Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Puede
que en unos cuantos años se haga una película sobre ello. Hollywood le sacará
partido a esos minutos de incertidumbre en los que el presidente Donald Trump, él,
dio la orden de bombardear Irán y estuvo a punto de desencadenar, con bastantes
probabilidad, un desastre de tamaño
épico, con una crisis económica vinculada al desastre.
No sé
cuánta la gente es consciente de que el presidente Trump es un fumador empedernido
trabajando en una gasolinera. Probablemente mucha. Lo preocupante, según
sabemos, es que hay mucha gente animándole a fumar y retirando los ceniceros.
La
noticia es "breaking new" en casi todas partes del mundo —menos aquí
que seguimos con los pactos, la investidura y los fichajes futbolísticos— ante
la trascendencia que tendría para todo el mundo. Que haya alguien con el
gatillo flojo en la Casa Blanca es un riesgo para todos y la posibilidad de un
conflicto es algo a lo que se vería arrastrada la zona si se descontrola.
La
noticia la ha dado The New York Times y pronto todos se han hecho eco de ella
por lo que supone de riesgo de escalada. La CNN lo cuenta así:
President Donald Trump abruptly called off
military strikes against Iran on Thursday night after previously approving the
strikes in retaliation for Iran shooting down a US military drone, The New York
Times reports.
The operation was already underway in its
initial stages -- ships were in position and planes were in the air -- but no
missiles had been fired when the order came to stand down, a senior
administration official told the Times. The strike had been scheduled for just
before dawn on Friday in Iran to minimize the risk to civilians and the Iranian
military, and military officials received word shortly after then that the
strike was off, at least temporarily.
The United States remains locked in a standoff
with Iran, with US military or diplomatic responses having the potential to provoke
further escalation from Tehran. Iran's downing of a US drone earlier Thursday
has left the President caught between Republicans demanding a response and
congressional Democrats warning that Trump -- and the Iran policy hardliners on
his national security staff, who welcome the confrontation -- could lose
control of the situation and lead the US into war.
Military and diplomatic officials were
expecting a strike as late as 7 p.m. on Thursday after intense debate among
Trump's top national security officials and congressional leaders at the White
House, multiple senior administration officials involved in or briefed on the
deliberations told the Times.
Trump initially approved attacks on a handful
of Iranian targets, like radar and missile batteries, and the Times reports it
was not clear whether Trump simply changed his mind or whether his
administration pulled back because of strategy or logistics. It was also not
clear whether the attacks may still occur.*
La simple lectura de estos párrafos resulta profundamente
inquietante. El escenario dividido entre los alegres buscadores de una guerra y
los que ven el desastre que supondría no solo para Estados Unidos, sino para
medio mundo por el efecto en cadena sobre la zona.
La euforia republicana por ver a Trump resistir a sus propios
errores camino de la reelección tendría su lacito final en la derrota de Irán
en una confrontación. Trump lo necesita urgentemente; necesita un conflicto en
el que sus radicales compatriotas, los del "America First!", obtengan
algo más que palabras. Necesitan la humillación de un tercero que advierta a
los demás díscolos que Estados Unidos no es el líder que va delante con ideas
sino el que va detrás con el palo, atizando al que se descarría.
En La Vanguardia encontramos una expresión muy descriptiva
sobre lo que ocurrió en la Casa Blanca: «Algunos
republicanos exhibieron un ferviente ardor guerrero.»** La lucha interna en la
administración norteamericana debe ser enorme. Y se está produciendo lo que podemos
llamar el "efecto de filtro selectivo negativo". Lo hemos mencionado
en ocasiones: las discrepancias con las ideas de Trump hace se alejen unos y
que lleguen otros. Más allá de las dimisiones o expulsiones más espectaculares,
el grupo que se ha ido formando alrededor de Trump toma cada vez medidas más
arriesgadas. Ese "ardor guerrero" al que se refiere el diario
barcelonés muestra esa voluntad extrema que se decide por la solución más drástica.
La
Vanguardia describe esta situación:
Diversos analistas se plantearon
en manos de quien está el ejecutivo estadounidense. Trump repite una y otra
vez, como hizo este jueves, que no quiere entrar en guerra. Sin embargo,
Pompeo, Bolton y senadores republicanos como Tom Cotton o Lindsay Graham
insisten una y otra vez en las incursiones militares.**
Estados Unidos, con Trump al frente, parece dispuesto, una y
otra vez, en demostrar quién manda aquí. El uso del armamento verbal es
constante y el del militar está rondando. Trump tuvo un incidente a poco de
llegar a la Casa Blanca con una operación militar mal diseñada que costó la
vida a un oficial norteamericano. Quería demostrar que era el "comandante
en jefe". El padre del militar muerto no se dejó seducir por unos cuantos
aplausos para su hijo durante el discurso del Estado de la Nación. Es mejor ser
padre de un militar vivo que de un héroe muerto.
¿Ha entrado Donald Trump en el estado de "síndrome de
la reelección"? ¿Puede que le asalten las dudas continuas sobre lo que es
mejor para ganar votos? ¿Es "bueno" meter al país en una guerra por
un dron de dudosa posición?
Lo preocupante es cómo el "optimista Pompeo" sigue
demostrando que con Trump, los Secretarios de Estado van convirtiéndose en
peligro público. El calificativo de optimista se lo pusimos el otro día tras
afirma que el deshielo a causa del cambio climático sería una buena oportunidad
para abrir nuevas rutas para el comercio marítimo. ¿Es un "conflicto"
(por no llamarlo "guerra") con Irán una nueva "oportunidad"
comercial?
El ataque anónimo a los petroleros en Ormuz ya nos hizo ver
los efectos sobre el precio del crudo y el encarecimiento instantáneo de todo
lo que tenga que pasar por allí. Unos cuantos "ataques a instalaciones"
aseguran una continuidad de la inestabilidad en la zona, altamente sensible.
Aunque Estados Unidos lanzara algo que unilateralmente
calificaran como una "respuesta a una agresión", los enemigos de Irán
en la zona no iban a dejar que se parara el caso, ya que ellos mismos son parte
de la presión para atacar a Irán.
Estamos en un momento crítico. El lanzamiento de la campaña
de Donald Trump a la reelección puede buscar una serie de golpes de efecto
importantes y, puede que trágicos. Trump necesita un golpe de efecto que
convenza a los que consideran que las presidencias anteriores hicieron perder
poder a los Estados Unidos. Igual que le gritan "¡construye el muro!"
le pueden gritar "¡bombardea Irán!". Puede que lo empecemos a
escuchar en los próximos fines de semana que Trump aproveche para ir calentando
a su público votante.
Que sean los Pompeo y Bolton los partidarios de "castigar"
a Irán con lo equivaldría, sin ambages, en un acto de guerra intencionado, es
muy significativo. Tienen detrás la industria y la historia que explica que
Estados Unidos se hace poderoso con las guerras.
Que el propio Trump se haya echado para atrás no debe ser
interpretado como "sensatez", sino como "cálculo". La
jugada de abrir un conflicto en un nivel superior al existente, que ya es alto,
puede salirle mal.
La estrategia de deshacerlo todo, en especial el acuerdo
nuclear con Irán, la decisión unilateral para mostrar su poder, imponer
sanciones desoyendo a los socios internacionales, a los que desprecia profundamente,
es muy peligrosa.
Es interesante comprobar que ha sido en Reino Unido en donde
los conservadores han respondido con más fervor (más "ardor guerrero",
en los términos expresado por La Vanguardia para los políticos del gabinete) al
conflicto de los petroleros atacados. Es indudable que este fervor tiene que
ver con el proceso caótico desencadenado por el Brexit y la necesidad de
protagonismo en la lucha por el liderazgo dentro del partido de los
conservadores. Esto es un factor de riesgo añadido porque existe un tercer país
con conflictos de liderazgo, Israel, debido a los problemas serios de Benjamín
Netanyahu. Tampoco ayudaría, en el otro sentido, la situación de la Turquía de
Erdogan.
Los riesgos aumentan conforme
se produce más inestabilidad en una zona ya conflictiva.
Esta vez Trump se ha echado para atrás. Puede ser también una escenificación teatral un intento de mostrarse como persona capaz de ser sensato en el último momento y vencer las reticencias internas. Con una personalidad como la suya, ¿qué puede saberse con certeza?
* "New
York Times: Trump abruptly calls off military strikes against Iran after
approving them" CNN 21/06/2019
https://edition.cnn.com/2019/06/21/politics/trump-military-strikes-iran/index.html
** "Trump aprueba bombardear en Irán pero retira la
orden en el último momento" La vanguardia 2170672019
https://www.lavanguardia.com/internacional/20190621/463016396798/donald-trump-aprueba-bombardear-iran-retira-orden-derribo-drone.html
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