un movimiento de "pánico" que abogue por una
radicalización de sus relaciones con el entorno. El primer ministro israelí
puede mover piezas limitadas frente a Estados Unidos, "intentar
convencer", pero puede realizar movimientos más radicales en aquella parte
del tablero que sí controla realmente. Esa zona del tablero se vuelve
especialmente sensible porque es el lugar que puede condicionar la velocidad de
los cambios o paralizarlos. Un acción terrorista importante contra Israel en
estos momentos obligaría a Barack Obama a frenar los impulsos del cambio, pues
se mostraría que rebajan el nivel de
seguridad de la zona. Obama vería aumentar las presiones sobre su política
por parte de los opositores internos, que le acusarían de debilidad y traición
al amigo israelí.
Es
pronto para ver el alcance de la llamada entre Obama y Rohani. Algunos de sus
efectos ya los estamos viendo, pero falta por comprobar cómo se reorganizan los
opositores en cada terreno, ver hasta qué punto están dispuestos a resistir o
incluso boicotear el deshielo de las relaciones.
The New York Times nos cuenta hoy el ambiente de
hartazgo de la guerra en Damasco, entre una población que, tras dos años de
muerte y sufrimientos desea ver una salida por encima de otras circunstancias:
Dark as it is, that foreboding has led to a
convergence of sorts, a desire by many on both sides of the conflict to bring
an end to the killing and destruction even if it means compromise.
“There is no more pro and anti,” said a janitor
who opposed the uprising, but like many here in the capital has relatives and
co-workers who supported it. “We all want security.”
Some here wonder if that increasingly popular,
though by no means universal, view could be the basis of peace talks that world
leaders are seeking to arrange half a world away. Others warn that moderate
sentiments on both sides may have little bearing on the combat, which is driven
by government hard-liners, rebel extremists and anger over the deaths of more
than 100,000 people.***
Entre el deseo de paz y los recelos por los caminos, cada
vez se irán abriendo mayores expectativas para este proceso sin salida, tablas
macabras de una guerra civil, donde ninguno gana pero todos pierden.
Los próximos meses son decisivos porque nos permitirán ver
la estabilidad mayor menor de un proceso, su solución momentánea, una simple e
inestable tregua, o por el contrario, las posibilidad de algo duradero con lo
que afrontar las angustias de la reconstrucción de un país destrozado en lo material
y en lo moral, que deberá examinar su propios crímenes, denunciados por los
observadores internacionales, entre ambos bandos. Tendrán un chivo expiatorio:
los yihadistas llegados de fuera. A ellos se les responsabilizará —ya se hace—
de los crímenes propios y ajenos. Es la forma que tienen los pueblos de purgar
sus culpas cuando el tiempo levanta el velo de la ira y el paisaje de la
destrucción causada se revela en toda su crudeza.
La situación es inestable y diversos factores podrían
desestabilizarlo —un ataque terrorista importante contra Israel; la reaparición
de armas químicas...— en frentes distintos y con interes convergentes. Pero las piezas, hasta el momento, se van ensartando en
una línea que merece la pena intentar.
La breve conversación telefónica —con las disculpas de Obama
por el "tráfico horrible" de Nueva York incluidas— ya es un reglón en la
Historia. También en ella existen "atascos" horribles a los que hay que buscar trayectos alternativos si se quiere llegar a algún sitio.
* "Rohaní, recibido entre aplausos y protestas tras su
charla con Obama" El País 28/09/2013
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/09/28/actualidad/1380370675_411194.html
** "Netanyahu viaja a EEUU para 'decir la verdad' sobre
el mensaje del presidente iraní" El Mundo 29/2013
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/09/29/internacional/1380438771.html
*** "A
Surface Calm, Punctured by Artillery and Weary Arguments" The New York
Times 28/09/2013
http://www.nytimes.com/2013/09/29/world/middleeast/syria-updates.html?hp&_r=0
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