Joaquín Mª Aguirre (UCM)
movimientos europeos contra al paro juvenil |
Me temo que algunos lectores del diario El País van a volver a enfadarse [ver entrada]. Y creo que tendrán razón. El motivo es la reseña resumen que se hace del informe realizado por el Consejo Social de la Universidad Complutense sobre la opinión de los universitarios sobre su futuro. Una vez más, parece que existe la intención de crear una corriente favorable a la emigración de los jóvenes y ocultar los verdaderos problemas. La información publicada resalta en su mismo titular: “El 70% de los universitarios de la Complutense se iría al extranjero por un trabajo”. Es el aspecto central y se ignoran los elementos críticos sobre el sistema laboral y sobre el sistema educativo mismo. El artículo resumen además se acompaña del siguiente subtítulo “Europa central y del norte, Estados Unidos y Reino Unido, destinos preferidos de los estudiantes”, con lo que se da la impresión casi que se trata de elegir lugar de vacaciones o de disfrutar de una beca. La focalización de la reseña es siempre sobre la disponibilidad a marcharse y nunca sobre el por qué se produce esto: “El 70% de los estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) estaría dispuesto a irse a otro país si con ello consiguieran un puesto de trabajo, y el 85% cambiaría de ciudad a cambio de un empleo,”*
Para mayor abundancia en la tendencia resaltada, el enlace que el diario nos ofrece a información complementaria nos remite a un artículo anterior “Alemania lanza una vía rápida para captar talento extranjero”. Sinceramente, parece que estamos ante
La información que el Barómetro Sociedad-Universidad 2011, en cambio, resalta en sus entradas de titulares lo siguiente:
"El 86% de los universitarios cree que el mercado laboral no favorece el mérito y la capacidad, y que necesita una reforma en profundidad"
"Tres de cada cuatro estudiantes ven con incertidumbre e inseguridad su futuro laboral"
"Sólo 2 de cada 100 universitarios creen que es bueno el sistema educativo"
En la siguiente página se incide en la falta absoluta de confianza de los encuestados en el sistema laboral español:
La incertidumbre, la inseguridad, la inestabilidad y la desconfianza son términos que los universitarios vinculan, mayoritariamente, a su futuro laboral, aunque también la mayor parte de ellos lo asocia a su desarrollo personal y con nuevas oportunidades.
[…] también afirman que el mercado laboral en España no es flexible ni permite la movilidad geográfica o de empleos y empresas (76,2%), no fomenta la contratación ni el empleo (90%), no favorece el mérito ni la capacidad (86,2%), y que necesita una reforma en profundidad (85,6%).
Como puede apreciarse, la visión que el informe del Consejo Social ofrece sobre lo que opinan los jóvenes universitarios y la visión que el diario nos transmite son muy distintas. Probablemente porque obedecen a motivos muy diferentes. El barómetro trata de explicar cómo perciben el problema los que lo padecen, mientras que el diario parece no querer rozar siquiera las acusaciones al sistema y se limita a edulcorar la situación maquillando como “deseos” lo que es sencillamente la ausencia de alternativas y la desesperación consiguiente.
La visión que se desprende de las encuestas sobre el sistema laboral español es absolutamente desoladora. La “reforma del sistema laboral” que los jóvenes reclaman no tiene nada que ver con la que los empresarios reclaman habitualmente, más bien se encuentra en las antípodas. Pedir la reforma laboral se ha convertido en una especie de coletilla permanente que sigue camuflando de forma infame la incapacidad de nuestras clases empresarial, sindical y política para desarrollar un país en el que se pueda vivir laboralmente sin angustias, sin incertidumbres y con un sueldo digno.
Por arriba, nos sobran los jóvenes brillantes porque hemos renunciado al I+D al no producir, que si se hace se encarga a las propias universidades que sale más barato y se saca adelante con becarios; por abajo, hemos cubierto los puestos con la inmigración, becarios y mujeres, a las que también pagamos menos. En medio, queda la educación como negocio y como zona de aparcamiento, en la que los jóvenes van acumulando cursos, muchas veces inútiles, incapaces de entrar en un mercado laboral en el que cada vez hay más distancia entre su preparación y lo que se les ofrece. Esta concentración repercute, a su vez, sobre la calidad del sistema educativo que sigue masificado porque no se consigue una absorción del sistema laboral y porque tampoco se le dedican los recursos adecuados. En este panorama, los estudiantes perciben que su destino laboral tiene muy poco que ver, estadísticamente hablando, con su preparación real, y menos todavía con sus deseos o vocaciones con lo que crece la desmotivación. El sistema educativo tiene su parte importante de responsabilidad por no haber denunciado el uso que se ha hecho de él durante décadas.
Manifestaciones de protesta |
Por eso irrita que la respuesta que se está dando para el problema de nuestros jóvenes sea que se vayan. El sistema político, coreado por los medios, incapaz de producir empleo se dedica ahora a perseguir el empleo sumergido y a “sugerir” a los jóvenes que hagan la maleta y se despidan de todo. Periódicos y televisiones se han llenado de programas y artículos sobre “españoles por el mundo” en los que se nos muestra lo bien que le va a un madrileño que organiza fiestas en Beijing o a una granadina en una revista en Colombia y cosas por el estilo. Ahora se está haciendo especialmente intensa esta “sugerencia” porque está comenzando a producirse, por mimetismo con otros países, movimientos de jóvenes hartos ya del sistema que les deja sin futuro y mal viviendo en el presente. Ni los partidos, ni las organizaciones empresariales y sindicales han sabido afrontar un problema que es su única obligación: hacer un país habitable, un país del que no se tenga uno que ir.
Por eso esta especie de “¡Ahí tienes la puerta!”, esa invitación al viaje que nos están vendiendo permanentemente irrita. La esperanza, nos dicen, está en otra parte. Cuando el mejor consejo que te dan es que hagas la maleta, es que el sistema y sus responsables han fracasado.
* “El 70% de los universitarios de la Complutense se iría al extranjero por un trabajo” El País 6/05/2011 http://www.elpais.com/articulo/sociedad/universitarios/Complutense/iria/extranjero/trabajo/elpepusoc/20110506elpepusoc_5/Tes
* http://www.ucm.es/info/barometro/
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