Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Señala María
Vega en el blog económico de El Mundo que las preguntas que le hacen al ministro de
Economía en sus saraos exteriores se han ido modificando, que se empezó
preguntando por los rescates, después por Cataluña y ahora es otra la pregunta,
con la que titula el artículo: "Míster Guindos: ¿qué industria les va a
sacar de la crisis?"*
La
pregunta, llegados a este punto, tiene su lógica y es la que nos hacemos todos.
Señala el diario:
En esos encuentros son cada vez más las voces
de inversores que se interesan por saber qué sector va generar empleo en España
y va a permitir que el PIB se recupere, según cuentan fuentes de la banca de
inversión presentes en esas reuniones.
La respuesta del ministro y el secretario del
Tesoro no suele ser muy satisfactoria, pues una vez agotado el modelo del
'ladrillo', la apuesta por el turismo no convence demasiado a los grandes
'hedge funds' o a los fondos soberanos y de pensiones que tienen capacidad de
invertir cifras multimillonarias en deuda española.
La falta de una industria sólida y un modelo
de crecimiento creíble y sostenible preocupa casi más a los mercados que la
falta de decisión del Gobierno a la hora de ajustar el gasto en el hinchado
sector público.*
Es
sorprendente el empecinamiento en mantenerse en el mismo patrón que se ha
agotado y es causante de la avitaminosis económica española. España necesita
salir del círculo vicioso mental en el que se encuentra apostando por nuevos
sectores que sean capaces de absorber su mano de obra cualificada, sus
investigadores, sus ingenieros, etc. No necesita más servidores de copas en los
chiringuitos playeros y puestos similares repartidos por costas y ahora
interiores.
El
cortoplacismo de nuestros políticos, su deseo de ver rápidas soluciones, les
impide ver que ese modelo nos lleva —como ya lo ha hecho— al desastre, causa la
desmotivación general, la emigración de los mejor preparados, etc. España no ha
sabido reinvertir sus esfuerzos en la mejora social y ha estirado el chicle más de la
cuenta. Quizá el "no ha sabido" sea excesivo porque de esta falta de sabiduría se han beneficiado muchos. Digamos mejor que no se ha sabido frenar un tipo de especulación dañina para el modelo de desarrollo económico y destructiva socialmente.
Cuando
dimos el gran salto de los ochenta, con la entrada en Europa y el esfuerzo que
supuso, se debería haber mantenido y ampliado a otros sectores el esfuerzo
industrial que se había comenzado. Sin embargo, se apostó por la parte del
crecimiento rápido que supone el turismo apoyado en la construcción, que son
dos caras de la misma moneda. Ambos encajaban bien con la creación de las
nuevas administraciones autonómicas y el papel de los ayuntamientos. El "suelo" une a banqueros, constructores y políticos.
La
atomización empresarial española hizo que se beneficiaran los bancos, las
grandes constructoras y las organizaciones relacionadas con el turismo, todas
ellas interrelacionadas en el mismo tipo de negocio: unos invertían y los otros
construían. Invertían en constructoras y daban préstamos hipotecarios a los que
les compraban los pisos, ganando por los dos lados. El resultado del modelo lo
sabemos hoy: la burbuja inmobiliaria y el rescate a la banca.
La
pregunta al ministro no es trivial. Es la pregunta que se debería estar
haciendo este o cualquier otro gobierno en España: ¿qué sector va a sacarnos de
la crisis ante el fracaso del modelo porque necesita de un empuje que un país
endeudado no puede dar? España tiene que fabricar y exportar para recuperar el
consumo interno y ponerse en marcha de nuevo.
La
falta de crédito a las empresas por parte de la Banca es una mala señal. Está
demasiado comprometida con la construcción, demasiados intereses comunes con un
sector que ha creado cientos de miles de pisos vacíos que no se sabe quién va a
comprar, en un país con cinco millones de parados y minisueldos el que lo tiene.
Los compradores naturales de pisos son los jóvenes y su penalización como
sector laboral ha sido suicida para nuestro desarrollo. Sueldos bajísimos —que ahora
propone el Banco de España por debajo del salario mínimo—, precarios, sin
estabilidad alguna, no son los caminos para el futuro. A todo esto lo llaman "mejorar
la productividad", pero no hay productividad si no hay producción de algo.
Hay que
invertir en empresas jóvenes y con jóvenes, darles una salida a la alternativa
explotación laboral o emigración. Ya se están formando algunas empresas
cooperativas, como en los años sesenta, para tratar de aunar esfuerzos y que
les sirvan de algo. hay que apoyar proyectos más allá del ladrillo y el turismo,
que desgraciadamente siguen siendo los interlocutores de los políticos. Es
importante que hablar de los jóvenes deje de ser retórica y se traduzca en
líneas directas de financiación de proyectos viables que apunten a direcciones
diferentes.
Creo
que tiene razón El Mundo cuando dice que tener un modelo creíble de crecimiento, con
una industria sólida, es más importante para los inversores que otras muchas
cosas que suponen sacrificios sin retorno de beneficio. El gobierno tiene que
asumir que gobernar es marcar rumbos, plantear propuestas de caminos. El
"dejar hacer" neoliberal no tiene sentido en un país altamente
distorsionado en su modelo productivo y atomizado en sus fuerzas de producción.
Aquí hay unas cuantas viejas ballenas y mucha sardina y chanquete. Y el pez
grande, aunque sea viejo y anquilosado, se come al chico.
Tenemos
lo más importante: a las personas formadas. Son profesionales a los que no les
hacen ascos los países con niveles superiores a los nuestros. Si nuestro
problema fuera de formación no demandarían a nuestros médicos, investigadores o ingenieros como
lo hacen. Nuestros problema real es que formamos ingenieros y los ponemos a
servir copas o a vender teléfonos.
La
pregunta hay que hacerla aquí también: ¿qué pasa con el futuro, Míster Guindos, qué industria nos va a
sacar de la crisis?
*
"Míster Guindos: ¿qué industria les va a sacar de la crisis?" Blog
¡No doy crédito! El Mundo 10/06/2013
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/nodoycredito/2013/06/10/mister-guindos-que-industria-les-va-a.html
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