sábado, 15 de junio de 2019

Ya no queda nada donde volver

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Las imágenes y datos que se ofrecían ayer sobre la migración de Venezuela hacia Colombia eran desoladores. De los tres conflictos migratorios más dramáticos de estos momentos es el más localizado en sus causas.
Los emigrantes que fluyen hacia Europa son víctimas de causas diversas, de la violencia a la miseria. Lo mismo ocurre con los que se dirigen hacia los Estados Unidos desde Centro América, huidos de la incapacidad de generar paz y prosperidad en esa parte del continente. Esa fila humana que recorre el camino hacia el norte enfrentándose al tipo de violencia que espera hasta llegar a la frontera del norte. El caso de Venezuela tiene nombre y apellidos: Nicolás Maduro.
A diferencia de lo que ocurre en los frentes del sur de Europa o de Centro América, en donde se dan muchas circunstancias, de la inseguridad a la pobreza, el drama venezolano tiene una características que lo hacen único, el hundimiento de un país a manos de un incompetente incapaz de gestionar un país, encastillado en una ideología reaccionaria disfrazada de progresista, lo que le valió la simpatía de gobiernos y partidos a los que financió para asegurarse apoyos exteriores. Pero nadie, en su sano juicio, puede defender lo que ocurre en Venezuela, el hundimiento de un país, su división profunda.


Desde hace mucho tiempo, el pueblo venezolano se alimenta de los discursos de Maduro, no hay mucho más que llevarse a la boca. La negativa a que entre ayuda humanitaria, alimentos y medicinas, es una de muestra de la cerrazón del que sigue sosteniendo que no ocurre nada y que son solo maniobras  extranjeras para acabar con su gobierno.
Cuando los países se convierten en regímenes dejan de ver a las personas como personas y comienzan a hacerlo como adversarios o enemigos, son solo prolongaciones tentaculares de intereses foráneos, de perversas intenciones. En este sentido, lo peor que podía haber ocurrido es el interés de Trump en Venezuela. Si Maduro ya había acusado de "imperialistas" a todos los que le llaman la atención y le recriminan la situación que vive el pueblo venezolano, con las tonterías de Trump se ha vuelto a realimentar y a producir nuevos y enérgicos discursos de una teatralidad que ya no es soportable.
Por motivos que imagino, el régimen de Maduro sigue teniendo cómodos defensores por todo el mundo. Por un lado, los que están enfrentados a los Estados Unidos (cada día más) se ven la obligación de defender a Maduro. Su régimen se ha encargado de mantener lazos con ellos para asegurarse esa defensa. Por otro lado están los que ven en él ese romanticismo progresista que se quedó en miseria allí donde prendió. Venezuela no necesita esos, sino librarse de las corrupciones endémicas que atenazan a muchos países y de los que se aprovecho Hugo Chávez para generar la suya propia. El que fuera militar golpista, acabó produciendo su propio reino y lo dejó en herencia al sucesor más inepto, Nicolás Maduro.


Las imágenes de ayer en Euronews deban mucho que pensar sobre la situación del país. La cadena recogía las peticiones de ayuda de una Colombia desbordada a la Unión Europea. Esta era la noticia, firmada por Ana Lázaro:

Colombia se encuentra ante un reto migratorio sin precedentes. En un plazo de apenas dos años, el país ha recibido un millón trescientos mil venezolanos. Y el flujo continúa.
El gerente de la frontera colombiana, Felipe Muñoz, ha viajado hasta Bruselas para pedir ayuda a la Unión Europea. Afirma que la crisis humanitaria amenaza con prolongarse en el tiempo.
"Esto realmente llegó para quedarse", explica Muñoz. "Nosotros no creemos que así mañana hubiera un cambio en Venezuela, la mayoría de migrantes se van a devolver. No hay a donde devolverse. No hay ninguna infraestructura ni educativa, ni social, ni de salud. Es decir que Colombia no está viendo esto sencillamente como una emergencia, sino como un reto fundamental a su desarrollo para los próximos años."
Las autoridades venezolanas anunciaron recientemente la reapertura del paso fronterizo de Cúcuta, el más importante a nivel de tránsito rodado, tras cuatro meses clausurado. Lo que provocó una nueva oleada de migrantes.
Pero la ayuda humanitaria internacional sigue teniendo problemas para entrar en Venezuela.
"Lo que pasó sencillamente es que dejaron pasar a la gente por al lado de los contenedores. Pero allí no hay paso de vehículos, ni hay paso de ayuda humanitaria, ni hay paso de nada", afirma Muñoz. "Simplemente es una apertura que creemos se hizo por las circunstancias de desabastecimiento de electricidad y de gasolina en la fronteras que se empezó a presentar hace tres semanas".
La crisis ha obligado al gobierno colombiano a tomar medidas excepcionales para atender a los migrantes. Lo que ha puesto a prueba el sistema de salud y de educación.
Se calcula, por ejemplo, que unos 20.000 niños de madres venezolanas han nacido en Colombia. Muchos de ellos se han convertido en apátridas.*



El drama demuestra también que es posible algo de solidaridad. Hoy el mundo se divide en tres grandes categorías, los partidarios de los muros, los que no los quieren y los que se desangran esperando a que se decidan. Entre estas categorías, cientos de matices y condiciones, por supuesto. Pero no se puede ser indiferente ni a la muerte ni al dolor humano.
La monstruosa indiferencia que exhiben dirigentes de países europeos, a los que se les ve hacer la señal de la cruz, como a Salvini, es una demostración de cómo se puede llegar a perder el sentido de lo humano. La incapacidad para lograr soluciones implica que se agravan las consecuencias cada día. El ejemplo venezolano es muy revelador en esto. Venezuela es un estado degradado al que el autoritarismo de sus recetas y su lucha contra la realidad condena a la miseria y al exilio.
La petición de Colombia debería ser atendida por motivos humanitarios. Las palabras sobre la inexistencia de una Venezuela real, "no hay a donde devolverse", señalan el grado de miseria alcanzado en un país que ha estado regalando crudo a los amigos en condiciones muy favorables o regalado.
El diario Pamam Post recogía en septiembre de 2018 una noticia de Reuters:

La agencia de noticias Reuters informó en un reportaje que PDVSA reanudó el suministro de petróleo a la isla, totalizando, desde enero, 11,74 millones de barriles (unos 49.000 diarios), pero solamente entre los meses de junio y agosto le ha enviado al régimen 4,19 millones de barriles. Todo esto en medio de la peor situación que ha enfrentado PDVSA con la producción petrolera en sus mínimos históricos.
Y es que con la llegada del chavismo al poder en Venezuela, Cuba ha dependido financieramente del país suramericano, el cual cubría hasta el 70 % de sus necesidades de combustible.
Mientras los venezolanos viven una escasez de alimentos y medicamentos sin precedentes; y una crisis económica enmarcada en la inflación más alta del mundo y los salarios más bajos de la región, Maduro regaló entre junio y agosto unos USD $248 millones.
Maduro ha afirmado hasta el cansancio que una supuesta “guerra económica” no le permite comprar medicamentos para la población de ese país, pero al mismo tiempo adquiere crudo ruso para cumplir sus compromisos con el régimen de Cuba.
Y es que este martes 26 de junio se conoció que en el Caribe un tanquero pudo descargar crudo ruso comprado por la estatal venezolana PDVSA para ser enviado a Cuba.
Mientras en el país suramericano cientos de venezolanos fallecen por la escasez de medicamentos y otros miles se alimentan de la basura por la crisis económica, el régimen de Maduro inventa excusas para que la población continúe sumida en la miseria.**



Difícilmente puede encontrarse un caso más trágico de perversión de la política, convertida en mero mantenimiento del poder de un régimen que ha fracasado históricamente. Los que lo han convertido, desde la comodidad de sus países, en ejemplo, deberían pensar un poco en la monstruosidad creada en función del sufrimiento creado. Al igual que hicieron algunos regímenes de Oriente Medio, han usado la riqueza para comprar protección y amigos por el mundo.
Las tensiones internacionales de las potencias —USA, Rusia, China— están llevando a la falta de soluciones a enormes crisis humanitarias, como es la guerra de Siria o la situación de Venezuela. La falta de acuerdos por el enfrentamiento continuo lleva a que sea imposible alcanzar soluciones. A los regímenes conflictivos les basta con ponerse bajo la sombra de alguna potencia para mantenerse sabiendo que son respaldados hagan lo que hagan.
El debilitamiento de las instituciones internacionales por parte de la administración Trump hace que la situación se agrave. El "America First!" no es solo cuestión de Estados Unidos, sino que con su política crea el caos para después imponer la fuerza. Sin instituciones que se respeten, solo queda la ley de la jungla. Como decíamos ayer, el agravamiento de muchos problemas, se traduce en situaciones desastrosas para todos aquellos que no tienen la capacidad de responder. ¿Cree alguien que va a servir de algo el frenar la inmigración en la fronteras sur de México y trasladar el conflicto más al sur? Los problemas, como los emigrantes, van de un sitio a otro, esperando que alguien les pueda acoger o mostrar simpatía para sobrevivir en un camino sin fin.


La expresión citada de que ya no queda a donde volver nos muestra que se están intensificando estas situaciones de vacío tras guerras o destrozos autoritarios, ya sean de los gobiernos o de la ausencia de poder real por parte de ellos, cuyo espacio es ocupado por bandas criminales. No solo huyen, sino que son sometidos en su camino a todo tipo de abusos de mafias, que ven en ellos una materia prima que explotar. 
El drama de la emigración o, si se prefiere, de la dramática emigración es una vertiente del siglo XXI que muestra nuestro retroceso en materia de entendimiento de lo humano como universal. Es el egoísmo lo que avanza.


* "Colombia pide ayuda a la UE frente al éxodo venezolano" Euronews 14/06/2019 https://es.euronews.com/2019/06/14/colombia-pide-ayuda-para-hacer-frente-a-la-crisis-migratoria-venezolana
** "Venezuela mantiene a Cuba: le «regala» 11 millones de barriles de crudo" Panam Post 14/09/2018 https://es.panampost.com/sabrina-martin/2018/09/14/venezuela-cuba-crudo/?cn-reloaded=1





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